Capítulo 7.

Amor entre telas. / Yeji & Lia

Yeji se había asegurado de embarcar a Lia en un taxi, le había pedido que porfavor le informe al momento de llegar a su casa ya que era tarde y porque efectivamente se preocupaba mucho de ella. Al volver al departamento se sorprendió de ver a Ryujin sentada en la mesa comiendo lo que parecía ser algo sólido, seguramente había pedido algo a domicilio.

—Decidiste salir de tu cueva. —Yeji sacó un vaso y se sirvió algo de jugo para luego tomar asiento a su lado, suponía que el plato extra de comida era para ella. Agradeció por eso y comenzó a comer. —¿Viste el vestido? —Preguntó después de un largo minuto en que solo los sonidos de sus bocas se escuchaban, Ryujin asintió pareciendo no tener muchas ganas de conversar. —¿Y? —Yeji insistió, si bien su amiga no era experta en modas su opinión era muy importante en todos los aspectos de su vida. Ryujin tomó algo de jugo como para aclarar la garganta y volvió a asentir. —Muy lindo, me gusta. —Ambas se vieron por un largo tiempo, la respuesta no había sido suficiente y rápidamente Ryujin comenzó a reír. Finalmente Ryujin cambió su semblante a uno más serio y posó una mano en el hombro de su amiga. —Es hermoso. —Ahora su voz era mucho más sincera y ambas lo notaban. —De todas las cosas que te vi hacer, creo que nunca habías logrado algo como el vestido, estoy muy orgullosa de ti. —Yeji sentía las lágrimas apareciendo en sus propios ojos, siempre fue una chica sensible y escuchar cumplidos no era algo fácil para ella, sobre todo viniendo de una de las personas más importantes en su vida. Olvidó todo y fundió a su amiga en un abrazo que fue correspondido rápidamente por la menor.

Al separarse Ryujin volvió rápidamente a su comida mientras Yeji pensaba en el vestido y lo natural que se sintió trabajar con Lia. —Siento que. —Se pausó un poco para pensar mejor en sus palabras. —Siento que Lia saca lo mejor de mí en el sentido artístico. Ella es más recatada y yo un poco más abierta en mis ideas pero juntas logramos hacer algo con un equilibrio perfecto. —Ryujin le respondió arqueando una ceja y su amiga pudo leer los pensamientos ajenos lo cual le hizo reír. Ambas se podían comunicar sin la necesidad de palabras, fruto de años siendo mejores amigas. —Todavía no comprendo tu rechazo a Lia ¿no notas lo bien que trabajamos juntas? — Ryujin asintió, por fin estando de acuerdo en algo. —Quizá al graduarme podríamos trabajar juntas, apenas en unos días logramos esto. Imagina lo que podríamos crear si trabajamos juntas. —

—Woah, woah, woah. —Ryujin puso sus manos en alto, haciendo que Yeji abriera los ojos algo asustada por el repentino exceso de energía de su amiga. —Hicieron un. —Señaló con uno de sus dedos aquel número. —Un bonito vestido y ya quieres crear una línea de ropa con esa chica ¿no crees que es mucho? —La preocupación en el tono de su amiga era notorio, Yeji se puso de pie y volvió a ver el vestido. —Ya dijiste que era más que un vestido bonito. —Recalcó Yeji, recordando las palabras que la menor había usado anteriormente para referirse a la prenda. —Además es sólo una idea. No tienes que ponerte tan loca así de rápido. —No hubo más intercambio de palabras ya que Ryujin se puso de pie y volvió a su habitación. Yeji suspiró, pensando que quizá no debía tratarla así pero por otro lado estaba un poco cansada de que Ryujin siempre estuviera metida en sus cosas, sobre todo en sus relaciones personales.

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Chaeryeong tenía la costumbre de usar las compras compulsivas como un tipo de terapia, el tener una billetera ilimitada siempre le permitió grandes sesiones de compras sin el temor de quedarse sin fondos. Ya tenía una buena cantidad de bolsas con ítems nuevos, muchos de ellos que probablemente nunca usaría pero que en esos momentos le provocaba una tremenda satisfacción. Paró un momento para tomarse un café, tomó su móvil y comenzó a revisar las llamadas perdidas que tenía de su mejor amiga.

—Ugh, desaparece de mi vida sólo por cinco minutos. —Suspiró revolviendo su café. Después del beso que habían compartido, Chaeryeong parecía no poder quitarse el rostro de su amiga de la cabeza. Era simplemente un beso. Un beso. Se repitió Chaeryeong constantemente en la cabeza ¿pero por qué no podía dejar de pensar en eso? En su vida había besado muchos chicos, algunos que le gustaban y otros simplemente por la emoción de algún momento en específico. Tampoco tenía problema si en algún momento tuviera que besar a una persona de su mismo o, era el 2021 y fue criada por una familia bastante abierta de pensamientos. Jamás pensó besar a su mejor amiga de toda la vida y sobre todo jamás pensó que aquello sería todo un tema para su subconsciente. Bebió de su bebida intentando que el rico y amargo sabor de la cafeína le ayudaran a distraerse. Estaba en eso cuando vio el rostro conocido de Yuna ¿acaso era imposible pasar un día sin ver algo que le recuerde a Jisu? La menor llevaba ropa holgada e iba acompañada de un grupo de niñas que seguramente eran de su edad, la hermana menor de su amiga corrió en su dirección y le abrazó con fuerza.

Chaeryeong tenía bastante rencor hacía el padre de Jisu, sentía que no era un hombre malvado ni mucho menos pero definitivamente era una figura ausente en la vida de su mejor amiga. Podía todavía recordar la cara de desilusión que Jisu ponía cada vez que su padre le llamaba para informarle que no podría ir a su fiesta de cumpleaños o cuando su rostro no estaba entre el público del teatro cuando tenían alguna presentación escolar. Creía que hay cosas entre los adultos que no eran fáciles de comprender para las niñas que eran en esos años pero todo eso no quitaba que fuera ella quien tenía que abrazarla y consolarla en los momentos en que su amiga sufría. Pese a todo eso, Chaeryeong admiraba la forma incondicional en que Jisu demostraba su amor hacía Yuna, tampoco es que Yuna fuera difícil de amar. Ella misma había caído ante los cálidos ojos de la media hermana de Jisu, realmente se podía ganar el corazón de cualquiera.

Todo eso no aportaba en ese momento en el que Chaeryeong quería escapar de cualquier cosa que le pudiera recordar a la mujer que hace poco le había dado vuelta el mundo, sobre todo porque las hermanas tenían cosas que las hacía asemejarse. No hablaba de detalles físicos, ambas eran muy diferentes y eso destacaba fácilmente en la diferencia de estatura. Las hermanas se expresaban de forma similar, compartían gustos y en ese exacto momento Chaeryeong también notó que usaban el mismo perfume. —¿Qué haces aquí? Y sin mi hermana. —Preguntó la rubia que se había alejado de su grupo para hacer vida social.

—No tengo que andar pegada a Jisu todo el tiempo ¿o si? —Yuna asintió, aunque a decir verdad desde pequeñas era difícil verlas separadas. —¿Cómo has estado? ¿Andas con tus amigas? —Ambas tomaron asiento, notando que el grupo de amigas entraba a una tienda seguramente para comprar cosas. —Si, son mis compañeras del grupo de baile. Estoy bastante bien ¿y tú? —Chaeryeong recordó entonces que Lia le había mencionado que su hermana llevaba un tiempo practicando baile y parecía gustarle bastante, le respondió haciéndole saber que estaba bien.

—Cómo no vas a estar bien con todo eso que compraste. —Molestó la menor, haciendo referencia a las bolsas que estaban en una de las sillas vacías a su lado. Ambas rieron y Chaeryeong le respondió con un gesto que pareciera decir "ya sabes como soy". —¿Vas a estar ocupada hoy? Podríamos decirle a Jisu que salgamos las tres, hace mucho no hacemos eso. —Aquello hizo que el corazón de Chaeryeong se acelerara un poco, estaba poniendo todo su esfuerzo en evitar a la mayor y sin dudas que aceptar salir con ella y su hermanita no eran sinónimo de evitarla. —Realmente me gustaría pero tengo mucho que hacer. —Yuna pareció no creer pero el llamado de una de sus amigas le ayudó para no insistir en eso. —Otro día entonces, fue lindo verte. —Se despidieron con un fuerte abrazo y Chaeryeong nuevamente maldijo al recordar a Jisu solo por el aroma de su hermano. Como si fuera poco, apenas la rubia la dejó su teléfono comenzó a sonar, nuevamente era su amiga. Decidió voltear su teléfono y pagar por su café para poder seguir con sus compras, debía completar su día sin Lia y comprender qué pasaba por su cabeza.

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Minah mordía su lápiz mientras analizaba lo que tenía frente a sus ojos, Jinah hacía lo mismo a su derecha mientras que Yeji se mantenía pegada en su puesto mientras ambas parecían destrozar su vestido con la mirada.

—Es hermoso. —Finalmente la voz de Minah rompió el tenso silencio, Yeji pareció por fin recordar cómo respirar y Jinah asintió, llevando sus manos a la tela. —Realmente, el trabajo es impecable y sin duda a los inversionistas les va a encantar ver que Foory hace algo así. —La empresa tenía la tradición de hacer una previa de temporada donde se hacía una especie de teaser a inversionistas y revistas de moda, así sabían en lo que ponían su dinero y además el público se enteraba un poco de lo que saldría próximamente de la marca. —Es cierto. —Admitió Minah. —Pero realmente la lista de prendas que se usarán para los inversionistas ya fue escogida. Para la próxima quizá—.

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—No puedo creer que esas fueran sus palabras. —Ambas iban caminando en dirección a un restaurante, Lia había invitado a Yeji a cenar para que así pudieran discutir lo que había ocurrido durante la tarde con su plan. —¿Para la próxima quizá? —Lia continuaba repitiendo las palabras que Yeji había narrado, ella seguía en silencio mientras se sentaban. —¿Para la próxima? —Yeji ya no sabía si reír o pedirle a Lia que se calme, parecía que toda la situación le estaba afectando más de lo que creía podría afectarle. —No puedo creer que tenga el descaro de rechazarlo, el vestido era esa bocanada de aire fresco que tanto se le viene pidiendo a su marca. —Yeji asintió, estaba de acuerdo con eso pero tampoco quiso añadir algo, creía que la mayor todavía tenía cosas por decir. —Estoy muy frustrada. —Suspiró, realmente no tenía que decirlo porque su rostro lo demostraba ya.

Antes de seguir hablando del tema que probablemente sería en lo que se basaría su cena, decidieron pedir su comida. Yeji estaba algo nerviosa ya que el restaurante se veía caro y estaba ubicado en una parte exclusiva de la ciudad pero por otro lado Lia dijo que ella invitaba, quizá no tenía nada de qué preocuparse. Bebieron el vino que el mesero les había traído y Lia finalmente pareció soltarse. —Ella se lo pierde, sabes que todo cae sobre su propio peso. —El vino le calentó la garganta y parecía que también el tono de sus comentarios.

—Cuidado, es de tu jefa de quien hablas. —Le recordó Yeji divertida ante la forma en que se refería a quien les pagaba el salario.  Lia por otro lado se atragantó levemente con su bebida, a veces olvidaba que debía actuar como si Minah en realidad fuera su jefa y no su madre, más todavía olvidar que estaban peleadas y que todo lo decía basado en eso.

—Lo siento, cuando me molesto suelo hablar así, sin pensar las cosas. Además es un día extraño. —Lia soltó su cabello y Yeji pareció sentirse atacada por el efecto visual que trajo consigo. Todavía parecía no decidir si prefería a Lia con el cabello suelto o tomado pero ¿por qué tenía que pensar en eso? Se preguntó todavía distraída. —¿Por qué extraño? —Luego de conectar un par de cables recordó que la mayor había mencionado algo sobre su día.

—Mi mejor amiga, parece estar evitándome y no lo entiendo.

—Las mejores amigas son especiales. —Ambas rieron ya que era claro que Ryujin era un caso extremadamente único. Pronto comenzaron a probar la comida y el silencio les acompañó por un par de minutos.

—La besé. —Confesó Lia después de un tiempo, Yeji pareció no entender por la expresión en su rostro. —A mi mejor amiga. —Aclaró Lia, haciendo que Yeji comprendiera ahora lo que decía. —Besé a mi mejor amiga y ahora me está evitando. —Lia sintió que soltaba un peso sobre sus hombros y Yeji sintió una mezcla de emociones. Estaba completamente segura de que Lia no era el tipo de chica que andaba por ahí besando a otras chicas, por el contrario. Creía que Lia era el tipo de chicas que pasaría toda su vida al lado de un chico guapo y que en algún momento tendría la familia perfecta, saber que quizá no era así le hizo un poco feliz.

—¿Por qué la besaste?

Porque hablar contigo y ver a tus amigas lesbianas me hizo dudar de todo lo que pienso sobre las relaciones.

—Porque tenía curiosidad, estábamos hablando del tema y pasó. —Prefirió irse por la respuesta segura y no incomodar las cosas, ya tenía suficiente con lo sucedido con Chaeryeong.

—Quizá la confundiste —.

—¡¿Crees que esté enamorada de mi?! —La expresión de Lia parecía no tener precio, realmente el solo hecho de pensar en algo relacionado a eso la aterraba.

—No, tonta. Quizá hasta que te besó pensaba que nunca podría estar con una mujer y ahora cree que es lo contrario, aceptar eso es difícil. —Ambas se vieron de forma conciliadora, algo le decía a Lia que quizá para Yeji no fue muy fácil aceptarse.

—¿Y tú? —.

—¿Yo?—.

—¿Qué sentiste tú? —Yeji decidió cortar el contacto visual, de alguna manera la pregunta le puso nerviosa.

—No lo sé ¿fue suave? —Ahora las dos comenzaron a reír, realmente a Lia no le había pasado nada particular con el beso en el sentido de que sabía lo que Chaeryeong significaba en su vida y un beso no iba a cambiar eso, por otro lado no sentía que ese sería el último beso que le daría a otra mujer.

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Luego de la cena, que para suerte de Yeji efectivamente fue pagada por Lia. Ambas decidieron caminar por la rivera del río, Lia se tomó del brazo de Yeji y caminaban lentamente por aquel bello lugar. Se sentían muy relajadas y cómodas pese a eso Yeji no podía dejar de pensar en la chica que estaba a su lado, comenzaba a pensar que había algo especial en ella que la tenía un poco absorbida.

—Te mentí. —Finalmente la voz de la mayor le distrajo, ladeo levemente su cabeza para verle pero parecía que no quería dejar de caminar así que se mantuvo en silencio como señal de que siguiera hablando. —La razón por la que besé a mi mejor amiga eres tú. —Yeji ahora estaba insegura sobre seguir caminando o no, pero se arriesgó con el silencio esperando que no intimide a la mayor. —La conversación que tuvimos antes me hizo cuestionar si quizá alguna vez pueda estar con otra chica.

El brazo de Lia se desenredó del contrario y eso le indicó a Yeji que debía parar, ahora ambas se veían acompañadas del ambiente nocturno. —¿Y obtuviste tu respuesta? —Le preguntó Yeji, viendo la inseguridad en los ojos ajenos que ahora demostraban duda por sus palabras. —Besar a tu mejor amiga ¿te respondió esa duda? —Lia negó con un movimiento de cabeza, Yeji vio más allá de Lia, al río correr y a la noche estrellada que finalmente le dieron el valor de acercarse y tomar a la mayor desde la cintura y besar sus suaves y delicados labios, fue un beso lento y sumamente delicado. Lia tomó la iniciativa de llevar ambas manos el cuello de la más alta quien tomó eso como señal de continuar besándola esperando que eso le regale  a Lia su respuesta, porque para ella efectivamente había una. Efectivamente sus sentimientos por Lia eran más complejos de lo que creía.

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