Capítulo 6.

Amor entre telas. / Yeji & Lia

Lia creía que las cosas caían por su propio peso, por ende no tenía intención alguna de ser la primera en poner fin a la incómoda pelea que tenía con su madre. Se sentía una experta en pasar cenas en silencio, respondiendo con monosílabos cada vez que la mujer intentaba iniciar alguna conversación. Además de eso se la pasaba afuera contemplando diseños en tiendas, saliendo con Chaeryeong y hablando con Yeji, lamentablemente se le había complicado escabullirse al taller como solía hacerlo por lo que tuvo que inventar que estaba enferma. 

Con el tiempo comenzó a aceptar la realidad y admitió que no sería capaz de sostener sus mentiras con Yeji por mucho tiempo, pero mientras no tuviera decidido la forma más suave de explicar la verdad no iba a hablar. Siempre que Lia inventaba alguna mentira ella se aseguraba de que fueran cosas pequeñas y rápidamente contaba la verdad, es por eso que toda esta situación de ocultarle cosas a Yeji se le hacía cada vez más difícil; era su mentira más grande. 

Según Chaeryeong, Yeji se tomaría las cosas bien. Decía que quizá su relación sea distinta al enterarse que su amiga y compañera de labores era en realidad su jefa. Lia por otro lado no estaba tan segura de que aquello fuese a ocurrir, del poco tiempo que conocía a la joven pudo notar que la honestidad era probablemente una de las cosas más importantes para ella. Yeji era como un libro abierto el cual podías tomar cuando te dé la gana si necesitas saber algo de ella. 

Todos estos pensamientos la inundaban mientras iba en el taxi de camino al departamento de Yeji, habían quedado para poder terminar el vestido ya que estaban atrasadas debido a la "enfermedad" de Lia. Seungcheol conduciendo para ella era otra de las cosas a las que tenía que renunciar debido a la batalla que tenía con su madre, al parecer la mujer estaba convencida de que su hija salía con uno de sus empleados y encontró que la mejor solución para acabar aquello era mantenerlos separados.

Se bajó del taxi de forma torpe, llevaba varias bolsas con telas y herramientas que servían para la confección de prendas. Yeji le había dicho que en su departamento tenía muchas cosas pero se quería asegurar de que no perdieran tiempo por la falta de algo. Entró al ascensor y seleccionó el piso de su amiga, si no fuera porque el taxista sólo necesitó la dirección para poder llegar al lugar seguramente Lia se hubiera perdido. No conocía ciertos barrios de la ciudad y como Seungcheol siempre la llevaba a todos lados tampoco tenía necesidad de tener un mapa en la cabeza, últimamente se cuestionaba muchas cosas.

Tocó el timbre y de pronto comenzó a sentir nervios de estar sola con Yeji. Claro, no era la primera vez pero al menos antes sentía que estaba en su territorio y que si algo salía mal podría huir a su habitación y esconderse por 100 años, aquí no tendría donde huir y claramente lanzarse de un quinto piso no sonaba a un plan. Sus nervios se convirtieron en terror cuando vio el rostro de Ryujin en vez de Yeji.

—Eres tú—. 

—Soy yo—. Saludó Lia, meneando su mano de forma incómoda, al parecer Ryujin todavía la odiaba y la cosa no sería fácil; el quinto piso no sonaba tan alto. 

—Yeji está en el baño, ya viene—. Ryujin entró dejando la puerta abierta, lo que para Lia significó que podía entrar al departamento sin problema. La menor vestía ropa deportiva y tenía audífonos puestos.

—Bueno ¿Y qué vamos a hacer hoy? —Preguntó Ryujin caminando al refrigerador y sacando una cerveza del lugar.

—¿Nos vas a ayudar? No sabía que te gustaba la moda. —No había contacto visual entre ellas ya que Lia continuaba entrando las bolsas que traía con ella. No pensó que Ryujin estuviera interesada en la moda, básicamente por ese conjunto deportivo que no era muy atractivo. 

—Yo creo que si, antes lo hicimos y funcionó—.

—Genial, cualquier ayuda nos sirve si queremos terminar hoy. —Lia creía que por fin había algo que ella y Ryujin pudieran tener en común para solucionar el mal ambiente que solía haber entre ellas.

—¡Lia! —El saludo de Yeji le interrumpió, ambas sonrieron al verse y por fin Lia se sentía cómoda simplemente por verla. —Trajiste muchas cosas, espero que podamos terminar hoy. —Lia asintió, abriendo las bolsas para que así Yeji pudiera ver todas las cosas que había traído.

—No, Dahyun. Todavía quedan unos treinta minutos, te puedes esperar. —Lia no pudo evitar sentirse estúpida al notar que todo este tiempo había estado hablando con la nada. Yeji rió y aquello provocó que sus mejillas se enrojecieran ¿acaso ella lo había notado? Pensó Lia, nerviosa de verse como una tonta frente a la menor.

—¿Te puedo ofrecer algo? —Preguntó Yeji, aliviando rápidamente sus pensamientos.

—¿Podría ser un jugo? Cualquier sabor me sirve. —Yeji asintió y caminó hasta el refrigerador, pareció tomarse un tiempo en revisar y luego sacó su cabeza del lugar para ver a Ryujin, y señalar que se quite los audífonos. —¿No compraste jugo? —preguntó la mayor cuando se aseguró de que su amiga le pudiera escuchar. —Compré cerveza. —Yeji volteó los ojos y cerró el refrigerador de golpe.

—Te dije que compres jugo y comida, el refrigerador solo tiene cerveza.  —Ryujin se encogió de hombros, parecía que para ella no era problema no tener comida ahí, sobre todo porque siempre pedían comida a domicilio y no había necesidad de tener más cosas en el refrigerador.

—Le haces compañía a Lia, iré a comprar y vuelo—.

—Oh, eso no es necesa.—Pero Yeji ya no estaba y ahora eran nada más Ryujin y Lia en el lugar. Ryujin que ya no llevaba audífonos, Ryujin que la odiaba y Ryujin con la que tendría que conversar si o si. 

—¿No te gusta la cerveza? —Preguntó la menor, Lia pensó bien en su respuesta ya que aquello podría hacer que la joven se moleste si no escuchaba lo que quería.

—Me gusta, si. —El silencio volvió y entonces Lia comenzó a pensar que quizá la tienda no quedaba tan lejos y se sentía capaz de soportar unos 5 minutos de silencio sin sentir esa necesidad de acercarse a la ventana. 

—No me caes bien. — Mierda pensó Lia de inmediato, odiaba que las personas de pronto decidieron ser tan sinceras sobre todo. —En realidad no es que me caigas mal. —Continuó la joven que no dejaba de verle mientras hablaba. —La verdad es que no tengo idea de quién eres pero Yeji pareciera estar obsesionada en pasar tiempo contigo. —Esa información le pareció importante, pero decidió no interrumpir. —Yeji es buena, demasiado buena de hecho y al parecer le agradas pero siento que le agradas mucho. No estoy celosa ni nada por el estilo ¿pero qué sabemos de ti? —Ryujin ahora estaba caminando en su dirección, podía sentir el olor a cerveza pero decidió no hacer muecas ni mostrar expresión alguna. —¿Quién eres?—.

Lia abrió la boca para contestar, sentía que había cedido ante la presión y creía que era momento de hablar pero la llegada de Yeji le salvó del interrogatorio. Se dio la vuelta para verle y cuando volvió Ryujin ya no estaba en la habitación.

—Dime que no te hizo pasar un mal rato. —Yeji puso las compras sobre el mesón de la cocina y sacó una botella de jugo que repartió en dos vasos, Lia agradeció el suyo y negó con la cabeza, probablemente porque estaba muy aterrada como para hablar.

—Ryujin es especial, pero créeme que no te odia. —Lia pareció tener problemas en creer aquello pero deseó no continuar con la conversación sobre su amiga. —Entonces ¿crees que podamos terminar el vestido hoy? —Yeji sonrió y asintió, estaba preparada para trabajar todo el día con ella.

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—Cuidado con eso. —Yeji tomó la pedrería y analizó el patrón que quería seguir, llevaban un par de horas trabajando y parecía que el vestido estaba casi terminado. 

—Lia ¿te puedo preguntar algo? —La chica ajustó sus gafas y apagó la máquina de coser para poder atender a Yeji, asintió  y esperó por la pregunta.

—¿Eres una niña rica? —Estaba agradecida de haber terminado su jugo hace ya un buen rato, sino probablemente lo hubiera escupido arruinando la tela con la que se encontraba trabajando.

—¿Por qué la pregunta? —Lia no pudo evitar reír por la elección de palabras de su amiga, pero creía que estaba bien que al menos así pudiera contar parte de su verdad.

—No es que sea algo malo. —Aclaró Yeji. —Es que Momo comentó que tu hermana lo era y además siempre vistes muy bien, digo con prendas que claramente cuestan lo que podría ganar yo en un mes. —Lia suspiró, claramente si su amiga conocía a su hermana entonces no había forma de no saber que el dinero no era problema para su familia.

—Pues sí, mi padre es Doctor y gana bastante bien. —Le explicó quitándose las gafas, Yeji parecía decepcionada porque le encantaba verla con gafas. —Se podría decir que el dinero nunca fue problema en mi familia.

—¿Y tu mamá? —Yeji se cuestionó si estaba siendo muy entrometida o si quizá aquello podía ser incómodo, de todas formas pensaba que ya tenían confianza suficiente como para conversar de ciertos temas.

—Mi mamá y yo estamos un poco peleadas recientemente. -- Aquello no era mentira, Lia sentía que quizá era la oportunidad perfecta para hablar de la verdad pero por otro lado no tenía ganas de hablar sobre su madre, sobre todo porque aquello le irritaba sencillamente al pensar en su madre.

—Entiendo, no tenemos que hablar de eso ahora. —Lia asintió, le gustaba aquello de Yeji ya que nunca le exigía más de lo que claramente podía dar. Yeji provocaba en ella algo que pocas personas lograban y era hacerle sentir muy cómoda en poco tiempo. Lia era bastante desconfiada y establecer una amistad con alguien le tomaba mucho tiempo. —¿Qué hay de tu mamá? —La pregunta se le devolvió y Yeji pareció pensar en su respuesta.

—Realmente no la conocí mucho. —Ambas se quedaron viendo en silencio. —A ninguno de mis padres. Me crié con mi hermana mayor y siempre hemos sido ella y yo. —Las dos compartieron una sonrisa llena de significado. Lia de orgullo y agradecimiento por su confianza y Yeji como respuesta a la comodidad que sentía con la otra.

La tarde continuó entre risas y arduo trabajo de parte de ambas, habían decidido que no había descanso hasta que el vestido quede terminado y los accesorios fueran elegidos. Yeji lo desconocía pero Jisu tenía planificado que aquella prenda fuera presentada en el desfile de moda previo a la nueva temporada de FOORY.

El calor de la respiración de Yeji le resoplaba en el cuello, Lia solía pensar que aquello era común pero en ese momento sentía nervios. Volteó la mirada lo suficiente como para que los rostros de ambas quedaran a centímetros de distancia. Yeji decidió mirarla y ahora estaban haciendo contacto visual sin nada que les obstruyera, Lia abrió los labios con intención de hablar pero los cerró, se sentía incapaz de decir algo.

—Me encanta. —Yeji si pudo, finalmente Lia se separó lo suficiente como para darse cuenta de lo que estaba sucediendo. El vestido estaba terminado y ambas lo admiraban como si fuera una pieza de arte. Otros dirían que más bien Lia admiraba otra cosa, pero prefería intentar demostrar su adoración al resultado final de lo que juntas habían preparado. 

—No le cambiaría absolutamente nada. — Yeji continuó hablando sobre el vestido y Lia asintió, finalmente volviendo a tierra. Acarició la tela y la contraria realizó lo mismo, sus manos hicieron contacto un par de veces sobre la tela, era un acto íntimo pero inocente, aquello era sinónimo de que juntas habían logrado crear algo diferente y especial, algo entre ellas. 

—¿Crees que le guste a Minah? —Lia se puso de pie, comenzando a ordenar algunas cosas que había dejado en el lugar, miró su reloj de mano y se impresionó de lo tarde que era. —La verdad no sé, es muy diferente al estilo que suelen tener en FOORY. —Lia asintió, aquello era cierto y hasta cierto punto frustrante porque un vestido como el que habían preparado era probablemente algo que podía cambiar el juego a la hora de hacer noticia.  —Pero no perdemos nada con intentarlo ¿o si? —Insistió, realmente creía que podían conseguir algo. —Podrías mostrárselo. —Lia parecía convencida de lograr algo.

—¡¿Yo?! —Yeji se apuntó con ambas manos haciendo que la mayor riera mientras asentía.

—Ella ni sabe quién soy, al menos a ti te ve en el taller, anda.  —Puso ambas manos en los hombros de Yeji y las meneo para hacer que ella tambaleara riendo ahora. —Siempre logras convencerme de todo. —Lia mordió su labio inferior, intentando no parecer excesivamente emocionada por haber conseguido su objetivo. Besó su mejilla un par de veces y le guiñó un ojo. —Si hay alguien que puede convencer a una mujer de cambiar sus principios, eres tú. 

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N/A: ¡Hola! Quería informarles que los capítulos serán un poco más cortos de lo habitual pero que actualizaré un poco más seguido. Espero entiendan y les guste la historia. 

 

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