“Bom me dijo que pertenecisteis a otro grupo antes de crear los Blackjacks.”

 

“Así es.”

 

“¿Por qué os fuisteis exactamente? Bom me dijo que no os gustó su organización, pero no dio muchos detalles.”

 

“Fue algo gradual. Al principio estábamos contentos y motivados. Necesitábamos algo con lo que sentirnos útiles después de todo lo que había ocurrido. Yo acababa de cumplir 20 años y como comprenderás no tenía mucha idea de nada.”

 

“¿Y ahora la tienes?” Interrumpió Dara con una pequeña sonrisa, dejando claro que era una broma.

 

CL soltó una pequeña risa, tomándoselo bien. “Créeme, a veces lo dudo mucho.”

 

Estaban sentadas en el tejado de una casa con las piernas colgando de él. Estaban pasando por una urbanización cuando CL pidió que descansaran un rato por sus costillas. Habían subido con una escalera de mano que habían encontrado en el jardín y se habían asegurado de que ningún infectado pudiese escalar. De todas formas la zona parecía estar tranquila.

 

“En fin, poco a poco nos fuimos dando cuenta de que algo iba mal con la banda. Sí, la violencia es inevitable a veces, sobre todo contra otros grupos, pero a la vez queríamos ayudar a los que no tenían un sitio.” Cogió una piedrecita que había sobre el tejado y la tiró contra una botella tirada en el jardín. Sonrió al darle. “Una noche, mientras estábamos de patrulla, nos encontramos con un pequeño grupo de gente, no eran más de diez personas. Rápidamente le dijimos que viniesen con nosotros, era una hora peligrosa para estar fuera. Además, venían con un niño pequeño.”

 

Cogió otra piedra y se la pasó a Dara para que probase suerte. La morena aceptó el reto y apuntó durante unos segundos antes de lanzarla. La piedra falló por varios metros.

 

“¡Ja!” Exclamó CL. Como respuesta Dara le dio un golpe en el hombro derecho.

 

“Calla y sigue contando la historia.”

 

“Sí, señora.” Respondió CL haciendo un saludo militar. El gesto le recordó a Dara a una de las últimas veces que vio a Sanghyun antes de que se fuera, el día en el que le contó que volverían a salir. Intentó no pensar demasiado en ello y volvió a prestar atención al relato de CL.

 

“… Y al día siguiente nos dijeron que el grupo se había marchado por voluntad propia. Y me pareció muy raro, ¿sabes? Sobre todo por tener un crío con ellos. Parecían muy asustados cuando les encontramos. Por suerte no fui la única que lo pensó. Bom se me acercó al cabo de las horas y me dijo, ‘Chaerin, aquí pasa algo.’”

 

“¿Chaerin?”

 

“Sí, Chaerin. Es mi nombre. ¡Y no dejas de interrumpirme!” Le faltó hacer un puchero. Dara se echó a reír.

 

“Lo siento, tienes razón. Simplemente se me hace raro.”

 

“¿Te creías que mis padres me pusieron CL al nacer?”

 

Dara se encogió de hombros con una sonrisa.

 

“Cosas más raras se han visto, ¿no? Vivimos en un mundo con zombies, eso es más difícil de creer.”

 

“Eso es cierto. Quién nos los diría…” Dijo CL riendo por lo bajo. Era mejor reír que llorar.

 

“Me gusta.”

 

“¿Eh? El qué te gusta, ¿vivir con zombies?” Se burló CL de Dara. Esta última puso los ojos en blanco al escucharla.

 

“No, idiota. Tu nombre. Me gusta más que CL.” Cogió otra piedra y volvió a intentarlo. Gruñó cuando estaba cayó aún más lejos que antes. “¿Puedo llamarte Chaerin en vez de CL?” Preguntó mirando a CL con su sonrisa más encantadora.

 

CL pareció pensárselo durante un rato. Después se giró y fue recogiendo varias piedras que encontró. Se las puso a Dara en la mano. “Si de aquí a que termine la historia y nos vayamos le consigues dar a la botella te dejo.” Al terminar la propuesta le ofreció la mano a Dara.

 

Dara entrecerró los ojos pero no tardó en darle la mano a CL. “Trato hecho. Ahora sigue.”

 

“¿Por dónde iba? Me he perdido con tanta interrupción… Ah, sí. Bueno, pues eso, Bom había llegado a mi misma conclusión. Nos pusimos a indagar un poco más y descubrimos que algunos más compartían nuestra opinión. Investigando descubrimos en una sala todas las pertenencias del grupo. Se lo echamos en cara a los jefes y acabaron admitiendo que los habían echado.”

 

“Eso es horrible, ¿cómo pudieron hacer algo así?”

 

“Según ellos lo hacían por necesidad, que necesitábamos sus provisiones para sobrevivir. Yo creo que simplemente no tenían corazón. Después de descubrir eso duramos muy poco tiempo.” Prestó atención a Dara mientras tiraba otra piedra. Otro fallo. “No negaré que puedo ser dura, pero nunca le negaría a nadie la posibilidad de refugiarse con nosotros. Siempre que no quiera dañarnos, claro.”

 

Dara observó a CL de nuevo. Eso último lo había dicho con convicción, pero parte de ella parecía dudar de sus propias palabras.

 

“Sé que te dije cosas muy feas ese día, pero deberías saber que Minzy, Bom y el resto hablan maravillas de ti. Están orgullosos de que seas su líder.”

 

CL hizo una mueca y su rostro se volvió serio. “¿Sabes por qué me enfadé tanto? Porque en el fondo creo que llevas bastante razón. Es cierto que soy una niña pequeña. Es cierto que soy insegura. Y es cierto que la mayoría del tiempo no sé bien lo que hago. Vivo con miedo a cagarla y que por mi culpa sufra mi familia. Pero no me atrevo a decirlo. Como tú has dicho ellos confían en mi para llevar todo adelante y tomar las decisiones correctas.” Suspiró y agachó la cabeza. “Lo último que quiero es decepcionarles.”

 

Sin pensárselo dos veces, Dara abrazó a CL. La rubia pareció sorprendida por la repentina acción, pero después de unos segundos rodeó la cintura de Dara con su brazo bueno.

 

“Nadie está seguro de lo que hace siempre. Todos tenemos dudas y todos nos equivocamos, pero eso no te hace una mala líder. Eso es lo que te diferencia del grupo que abandonaste.”

 

Se mantuvieron abrazadas durante un par de minutos, cada una disfrutando de la sensación. CL fue la primera en separarse, dedicándole una sonrisa pequeña pero honesta a Dara.

 

“Muchas gracias. No me lo merezco.”

 

“De nada Chaerin. Intentemos dejar eso atrás, ¿vale?” Pidió Dara con una gran sonrisa.

 

CL tosió y apartó la mirada después de asentir. Dara juraría que la había visto sonrojarse. Pero se había girado tan rápido que no podía estar segura de ello. Extrañamente, la posibilidad de que eso hubiese ocurrido le hizo sentirse feliz.

 

“Por cierto, me has llamado Chaerin. Creo que no te lo has ganado aún.”

 

Sin perder tiempo, Dara cogió el puñado de piedras que quedaba y las tiró todas de golpe, consiguiendo que algunas le diesen a la botella. Alzó los brazos y lanzó un grito de victoria. Le guiñó el ojo a una enfurruñada CL.

 

“Eso es trampa.”

 

“Más quisieras, Chaerin.”

 

 

“A la de tres vas a apretar el gatillo, ¿vale?”

 

“No creo que esto sea una buena idea, Chaerin. No estoy hecha para disparar pistolas.”

 

“Que hayas nacido para ello o no es irrelevante, tienes que hacerlo.”

 

“¿Y si me niego?”

 

“Te encerraré aquí con tus nuevos amigos. ¿Te parece una idea mejor?”

 

“¿Eres tan graciosa siempre?”

 

“Es una de mis cualidades.”

 

Dara resopló pero mantuvo los brazos levantados, apuntando con la pistola a unos infectados que todavía estaban demasiado lejos como para darse cuenta de su presencia.

 

Después de unas horas caminando, CL había sacado el tema de la aparente falta de capacidad de Dara para disparar a los infectados. Dara había reconocido que le costaba mucho y que no se veía capaz, así que CL había insistido en que parasen para practicar. La cosa no estaba yendo demasiado bien.

 

“Es que no entiendo por qué debo aprender.” Se quejó Dara, siendo totalmente consciente de que tenía miles de motivos para hacerlo.

 

“Imagina que me pasa algo de aquí a que lleguemos a la base. ¿Qué harías entonces? Y no me digas que esconderte, eso no te va a funcionar siempre. A veces tienes que enfrentarte a ellos.”

 

Dara hizo un puchero pero no contradijo las palabras de CL. Aun así bajó los brazos, cansada de mantenerlos en alto tanto tiempo.

 

“No me gusta tener que disparar a nada, ni siquiera a ellos. No me quito de la cabeza que en algún momento fueron personas.” Explicó Dara con tristeza. La violencia era algo que había evitado durante toda su vida, y le dolía tener que usarla ahora por mucho que fuese en defensa propia.

 

“Tú misma lo has dicho, Dara. Fueron personas, en pasado. No van a volver y no hay nada que puedas hacer por ellos.” Dijo CL con voz suave. No le gustaba obligar a Dara a dispararles, pero era necesario para que pudiese sobrevivir. Algún día le haría falta, y seguramente llegaría más pronto que tarde. “Mira, te ayudaré un poco, ¿vale?”

 

Se acercó a Dara por detrás y la rodeó con los brazos ignorando la punzada de dolor que le causó el mover el hombro izquierdo. “Venga, levanta los brazos.” Empujó los brazos de Dara hacia arriba con suavidad.

 

Dara tragó saliva al notar el cuerpo de CL contra el suyo. Giró levemente la cara hacia la izquierda y tuvo que moverla al centro de nuevo al encontrarse con el rostro de CL a escasos centímetros. La sensación no era desagradable ni mucho menos, y eso era lo que le preocupaba. Cerró los ojos al notar la respiración de CL contra su cuello y luchó para evitar un escalofrío.

 

“Ahora con paciencia, apunta a tu objetivo. Es bastante posible que te encuentres en una situación en la que no tengas tiempo para apuntar bien, pero empecemos poco a poco, ¿vale?”

 

Dara asintió y respiró profundamente. Intentó ignorar la presencia de CL y se concentró en apuntar al infectado más cercano. Una vez estuvo medianamente estabilizada y segura de su puntería, asintió para avisar a CL.

 

“Perfecto. Ahora con tranquilidad, aprieta el gatillo. Vas a notar un poco de retroceso, pero como es una pistola pequeña no será mucho. Además, para eso estoy detrás de ti. Adelante.”

 

Mentalmente Dara hizo una cuenta atrás, y al llegar a cero, apretó el gatillo. La bala colisionó contra un muro detrás del infectado, pasándole a cierta distancia y causando que este notase algo raro. “Mierda…” Masculló Dara.

 

“No pasa nada. La puntería es algo que se practica. Venga, vuelve a intentarlo.”

 

Decidida, Dara volvió a apuntar al infectado, intentando no darse cuenta de cómo este parecía haberles localizado. Apretó el gatillo de nuevo y esta vez la bala le golpeó el brazo.

 

Bajó la pistola sorprendida y miró a CL, la cual le devolvió la mirada con una sonrisa. Ligeramente orgullosa de su hazaña, repitió el gesto por tercera vez. Daba igual las veces que le disparase si no conseguía acertarle en la cabeza.

 

Esta vez disparó varias veces seguidas. Una falló pero el resto le dieron en el torso haciéndolo caer al suelo. La pistola llevaba silenciador, pero aun así habían llamado la atención del pequeño grupito de infectados que ahora caminaban hacia ellas con lentitud.

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