“Por décima vez Minzy, no vienes con nosotras.” Dijo Bom con poca paciencia. Minzy estaba apoyada sobre la pared con los brazos cruzados. Las muletas estaban apoyadas junto a ella también.

 

“No eres mi madre Bom, puedo hacer lo que me salga de las narices.”

 

La discusión había empezado por la mañana y horas más tarde continuaba. Bom se negaba a dejar que Minzy fuese con ellas a la misión, pero Minzy se negaba a seguir sus órdenes, sobre todo en contra de su voluntad.

 

“Además, si alguien puede ordenarme algo, es CL, y no ha dicho nada.”

 

Inmediatamente Bom se giró hacia CL que cambiaba la mirada de una a otra como si de un partido de tenis se tratase. La señaló con el dedo.

 

“Tú, dile a Minzy que no puede venir.” Ordenó Bom enfadada.

 

CL se quedó de piedra al centrarse la atención sobre ella. Tanto Bom como Minzy la miraron con el ceño fruncido y parecían estar dispuestas a lanzarse sobre ella como dijese la cosa equivocada. Solo quedaba una posible salida.

 

“Espera, ¿escucháis eso?” Señaló la dirección opuesta. “Es Mino llamándome.” Se encogió de hombros y esbozó una sonrisa falsa. “Vaya por dios, tengo que irme. Me necesita. Este Mino… no sabe hacer nada sin mí, ¿eh?”

 

Ante las miradas incrédulas de Bom y Minzy, CL salió corriendo.

 

No paró hasta asegurarse de que estaba lo suficientemente lejos de ellas. Durante el último tramo se puso a mirar hacia atrás para comprobar que Bom no la perseguía. Dudaba que Minzy lo hiciese con la pierna herida, pero también era una posibilidad.

 

Al volver a girar la cabeza se encontró frente con frente con Dara y verla tan repentinamente le hizo dar un salto hacia atrás y soltar un pequeño chillido.

 

Dara la miró como si le hubiese crecido una segunda cabeza.

 

“¿Pasa algo?” Preguntó Dara no muy segura de querer saber la respuesta.

 

“Bom y Minzy llevan todo el día peleándose y creo que lo único que las va a unir de nuevo va a ser ir a por mí.” Dijo haciendo una mueca. “¿Crees que me aceptarán en tu Comunidad? Prefiero huir de aquí antes de tener que defenderme ante esas dos juntas.”

 

“No sé, ¿qué crees que puedes aportarnos?” Dara le siguió el rollo divertida.

 

“Soy buena cazando conejos y ciervos si los hay.” Miró al techo pensativa. “¿Hay pintores allí? Podría ser una buena modelo. Si me pagan bien me desnudo y todo.” Dijo con una sonrisa orgullosa.

 

Dara arqueó una ceja. “Sabes que el dinero ya no existe, ¿no?”

 

“Entonces solo enseño el pecho.”

 

Dara sacudió la cabeza y la miró poco impresionada. “Cuéntame, ¿por qué se están peleando? Llevo toda la mañana en la enfermería y no me he enterado de nada.”

 

“Les dije esta mañana lo de la misión. Quiero que seamos pocos los que vayamos, cuatro o cinco. Así nos moveremos rápido y pasaremos más desapercibidos, además solo tendremos que coger un coche. Bom se ha ofrecido voluntaria enseguida tal y como esperaba, pero el ‘problema’,” Hizo el símbolo de las comillas con los dedos. “es que Minzy también lo ha hecho.”

 

“¿Y se ha desatado la tercera guerra mundial?”

 

“Efectivamente.” CL dejó caer los hombros “Bom no quiere que Minzy vaya pero Minzy dice que ella no sigue órdenes de Bom. Así que ahora Bom quiere que se lo prohíba a Minzy.”

 

“¿Y qué has hecho?”

 

“Salir corriendo.”

 

“Si te sirve de consuelo, hablaré bien de ti en tu funeral.” Prometió Dara solemnemente.

 

“¿Tan poca fe tienes en mi supervivencia?” CL hizo un puchero.

 

“No es que tenga poca fe en ti, es que Bom es una experta con el rifle francotirador. Una cosa pesa más que la otra, compréndelo.” Dijo Dara encogiéndose de hombros.

 

“Ugh, odio que tengas tanta razón.” Se tapó la cara con las manos, y cuando las bajó miró a Dara con seriedad. “Si no lo consigo, dile a los niños que lo siento y que les quiero mucho.”

 

Dara se llevó la mano al corazón y asintió con fuerza.

 

“Te lo prometo. Les contaré historias tuyas todas las noches antes de dormir.”

 

CL suspiró y apoyó la mano en la barriga de Dara. Se llevó la otra a los ojos fingiendo estar limpiándose las lágrimas.

 

“Pobre Tam-Tam. Chaerin Jr y Dara Jr ya están más crecidas. Pero no veré nacer a mi tercer hijo.”

 

“¿Tam-Tam? No vamos a llamar a nuestro tercer hijo Tam-Tam.” Apartó la mano de CL y frunció el ceño.

 

“¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo ese nombre?”

 

“Uhm, ¿todo?”

 

“Yo creo que es un nombre perfectamente normal.” Dijo CL sin dar su brazo a torcer.

 

“Sí, para un peluche. Pero estamos hablando de un ser humano. Ya es suficiente con que nuestros hijos se llamen igual que nosotros.” Claramente, Dara tampoco iba a ceder.

 

“No lo entiendes, es para que el legado de la familia Lee continúe.”

 

“Más bien será familia Park, ¿no? Para algo voy a dar yo a luz al crío.”

 

CL entrecerró los ojos y miró a Dara irritada. “¿Alguna objeción más?”

 

“A Dara Jr la llamaremos por su nombre completo, Sandara.” Dijo Dara tras pensarlo un poco. “Así no nos confundiremos.”

 

“Espera, ¿te llamas Sandara?” Preguntó CL sorprendida.

 

“Sandara Park, sí.”

 

“Oh. Tenemos dos hijos y un tercero en camino y no me sé tu nombre entero. Gracioso, ¿no?”

 

Dara rio. La conversación se les estaba yendo de las manos, pero era demasiado divertido como para pararla.

 

“Te perdono si me invitas a cenar y a una buena botella de vino.”

 

“Eso puedo hacerlo. Todo tiene un lado positivo, incluso un apocalipsis zombie, y en este caso es que hay miles de botellas de vino abandonadas esperando a que nosotros las encontremos.”

 

“Creo que es lo más ridículo que has dicho desde que te conozco.”

 

“Creo que tu maratón entre grupos me supera.”

 

Dara resopló. Pero antes de que pudiese responderle con algo ingenioso, Don apareció de uno de los pasillos. Se acercó a ellas con una de sus típicas sonrisas y colocó el brazo por encima de los hombros de Dara.

 

“¿Qué pasa chicas?” Preguntó con alegría. Dara le devolvió la sonrisa. Era imposible no hacerlo, la vitalidad de Don era contagiosa.

 

“No mucho. CL se esconde de Bom y yo sugiero ideas interesantes.”

 

“¿De Bom? No te culpo. Está por ahí acorralando gente y preguntándole por ti mientras Minzy la amenaza con tirarle una de las muletas.” CL hizo una mueca al escuchar eso. Tenía toda la pinta de que escapar del todo iba a ser muy complicado. “Iba a irme ya al comedor, ¿te vienes?” Preguntó Don mirando a Dara. De fondo CL puso los ojos en blanco.

 

“Sí, llevo toda la mañana muerta de hambre. Me he despertado tarde y no he podido desayunar nada.” Dara miró a CL. “¿Vienes o vas a seguir escondiéndote?”

 

“Creo que lo segundo por ahora… Voy a esperar a ver si se calma un poco la cosa y entonces hablaré con Bom.” CL no parecía sentirse muy convencida con su propio plan, pero no iba a ser Dara quien se lo dijera.

 

“Está bien. ¿Nos vemos luego?”

 

“Sí, tenemos que terminar de preparar las cosas para mañana. Iré a buscarte a la enfermería para ir luego a la armería, ¿ok?”

 

“Me parece bien. Mucha suerte con tu huida.” Dijo guiñándole el ojo.

 

“Gracias, la necesitaré. Hasta luego chicos.”

 

Don y ella observaron mientras CL se iba. Don soltó una pequeña risa.

 

“Lo lleva claro si cree que va a conseguir escapar de Bom.”

 

“A este paso voy a empezar a temer por su vida.” Bromeó Dara.

 

“No te voy a engañar, tienes motivos para ello.”

 

Ambos rieron y se pusieron de camino al comedor. Don seguía manteniendo el brazo sobre los hombros de Dara, pero ella no se sentía incómoda con la postura así que no le dijo nada. Se separaron al llegar y tener que hacer cola para coger la comida, pero una vez la tuvieron se sentaron uno junto al otro en uno de los bancos vacíos. Era temprano todavía y nadie se sentó junto a ellos. Dara agradeció mentalmente que Bom no hubiese llegado aún. Seguramente seguiría buscando a CL.

 

Apenas habían empezado a comer cuando apareció uno de los chicos que entrenaban cuerpo a cuerpo junto a Dara. Al pasar junto al banco le dio una palmada fuerte a Don en la espalda y le guiñó el ojo.

 

“Buen trabajo, Donny, es de las buenas. ¡Espero que en la cama tenga la misma energía que luchando!”

 

Sin darles tiempo a decir nada, se fue hacia el fondo del comedor, dejándolos con un silencio incómodo. Dara notó como sus mejillas se ruborizaban por lo que las palabras del chico implicaban. De normal, se habría levantado y habría confrontado al chico por ser tan imbécil, pero el comentario le había pillado tan de sorpresa que no había sabido reaccionar.

 

Don parecía estar muy abochornado por la escena también.

 

“Lo siento mucho. Rian es un gilipollas que no sabe guardarse los comentarios estúpidos para sí mismo.” Parecía costarle mirar a Dara a la cara. “Más tarde me acercaré a hablar con él y le diré un par de cosas.”

 

Dara asintió agradecida, y mentalmente se prometió que si volvía alguna vez a participar en el entrenamiento, se aseguraría de patearle el culo.

 

“No hace falta que te disculpes, tú no has dicho nada ofensivo. Pero gracias.” Suspirando, se volvió a centrar en la comida. No iba a dejar que un comentario desafortunado le quitase el hambre. Sobre todo cuando tenía tanta.

 

“Dara.”

 

La morena giró la cabeza para prestar atención a Don, que parecía incluso más serio que antes.

 

“¿Sí?”

 

“Yo… Eh…” Don respiró hondo un par de veces antes de continuar. “El comentario de Rian sobra, no hay duda alguna de ello. Pero si lo ha hecho es porque creía que nos íbamos a sentir aludidos.”

 

“… Creo que no te sigo.” Dijo Dara confusa antes las palabras de Don. No entendía por dónde iban los tiros.

 

“Lo que quiero decir es, que Rian se cree que tú y yo estamos juntos.”

 

“Oh.” Ahora sí que lo entendía. “Supongo que tiene sentido que lo crean, hemos pasado juntos mucho tiempo solos estos días.” Razonó Dara.

 

“Sí, pero la cosa es que no es verdad.”

 

“No, no lo es.” Dara empezaba a pensar que la conversación iba justo por donde ella temía.

 

“Voy a ser sincero Dara. Me gustas.”

 

Bingo. Dara tuvo que hacer todo lo posible para no mostrar ningún tipo de reacción. Tampoco quería ser maleducada, al fin y al cabo Don no estaba haciendo nada malo. Un poco inoportuno si eso.

 

“Gracias a esta última semana te he podido conocer mejor y creo que eres una chica genial. No sé si es recíproco o no, pero me gustaría pedirte que me des una oportunidad. Tan solo una cita.”

 

En ese momento Dara quiso que la tierra se la tragase. Don era un chico increíble, pero el problema era que no era Chaerin. Mentalmente maldijo a la rubia por ser tan perfectamente imperfecta.

 

Lo que más le preocupaba era hacerle daño al chico. Después de como se había comportado con ella era lo último que se merecía, pero nadie puede controlar sus sentimientos, tanto para bien como para mal. No quería perder la amistad de Don y esperaba que él pudiese entenderlo.

 

Decidió ser honesta con él. Aceptar la cita no haría sino darle falsas esperanzas, porque Dara no sentía nada hacia él y sabía que intentarlo no serviría de nada.

 

“Don, yo…” Tragó saliva intentando buscar las palabras adecuadas, si es que las había. “Te aprecio mucho, muchísimo de hecho, pero no de esa forma.” Se le rompió el corazón al ver como el chico agachaba la mirada. “Lo siento.”

 

Don sacudió la cabeza y volvió a levantar la cabeza. Esbozó una pequeña sonrisa, aunque claramente no era una de alegría.

 

“No te preocupes. No es tu culpa.”

 

“Tampoco lo es tuya.” Dijo Dara. Don no había hecho nada mal y no quería que pensase eso.

 

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