Capítulo 12.

Amor entre telas. / Yeji & Lia

La noche anterior.

Ryujin encontraba que el departamento estaba extrañamente silencioso, luego cayó en cuenta de que seguramente el silencio se debía a ella. Por lo general la presencia de Yeji era poco perceptible en el lugar y siempre era Ryujin quien llenaba el espacio de vida, ya sea con sus gritos mientras jugaba, la TV prendida o simplemente con música.

Su cabeza no dejaba de dar vueltas en la conversación que había tenido con Chaeryeong, no sabía qué hacer con la poca información pese a lo impactante que podría ser.

En parte la menor tenía razón, ellas no tenían derecho a involucrarse en una relación de la que no eran parte, pero Yeji era como su hermana y cualquier cosa que le pudiera hacer daño si le importaba. Creía que si involucrarse en su relación haría que no saliera lastimada entonces tenía que hacerlo.

Yeji se encontraba sentada en una de las sillas que tenían en la terraza, Ryujin se apoyó en el borde de la puerta deslizable y observó desde ahí los movimientos de su mejor amiga. Se encontraba con un cuaderno y un grafito en su mano, dibujaba líneas y por lo que podía ver se trataba de la vista que tenían frente a ellas.

—Hace mucho no te veía dibujar. —La voz de Ryujin fue delicada y no contuvo a Yeji de continuar con lo suyo. La menor tomó asiento a su lado en silencio y siguió viendo las líneas que trazaba la más alta.

—Lia me regaló la libreta y me pareció bien hacer algo con ella. —Ryujin asintió, debía admitir que desde que su amiga había comenzado a salir con Lia las cosas habían cambiado. Tenía más color, más vida y no se reprimía de hacer las cosas que disfrutaba. Tal vez Chaeryeong tenía razón y no tenían que meterse en sus cosas.

—¿Pasa algo? Estás muy callada. —Yeji dejó que la libreta y el grafito descansen en sus muslos para poder observar a su amiga que se encontraba mirando la vista frente a ellas. Ryujin sabía que para la otra sería extraño el excesivo silencio en el departamento, aquello sólo podía significar que había algo molestándote o que tenía alguna preocupación especial.

—Lo tuyo con Lia va en serio ¿Verdad? —Las palabras de Ryujin llamaron su atención, no creía que su preocupación podría estar relacionada a ella, ni mucho menos a su relación. Ella sabía bien que Lia no era del total gusto de Ryujin, pero al mismo tiempo no pensó que aquello pudiera llegar tan lejos como para tener a su amiga así de preocupada.

Yeji asintió mientras una involuntaria sonrisa se formaba en su boca al pensar en la joven con la que planeaba pasar sus días.

—¿Confías en ella? —.

—Claro que confío en ella ¿Qué clase de pregunta es esa? —Ryujin no estaba segura tampoco de qué clase de pregunta era esa, pero definitivamente era una que necesitaba de algún tipo de explicación previa o posterior. —¿Hay algo que me quieras decir? —El tono de voz era distinto ahora, era más serio y quizá un poco molesto. Al principio Yeji pensaba que toda la desconfianza que tenía sobre Lia era divertida, casi infantil. Pero ahora que las cosas comenzaban a ser serias entre ellas ya no era divertido, al contrario, comenzaba a ser molesto.

—No hay nada que yo sepa. —Confesó Ryujin, y eso era cierto ¿Qué tenía que decir como prueba de que Lia no era sincera? Absolutamente nada. Lo único era su desconfianza y las extrañas cosas que solía soltar Chaeryeong. De pronto comenzó a pensar que quizá todas esas ideas que Chaeryeong le metía en la cabeza no eran más que intentos desesperados por separar a su mejor amiga de Yeji, después de todo ella estaba enamorada y una mujer enamorada podría hacer muchas cosas para conseguir a la persona que quería. Pero no, eran muchas las coincidencias como para simplemente ser eso.

—Quiero que sea mi novia. —Las palabras de Yeji la despertaron a la realidad, su amiga ya estaba más que conectada con Lia y ninguna de sus teorías podrían hacer que eso cambie.

—Deberías hablar con Chaeryeong. —Pero tal vez las palabras de Chaeryeong si podrían hacerle cambiar de opinión.

—¿Chaeryeong? —Ryujin asintió, sabía que al hacer eso probablemente se ganaría unos cuantos golpes de parte de la menor, pero no era nada que no se pudiera solucionar con un par de besos luego.

—¿Qué tiene que ver Chaeryeong con todo esto? —No quería dar más detallles al respecto, básicamente porque tampoco estaba completamente segura de qué tenía que ver Chaeryeong en todo. Ni siquiera sabía cuál era la información que ella manejaba, pero sí sabía que de alguna forma podría cambiar la imagen que su amiga tenía de la chica que le gustaba.

—Yo creo que ella tiene algo que decirte, quizá no sea nada. Al menos hazlo ¿si? —Yeji asintió y se puso de pie, dejando a su amiga sola.

Ryujin descansó su cabeza entre sus piernas y esperó estar haciendo lo correcto, lo que menos quería es que alguien saliera lastimado en esto.

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Presente.

Chaeryeong ya había bebido un vaso de agua completo en su espera por Yeji. Había meditado toda la noche y toda la mañana sobre si asistir o no al almuerzo con la mayor y realmente todavía no estaba segura de qué hacer pese a estar sentada en el restaurante sabiendo que claramente ya no había vuelta atrás.

Tenía muchas ganas de ver a Ryujin y decirle una buena cantidad de cosas. Sabía que en parte era su culpa por abrir la boca en el momento y con la persona incorrecta, pero jamás pensó que Ryujin iría corriendo a hablar con Yeji sobre lo que le había dicho.

En ese momento sentía que la relación de Yeji y Jisu estaba en sus manos, era ella quien podía decir la verdad y finalmente serían ellas las encargadas de decidir si aquello significaba suficiente como para romper la relación o si Yeji lo tomaría como algo insignificante. Chaeryeong sentía celos, no lo podía negar pero también estaba feliz por ver la forma en que Jisu estaba creciendo y madurando pese a todas las cosas que tenía en contra.

Cuando por fin tuvo a Yeji frente a ella logró notar lo que su mejor amiga había visto en ella. Hwang Yeji era realmente atractiva. Tenía un cuerpo delgado, buena altura, ojos serios pero dulces y además de eso vestía de forma chic. Si el amor se basara en aspectos físicos entonces no había forma de no caer rendida a los pies de Yeji.

Pese a todo eso, Yeji además tenía una personalidad divertida y fácil de llevar. Jisu era algo introvertida y si bien Yeji también podría serlo, era el tipo de chica que te hacía sentir confianza en apenas unos minutos.

Luego de unos minutos conversando y comiendo, ambas se sentían cómodas con la compañía de la otra y ver el brillo en los ojos de Yeji cada vez que se mencionaba a su mejor amiga hizo a Chaeryeong aceptar que no iba a hablar, no valía la pena meterse en la relación si al fin y al cabo no era de su importancia.

Claro, aquello sonaba bien en los pensamientos de Chaeryeong pero en el momento en que Yeji dio indicios de hablar del tema Chaeryeong simplemente entró en pánico.

—Ryujin dijo que tenías algo que decirme. —Yeji parecía incómoda de sacar a colación el tema, era muy dulce como para intentar comenzar a hablar de algo que probablemente sería difícil para ambas. —La verdad es que yo no entiendo mucho a Ryujin. —Aquello desconcertó a Chaeryeong, parecía que la conversación comenzaba a dar un giro inesperado. —Yo sé que ustedes dos son más cercanas ahora y me parece increíble. —Las mejillas de Chaeryeong se enrojecieron además le hicieron preguntarse qué tanto sabía Yeji sobre lo que estaba pasando entre ella y su mejor amiga.

—¿Cuál es el problema que Ryujin tiene con Lia? —Chaeryeong se sintió un poco intimidada por Yeji, podía notar la frustración en el tono de voz de la mayor y aquello le hizo hablar sin pensar.

—Yo creo que Ryujin está celosa. —Yeji levantó una ceja casi como poniendo en duda sus palabras apenas salieron de la boca de Chaeryeong y ella lo tomó como una señal de que debía decir algo más. —En mi perspectiva yo creo que Ryujin está atraída por Jisu. —Luego de decir eso supo inmediatamente que aquello solo traería más problemas para su mejor amiga y también para Ryujin. Pero sentía que le pasaba el problema a alguien más pese a sentirse como la peor persona del mundo.

Yeji apegó su espalda contra el respaldo de la silla y le dio sentido a la frase "caerse de espalda" luego de escuchar algo realmente impactante. El respaldo era lo que la mantenía en su lugar porque si no fuera por ello probablemente ya estaría en el suelo.

Ambas se miraron, los ojos de Chaeryeong eran inseguros y los de Yeji preocupados.

Yeji sabía que Jisu no estaba ni cerca de ser del tipo de Ryujin, pero tampoco estaba segura de cuál era efectivamente el tipo de su mejor amiga. Ryujin jamás había tenido una relación seria por lo tanto todo se basaba en sus conocimientos de su mejor amiga.

—No creo que eso sea cierto. —Finalmente salieron palabras de la boca de Yeji y Chaeryeong se encogió de hombros, casi como si no fuera ella la persona que puso esas ideas en su cabeza.

—Simplemente es lo que pensé, tampoco creo que sea serio pero quién sabe. —Yeji asintió a sus palabras, "entonces es lo que piensa y no es nada serio". Finalmente Yeji sonrió, no tenía absolutamente nada que temer.

—Gracias por preocuparte, Chaeryeong. En todo caso, yo no creo que ese sea el problema de Ryujin. Seguro solamente está siendo un poco infantil. —Razonó Yeji, obteniendo el asentimiento de Chaeryeong. —Realmente con todo lo que le está pasando a Lia. —Pausó para pensar mejor en sus palabras. —Es muy difícil, sin ti ella probablemente estaría muy mal. Gracias por cuidarla. Prometo también apoyarla en todo este proceso y no te preocupes por su corazón, lo voy a cuidar bien—.

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"No te preocupes por su corazón, lo voy a cuidar bien" Chaeryeong sentía que las palabras de Yeji tenían casi un significado oculto. Era como si le quisiera decir "Aléjate de mi chica, ahora yo cuidaré de ella" y Chaeryeong no podía evitar sentir celos pese a también saber que Yeji era lo mejor para Jisu en estos momentos.

No estaba segura cómo sentirse, a ratos se sentía como un monstruo egoísta y luego aceptaba que no era su culpa, que era el amor lo que la cambiaba.

Si de algo estaba segura era de que no era tan mala persona como para lanzar la piedra a Ryujin y dejarla sin ningún tipo de aviso previo.

Tocó el timbre un par de veces hasta que finalmente la cara de Ryujin se asomó en el borde de la puerta, Chaeryeong empujó la puerta y la mayor le vio un poco aterrorizada.

—Si me vienes a golpear debes saber que no me arrepiento, soy una amiga preocupada. —Ryujin se defendió rápidamente, sabía que Chaeryeong estaba molesta con ella y que debió haberle dicho todo antes de lanzar a Yeji a hablar con ella.

—Da igual, ahora estamos a mano—.

—¿A mano? —Ryujin le vio sin comprender, cómo podrían estar a mano con algo así.

—Le dije a Yeji que estabas enamorada de Lia y que por eso intentaban meterle ideas en la cabeza.

—Lee Chaeryeong ¿Qué rayos tienes en la cabeza? —Ryujin estaba molesta, muy molesta. Ambas se quedaron viendo seriamente, si alguien quisiera aprender a matar con la mirada probablemente debería tomar nota de la forma en que las dos jóvenes se miraban.

—¿Cómo se te ocurre decir algo así? —Chaeryeong se encogió de hombros y tomó asiento en el sofá.

—Mira Ryujin, Yeji ni siquiera me creyó y piensa que es una teoría estúpida de mi parte así que no tienes nada que temer. —Pero Ryujin seguía molesta, se notaba en su mirada. —Y por lo que sea que te estés preocupando ya quitalo de tu cabeza. Jisu es una buena chica y quiere mucho a Yeji. —Al saber que Ryujin no tomaría asiento decidió ponerse de pie para poder verla de cerca. —Ya deja de meterle ideas a Yeji, ellas se quieren y ninguna de las dos va a poder hacer algo contra eso—.

—Está bien—.

—¿Está bien?—. Volvió a preguntar Chaeryeong mientras Ryujin asentía.

—Yeji nunca te iba a creer esa mentira y ya estoy cansada de meterme en su relación con Jisu —.

—¿Por qué no me iba a creer? —.

—Porque Yeji sabe que me gustas tú—.

Fueron esas las últimas palabras que se escucharon en el departamento antes de que las dos volvieran a su rutina de besos, aunque esta vez llegando bastante más lejos.

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Lia había recibido un extraño mensaje de texto en el que Chaeryeong le comunicaba que no pasaría la noche en el departamento. Hace unos años Jisu diría que una de las cosas que más odiaba era dormir sabiendo que no había nadie más en la casa donde se encontraba, pero luego de vivir en Europa se encantó de la soledad y la independencia.

El problema es que después de todo lo ocurrido con su madre y su padre había algo triste en pasar la noche absolutamente sola. No dudó dos veces en llamar a Yeji, la verdad es que la extrañaba y creía que en sus brazos encontraría un poco del apoyo que no había recibido últimamente.

"Me parece perfecto porque ya voy en camino" había respondido Yeji apenas Lia la había llamado. No sabía si había intuido que las cosas iban mal o si simplemente había decidido ir a verla por voluntad propia. Sea cual sea la razón, venía en el mejor momento y no podía sentirse mejor.

Se mantuvo acurrucada en el sofá junto a varias almohadas por unos largos y detestables minutos hasta que finalmente sonó el timbre del departamento. Se paró con un poco de pereza pero una vez en pie caminó rápidamente para recibir a la hermosa chica.

No le tomó mucho tiempo para notar que las ropas que llevaba puesta se le hacían familiares. —Uhm ¿es eso? —Preguntó con algo de inseguridad y confusión, Yeji sonrió ante la tierna reacción de la mayor y asintió felizmente antes de entrar al departamento. Dejó la bolsa con pastelitos que había comprado y dio un par de vueltas frente a ella para que así Lia terminara de analizar su outfit.

—¿Y? ¿No me vas a decir nada? —Un pequeño puchero se formó en sus labios por la demora en reacción de parte de Lia quien finalmente despabiló y tomó a Yeji en sus brazos.

—Te ves hermosa, en serio. —La soltó luego para poder admirar el conjunto que llevaba puesto la más alta. Llevaba unos jeans rotos, una blusa blanca a medida y una chaqueta color rosado con toques desteñidos.

—¿En qué momento? —Preguntó Lia quien de pronto sintió que su simple camiseta blanca y pantalones deportivos no eran dignos de estar frente a la diosa que era Yeji.

—En las noches. —Suspiró Yeji haciendo notar su rostro cansado, Lia se sintió un poco culpable por eso pero la dejó seguir hablando. —Y mira. —Sacó de la bolsa una chaqueta similar a la que llevaba puesta pero con un color verde agua. —Es para ti. —Lia pasó sus manos por la tela y sonrió, sintiendo que no iba a dejar de sonreír por una gran cantidad de tiempo.

El conjunto que llevaba puesto Yeji era uno de los bocetos en su libreta, antes Jisu no sabía cuántas páginas había revisado pero al parecer si había visto bastante. Yeji se había tomado el tiempo de crear con sus propias manos el conjunto que llevaba puesto además de la chaqueta que ahora Jisu traía puesta.

—Nos vemos hermosas. —Suspiró Jisu, abrazándose al cuerpo de la más alta para luego plantar un suave y dulce beso en sus labios. Yeji sentía que le tomaría un buen tiempo el acostumbrarse al contacto físico entre ellas, sobre todo si iniciaba de parte de la mayor. Pese a eso, sus manos siempre encontraban la forma de colarse en la cintura de Lia  para poder acercarla más a su cuerpo y permitir que el contacto durara más tiempo.

—Te quedaron preciosas, jamás pensé ver alguno de mis diseños fuera de esa libreta. —Yeji alcanzó a limpiar la solitaria lágrima que recorría parte de la mejilla de su chica, le pareció una reacción tan natural y honesta que no pudo evitar abalanzarse a ella para poder dejar otro beso en sus labios, ahora un poco más intenso y romántico.

—Todas los diseños que has creado merecen ser vistos por el mundo, aunque sea si somos nosotras las modelos. —Ambas rieron, Lia descansó su rostro en el pecho de la mayor quien la abrazó, acariciando su espalda suavemente. —Gracias, Yeji. Realmente me das vida—.

Lia decidió que pasaran a la terraza, ordenando una mesita con los pasteles que había traído Yeji además de dos tazas de té. La noche estaba estrellada y todo el ambiente era extremadamente romántico. Jisu pensó que si pudiera iría a su casa para tomar su tocadiscos y dejar que la suave música envolviera el lugar. Intentó no pensar más en lo que podría ser y comenzar a vivir en el lugar y el momento.

—Están muy ricos. —Jisu mordió un pastelito decorado de corazón y luego lo puso frente a la boca de Yeji para que ella pudiera probarlo también. Esas pequeñas cosas hacían que Yeji cayera rendida a los pies de Jisu, era tan humilde y sencilla en sus movimientos que simplemente no podía dejar de verla.

Luego de comer, Jisu llevó una mantita para poder acurrucarse entre los brazos de la menor y mantenerse cálidas pese al frío de la noche. —¿Está muy agotador el trabajo? —La voz de Jisu interrumpió el silencio y Yeji asintió, recordando lo frenético que había sido su día con todo lo que debían hacer en FOORY. —Ya no queda nada para presentar el inicio de semana, Jinah quiere que todo sea perfecto así que nos tiene trabajando sin parar. —Lia podía imaginar a la delgada mujer corriendo por todos lados, metiendo sus ojos en cada tela para asegurarse de que Minah estuviera contenta con todo.

—¿Y Minah? —Lia dudó si preguntar pero la curiosidad y el interés por saber de su madre fueron mayor.

—No tengo idea, hace días no aparece en el taller. —La respuesta de Jisu fue silencio puro. Se preocupó, su madre jamás dejaría cosas al azar cuando en nada debía mostrar sus nuevas prendas a los inversores.

—Oye. —La voz de Yeji la interrumpió de sus pensamientos, al parecer llevaba un buen tiempo intentando llamarla.

—¿Si?—.

Yeji acomodó el cuerpo de la más baja para que así se pudieran ver mejor, siendo la luz de las estrellas y de los edificios de afuera lo único que las iluminaba. Lia no pudo evitar estirarse y besar su boca con cuidado.

—Quería que ocuparamos estas prendas porque quiero que hoy sea un día especial. —Confesó Yeji, intentando conectar sus ideas pese a la constante distracción que eran los labios de su chica.

—Es un día muy especial. —Asintió Jisu, después de todo habían compartido una preciosa tarde y seguramente Yeji pasaría la noche a su lado sabiendo que Chaeryeong no llegaría.

—Quiero que sea más especial. —Jisu decidió parar con sus constantes besos y Yeji pareció agradecer, sobre todo porque necesitaba de toda su concentración para poder continuar con lo que quería hacer.

—¿Quieres ser mi novia? —La pregunta salió finalmente sin ningún titubeo y con el constante contacto visual entre ambas. Los ojos de Jisu se agrandaron de impresión, sabía que seguramente su relación con Yeji terminaría en algo así pero no por eso no se impresionó.

—Llevo un tiempo en el que mis pensamientos solo te tienen a ti, tu sonrisa y tu forma de ser. —Yeji hablaba con seguridad y sin dejar de verla. —Sería una tonta si no aprovechara de pedirte que seas mía, oficialmente. —Concluyó la menor, esperando con atención la respuesta de Lia.

—Claro que quiero ser tu novia, dios. Necesito que seas mi novia. —Ambas rieron por la elección de palabras que había tenido, pero finalmente Jisu aceptó y ahora compartían su primer beso de novias oficialmente.

—Mi novia. —Suspiró Yeji, enamorada de la forma en que las palabras salían de su boca.

—Toda tuya. —Asintió Lia, buscando nuevamente sus labios. Aquellos que comenzaban a ser su adicción.

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