Decidieron que se dividirían en diferentes tareas hasta que amaneciera. Un grupo vigilaría que el ruido no hubiese alertado a más infectados y acabaría con ellos en tal caso mientras que el otro se dedicaría a limpiar la parte baja de la casa. Todos querían descansar y para la alegría de Bom, comer, pero pensaron que era mejor quitarse eso de en medio primero.

 

A Dara le tocó limpiar. No le importó demasiado ya que podía estar tranquila mientras lo hacía y no estar pendiente y tensa. Amy, Brandon y Zack se unieron a ella. Los primeros fueron a ver cómo estaban los gemelos primero, pero al asegurarse de que todo estaba bien y tranquilizarlos, bajaron.

 

No se le pasó por alto que todos las miraban de reojo, como si lo que pensaban de ellas hubiese cambiado. Dara no les podía culpar. No se esperaban que un grupo de chicas que supuestamente venían de una Comunidad empezasen a sacar armas como habían hecho.

 

Sin duda les esperaba una larga charla una vez terminasen y se sentasen a descansar. Dara dudaba que hubiese repercusiones. Habían demostrado que tenían mucha fuerza y tenían las de ganar si ocurría algo.

 

Entre todos tardaron alrededor de una hora en limpiar la habitación, pero los que vigilaban tenían aún un par de horas por delante. Dara aprovechó que las cosas estaban tranquilas para buscar el pequeño botiquín que había guardado en su maleta e ir examinando a cada uno en busca de heridas.

 

La mayoría tenía pequeños cortes de los cristales rotos, pero por lo demás no había nada grave. CL tenía algunos rasguños más que se había hecho al correr entre la maleza y los árboles cuando había ido por las armas, pero por suerte era poco. Aun así se sentó junto a ella para limpiarlos mientras otro vigilaba por ella.

 

“Déjame ver tu brazo.” Pidió Dara.

 

CL todavía llevaba la camiseta de manga larga que usaba como pijama. No habían tenido tiempo de cambiarse todavía. Estiró el brazo izquierdo donde la manga se había rasgado y dejaba ver rastros de sangre seca. Dara cogió un poco de algodón y lo mojó con alcohol para desinfectar la herida.

 

“Es posible que duela un poco.” Con cuidado pasó el algodón por la herida. CL dejó escapar un pequeño quejido, pero lo aguantó bien. “¿Puedes correr con varias costillas casi rotas pero te quejas por un pequeño rasguño?” Bromeó Dara.

 

“Es que escuece” Dijo CL haciendo una mueca. En cuanto Dara terminó de limpiar la herida, se puso a soplar sobre su brazo.

 

“¿Algo más?”

 

“Nada que necesite limpiarse. Pero creo que voy a tener bastantes cardenales en unas cuantas horas.”

 

“Tendré que tratarte con mucho cuidado entonces.”

 

“Una enfermera personal no me vendría nada mal.” Dijo CL con una sonrisa que era de todo menos inocente. Dara rio y miró a su alrededor. Después de asegurarse de que nadie estaba mirando, acercó su cara a la de CL rápidamente y le dio un beso en la nariz. Chaerin arrugó la nariz al pillarle por sorpresa el gesto. “Creo que no me he explicado bien…”

 

“Créeme, te he entendido perfectamente.” Se levantó del sofá en el que estaban y fue hacia su mochila parar guardar las cosas. Cuando terminó se colgó la mochila del hombro. “Creo que me voy a ir a descansar un rato hasta que se haga de día. ¿Te queda mucho por aquí?”

 

“Hasta que amanezca.” Suspiró CL. “Todo está tranquilo, pero la granada hizo mucho ruido y no podemos arriesgarnos. Menos aún con todas las ventanas de esta planta rotas.”

 

“Vaya…” Dara se acercó de nuevo a CL y cogió su mano. “¿Quieres que me quede haciéndote compañía?”

 

“No.” Dijo CL sacudiendo la cabeza. “Prefiero que descanses. Además no voy a estar sola, sería una tontería que te quedases aquí. Pero gracias Santokki.”

 

“¿Santokki otra vez?”

 

“Nunca ha dejado de ser tu mote.”

 

“Porque me sé esconder bien.”

 

“Es una cualidad importante.”

 

“Si tú lo dices…” Estiró los brazos e intentó ahogar un bostezo sin mucho resultado. Sería mejor irse ya a la cama y aprovechar. “Me voy ya. ¿Te veo en unas cuantas horas?”

 

“Sí.” Asintió CL. “Si me da tiempo a dormir un rato… ¿Puedo ir a tu habitación?” Preguntó vacilante. Estaba bastante segura de que Dara no se tomaría a mal la pregunta, pero por si acaso. Al fin y al cabo, no habían llegado a ningún acuerdo con la discusión.

 

“Claro, eso estaría bien.” Dijo Dara con una sonrisa.

 

Se despidió de todos y fue arriba a su habitación. La puerta del cuarto que Bom y Minzy habían decidido compartir estaba cerrada. Abajo no había visto a Minzy así que seguramente Bom la había mandado a dormir. Siempre estaba intentando cuidarla.

 

Una vez en el cuarto se puso otra camiseta que no estuviese sucia y se metió en la cama. Al relajar su cuerpo contra el colchón notó de verdad lo agotada que estaba. Le hubiera gustado poder compartir la cama con Chaerin, pero sabía que la rubia se tomaba su trabajo demasiado en serio como para esperar que apareciera por ahí antes del amanecer.

 

Quizá debería seguir enfadada con ella, pero después de las últimas horas le parecía imposible. Tenía sentimientos encontrados con todo el asunto en general. La sensación de no aportar suficiente al grupo no se le iba, aunque esa noche hubiese demostrado que era útil. Si tan solo pudiese dejar de sentirse así todo sería más fácil, pero era difícil controlarlo.

 

Lo mejor sería dormir y dejar que pasa un poco el tiempo. Quizás al día siguiente las cosas parecerían más fáciles. No perdía nada por intentarlo.

 

La falta de horas de sueño era algo común últimamente, o eso pensó Dara al abrir los ojos varias horas después. El sol entraba por la ventana y le molestaba demasiado como para poder seguir durmiendo. Además escuchaba ruidos en la planta baja, seguramente estarían preparando algo de comer al fin.

 

Decidiendo que quedarse allí era una pérdida de tiempo, se levantó de la cama y fue al baño más cercano para adecentarse un poco. Estaba completamente despeinada y tenía unas profundas ojeras. Hizo una mueca frente al espejo, estaba claro que no era su mejor momento. Con suerte una vez llegase a la base de los Vips podría dormir bien durante un par de días y descansar en condiciones.

 

Se lavó los dientes y se peinó lo mejor que pudo antes de bajar. Se fijó en que la puerta de Minzy y Bom seguía cerrada y dio por hecho que alguna de las dos seguiría durmiendo. Pensó en llamar a la puerta pero finalmente decidió que era mejor dejar descansar a quien estuviese dentro.

 

Fue directamente a la cocina y allí se encontró a Tasha y a Amy. No había rastro de ninguna de las tres Blackjacks. Les dio los buenos días a las mujeres y se quedó quieta sin saber demasiado qué hacer. Amy pareció darse cuenta de lo que pasaba por su cabeza.

 

“Bom se fue hace poco a su habitación y Minzy todavía no ha bajado. Chaerin está en el salón con un par de invitados.” Dijo lo último conteniendo la risa.

 

“Gracias. Iré a verla.”

 

“Ve despacio, creo que están dormidos.”

 

Con curiosidad, Dara se acercó con cuidado al salón. Al entrar y fijarse en el sofá más grande de la habitación, el corazón le dio un vuelco. Tendía a hacer eso mucho cuando se trataba de CL.

 

Allí estaba CL acostada a lo largo, profundamente dormida. Encima de ella y completamente acurrucados estaban los gemelos. Aun dormida, CL tenía el brazo sobre ambos, protegiéndolos de una posible caída. Dara nunca había deseado tanto tener una cámara de fotos o de video para poder guardar esa imagen.

 

En silencio, se acercó al sofá. Se mordió el labio para no reír cuando Chaerin arrugó la nariz inconscientemente porque un mechón de pelo se la rozaba. Con mucho cuidado para no despertarla le apartó el cabello y se lo colocó detrás de la oreja.

 

Los gemelos estaban también totalmente dormidos. Parecían estar muy cómodos sobre ella y cada uno portaba una sonrisa que lo mostraba. Estaba claro que no solo los adultos se veían afectados por el atractivo de CL.

 

Con miedo a despertarlos, Dara decidió volver a la cocina. Tanto CL como los críos se merecían descansar en condiciones. Dudaba que los gemelos hubiesen pasado una buena noche con tanto ruido. No era justo que siendo tan pequeños tuviesen que vivir todo eso.

 

Amy la recibió con una sonrisa en cuanto entró en la cocina.

 

“Nunca se habían encariñado con alguien tan rápido.” Comentó mientras se echaba café en una taza. Levantó la cafetera que había calentado sobre una hornilla portátil para enseñársela a Dara. “¿Quieres un poco? Me temo que no tenemos leche, así que tendrá que ser solo.”

 

“Sí por favor.” Cogió su taza cuando estuvo preparada y se sentó en la mesa junto a los demás. “No sabía que Chaerin era tan buena con los niños, pero tampoco me sorprende.” Admitió Dara. Le dio un sorbo al café y cerró los ojos saboreando el sabor. “Hacía tiempo que no tomaba un café tan bueno. Sienta genial. Sobre todo después de esta noche.”

 

“Y que lo digas.” Dijo Tasha suspirando. “Menos mal que no tuve que estar abajo, creo que no lo habría soportado.”

 

“Bueno, para eso nos tienes a los más jóvenes.” Dijo Amy guiñando el ojo y haciendo reír a las otras dos.

 

“Al menos ha salido todo bien al final. Hemos salido bien parados.” Dara se reclino en la silla con la taza entre las manos disfrutando del poco calor que emanaba.

 

“Gracias a vosotras.” Tasha dejó su café en la mesa y se puso seria. “Creo que después de lo que ha pasado está más que claro que no habéis sido sinceras con nosotros.” Dara abrió la boca para interrumpirla, pero Tasha levantó la mano. “No, déjame terminar. Nos habéis mentido y por supuesto me gustaría saber la verdad, pero también quiero que sepas que bajo mi punto de vista, habéis demostrado que sois de fiar. Así que por lo que a mí respecta, estáis más que perdonadas.” Soltó una pequeña risa. “Por el otro lado Andrew… Andrew es un hueso difícil de roer. No creo que se quede tranquilo tan fácilmente.”

 

“Si sirve de algo, mentimos por necesidad. No teníamos previsto que esta granja estuviese ocupada y necesitábamos un sitio donde pasar la noche. En ningún momento tuvimos la intención de atacaros al menos que vosotros lo hicieseis primero.” Explicó Dara.

 

“Menos mal, no hubiésemos podido con vosotras.” Dijo Amy riendo.

 

Dara se alegró de que el ambiente fuera tan relajado que pudiesen reírse de algo que podría haber ocurrido hace escasas horas. Al parecer luchar contra una horda de zombies unía mucho a la gente.

 

“Pensaba que Bom o Chaerin os habría contado ya toda la historia.”

 

“No, decidimos esperar hasta estar todos.” Respondió Tasha. “Mejor contarlo una vez que cinco.” Se levantó y se sirvió un poco más de café. “¿Por qué no desayunas algo? Tienes que estar muerta de hambre. Tenemos fruta que recogimos ayer por la tarde cerca de aquí por si te apetece. No hay mucho que podamos preservar sin electricidad. Lo que cazamos y poco más.”

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