Tiffany cayó sobre la cama junto a Taeyeon, sus ojos aún cerrados y sus bocas conectadas con un beso eterno. No estando segura a ciencia cierta, si lo que estaba viviendo era real o era solamente alguna versión tergiversada de la realidad. 

Todo era tan mágico, increíble y hasta incluso se podía tildar de bizarro. 

Taeyeon confesándole su amor. 

Sí, definitivamente era bizarro. 

-Te amo- Repitió Taeyeon mientras rompía por primera vez el beso que Tiffany había iniciado. 

Sí, definitivamente era real. 

Taeyeon abrió sus ojos por primera vez desde aquel primer beso después de haberle dicho ese par de tan ansiadas palabras. 

Sus ojos se abrieron lentos y temerosos de simplemente haber imaginado los últimos minutos; aterrados de abrirse y no ver más a cierta pelirroja que había provocado un giro de 360 grados en su vida.

Todos esos pensamientos se esfumaron en el instante en el que el par de ojos marrones de la pelirroja se abrieron totalmente, deslumbrándose al encontrar que aún en la oscuridad, brillaban vivamente. 

-Yo también te amo –Susurró Tiffany sobre Taeyeon, no pudiendo evitar desviar su mirada nuevamente hacia esos grandes y apetitosos labios, sintiendo la necesidad de hacer suya a la rubia en ese preciso momento. 

La pelirroja acomodó sus piernas, una a cada lado de las caderas de Taeyeon, tratando de encontrar la perfecta posición para adornar al perfecto momento. 
Sus ojos se volvieron a conectar por un instante que se hizo glacial. Tiffany sonrió torpemente al ver a la rubia debajo de ella, tímida y sumisa como nunca antes la había visto. Sin demorar más, la bailarina cerró la distancia, reconectando sus labios en un beso inocente; en uno distinto a cualquier otro que habían compartido en esos meses. 

Este era el primer beso que compartían sin tener el temor de perderse la una a la otra a la mañana siguiente. 

Aquel inocente beso se fue transformando gradualmente en uno más húmedo, más deseoso y expectante por una continuación. Ambos cuerpos vibraban con el más ligero contacto de sus lenguas, con cada estocada que la una le daba a la otra robándose así los más profundos suspiros que alguien podía imaginarse. 

Las manos de Taeyeon se habían aferrado al cuello de la pelirroja, obligándola a no alejarse de sus labios a pesar de sentir que el oxigeno se hacía insuficiente con el pasar de los segundos. 

No estaba dispuesta a alejarla de ella ni un instante más, y si para eso tenía que renunciar a respirar, estaba totalmente dispuesta a hacerlo. 

-Tae… -Susurró la pelirroja mientras mordía suavemente el labio inferior de su compañera, haciendo un recorrido con su lengua a través de la voluptuosa sección –Necesito tocarte –Rogó con los ojos cerrados, dejando un camino de besos por las mejillas y barbilla de la rubia, quien acarició aquella cabellera pelirroja. 

–Soy toda tuya –Respondió la rubia, recordando haber dicho unas palabras muy parecidas a la pelirroja el día anterior. 

El simple hecho de escuchar a la rubia autoproclamarse “suya” provocó que el sistema de Tiffany se estremeciera con satisfacción, sintiendo la excitación crecer inmensurablemente dentro de su ser y especialmente en un punto muy específico en la parte sur de su anatomía. En un movimiento rápido la pelirroja tomó ambos muslos de la rubia, obligando a que sus rodillas se doblaran y que sus piernas se enredaran alrededor de su cadera. Su pálida mano izquierda acarició la suavidad del muslo derecho de la rubia; tocando la piel con la punta de sus dedos y luego con toda su palma; de abajo hacia arriba, tímida y ferozmente, levantando cada vez más el filo del inoportuno vestido que Taeyeon aún llevaba puesto. 

Era momento de olvidarse de la ropa. 

La mano derecha de Tiffany intentó llegar al cierre del pequeño vestido de la rubia mientras su boca volvía a su cuello, sin embargo un quejido captó su atención. En un primer momento, pensó que era parte de los sonidos de placer la rubia; pero ahí apareció de nueva cuenta ese quejido que llevó a la pelirroja a detener sus acciones.

-¿Estás bien? –Preguntó la pelirroja con suavidad mientras tomaba entre sus dientes el lóbulo derecho de Taeyeon, quien intentó evitar la pregunta pero un nuevo quejido se escapó de sus labios, haciendo que Tiffany alejara su rostro y mirara fijamente a la rubia -¿Es tu mano? –Preguntó nuevamente la bailarina quien desconocía aún el motivo por el cual la mano izquierda de Taeyeon se encontraba envuelta en una toalla. 

Sin esperar una respuesta de parte de la rubia, Tiffany se sentó sobre sus rodillas mientras tomaba el antebrazo de Taeyeon. Con delicadeza desplegó la toalla, encontrándose con varias manchas rojizas en las hebras del material y finalmente encontrando los cortes semiabiertos en la palma de Taeyeon, quien lo único que hizo fue sentarse al nivel de la pelirroja, mordiéndose el labio inferior con desesperación al ver el desordenado cabello de Tiffany y sus mejillas rojas por el calor que habían creado.

-No es nada –Advirtió Taeyeon antes de que la pelirroja pudiera decir algo –Sigue besándome –Pidió la rubia con urgencia, inclinándose en busca de un nuevo beso.

–No puedo dejar tu mano así, Tae –La bailarina giró su rostro, evitando conectar sus labios con la rubia, quien aprovechó para besar las mejillas, el mentón y la perfecta mandíbula de la pelirroja. 

–Mi mano no importa –Taeyeon usó su mano libre para tomar el cuello de Tiffany con decisión –La que importa eres tú, nosotras –Dijo mirando ese par de eyesmile –Ahora hazme tuya… por favor –Pidió la rubia, siendo consciente de lo desesperada que se encontraba por estar con la bailarina en todos los sentido habidos y por haber. 

–Tae, nos queda una vida por delante para estar juntas, ahora dame cinco minutos para ocuparme de tu mano –Expresó la bailarina con una pequeña risa antes de bajar de la cama. 

–Mi mano está ansiosa porque te ocupes de ella –Taeyeon soltó una sugestiva sonrisa al decir eso y al ver las bien formadas caderas de la pelirroja contonearse de un lado al otro mientras caminaba por la habitación. La rubia estiró su cuello hacia atrás y empezó a darse aire con su mano. Tratando de bajar la temperatura de su cuerpo. 

Tiffany agradeció internamente a Taeyeon y su ridícula maleta llena de miles de aparentemente innecesarias cosas; entre ellas un botiquín de emergencia que nunca pensó necesitar y que en ese momento se había convertido un regalo del cielo; ya que la pelirroja, por más que quisiera lucir tranquila, aún sentía su cuerpo arder con el solo hecho de imaginarse haciendo el amor con la rubia escuchando sus susurros enamorados al oído.

Bendita paranoia de Taeyeon.

La mirada onice de Taeyeon parecía haberse clavado en la pelirroja quien envolvía cuidadosamente su mano izquierda en una venda, intentando no lastimarla en el proceso. La rubia se preguntaba cómo era posible que alguien vendando a una persona se pudiera ver tan angelical y sensual al mismo tiempo. Taeyeon examinó la concentración de la bailarina al envolver la venda parejamente, la manera en la que su ceño se había fruncido ligeramente y como su lengua yacía entre sus labios mientras hacía su trabajo. 

-Listo –Concluyó Tiffany engrapando la venda antes de levantar su mirada y encontrarse indefensa ante la avasallante mirada de Taeyeon, más que consumida por el deseo.

Sin pensarlo una milésima de segundo más, Taeyeon tomó el rostro de la pelirroja entre sus manos y acercó su rostro al de ella, juntando sus frentes y mirando en la profundidad de los ojos de Tiffany, los cuales no se contuvieron en el deseo de deleitarse con la vista de aquellos labios capaces de llevarla a la locura. 

-Dilo una vez más –Pidió Tiffany, con la voz ronca por la latente excitación que inútilmente había tratado de esconder. 

–Te amo –Reiteró la rubia, cerrando sus ojos antes de terminar con la casi imperceptible distancia que aún quedaba entre sus labios y los de la bailarina.

Con un suave empuje y con un prolongado beso, Tiffany echó a Taeyeon en la cama, procurando que su cabeza cayera sobre las almohadas y que su mano vendada no estuviera en peligro, a pesar de eso, Taeyeon se las ingenió para usar ambas manos y enredar sus dedos en la los rojos cabellos de Tiffany.

Las manos de la bailarina volvieron a tomar con fuerza los muslos de la rubia, subiendo aquel estorboso vestido negro hasta sus caderas, sintiéndose enloquecer al entrar en contacto con el agradable calor que desprendía el centro de Taeyeon a través de su ropa interior.

-Me vuelves loca –Dijo Tiffany mordiendo y succionando el cuello de Taeyeon, asegurándose de dejar una marca que le haga recordar estos sucesos a la mañana siguiente. Su hábil mano derecha volvió a viajar hacia la espalda de la rubia en busca del molesto cierre de su vestido y esta vez, lo logró.

Con rapidez la mano derecha de la pelirroja acarició toda la extensión de la blanca espalda de Taeyeon para luego sentarse sobre sus rodillas nuevamente, volviendo su atención a la tela del vestido y halarla hacia abajo, liberando el torso de la rubia y sucesivamente sus caderas. Los ojos de Tiffany sentían que en cualquier momento explotarían y se volverían ciegos al ser testigos de la perfección que era el cuerpo de la rubia y de la tortura que era verlo desnudarse con esa lentitud.

El ver esos ojos marrones oscurecidos con la excitación, solo provocó que la propia excitación de Taeyeon se elevara a la enésima potencia. El vestido llegó a la parte superior de los muslos de Taeyeon, quien levantó sus caderas para que se deslizara más rápido y principalmente, para hacer algún tipo de contacto con la piel de la pelirroja.      

El vestido al fin había liberado a su prisionera.

Tiffany cruzó su mirada con la de Taeyeon y con una pequeña sonrisa, dejó que la punta de sus dedos acariciaran la silueta de la rubia; desde su cuello, pasando por el valle de sus senos, sus pequeños abdominales, sus caderas y deteniéndose en su vientre, solo para dibujar unos círculos en la zona aún cubierta con parte de la ropa interior de la rubia.

-No juegues… -Rogó Taeyeon con un gemido, empujando sus caderas hacia arriba en busca de algún tipo de fricción con la mano de la pelirroja; pero repentinamente, la sensación de los dedos de la eyesmile desapareció.

Taeyeon estaba a punto de quejarse nuevamente, pero al abrir los ojos, las palabras se perdieron en su lengua. Tiffany se estaba desvistiendo. Empezando por su top, luego su brasier, haciendo que Taeyeon perdiera totalmente el aliento al ver los perfectos y deseables senos de la pelirroja; y finalmente sus shorts de mezclilla, quedando solamente en bragas.

-Faltaron estos –Dijo Taeyeon tomando el filo de las bragas de la pelirroja –No son bienvenidos esta noche –Susurró lamiendo sus labios al sentir la cálida piel de las piernas de la eyesmile.

Los latidos del corazón de Tiffany se aceleraron aún más y con un rápido movimiento, se deshizo de la última prenda que aún llevaba puesta; quedando totalmente desnuda y expuesta ante la rubia.

Taeyeon, aún echada sobre la cama, tomó la cintura de la pelirroja atrayéndola hacia su cuerpo, logrando que sus anatomías se tocaran por primera vez en la noche y en ese momento Taeyeon maldijo aún estar llevando ropa interior.

Inmediatamente, la temperatura de ambos cuerpos aumentó y Tiffany inició un nuevo beso, uno desvergonzado, desesperado por el siguiente paso. Jugó con la lengua de la rubia, enredándola con la suya y tocando hábilmente el paladar de Taeyeon, provocando aquellos gemidos que estaban a punto de llevarla al límite. Sus manos ya no podían estar quietas; iban de su cuello hacia sus cubiertos senos y en ese instante, sintió rabia de no haberse deshecho de aquellas últimas prendas cuando tuvo la oportunidad.

-Estas tampoco son bienvenidas –Dijo Taeyeon sintiendo la frustración de la pelirroja ante el brassier de encaje que se interponía en su camino. Tiffany rió y atrapó entre sus dientes el labio inferior de la rubia, mientras su mano izquierda desabrochaba la fastidiosa indumentaria –Así está mejor –Agregó Taeyeon al sentir la libertad de su pechos los cuales fueron tomados de inmediato por un par de ansiosas pálidas manos -¡Fany! –Gimió Taeyeon ante la inesperada sensación.   

Los besos de Tiffany viajaron de su boca hasta sus pechos, sustituyendo sus manos por su ávida lengua.

-Fany … por favor –Intentaba hablar Taeyeon, sintiendo que estaba cerca del cielo a pesar de ni siquiera haber sido tocada.             

Tiffany entendió la súplica sin necesidad de más palabras. La pelirroja se alejó de los pechos de Taeyeon, dejando un beso en cada uno antes de descender por su tenso abdomen, dejando un camino de húmedos besos, jugando con su ombligo por unos segundos antes de llegar a la parte baja de su abdomen, sintiendo el olor que emanaba del o aún cubierto de la rubia.

A pesar de necesitar tocar a la rubia tanto como ella necesitaba ser tocada, Tiffany se dio el lujo de seguir con el juego de seducción; besando sus muslos y rodillas para luego separarlas y detenerse abruptamente; abrumada por encontrarse con una Taeyeon a punto de dejar este mundo en cualquier momento.

Tiffany sonrió de medio lado al ver a la rubia balbuceando su nombre. Los labios de la eyesmile volvieron a la piel de Tae, desde sus tobillos hasta la coyuntura de su muslo interior.

-Sigue… por favor –Rogó Taeyeon enredando sus dedos en el cabello de Tiffany, evitando que volviera a detenerse.                                                            

Lentamente, Tiffany tomó cada esquina de las bragas de Taeyeon, deslizándolas con delicadeza, embriagándose del olor natural de la rubia.

-Eres perfecta –Susurró la bailarina con sinceridad, acariciando el abdomen de la rubia antes de acercar su tímida lengua al pulsante centro de Taeyeon por primera vez en la noche.                                                                                                                                                               -¡Dios mío! –Gritó la rubia al ser sorprendida por la calidez de la lengua de la pelirroja -¡No te detengas! –Agregó con la voz entrecortada.                     

A pesar de no ser la primera vez en la que Tiffany hacía gritar a Taeyeon con su habilidosa lengua; la pelirroja se sentía nerviosa. Esta vez a diferencia de muchas otras, Tiffany no estaba haciendo gritar de placer a su indecisa amiga. Esta vez, era la mujer que abiertamente la amaba.

Taeyeon sabía que estaba cerca de la culminación. Su corazón, sus piernas torcidas y las fuertes contracciones en su vientre se lo decían; así que quería prolongar el momento lo más posible; pero con lo que no contaba era con el travieso pulgar de la pelirroja, que sin ser previsto aterrizó sobre su clítoris, haciendo una presión tan agradable como tortuosa.

-Mmmh… Fany, te amo –Gimoteó Taeyeon mientras movía sus caderas circularmente, tratando de lograr que la lengua de Tiffany encuentre ese mágico punto dentro de ella.                                                                                             

Y en el instante en el que pensó que ya no podría soportar más. La pelirroja se alejó, dejando a la rubia prácticamente, llorando de frustración.

-¡TIFFANY! –Gritó la rubia alzando sus caderas en busca del caliente aliento de la eyesmile.                                                                                                                                                                         

Taeyeon abrió sus ojos y encontró a cierta pelirroja posicionando una de sus piernas entre las suyas propias y la otra, al costado de su muslo derecho.

-Te amo, Tae –Tiffany presionó su cuerpo con el de Taeyeon, vibrando al sentir sus pechos rozar –Esto te va a gustar más que cualquier cosa –Rió la bailarina besando el cuello de la rubia.                                                                        

Y luego de esa frase, Tiffany presionó la parte baja de su cuerpo, causando que su o y el de Taeyeon se tocaran directamente.

Una y otra vez.

-¡Oh Dios, Fany! ¡No... No pares! –Taeyeon estaba cerca, y el atrevido contacto de ambos centros solo hacía su éxtasis más y más próximo.                                                         

–Taaaeee–Zumbaba la bailarina sobre los labios de la rubia.

Y no se necesitaron más de unas pocas estocadas adicionales para que el primer o después de un “te amo” las sobrecogiera a ambas. Golpeando en sus corazones, en sus cuerpos, en sus respiraciones y en cada minúscula parte de ellas.

Tiffany dejó caer su peso sobre la rubia, quien se abrazó a su espalda como si de eso dependiera su vida; lo que no era una total mentira.

Taeyeon sentía que si se separaba de Tiffany, su vida acabaría sin más explicaciones.

Ambas eran una sola. Ambas acababan de unir sus cuerpos y más que nada; sus almas. 

-Eso fue… wow –Dijo Taeyeon abriendo sus ojos, soltando unas cuantas risas entre su aún desequilibrada respiración, mientras peinaba los desordenados mechones rojos de Tiffany.                                                                                                                                                   

–Con sentimientos siempre es mejor –Replicó la pelirroja, presionando su frente con la de Taeyeon y juntando la punta de sus narices con ternura.                                                                                             

–Siempre tienes razón –Dijo una adormilada Taeyeon, con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Y esa noche, a diferencia de muchas otras noches, Tiffany pudo dormir en paz, sabiendo que ya no había forma que esa rubia, desapareciera a la mañana siguiente.

Esa noche, a diferencia de otras, hicieron el amor y desde el punto de vista de la pelirroja; eso le aseguraba la eternidad junto a Taeyeon.

*** 
Tiffany parpadeó un par de veces intentando acostumbrarse a aquellos rebeldes rayos de luz que osaban a colarse a través de las cortinas de la habitación. Con pereza, la pelirroja pasó su mano derecha sobre su rostro, tratando de despertarse totalmente. Por un instante se sintió desubicada y fue cuando miró su cuerpo desnudo que el temor entró en su ser. 

“¿Pasé la noche con Yuri?” Se preguntó aún perdida en su aletargado estado. Pero su mente despertó al cien por ciento en el momento en el que su mirada giró hacia la izquierda, hallando un cuerpo durmiendo boca abajo, tan desnudo como el suyo propio y con una cabellera rubia que le aseguraba a la pelirroja que definitivamente no había pasado la noche con Kwon Yuri. 

Era Taeyeon y el solo hecho de verla desnuda, durmiendo al lado suyo, provocó que cada segundo de las últimas horas regresaran a la conciencia de la bailarina, logrando que su sonrisa creciera enormemente. 

Taeyeon la amaba y eso era todo lo que importaba. 

La pelirroja pasó su mano derecha sobre la desnuda espalda de la rubia, dejándose llevar por la suavidad de su piel y aquel único aroma que emanaba de ella. 
Verla dormir era algo único, una experiencia que Tiffany quería vivir hasta el final de los tiempos; pero a pesar de la fascinación de la pelirroja, una serie de preguntas aguardaban en su pecho por ser contestadas. 

-Hora de despertar –Dijo la pelirroja mientras dejaba una serie de besos a través de la espalda descubierta de Taeyeon, procurando rozar su nariz en el camino. 

–Njhjs tebnso sweno –Balbuceó la rubia enterrando su cabeza en su almohada, pero sin evitar sonreír al sentir las caricias de Tiffany. 

–Tae, no entiendo nada –Rió la bailarina dejando un beso más en el hombro izquierdo de la abogada –Despierta, ya amaneció –Decía enredando sus tiernos dedos en la cabellera rubia de Taeyeon. 

–Deja de gritar –Pidió la rubia con un dejo de fastidio a pesar de que la voz de Tiffany no se había levantado. La pelirroja se sintió confundida por un momento. 

- ¿Quieres que te traiga una aspirina? –Preguntó acariciando toda la extensión de su espalda y recordando que al parecer Taeyeon había bebido una botella completa de champagne la noche anterior. 

–Por favor –Gruñó la rubia aún con su cara sobre la almohada, sintiendo los estragos del alcohol haciéndose presentes. 

Lentamente, Taeyeon sintió que la cama perdía el peso, indicando que Tiffany se había puesto de pie. Y a pesar de encontrarse lidiando con la resaca, la rubia se sentía culpable de no haber sido más atenta con la pelirroja en su primer amanecer juntas después de haberle dicho “te amo”. 

-¿Fany? –Preguntó, abriendo un ojo para fijarse en su alrededor en busca de la eyesmile. -¿Sí? –Respondió la pelirroja a punto de abrir la puerta de la habitación -¿Pasó algo? -Preguntó preocupada.

Taeyeon logró formar un pequeña sonrisa aún sintiendo su cabeza explotar y su cuerpo desarmarse. 

-Nada –Dijo la rubia parpadeando lentamente, tratando de no dejarse dominar por el malestar de su cuerpo -Es solo que te amo –Sonrió brevemente. 

–Yo también lo hago –Contestó tímidamente la pelirroja desde la puerta, no dejando de ver a la rubia hasta el momento de cerrar la puerta de la habitación. 

*** 
Al encontrarse en la soledad de la habitación, Taeyeon abrió pesadamente sus ojos, sintiendo sus párpados caer involuntariamente; pero aún así ingeniándoselas para mantenerse despierta y aprovechar esos minutos a solas para pensar.

Definitivamente se encontraba más que satisfecha después de la extraordinaria noche que había pasado junto a Tiffany. No solamente porque habían tenido o, sino porque finalmente su pecho ya no sentía esa patosa carga por tener tantos sentimientos acumulados. 

Pero ¿ahora qué seguía? ¿Serían novias? ¿Todo cambiaría? Y si lo hacía ¿sería bueno o malo?

Taeyeon sintió un trago amargo de saliva recorrer su garganta al asimilar que estaba a punto de entrar en una relación adulta. Una en la cual no podría desaparecer cada vez que se sintiera agobiada por las situaciones de la vida. Taeyeon ni siquiera se sentía segura de recordar como ser “la novia de alguien” 

La rubia cerró sus ojos y giró en la cama, sintiendo la tersa sábana chocar contra su aún desnudo cuerpo y deteniéndose al quedar recostada en el lado de la cama en el cual Tiffany había dormido. 
El olor a manzanilla de su cabello estaba vivo en esa almohada, el singular aroma de su piel estaba por todos lados y eso simplemente bloqueaba todas esas interrogantes en la mente de Taeyeon. 

Taeyeon sonrió contra la almohada perfumada, deseando poder vivir perpetuamente oliendo su piel y dejando de lado cualquier preocupación. 

-Tae, ya traje tu aspirina –Tiffany había regresado sin ser notada por Taeyeon. 
La rubia apartó su rostro de la almohada, mirando con devoción a la mujer sentada al filo izquierdo de la cama, llenando un vaso de agua. Su cabello caía graciosamente sobre sus hombros mientras sus ojos se concentraban en su simple tarea.

“Siempre apasionada” Pensó la rubia dejando caer su peso sobre su codo mientras se percataba de un par de marcas enrojecidas en el cuello de Tiffany. 

-Toma esto, te sentirás mejor –Dijo la pelirroja estirándole a la rubia un vaso de agua y una aspirina. Taeyeon la miró directamente a los ojos mientras tomaba la pastilla de su mano, sonrojando totalmente a la bailarina. 

Tiffany seguía sentada al filo de la cama, haciendo nada más que mirar a taeyeon mientras bebía el agua con rapidez y  esta le devolvía la mirada de reojo. La pelirroja la veía y se preguntaba de nuevo si realmente todo era realidad; si sinceramente Taeyeon se había enamorado de ella. Si en verdad había sido capaz de