Taeyeon no sabía exactamente cuánto tiempo le había tomado llegar de regreso al hotel; pero si estaba segura de algo, era que fácilmente había pasado un buen par de horas caminando. La rubia se encontraba sudando aunque no totalmente a causa del extenso camino de regreso; sino más bien por las ansias de ver a cierta pelirroja y el nerviosismo de poder confesarle sus sentimientos después de una larga agonía. 

Con una pesada respiración, la rubia llegó a la puerta de su habitación, limpiándose el sudor de sus manos con la tela de su playera y sin tener ningún plan para abordar a Tiffany; se decidió a simplemente llegar y –como pocas veces lo hacía –dejar todo en manos del destino.

-¿Tiffany? –Preguntó la rubia al abrir la puerta de la habitación, pero no hubo respuesta alguna -¿Fany? –Volvió a llamar abriendo la puerta del baño. 

La pelirroja no estaba en la habitación, lo que hizo que Taeyeon apretara los puños al suponer que se encontraba paseando con su nueva amiga Kwon ing Yuri.
Sin embargo, que Tiffany estuviera ausente por el momento era una ventaja para la rubia. Le daría el tiempo suficiente para darse un baño, comer algo –que realmente le hacía falta - aclarar sus pensamientos y preparar algo decente para ella y la pelirroja.

Al menos Yuri estaba siendo de ayuda de cierta forma.

***

-¿Realmente tienes una hija? –Preguntó Tiffany incrédulamente. Le costaba mucho entender como alguien como Yuri, quien lucía la mujer más centrada sobre la faz de la tierra, había podido tener una adolescencia tan turbulenta. 

–Así es, se llama Seohyun –Contestó la mujer caminando pasivamente a través del muelle 

–Su appa es Im Yoona, tal vez hayas oído hablar de ella, fue la única chica con la que tuve una especie de realcion en la secundaria –Continuó. La mandíbula de Tiffany estuvo a punto de desprenderse ante la nueva información. 

-¿Im Yoona, la actriz? –Preguntó esperando que la morena le dijera que era solamente una broma, pero por el contrario, Yuri asintió -¡Tienes una hija con Im Yoona! –Dijo la emocionada bailarina -¡Eres una especie de celebridad! –Los ojos de la morena se agrandaron ante la conjetura de la pelirroja -¡Dios mío, tendré una cita con una celebridad! –Tiffany dio un buen número de saltos eufóricos, provocando que la otra chica estallara en risas. 

Después de eso, la caminata se tornó un poco más silenciosa debido a que cierta pregunta se había formado fastidiosamente en la curiosa mente de Tiffany.

Yuri y Taeyeon fueron amigas en la secundaria. Im Yoona embarazó a la morena, o algo asi, también la secundaria, por lo tanto ¿No es posible que Taeyeon y Yoona también se hayan conocido en la secundaria? 

A la pelirroja se le hacía una suposición muy bien fundamentada, aunque el hecho de que Taeyeon nunca le hubiera hecho ni el más mínimo comentario al respecto, aún sabiendo lo interesante que eso podría ser para ella; le hacía dudar de sus planteamientos.

Aunque por otro lado, Tiffany sabía que Taeyeon era Taeyeon, la persona que ni siquiera había tenido la molestia de comentarle, que Siwon, su secretario, era medio hermano y cuñado de una de las parejas más poderosas del medio.
Si no le contó eso, ¿por qué le hablaría de sus amigos de secundaria?

El deseo por darle una respuesta clara y consistente a aquella interrogante, carcomía la mente de la  bailarina. Pensó por un momento en acudir a Yuri por respuestas, pero se le hacía un poco descortés hablar de otra mujer con su cita. Aunque técnicamente, aún no se encontraban en la cita, así que preguntar no sería nada irrespetuoso ¿no?

-¿Puedo hacerte una pregunta? –Susurró Tiffany aún sumergida en una parte de sus pensamientos. Yuri percibió el temblor en la voz de su nueva amiga. 

–Claro –Permitió rápidamente la morena. 

-¿Taeyeon y Yoona también se conocen? –Preguntó con una extraña timidez la bailarina. La morena tragó saliva ante tal pregunta.

“No se te ocurra hablarle de mi pasado” Las frías palabras que la boca de Taeyeon había pronunciado, hicieron aparición en la mente de Yuri antes de contestar. 

“Yoona significa pasado” Pensó

-No –Contestó Yuri tratando de sonar lo más casual posible –Íbamos a diferentes escuelas –Mintió la psicóloga. 

Tiffany sintió una sensación de decepción cayendo sobre ella. No era porque Taeyeon no conociera a la actriz; sino porque nuevamente se encontraba un paso más lejos de saber algo real sobre aquella rubia. 

***

-¡Necesito velas! ¡¿Es tan difícil de conseguir velas?! –Gritaba Taeyeon a través del teléfono de la habitación -¡¿Y dónde demonios está el champagne?! ¡Son unos incompetentes! –Dijo frustrada la rubia pasando una de sus manos a través de su  cabello.

Una improvisada cena en la habitación. A pesar de sonar como un total cliché, eso era lo que Taeyeon pensaba hacer. Primero, no tenía mucho tiempo para hacer algo más elaborado; segundo, era lo más romántico que se le podía ocurrir y principalmente, era a prueba de errores. No había existido nadie que su haya podido resistir a Kim Taeyeon y sus cenas románticas.

Taeyeon soltó una pequeña risa que se borró de inmediato al recordar la real última vez en la que había preparado una cena romántica para alguien que le importara y no pudo hacer nada más que estremecerse ante el recuerdo de ella y cierta castaña alrededor de una mesa con velas.

“Tiffany no es Jessica” Taeyeon recordó también aquella punzante frase de Yuri, para enfocarse en su presente y dejar ir a su pasado.

-¡¿Dónde se encuentran los platos de spaghetti que ordené?! –Gritó nuevamente la rubia a través del auricular.

Todo era un desastre, pero la rubia sabía que valdría totalmente la pena.

***

La noche empezaba a caer y ambas chicas habían llegado nuevamente al lobby del hotel. Un poco más relajadas, después de que Tiffany liberara su mente de aquella estorbosa pregunta.

-Bueno, tengo que ir a arreglarme para lo de esta noche ¿aún sigue todo en pie, cierto? –Preguntó Yuri jugando nerviosamente con un mechón de su  cabello. 

–Totalmente –Asintió Tiffany con una sonrisa –Te veo en la noche –Reafirmó la bailarina dándole un pequeño abrazo a su acompañante. 

-¿Vamos a tu habitación? –Ofreció la psicóloga, Tiffany abrió sus ojos ante tal ofrecimiento y soltó una pequeña risa haciendo que la otra chica se sonrojara – Me refiero, te acompaño a la puerta de tu habitación, me queda de camino de todas formas –Aclaró una muy apenada Yuri, riendo incómodamente. 

–No iré a mi habitación – Respondió la eyesmile con un tono más serio –Te esperaré en el bar del hotel –Yuri la miró suspicazmente ante lo dicho -No quisiera ver a Taeyeon –Respondió automáticamente la pelirroja ante la confundida mirada de Yuri. 

–No deberías tener miedo de verla –Dijo la morena, Tiffany ladeó su cabeza. 

–No le tengo miedo, es solo… -La bailarina no encontraba las palabras adecuadas –No quiero verla en este momento –Contestó un tanto frustrada, mirando hacia suelo. Yuri pensó en una respuesta, pero prefirió relajar su expresión y simplemente asentir antes de apretar el hombro de la otra mujer e irse.

“No quieres verla porque sabes que te arrepentirás de salir conmigo” Se respondió la psicóloga con una triste sonrisa antes de subir al elevador. 

***

Después de un par de agitadas horas, Taeyeon tenía todo listo. 

Una pequeña mesa, un par de velas apagadas, dos platos de spaghetti con albóndigas que había pedido con la esperanza de poder comerlos al estilo “La Dama y el Vagabundo” y una botella de champagne; además de ella misma encontrarse lista en un pequeño vestido azul que sabía de antemano enloquecería a Tiffany.

Lo único que aún no se encontraba listo en los planes de la rubia, era lo más importante de todo: La presencia de Tiffany.

Pero no. Taeyeon sacudió todos esos malos pensamientos. Ella sabía que todo esa noche, estaría de su lado. 

***

El hecho de no maquillarse en la plenitud de su habitación no significaba que Tiffany no pudiera verse terriblemente y. Así que ahí se encontraba ella, en el tocador del bar del hotel, pasando un buena capa de brillo gloss sobre sus labios, haciendo que estos se abultaran más de lo normal. 

La pelirroja no pudo evitar recordar la manera en la que la mirada de Taeyeon solía perderse en sus labios cada vez que ella hacía eso con su gloss, oscureciéndose en la urgencia de probarlos. Tiffany amaba la sensación de sentirse deseada por alguien como Taeyeon. 

“Detente” Se reprendió a sí misma viéndose en el espejo. No era justo que pensara en Taeyeon minutos antes de salir con alguien como Yuri. No era justo y era muy incorrecto. 

Pero a pesar de ella misma querer detenerse; el destino parecía no jugar para su lado esa noche.

“Ven a la habitación, es urgente, necesito hablar contigo” 

Taeyeon.

La  bailarina tomó un profundo respiro mientras releía aquel mensaje de texto. No podía simplemente dejar a Yuri plantada; aunque si era urgente, tal vez sí debía ir. ¿Qué diablos debía hacer? 

Al salir del baño, Tiffany vio sentada en la barra a una atractiva y familiar morena bebiendo despreocupadamente un vaso de whisky.

“Detente” Se repitió la pelirroja antes de eliminar el mensaje de la rubia y caminar decididamente hacia su cita.

-Hola Yuri, ¿Lista para ir a bailar? –Preguntó la pelirroja dándole un beso en la mejilla a la morena, quien al igual que cierta rubia, no pudo evitar ver sus labios. 

–Más que lista –Respondió dándole el último sorbo a su bebida.

***

Taeyeon se encontraba sentada en la silla frente a  la improvisada mesa que había armado, la mirada fija en su teléfono móvil sobre la mesa, a un lado de su plato de spaghetti, pretendiendo invocar a la pelirroja con el hecho de no despegar su mirada del pequeño aparato.

“Sé que va a venir” Se dijo alentadoramente, soltando una sonrisa hacia su teléfono, sabía que en cualquier momento, la pelirroja le daría una señal. 

***

-Bailas muy bien –Decía Yuri sentada en su mesa delineando el contorno de su vaso de vodka mientras miraba detenidamente a la pelirroja que bailaba a su lado –La mejor bailarina del mundo –Halagó la psicóloga. 

–Bailaría mejor si tuviera a alguien conmigo –Confesó la pelirroja más alta, moviéndose juguetonamente hacia su acompañante. 

–Soy muy mala bailando, prefiero verte bailar a que verte quejando por mis pisadas –Exageró Yuri dándole un trago a su vodka, la bailarina soltó una carcajada antes de tomar su mano y jalarla en contra su voluntad hacia la pista de baile. 

–Prometo que no me quejaré –Susurró Tiffany levantando su mano derecha en señal de juramento.

La música sonaba con más fuerza y rapidez logrando que el calor en el ambiente incrementara gradualmente. 
Yuri había necesitado un par de vasos de vodkas para poder desinhibirse totalmente. Ahora la morena ex porrista se encontraba moviéndose al ritmo que las caderas de Tiffany marcaban. Era un movimiento lento, sensual e hipnotizante que hacía que Yuri no pudiera evitar de sentir la necesidad de acercarse más a la bailarina. 

Por su lado, Tiffany había cerrado los ojos, dejándose llevar por la música y los malditos recuerdos que traía el sentir las manos de Yuri rozar con la piel de su cintura, aquellas manos tenían casi la misma textura que las de Taeyeon, aunque diferían en las caricias. La rubia sabía exactamente a donde quería llegar cada vez que ponía un dedo sobre la bailarina; en cambio Yuri y su tacto se percibían temerosos. 

En ese momento, la pelirroja sintió la vibración de su teléfono en el bolsillo trasero de sus shorts. 

“Esperaré por ti toda la noche, realmente necesito verte”

Taeyeon

Tiffany separó el cuerpo de Yuri para leer el mensaje y tomar un poco de aire. Pensó por un momento en responder el mensaje, pero la morena frente a ella había incrustado su mirada juzgadora sobre ella.

-¿Es Taeyeon, no es así? –Preguntó retóricamente la psicóloga, evitando soltar algún tono de reproche. Tiffany asintió tristemente 

–Si lo deseas puedes irte, no hay problema –Ofreció Yuri tratando de sonar lo menos dolida posible. 

–Sí hay problema –Gruñó la bailarina –Sé lo que está intentando y… -Guardó silencio por un momento –No caeré, no lo haré –Sentenció cerrando sus manos en puños –Además la estoy pasando muy bien –Sonrió mirando como Yuri se sonrojaba. 

***

Era casi medianoche y Taeyeon seguía en el mismo lugar; en una silla frente a la mesa, mirando fijamente su teléfono, aunque ahora con una copa media vacía de champagne dando vueltas en su mano izquierda. La cena está totalmente fría y las velas se estaban consumiendo con rapidez. 

A pesar de todo, la rubia aún tenía la esperanza de ver llegar a la pelirroja en un corto plazo y poder decirle como se sentía realmente. 

Aunque en ese momento se le ocurrió una idea mejor: 

“Si Mahoma no va a la montaña; la montaña va a Mahoma” 

Pero el único problema era descubrir en donde diablos se encontraba su Mahoma con rizos rojos. 

***

-Eres