Capítulo 20.

Amor entre telas. / Yeji & Lia

 

10 años después.

 

Los suaves besos que recorrían su espalda le hicieron sonreír, llevaba unos minutos despierta pero al notar que su esposa continuaba dormida había decidido quedarse quieta en espera de que la mujer a su lado abriera los ojos. Los besos que continuaban subiendo hasta llegar a su cuello le terminaron por confirmar que su mujer estaba más que despierta.

—Tenemos mucho que hacer hoy. —La voz de Jisu salió en un pequeño hilo, ambas acostumbraban a ser delicadas y suaves cada mañana para no perturbar el único momento de sus días en que las cosas no eran caóticas. 

—Y todavía estamos en la cama, así que el día todavía no comienza. —La respuesta de su esposa le hizo reír, Yeji siempre encontraba la forma de bajarle las revoluciones y de ayudarla a ver la vida de una forma más calma y serena. Jisu se volteó para finalmente quedar frente a la menor, acurrucándose sobre su pecho para así recibir las caricias de su mujer. 

—Creo que estar así es mi parte favorita del día. —Confesó Lia, todavía con la voz delicada y baja. Yeji sonrió, acariciando los mechones de cabello de su esposa. Se quedaron en silencio un buen tiempo hasta que la menor decidió romperlo. —Y pronto tendremos mucho más tiempo para estar así, apenas termine todo el caos de la semana de la moda podremos irnos de vacaciones y estar un tiempo en calma—.

—O podemos empezar el tratamiento con Yuna. —La mayor mordió su labio inferior, intentando contener sus nervios luego de decir eso. Yeji se removió en la cama para poder hacer contacto visual con su novia, recibiendo movimientos de cabeza que le confirmaban sus sospechas. 

—¿Estás segura? —Preguntó Yeji, la emoción en su tono de voz era notoria y finalmente Lia sonrió de oreja a oreja. —Creo que así, amor. Creo que es el momento perfecto para iniciar el tratamiento. —La decisión ya estaba tomada por parte de su esposa y Yeji simplemente se acercó a besar a su novia, no podía estar más contenta por lo que aquello podría significar.

—No puedo creer que vamos a ser madres. —Los ojos de Yeji brillaban, probablemente conteniendo las lágrimas de emoción. 

—Bueno, todavía hay que iniciar el tratamiento. Hay muchas cosas que podrían salir mal, no tenemos que emocionarnos antes de tiempo. —Lia siempre fue, entre las dos, la que ponía los pies en la tierra cada vez que el matrimonio decidió iniciar algo nuevo.

—¡No me vas a quitar la emoción, Choi Jisu! —Reclamó Yeji sin bajar ni un poco el tono de su voz. —Apenas nos desocupemos vamos a llamar a Yuna para que te haga un espacio en su consulta y empecemos a ver todos tus exámenes, quiero que tu salud sea prioridad en todo el proceso. —Jisu respondió con un suave beso en los labios de su esposa, había decidido rendirse en convencer a la más alta en que era muy pronto para emocionarse. Después de todo llevaban un tiempo pensando en ser madres pero el estrés del trabajo les había imposibilitado de encontrar el momento correcto, el hecho de que Jisu por fin le comunicara que estaba dispuesta a empezar el proceso era motivo de celebración. 

Yeji no podía dejar de sonreír, si fuera por ella ya estaría llamando a la hermana menor de su esposa para llenarla de preguntas sobre el proceso de formar familia. Yuna era de las mejores doctoras del país y para suerte de ellas su especialización era en infertilidad y en ayudar a las personas que querían formar familia. Mina y Nayeon habían sido una de esas parejas, el embarazo de Nayeon había sido perfecto y ahora todas adoraban al pequeño sobrino que había nacido tras todo el tratamiento médico. 

Después de una buena cantidad de acurrucos y besos matutinos, la pareja finalmente estaba despierta y arreglándose para iniciar una nueva jornada laboral. Después de su matrimonio, la pareja decidió comprar un departamento en uno de los edificios más altos de la ciudad. Gracias a su buena situación económica habían logrado convertirse en propietarias del último piso donde ambas podían disfrutar de la vista nocturna de la ciudad que tanto amaban. 

Yeji vestía de manera casual con unos jeans rotos y botas cómodas para pasar todo el día en el taller de L&Y mientras que su esposa optaba por usar un vestido casi veraniego con zapatos altos. —¿No crees que vas a pasar mucho frío si vistes eso? —Preguntó Yeji, viendo a su esposa por el reflejo del espejo mientras se hacía el maquillaje. 

—Si eso pasa estoy segura de que mi esposa será lo suficientemente educada como para darme calor ¿no? —Una sonrisa pícara se formó en los labios de la menor, pese a todos los años juntas siempre lograban encontrar formas de darle vida a la relación. 

—Bueno, hay que darnos prisa o Seungcheol nos va a matar. —Yeji asintió, terminando los últimos retoques de su maquillaje para luego salir junto a su esposa. Jisu se abrazó a ella, viendo el reflejo de ambas en el espejo del ascensor que las llevaba al estacionamiento. Era imposible para ella no sonreír al verse junto al amor de su vida, ambas con anillo en su dedo anular después de todo lo que habían pasado. 

Desde que Jisu obtuvo su primer vehículo le había tomado un gusto especial a conducir, sobre todo cuando la mano de su esposa estaba siempre sobre la suya en la palanca de cambios. Creía que era una de sus sensaciones favoritas y no quería que cambie nunca. 

Sin sorprender a ninguna de las dos, al llegar al taller lo primero que vieron fue a Seungcheol gritando y animando a los y las aprendices que hacían sus prácticas en L&Y. 

—¡Vaya! Miren quiénes decidieron llegar. —El sarcasmo en el tono de voz de Seungcheol hizo reír a ambas. Después de varios forcejeos con su madre Lia pudo quitarle a Seungcheol para ser parte del equipo creativo de L&Y y ninguna de las dos se arrepentía de ello porque era el mejor en lo que hacía. 

—¿Cómo va todo? —Jisu le pasó un café que antes había pasado a comprar, eran los pequeños gestos de parte de quien ahora era su jefa lo que hacía que Seungcheol amara trabajar con la pareja.

—Si todo sigue al ritmo tendremos las cosas a tiempo del desfile, estoy muy emocionado. —Ambas escucharon a Seungcheol mientras bebía su café. —No quiero exagerar pero creo que los diseños que hicieron para esta temporada superan cualquier cosa que hayamos hecho antes. —Una sonrisa orgullosa llenó el rostro de Yeji, realmente todo lo que hacían juntas había tenido un éxito increíble pero esa línea en particular tenía algo que ninguna de las anteriores tenía. 

—Por cierto, Minah llamó y dice que quiere almorzar con ustedes. —Jisu asintió, haciendo una nota mental para llamar de vuelta a su madre. A decir verdad, las cosas entre Minah y Jisu habían mejorado mucho con los años pero el trabajo las mantenía algo separadas. Minah había decidido continuar con FOORY aunque de forma más calma y cambiando su público objetivo a mujeres de la edad de Minah que querían verse con estilo sin demostrarse muy juveniles ni muy mayores. El cambio había sido todo un éxito y las cosas no podrían ir mejor.

Por otro lado L&Y pasó a ser una marca separada de FOORY hace ya unos años, siendo Yeji y Lia las dueñas exclusivas del nombre y de todo lo que se producía bajo la marca. Madre e hija eran todo un éxito por separado y estarían siempre agradecidas la una de la otra por cómo se ayudaron a salir adelante en los momentos difíciles. 

Ya en la oficina que compartían, Yeji comenzó a revisar los avances que habían hecho los empleados del taller mientras que Lia revisaba las propuestas de los empleados de marketing para las próximas promociones. 

—¿Sabes si Chaeryeong y Ryujin llegarán a tiempo del desfile? —Lia se vio interrumpida por la repentina pregunta de su esposa.

Encogiendo sus hombros Lia se volteó a ver a su esposa. —Hace mucho no hablo con Chaer, el cambio de horario me confunde y lo poco que sé es gracias a sus redes sociales. —Yeji formó un puchero que rápidamente se contagió a la mayor. Ambas extrañaban mucho a sus mejores amigas y era tradición para las dos parejas juntarse cada vez que L&Y tenía un desfile así de importante. 

—¿Dónde están ahora? ¿Alemania? —Preguntó Yeji, acercándose a su esposa y descansando su cabeza en el hombro de la mayor para así leer lo que la más baja veía en la pantalla de su computadora. Lia negó con su cabeza, levantando la mano para acariciar la mejilla de su esposa. —Creo que Portugal. —Yeji rió, cerrando los ojos para disfrutar de las caricias de su mujer.

—Jamás pensé que esas dos terminarían recorriendo el mundo, y con Dahyun. —La mención del nombre de la amiga de Yeji hizo reír a Lia. Cuando se conocieron, Ryujin y Dahyun eran streamers muy populares pero cuando Chaeryeong comenzó a salir con Ryujin la menor logró ver más allá de eso. Chaeryeong luego de graduarse fue contratada por su novia y su amiga para ser la representante del dúo. Desde ese momento Ryujin y Dahyun comenzaron a tener contratos millonarios con compañías de juegos, sus streams tenían millones de visualizaciones y viajaban por el mundo haciendo meetings con fans o asistiendo a eventos exclusivos. Lia y Yeji estaban increíblemente orgullosas del éxito que habían logrado pero ambas recordaban con nostalgia los momentos en que podían compartir.

Podría ser difícil de creer pero luego de que Yeji y Lia se reconciliaron, Ryujin (con mucha influencia de Chaeryeong) había decidido darle una oportunidad a Jisu. Y para sorpresa de nadie terminaron siendo muy buenas amigas, sobre todo porque Jisu era la única con la paciencia suficiente para soportar las bromas de Ryujin. Además juntas se dedicaban a confabular en contra de Chaeryeong y de Yeji cada vez que se les diera la gana.

De forma inesperada, el teléfono de Yeji comenzó a sonar. —Hablando del diablo. —Suspiró Yeji, levantando su teléfono para contestar la videollamada de su mejor amiga. Frente a ellas aparecieron ambas en lo que parecía ser un avión. 

—Estábamos hablando de ustedes. —Saludó Jisu, emocionada de por fin ver a sus personas favoritas. Chaeryeong parecía más dormida que despierta y Ryujin se veía igual de hiper que siempre. 

—Cosas buenas, supongo. —Yeji volteó los ojos, dándole a entender a Ryujin que su ego no era necesario en esos momentos

—Oye, sé buena conmigo. —Retó Ryujin, acomodando a la ya dormida Chaeryeong a su lado. —Vamos viajando a Seúl, logré embarcar a la dormilona en el avión así que espero nos reciban bien. —Lia sonrió, una parte de ella siempre mantuvo vivas las expectativas de ver a su mejor amiga pronto.

—¿Y Dahyun? —Preguntó Yeji notando que nadie más acompañaba a la pareja en el avión.

—Mmm, se enteró de que Momo estaba en Alemania dando unas clases y decidió quedarse para tomar un avión allá. —Explicó Ryujin mientras que Yeji la veía reprochando lo que ambas sabían que ya no tenía vuelta atrás. Sobre todo cuando se trataba de Dahyun y Momo. 

—Ya va a salir el avión, luego te escribo la hora de llegada. —Ambas asintieron y se despidieron con movimientos de mano. 

Yeji terminó por abrazar a su novia para luego seguir viendo la pantalla frente a las dos. —Sabía que no nos defraudarán. —Suspiró Lia, todavía emocionada de saber que pronto podría estar con su mejor amiga. 

—Lo sé, amor. —Yeji besó la cabeza de Lia y ambas se quedaron en silencio por un tiempo. —¿Cómo crees que van a reaccionar cuando se enteren que queremos empezar el tratamiento para ser madres? —Jisu sabía que la cabeza de su esposa probablemente no dejaba de pensar en lo que habían conversado en la mañana.

—Pues, yo creo que nuestro futuro hijo o hija va a ser la cosita más mimada por esas dos locas. —Ambas rieron, imaginando como Ryujin y Chaeryeong estarían probablemente más emocionadas que ellas al enterarse de los planes del matrimonio.

—¿Acaso escuche bien? —La voz de Nayeon resonó en la oficina y ambas se voltearon a verla. La periodista se acercó dando saltos de emoción tras haber escuchado la noticia que había escuchado sin querer. —¿Voy a ser tía? —Preguntó, haciendo que Lia vea a Yeji reprochando la forma en que una pequeña conversación en la mañana ya se había convertido en una noticia para comentar.

—Todavía estamos estudiando la idea. —Calmó Jisu, sabiendo que había que hacer las cosas con calma. —Pero si, estamos pensando en hablar con Yuna e iniciar el tratamiento. —Terminó por explicar mientras se ponía de pie para saludar a una de las mejores amigas de su esposa. 

—Vine aquí para hacerles la entrevista sobre lo próximo de L&Y pero parece que voy a terminar contando la exclusiva. —Bromeó Nayeon, sabiendo que sus amigas eran una de las parejas más seguidas en el mundo de la moda.

—Nada de eso. —Paró Yeji, el tema todavía era algo personal y no quería exponer a su esposa a comentarios de personas que todavía no aceptaban relaciones como las de ella. —Estamos aquí para trabajar—.

Nayeon asintió, tomando su cuaderno y sentándose donde se le había indicado. —Empecemos la entrevista entonces ¿Me pueden hablar de sus inspiraciones para los nuevos diseños? —Yeji y Lia se miraron con complicidad para así comenzar a responder cada una de las preguntas que la periodista les hacía. 

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Jisu masajeaba sus pies, estaba sentada al borde de la cama mientras se arreglaba para dormir. 

—Todavía no entiendo tu amor por usar zapatos altos en un día de los ajetreados como hoy. —Regañó Yeji, quien ya estaba dentro de la cama y lista para dormir.

—Es fácil decirlo cuando no mides lo que mido yo. —Lia gateó por la cama hasta meterse al lado de su esposa, era esa la típica rutina que la pareja tenía luego de un día lleno de trabajo. Esos días antes de un gran evento solían ser en especial caóticos y no solían tener todo el tiempo para estar juntas y darse todo el amor que querían darse.

—Me sorprende que no le dijeras a mi mamá lo de intentar ser madres. —Lia escondió su rostro en el cuello de la más alta, entrelazando una de sus manos con la de su esposa. —Lo estuviste anunciando por todos lados pero cuando almorzamos con ella ni tocaste el tema—.

—Sé lo mucho que te importa su opinión, mi vida. —Explicó Yeji, disfrutando de la cercanía de su esposa. —Además con todo el estrés que tenemos ahora lo mejor sería darle la noticia de alguna forma especial ¿no crees? —Jisu asintió, besando la mejilla de la menor.

—Me muero de ganas de empezar mi familia a tu lado, te amo tanto. —Lia suspiró, besando los labios de su esposa. Eran tantos los años juntas, tantas las cosas por las que habían pasado y pese a todo su amor seguía intacto e incluso aumentaba. 

—Eres la mejor esposa y serás la mejor madre. —Aseguró Yeji, apegando a Lia contra su pecho, sabiendo que era esa la forma en la que quería pasar el resto de su vida junto a la mujer de su vida. 

 

Fin. 

 

Muchas gracias a todos y todas por leer y comentar. Espero nos leamos pronto y no olviden seguirme para ver mis próximos trabajos.

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