Capítulo 16.

Amor entre telas. / Yeji & Lia

Las palabras de Jinah continuaban dando vueltas por su cabeza, jamás pensó estar tan cerca de lo que siempre quiso para luego verlo caer literalmente en cenizas. La asistente de su madre se había retirado hace apenas un par de minutos pero con sus palabras resonando en su cabeza parecía seguir ahí.

El sonido de su móvil le devolvió a la realidad, suspiró pensando que quizá ya era hora de comenzar a responder a las incesables llamadas de su hermana, mejor amiga y claramente de su novia. En ese mismo orden decidió hacer las cosas. Yuna simplemente quería asegurarse de que su hermana no necesitaba algo o si quería que fuera a verle, gracias a su padre ya se había enterado que el estado de salud de su madre era bueno por lo que su preocupación principal en ese momento era la salud mental de su querida hermana.

—No te preocupes, Yuna. —Fue la respuesta de Lia ante su preocupación. —Estoy muy estresada y cansada pero luego de una ducha caliente las cosas estarán bien. —Le aseguró, calmando así a la menor de las hermanas.

—Está bien pero si llegas a necesitar cualquier cosa me llamas ¿si? Sabes que aquí estoy para lo que sea y. —Pausó unos segundos, insegura sobre si decir o no lo que tenía en sus pensamientos. —No te preocupes por papá, simplemente está recibiendo lo que merece—.

—Gracias Yuna, buenas noches. —Se despidieron sin más, y Lia se encogió en el sofá. Quería no darle importancia a su padre, era un problema con el que no quería lidiar por ahora y quizá nunca.

Sabía que las llamadas con Chaeryeong y Yeji no serían fáciles así que decidió ir por su ducha caliente antes de hacerlo. Cerró sus ojos y dejó que el agua le ayude a despejar la mente, habían ocurrido tantas cosas en tan poco tiempo que no estaba segura ya de nada.

Se suponía que sería un buen día, había pasado su primera noche con Yeji y el resto del día lo iba a pasar a su lado para luego decirle toda la verdad sobre su familia. Pero nada de eso había sucedido, por lo contrario, apenas había sabido de su novia luego de salir corriendo en la mañana. Tenía tantas explicaciones que dar.

Al salir de la ducha buscó una de sus pijamas que todavía estaban en su casa. Dejó la ropa de Yeji en la canasta de la ropa sucia y antes de ir a hacer sus llamadas decidió ir a ver a su madre.

Al llegar a su habitación esperaba verla recostada en su cama o quizá durmiendo pero no podía estar más equivocada. Su madre estaba de pie, revisando cosas en su escritorio. Al dar un par de pasos adelante notó que lo que su mamá revisaba eran fotografías antiguas de ella en el taller de FOORY.

—Este fue el primer taller. —Habló su madre todavía dándole la espalda a Jisu. —En realidad no era un taller, era el primer departamento que compramos con tu padre. —Al estar más cerca, Jisu distinguió a su mamá, en el suelo con una antigua máquina de coser y muchas telas tiradas alrededor. —Un par de semanas después de que la fotografía fuera tomada me enteré de que estaba embarazada—.

Los delgados dedos de su madre cambiaron de fotografía, mostrando ahora una de sus padres abrazados con Minah notoriamente embarazada. Se veían felices y enamorados, bastante distante a la realidad actual. —Estábamos locos, pero llenos de sueños y amor. —Sin siquiera decir más, Minah cerró el álbum de fotos y se volteó para ver a su hija con una sonrisa.

—Nadie iba a pensar que todo se iba a acabar. Mi matrimonio primero y ahora FOORY. —Minah caminó por su costado y dejó el álbum de fotos en un estante, sentándose luego en su cama para ver a Jisu desde ahí.

—No digas eso, mamá. No debes ver esto como un fin, hay que verlo como el empujón que necesitaba FOORY para reinventarse. —Minah estaba admirada de cómo el tiempo que Jisu vivió por su cuenta la habían vuelto tan independiente, con un discurso personal formado y sin miedo. Hace unos meses su hija no hubiera sido capaz de mirarla a los ojos y decirle cosas así sin tartamudear o titubear.

—Eres mi orgullo, Jisu. —La sonrisa en el rostro de su madre confundió a su hija. —Ve a dormir, mañana veremos qué hacer. —Jisu prefirió asentir y retirarse del lugar, de pronto sentía que era su labor hacer que su madre no renuncie a todo lo que había construido. Después de todo no era fácil encontrar a una mujer independiente y capaz de construir un imperio en épocas en que era tan difícil destacar.

Ya recostada en su cama, Lia tomó su teléfono y decidió marcarle a su mejor amiga que no demoró ni un par de segundos en contestar.

—Choi Jisu ¿dónde rayos estás? —No esperó escuchar nada lindo de parte de su amiga, al menos le hizo sonreír.

—¿Por qué estás susurrando? —.

—Eso da igual, yo estoy haciendo las preguntas. —Pero a Jisu le estaba costando tomarse con seriedad a su amiga por el bajo tono de voz que estaba usando.

—Estoy en casa, con mi mamá—.

—¿Está todo bien? Hablé con Seungcheol, me dijo que tu mamá estaba bien pero que se había perdido todo. Perdón por no estar ahí, estaba en medio de un examen y luego se me fue imposible ubicarte—.

—Está todo bien, Chaer. —Aunque claramente no lo estaba. —Es decir, se perdió todo y mi mamá está destrozada. —Aclaró, cerrando los ojos y acomodando su cabeza contra la almohada. —Pero no hay heridos ni vidas que lamentar, lo demás se puede recuperar aunque mi mamá crea que ya no hay vuelta atrás—.

—Tiene sentido que se sienta así. Vi las imágenes en las noticias y.—Chaeryeong suspiró. —Hay que agradecer que solo se perdieron cosas materiales.

Ambas se quedaron en silencio, Jisu realmente no estaba de ánimos de iniciar una conversación y Chaeryeong parecía incómoda con la llamada. —Mmm ¿Qué piensas hacer con ya sabes...—Su voz se fue desvaneciendo poco a poco, siendo casi inaudible.

—Chaeryeong ¿Dónde estás? —Lia abrió los ojos, sintiendo que Chaeryeong estaba siendo particularmente extraña. Entonces de la nada comenzó a escuchar sonidos de agua cayendo. —¿Qué es ese ruido? —.

—Ahora sí. —Chaeryeong finalmente habló en un tono normal. —Hice correr el agua de la ducha para poder hablarte, estoy en el departamento de Ryujin y Yeji. —Explicó, haciendo que el corazón de Jisu comenzara a latir fuerte.

—¿Qué haces ahí? —.

—Uhm, Ryujin me invitó a pasar la noche y me encontré acá con tu novia desesperada por no verte en todo el día ¿en serio no la has llamado?—.

—Es complicado, Chaer. Salí de allá muy apurada y recién tengo tiempo a solas. —Lia sentía que las tapas de su cama la abrazaba contra el colchón, casi hundiéndose ahí mismo. —Y la verdad no estoy segura de cómo explicar todo, estoy tan...tan abrumada—.

—Se entiende, realmente no te estoy juzgando. —Su voz parecía sincera y comprensiva. —No tienes que explicar todo ahora, Jisu. Pero ella está preocupada por ti y ambas sabemos que se merece saber que estás bien. —Lia asintió, no siempre estaba de acuerdo con su mejor amiga pero la forma en que parecía comprender todo le calmó un poco.

—Está bien, voy a hablar con ella ahora ¿si? Cualquier cosa te llamo. -- La pausa del sonido del agua le hizo saber que la conversación ya estaba acabada.

—Descansa, te llamo mañana. —Lia se quedó en silencio, viendo el techo de su habitación antes de tener que hacer la famosa llamada.

Suspiró al leer el nombre de su novia en la lista de contactos, bueno ya no podía seguir dándole vueltas al asunto por lo que presionó el contacto y dejó que comenzara a marcar.

—Amor. —La voz de su novia por fin se escuchó del otro lado, Jisu cerró los ojos intentando relajarse y no dejarse llevar por el pánico del momento.

—Hola, perdón por desaparecer. —Acarició sus sábanas, notando lo suave que eran.

—Estaba preocupada...pensé que quizá hice algo malo. —La voz de Yeji igual era suave, seguramente no quería que Chaeryeong y Ryujin la escucharan hablar. —Ya sabes...por lo que hicimos anoche—.

Jisu no había pensado en eso, desde un principio asumió que la preocupación de Yeji se debía a sus secretos y la extraña forma en que la noticia del incendio la hizo salir corriendo de ahí, estaba equivocada. Al parecer Yeji pensaba que el haber pasado su primera noche juntas la había puesto así de alterada.

—¡No! —Su reacción fue inmediata. —No has hecho nada malo, amor. —Le aseguró, queriendo eliminar cada rastro de duda en su novia. —Lo de anoche fue increíble, fue lo más especial y hermoso que he sentido. —

Una sonrisa se formó al recordar la noche anterior, acarició su labio inferior con uno de sus dedos intentando ocultar esa expresión pese a no tener a nadie viéndola. —¿En serio? —La voz del otro lado le causó ternura, no podía imaginarse a su Yeji así de asustada por el tema.

—En serio, cariño. —Volvió a asegurar Lia, no importaba la cantidad de veces que tuviera que asegurar a su novia al respecto, lo haría una y otra vez de ser necesario.

—Entonces ¿te fuiste por otra cosa? Todo fue muy rápido—.

—Mi mamá estaba en el hospital y tuve que correr, no sé todo me nubló con las noticias y así. Salí corriendo y recién ahora estoy descansando, perdón por no comunicarme antes. —Mordió su labio, esperaba no tener que dar más explicaciones en ese momento porque estaba muy agotada.

—¿Está bien tu mamá? —La forma en que el tema se desvió rápidamente a la salud de su madre era.

—Si, pero debo cuidarme en casa para cuidarla ¿no es problema, verdad?—.

—Claro que no, tomate el tiempo que necesites. —Ambas se quedaron en silencio por unos segundos, era cómodo y si bien lo único que se escuchaban eran las respiraciones ajenas parecía ser suficiente. —Te extraño. —La voz de su novia la hizo sonreír. —Te extraño más. —La respuesta no demoró en salir de parte de Lia.

—No olvides que todo estará bien, y que siempre estaré si me necesitas—.

—Te quiero mucho, Yeji.

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—¡Mamá! —Minah despertó de golpe con los movimientos de su hija quien llevaba un tiempo intentando despertarla.

—¡¿El taller?! ¿Hay fuego? —Se levantó rápidamente, asustada con que quizá nuevamente estaba despertando con una horrible noticia como la de la mañana, vio su relój de escritorio y se dio cuenta de que no era de día sino que eran las dos de la mañana.

—No, mamá. Tranquila ¿si? —Jisu bajó su tono de voz y se sentó junto a ella a los pies de la cama, viendo a su mamá con toda la atención del mundo hasta que la mayor pareció lo suficientemente despierta.

—¿Qué pasa? Son las dos de la mañana. —Sus ojos se entrecerraron cuando Jisu prendió todas las luces de la habitación.

—Lo sé pero tengo una idea. —En ese momento Minah notó que su hija estaba completamente vestida y bastante enérgica, hasta sonreía. —Vamos a presentar mis prendas en la semana de la moda. —Sus manos estaban nerviosamente jugando con la tela de su ropa, de pronto tímida de compartir su idea.

—¿Qué dices? Eso es...es una locura. —Minah había desechado por completo la idea de presentar a FOORY en la semana de la moda, después de todo habían perdido las prendas que debían presentar y no se podían recuperar.

—Mamá, confía en mí. Yeji y yo trabajamos mucho para crear cada una de las prendas, la calidad es perfecta y...realmente creo que podría tener éxito—.

—¿Y qué opina Yeji de todo esto? —La idea comenzaba a tomar forma en la cabeza de Minah pero todavía había algunos cabos sueltos para solucionar.

—Eso lo vemos después, no tenemos tiempo que perder, mamá. Hablaré con Seungcheol para que nos lleve a nuestro departamento y ahí arreglamos todos los detalles. Créeme, podemos salvar FOORY con esto. —Jisu se quedó viendo a su mamá, los ojos llenos de esperanza de ser aceptada por su madre. La mujer suspiró, realmente ya no tenía nada que perder.

—Está bien, dios. Es una locura pero, de una locura nació FOORY. —Lia saltó en su puesto, aplaudiendo emocionada tras recibir la aprobación de su madre. —Pero yo manejo, no necesitamos de Seungcheol. Ya te dije que no confío en ese chico.

Al entrar al departamento de Chaeryeong y Lia, Minah aumentó sus niveles de orgullo al ver todo lo que había logrado su hija en el poco tiempo que había estado sola. —Es un lindo lugar. —Comentó mientras Jisu preparaba la cafetera, sería una larga noche después de todo.

—¿Dónde está Chaeryeong? —Preguntó su madre, notando que el departamento estaba extrañamente vacío.

—Salió, pasará la noche en casa de una amiga. —Luego de dejar andando la cafetera, guió a su madre a la habitación que usaba como taller. Ahí Minah comenzó a inspeccionar cada uno de los diseños con el ojo crítico de siempre, su hija se quedó en una esquina esperando recibir feedback positivo.

—Es todo tan perfecto. —Comentó su madre mientras seguía revisando en detalle cada uno de los diseños. —¿En qué necesitas mi ayuda, hija?—.

Y así fue como las dos comenzaron a trabajar en algunas de las prendas que estaban por terminar o que necesitaban algunos cambios en ciertos detalles. FOORY tenía un prestigio que mantener y si bien su hija había hecho un buen trabajo todavía había cosas que necesitaba algunos arreglos.

—Jisu, creo que esto saldrá muy bien—.

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—Bueno entonces yo voy a escoger la película. —Ryujin se apoderó del control remoto, Yeji parecía mucho más interesada en su teléfono que en ver los títulos que mostraba la televisión. Por otro lado Chaeryeong buscaba cosas para comer en la cocina.

—¿Puedes dejar ese teléfono de lado? Estoy segura de que tu novia te va a llamar en cualquier momento. —Apenas vio que Chaeryeong se sentaba a su lado le robó algunas palomitas del bowl. —Chaer ¿Le puedes decir que Lia sigue viva y que no la dejó abandonada? —Chaeryeong comenzó a reír y se encogió de hombros.

—Realmente no tengo idea donde está, no hablo con ella desde anoche. —Ryujin le respondió con una mirada molesta, no eran las palabras que estaba buscando para calmar a su mejor amiga.

—¿Y si le pasó algo? Quizá su mamá empeoró—.

—Su mamá está bien, Yeji. —Chaeryeong le aseguró de inmediato. —Seguramente la anda cuidando o están peleando, esas dos son muy extrañas.

—No lo pongo en duda, comparte genes con Lia. —Las palabras de Ryujin le hicieron ganar un golpe en la cabeza de parte de Yeji y Chaeryeong.

—Lia me dijo que su mamá quería conocerme, ahora me da un poco de miedo. —Comentó eso entre risas, recordando que su novia lo había mencionado hace no mucho.

"Pero si ya la conoces" pensó Chaeryeong, mordiendo su lengua para no decir cada cosa que se le pasa por la cabeza. —Estarás bien mientras trates bien a Jisu.

Ryujin las calló al ponerle play a una película. Apenas comenzaba cuando Chaeryeong comenzó a recibir una llamada de Seungcheol, preocupada con que podría ser algo relacionado al incendio decidió contestar.

—¿Pasó algo? —El tono preocupado hizo que Ryujin pausara la película, ambas prestando atención a la menor. —¿Es broma? Dios, esa chica está loca. Voy para allá. —Chaeryeong ya estaba de pie y buscando su abrigo ante las miradas confundidas de las otras dos chicas en el lugar.

—¿A dónde vas? —Preguntó Ryujin.

—Me tengo que ir pero no pasó nada malo. —Chaeryeong casi corrió fuera del departamento y las dos amigas se quedaron mirando confundidas.

—Ellas dos si que son mejores amigas, les encanta salir corriendo de aquí. —Comentó Yeji divertida, tomando su teléfono para luego poner una extraña expresión al leer el chat grupal con sus amigas de FOORY. —Ryu, pon en canal de modas.

Con quejas, la menor sacó la película y puso el canal que le había pedido Yeji. Ahí estaba, la transmisión de la semana de la moda y para su sorpresa estaban modelando todas las prendas que ella y Jisu habían hecho juntas.

—¿Qué? —Exclamó Yeji, confundida por lo que estaba ocurriendo. Al terminar, el primer vestido que ella y Jisu habían hecho se presentó como la prenda final.

Luego de eso, Minah apareció junto a uno de los diseños recibiendo todos los aplausos.

—Muchas gracias. —Habló la mujer, tomando el micrófono que uno de los asistentes le había alcanzado. —Muchos de ustedes se sorprendieron de ver que FOORY sigue aquí, tras los acontecimientos recientes yo pensé lo mismo. Pero alguien me recordó que el show debe continuar y que siempre se puede encontrar la forma de solucionar los problemas. —Se silenció para recibir los aplausos de la multitud y luego hizo una señal hacia el backstage. —Ella es mi hija, Choi Jisu. —Y así fue como la joven apareció, abrazando a su madre con fuerza. —Ella es la mente brillante tras muchos de los diseños de hoy y no puedo decir el orgullo y felicidad que siento ¡Muchas gracias!—.

—Espera. —Ryujin habló, confundida ante lo que acababan de presenciar. —¿Esas no eran las ropas que ustedes hicieron? Minah...era tu jefa ¿no? Entonces su hija es...—.

—Es Jisu—.

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