Lia corrió sin siquiera pensar, la adrenalina le llenaba el cuerpo que parecía no sentir cansancio alguno. De pronto su sentido común se activó y pensó que no había manera de llegar a tiempo si continuaba corriendo por las calles de la capital. Se detuvo de golpe y comenzó a estirar su brazo en espera de que algún taxi se detuviera para ella. Por suerte para ella, a esas horas no habían tantas personas y pudo parar un taxi sin mayor espera.

Una vez dentro del taxi notó que las ropas que se había puesto no pertenecían a ella, la camisa y el pantalón eran de su novia. Tomó su teléfono y vio las llamadas perdidas de Yeji, seguramente su novia estaba llenas de preguntas. Ella misma trabajaba para FOORY pero parecía no afectada por el incidente, por otro lado Lia se alteró de inmediato y salió corriendo de ahí sin explicación alguna. Se hundió en el asiento trasero del taxi y acarició su frente intentando calmarse y hacer sentido a todas las cosas que estaban ocurriendo tan pronto en la mañana. Intentó mantenerse positiva, quizá todo lo ocurrido no era tan terrible, pero las imágenes en las noticias se veían catastróficas.

Al llegar a su casa todas sus esperanzas se cayeron de golpe. A la casa no le había ocurrido nada, pero atrás de eso estaba el taller prácticamente en cenizas. Se notaba que lo que no habían destruido las llamas lo había destruido el agua que habían utilizado los bomberos para extinguir el fuego. La policía estaba ahí, estaban interrogando a Jinah y a una de las empleadas del hogar. Algunos bomberos continúan apagando pequeños focos por el temor de que pudiera volver a prender algo, sus piernas temblaban con cada paso que daba.

Vio tantas cosas en tan poco tiempo que sintió que se iba a desmayar, con la vista desvanecida sintió como unos brazos la atraparon mientras lentamente era acomodada en el suelo.

—Jisu, despierta. Estás bien, respira. —La imagen no se alcanzó a ir a negro gracias a la voz que le seguía hablando. Estiró su mano para analizar el rostro ajeno ya que sus ojos no le ayudaban a reconocer la figura que la sostenía.

—¿Seungcheol? —Su vista comenzó a aclarar y por fin notó con vividez el rostro de su amigo. Se acomodó en el suelo y se aferró al mayor, comenzando a dejar lágrimas por lo que estaba ocurriendo.

—¿Dónde está mi mamá? —Finalmente cayó en la realidad, de todas las personas que había visto, su madre no estaba ahí.

—Está en el hospital, Jisu. Al parecer fue de las primeras en llegar y. —Se pausó un momento, buscando las palabras correctas. —La verdad es que no sé mucho de ella, la policía me interrogó pero si quieres podemos ir al hospital juntos ¿quieres que te lleve? —Jisu asintió, poniéndose de pie con cuidado ya que todavía se sentía un poco débil debido a su descompensación.

Caminó agarrada del brazo de Seungcheol quien la ayudó a subir a su auto. Fue ahí cuando Jisu notó las magulladuras y algunas vendas en el cuerpo de Seungcheol. —¿Estabas aquí cuando pasó todo? ¿Estás bien?—Jisu se sintió algo egoísta de tener a su amigo llevándola a todos lados sin haber notado que él también estaba herido.

—Estoy bien, los enfermeros me hicieron algunas curaciones en el lugar. —Las manos del chico temblaban sobre el volante y Lia comenzó a cuestionar su capacidad para conducir en esos momentos. —Ya había salido del taller, iba llegando a casa cuando recibí la llamada de Jinah—.

—¿Jinah? ¿Qué hacía Jinah en el taller a esa hora? —.

—No creo que estuviera ahí, fue tu mamá quien alertó a los bomberos. Supongo que luego de eso llamó a Jinah y fue ella quien llegó primero. Cuando yo llegué al taller ya no había mucho más que salvar. —Jisu abrió la ventana de su lado, se sentía sofocada dentro del vehículo, nada tenía sentido. Estaba segura de que su madre pagaba por alarmas y seguridad para que esas cosas no ocurrieran. La fecha fue lo peor, en menos de veinticuatro horas debían participar de la semana de la moda pero de las prendas no se había salvado nada.

Ya dentro del hospital, Jisu averiguó rápidamente dónde se encontraba su madre. Al parecer estaba libre de todo y sus heridas eran más bien superficiales por lo que no había problema para pasar a verla. Luego de caminar por los largos pasillos del hospital finalmente dieron con la habitación, estaba apunto de entrar cuando una voz familiar le llamó. Sin necesidad de averiguar quién era, su padre se encontró frente a ella vestido como uno más de los doctores del lugar.

—Te intenté llamar pero no te pude localizar, que bueno que estás acá. —Jisu vio la mano de su padre tomando de su brazo. No pudo evitar sentir rechazo por lo que retiró su brazo rápidamente.

—¿Eres el médico de mi madre? —La pregunta salió de sus labios sin ninguna duda.

—No, pero—

—Entonces no tengo nada que hablar con usted, permiso. —Sin esperar por más ingresó a la habitación donde estaba su madre, Seungcheol se quedó afuera para asegurarse de que Jaejin no intentase interrumpir la privacidad de ambas.

Dentro de la habitación Jisu corrió para poder tomar a su mamá de las manos y sentarse al lado de su cama. Su madre estaba despierta pero no tenía mucha expresión en el rostro, al parecer estaba afectada por todo lo ocurrido.

—Mamá, ya estoy aquí. Nada malo va a pasar ¿si? —La menor besó la mano de su madre quien finalmente se removió un poco para poder ver a su única hija y sonreír levemente.

Minah estuvo a punto de decir algo cuando un doctor entró a la habitación, tomó nota de algunas cosas y finalmente se dirigió a Jisu. —¿Eres familiar de la paciente? —Preguntó con una leve sonrisa.

—Soy su hija ¿cómo está? —Los ojos de Jisu estaban llenos de tristeza y pesar por lo ocurrido aunque ver que su madre estaba en una pieza le tranquilizó.

—Ella está bien. Tiene algunas quemaduras que son muy tratables, también inhaló un poco de humo y es por eso que la tenemos aquí. Además de eso se encontraba muy alterada, le dimos algunos calmantes pero ya está mucho más estable. —Jisu asintió, el doctor y sus palabras le habían tranquilizado. Al parecer su madre estaba bien y finalmente sintió como un peso se le liberaba de los hombros. El doctor se despidió, no sin antes decirle que en un par de horas ya estaría disponible para ser dada de alta.

Una vez solas, su madre se dispuso a beber un poco de agua sin soltar la mano de su hija. —Estamos arruinadas, hija. —Pero Lia no dijo nada, sabía que en ese momento no tenía las palabras correctas para que su mamá aliviara el pesar que llevaba dentro. —No hay forma de recuperarnos de esto. —Jisu sabía que la situación de FOORY no era la mejor en los últimos años; las ventas eran bajas y cada vez tenían menos inversionistas. Recién caía en cuenta en que probablemente el incendio significaba más que perder la las prendas de la temporada, sino que podría significar el fin de FOORY como siempre lo habían conocido.

—Tranquila, mamá. Por favor no pienses en esas cosas ahora. —Continuó acariciando su mano, intentando calmarla. Sabía por lo que le había dicho el médico que su madre estaba con calmantes en el cuerpo pero de todas formas no quería alterarla, no cuando se veía tan delicada, sensible y expuesta. —Ya pensaremos, algo se nos va a ocurrir. Mira todo lo que ya has logrado, todo eso lo hiciste sola y ahora me tienes a mi. —Los ojos de ambas estaban cristalizados, ninguna quería llorar, querían mantenerse fuertes para la otra.

De pronto Seungcheol decidió dar unos pasos adelante, quería demostrarle a Minah que él estaba ahí para ayudarla en todo. —Jefa, disculpe que me entrometa pero Jisu tiene razón. Los que llevamos años con usted no la dejaremos. Buscaremos formas de seguir adelante. —La hija de su jefa se volteó, regalándole una sonrisa optimista a Seungcheol.

—¿Qué hace él aquí? —Su madre por fin notó la presencia del joven y su reacción parecía no ser positiva, Jisu no entendía nada.

—Mamá, es Seungcheol. —Lia intentó recordarle que se trataba del chico que llevaba años trabajando a su lado, quizá el shock del incendio le había confundido o su humor no era el mejor.

—Sé muy bien quién es. —Minah se acomodó en el respaldo de la cama para poder ver mejor a Seungcheol. —¿Acaso no eres el encargado de cerrar todo? Debías tener cuidado de apagar todo. —Por fin Lia comprendió de qué se trataba todo. Su madre estaba culpando a Seungcheol del accidente.

—No, usted sabe que yo siempre trabajé con cuidado. Jamás he tenido una queja y lo que ocurrió lo está investigando la policía. —Seungcheol hablaba calmado, no quería subir el tono de su voz ni verse culpable de alguna forma.

—No quiero oír tus excusas ¿Sabes lo que significa esta pérdida para la empresa? —Seungcheol bajó la mirada, avergonzado por la situación.

—Mamá, Seungcheol no tiene la culpa. Hasta salió herido, quizá estás tomando decisiones apresuradas. —Lia intentó mediar, no creía justo la forma en que su madre estaba culpando a su amigo por lo sucedido.

—No, Jisu. Si tu madre cree que cometí un error entonces acepto ser despedido. Pero una vez la policía averigüe lo que realmente sucedió espero unas disculpas y mi trabajo de vuelta. Le diré a Jinah que venga por ustedes. —Antes de irse, Seungcheol le dedicó una suave sonrisa a Jisu para hacerle saber que no había nada que temer.

Cuando quedaron solas, Jisu volvió a mirar a su madre quien notó lo confundida que estaba su madre. —Eso fue injusto, estoy segura de que Seungcheol jamás haría algo para dañar a FOORY. —La menor se había puesto de pie, molesta con la forma en que habían transcurrido las cosas.

—Hija, a medida en que crezcas te vas a dar cuenta de que no se puede confiar en cualquier persona—.

—Seungcheol no es cualquier persona. —La mirada de su hija fue desafiante y sin dudas. —Seungcheol es mi amigo y estoy segura de que las cosas se van a aclarar tarde o temprano—.

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El camino en auto fue silencioso, tanto Jinah como su madre parecían muy estresadas como para decir algo. Jisu se acomodó en el asiento trasero y suspiró, de pronto se le vino todo el cansancio encima, después de todo había sido una noche agitada y la ropa de su novia sobre su cuerpo no hizo más que recordarle eso.

Su teléfono ahora tenía más llamadas perdidas de Yeji, hizo nota mental de llamarla apenas estuviera en su casa. Masajeo su frente pensando en qué iba a pasar ahora, su madre la necesitaba a su lado pero también quería continuar con sus planes y el trabajo junto a Yeji.

—Jinah, dile a los practicantes que ya no se deben reportar en el taller. Les enviaré notas positivas a todos sus profesores, después de todo hicieron un buen trabajo. —Jinah asintió desde el asiento para conductor. Al menos no tendría que enfrentar a Yeji en su casa, todo eso sería mucho para vivir en un día.

Ya en casa, Jisu y Jinah ayudaron a acomodar a su madre en su habitación, Minah quería estar sola por lo que decidieron darle algo de privacidad. Jisu y Jinah decidieron tomar el té, ambas estaban agotadas, el rostro de la asistente de su madre lo reflejaba. Los círculos bajo sus ojos eran notorios, al menos tenía puesto algo de maquillaje y con su figura parecía igual de guapa que siempre.

—Todavía no puedo creer lo que pasó. —Lia rompió el silencio, el té se sentía más relajante que nunca y por fin dejó ir alguno de sus pensamientos. —Parece una pesadilla, tenía que ser en el peor momento.

Jinah bajó su taza y descansó su cabeza en ambas manos, apoyando sus codos sobre la mesa. —Por suerte no estuviste aquí para verlo todo, las llamas eran enormes. Realmente se perdió todo y mañana teníamos la presentación en la semana de la moda. —Jinah volvió a tomar su té, parecía no tener ilusión alguna ya. Jisu notó lo vacío de su mirada y lamentó que todo terminara así.

—Puse tanto esfuerzo para que esto funcione. —Ambas se vieron, había comprensión de parte de Jisu. —Tu madre me comentó ayer que quería que comenzaras a hacerte cargo de los diseños de FOORY. Realmente lamento que tu oportunidad se vea arruinada por esto, ya no hay nada que dirigir. —Jisu le vio incrédula, jamás había pensado que su madre podría tomar ese tipo de decisión. —Lo merecías, pero supongo que ya no tienes nada que hacer por FOORY—.

 

N/A: Ya comienza la recta final, muchas gracias a todos los que leen, votan y comentan. Significa mucho para mi.