Tal y como dijo Bom, se pusieron en marcha nada más salir el sol. Dara pudo descansar unas cuantas horas tras quedarse más tranquila después de su conversación con Bom, aunque no fue suficiente como para no tener sueño. Aun así intentó no quejarse, no quería parecer débil delante de sus nuevas compañeras.

 

“¿Cómo de lejos estamos? Llevamos ya unas cuantas horas andando…” Preguntó Dara, aburrida de ver el mismo tipo de paisaje durante tanto tiempo y del silencio. Parecía que Minzy y Bom no tenían muchas ganas de hablar.

 

“Todavía queda rato, seguramente lleguemos al anochecer.” Respondió Minzy con una pequeña sonrisa. Ella ya estaba acostumbrada al trayecto y se le hacía menos pesado. “Pero no te preocupes, vamos a hacer una parada pronto.”

 

Dara miró a Minzy con curiosidad. Era demasiado temprano como para parar para comer, y aunque fuera de día, los infectados seguían moviéndose por la zona. La pelirroja ya se había encargado de librarse de unos cuantos con el cuchillo.

 

Al cabo de una media hora llegaron a una carretera estrecha, demasiado como para contener más de un vehículo. Bom caminó hasta estar a la par que Dara le dio un golpecito en el hombro para llamar su atención.

 

“Dime, ¿sabes conducir?”

 

No dejó que Dara contestase y tras guiñarle el ojo y mostrar una sonrisa pícara, se dirigió hacía un árbol junto a la carretera. Al seguir a Bom se dio cuenta de que el tronco estaba marcado con un círculo blanco. Seguramente tiza.

 

Se agachó junto a un pequeño montículo de arena debajo del árbol. No se habría fijado en él si no fuese por Bom.

 

“¿Y esto?” Preguntó con curiosidad. Ya no sabía qué esperarse de las dos muchachas.

 

“A un par de kilómetros de aquí tenemos un coche preparado, pero para que no haya problemas con otros grupos, le quitamos la batería y la escondemos en algún sitio cercano. Está bien pensado, ¿verdad?” Bom parecía estar muy satisfecha con la idea, haciendo reír a Dara.

 

“No está nada mal, no. Pero no sé por qué me da la sensación de ha sido idea de Minzy y no tuya.” Bromeó Dara, soltando una carcajada cuando Bom se sonrojó nada más escuchar sus palabras. Minzy se limitó a hacer el símbolo de la victoria con una mano.

 

Sacaron la batería tras excavar un poco y Minzy cargó con ella tras perder al ‘piedra, papel o tijera’ con Bom. Dara se preguntó si solucionarían todo de esa forma, pero no se atrevió a decirlo en voz alta.

 

Poco después localizaron el coche, un jeep muy apropiado para el terreno. Estaba bastante sucio, pero en cuanto colocaron la batería arrancó sin ningún problema.

 

“No me has respondido antes.” Dijo Bom señalando el coche con la cabeza.

 

“¿Me dejaríais conducir?”

 

“¿Sabes hacerlo?”

 

“Hace años que no cojo un coche, pero sí que sé.”

 

“Entonces adelante, nosotras te guiamos.”

 

Con una sonrisa de oreja a oreja, Dara se montó en el asiento del piloto. Le encantaba conducir, le parecía una experiencia muy relajante y la había echado mucho de menos. Antes de llegar a Estados Unidos, en Filipinas, cuando necesitaba despejarse cogía el coche de sus padres y daba vueltas por Manila.

 

Ajustó el asiento del coche y apoyó las manos en el volante. Miró a las chicas expectante y sonriente.

 

“Bueno, ¡vosotras diréis!”

 

Su entusiasmo hizo reír a Bom y a Minzy. La segunda señaló la carretera con el brazo.

 

“Tú sigue recto y ya te diremos cuando cambiar la dirección. Y ve rápido, el depósito está casi lleno y no podemos perder horas de sol, el camino es largo.”

 

“¡Sí, señora!” Sin más aviso, pisó el acelerador con fuerza, riendo al escuchar el grito que Bom soltó debido a la sorpresa.

 

No quería fiarse tan pronto, todo podía ser una trampa al fin y al cabo, pero la conversación que tuvo anoche con Bom le pareció real. Además, era difícil no sentirse cómoda con ellas. Era imposible no reírse con el carácter tan divertido que tenía Bom, y aunque Minzy parecía ser más calmada y madura, también había demostrado tener un gran sentido del humor.

 

Hacía años que no conectaba tanto con gente a la que acababa de conocer. Al fin y al cabo en la Comunidad pocas veces se unían personas. Pero incluso con sus compañeros de allí no había tanta afinidad. Quizá era la sensación de libertad que tenían los que vivían fuera. Nunca se lo había planteado, le gustaba la seguridad de vivir en un sitio cerrado y vigilado, pero en ese momento pensó que a lo mejor pertenecer a uno de los grupos rebeldes no estaría tan mal.

 

 

Minzy no había mentido, el camino era largo de verdad. La euforia del principio se les había pasado al cabo de las horas, siendo sustituida por el aburrimiento.

 

“No, Bom, ¿cuántas veces tengo que repetir que no voy a dedicarme a atropellar infectados?” Dijo Dara por cuarta vez en menos de una hora.

 

“Yo solo digo que sería interesante ver a cuántos aciertas sin saltarte ninguno.” Respondió Bom enfurruñada. De verdad pensaba que era una buena idea.

 

“¿Es así siempre?” Preguntó Dara a Minzy, sentada en el asiento del copiloto. La pelirroja se quitó las gafas de sol que se había puesto al principio del trayecto y se las colocó sobre la cabeza.

 

“Depende. Cuando tiene hambre es aún más pesada.”

 

“¡Hey!” Bom alargó el brazo y le dio un golpe a Minzy en el hombro. “No es mi culpa que esto sea tan aburrido. Encima que busco manera de entretenernos…”

 

“Por favor, busca alguna que no implique que nos pueda caer encima el cadáver de un infectado.”

 

Bom se cruzó de brazos y miró a Dara con los ojos entrecerrados.

 

“¿Sabes qué? Te prefería cuando estabas más callada.”

 

Dara abrió la boca para replicarle, pero Minzy se adelantó e interrumpió a ambas.

 

“Parad de pelearos, parece que tenéis 10 años las dos.”

 

“¡HEY!” Esta vez fueron Bom y Dara a la vez. Minzy las ignoró y siguió a lo suyo.

 

“Además, ya estamos cerca, tenemos que estar atentas de que nadie nos siga.”

 

Ante eso, Dara volvió a fijarse en la carretera con preocupación. Habían pasado una ciudad y estaban cerca de otra, pero se mantenían a las afueras, usando carreteras que la rodeasen en vez de que cruzasen por ella.

 

“¿Quién nos puede seguir? ¿Otras bandas?”

 

Minzy asintió mientras que Bom miraba con atención a su alrededor. Las palabras de Minzy habían vuelto a sacar su lado serio.

 

“Sobre el papel el territorio al que nos acercamos pertenece a los Blackjacks, pero los límites siempre suelen ser las zonas más conflictivas. Es por donde se empiezan a conquistar si se tiene esa intención. Hay que tener cuidado.”

 

Dara tragó saliva y agarró el volante con más fuerza. Todavía no era capaz de disparar a un infectado, así que la idea de hacerlo contra un ser humano era incluso peor.

 

A petición de Minzy, redujo un poco la velocidad y cogió la autopista que llevaba directamente al centro de la ciudad. Bom sacó a ‘Button’ y lo preparó por si acaso, lista para usar el rifle en cualquier momento.

 

En cuanto se metieron en la calle principal, los infectados empezaron a reunirse y a acercarse a ellas debido al ruido del coche. Por suerte eran demasiado lentos como para alcanzarles, pero el número de ellos empezaba a ser alarmante. Dara aumentó la velocidad de nuevo, tensa por la situación, pero Minzy y Bom mantenían la calma.

 

“Dara, tras pasar ese semáforo gira a la derecha y sigue recto. Vas a tener que esquivar coches, la carretera está bastante ocupada, pero eso detendrá a algunos infectados.”

 

Dara asintió e hizo lo que le pedían. Tal y como le habían dicho, tuvo que ir en zigzag, esquivando coches por todos lados. Por un momento, algunos infectados se acercaron demasiado, pero Bom se encargó de ellos rápidamente.

 

“Espero que estemos cerca, se están acumulando demasiados.” Comentó Dara con nerviosismo. Les habían sacado ventaja a los infectados, pero estos aparecían de todas partes.

 

“En la siguiente avenida gira la segunda a la izquierda y sigue recto. Vas a ver un centro comercial. Tenemos que llegar ahí, pero antes nos aseguraremos de que la zona está libre.”

 

El trayecto fue corto. En el último momento Bom le pidió que parase en un callejón mientras Minzy sacaba un walkie-talkie de su mochila.

 

“Minzy a Base, ¿me recibes? Estamos a la espera de la señal para entrar. Corto.”

 

Esperaron unos segundos hasta que llegó la respuesta al transmisor.

 

“Aquí Base. Todo está despejado, adelante. Corto.”

 

“De acuerdo. Corto y fuera.”

 

Minzy dejó la radio portátil de nuevo en la mochila y le hizo una señal a Dara para que volviese a arrancar y siguiera el camino que le habían dicho antes.

 

Dara no puedo evitar sentirse sorprendida ante la profesionalidad del grupo. Pensándolo bien tenía sentido, tenían que tener una gran organización para poder sobrevivir allí, pero aun así le parecía interesante.

 

Condujo hasta uno de los laterales del edificio donde los camiones de carga aparcaban para descargar e introducir el material. Bom se bajó del coche con rapidez y se acercó a la puerta del almacén. Junto a ella había un pad numérico donde tecleó la contraseña para abrir la puerta. Se quedó vigilando por si acaso mientras se abría, y tras hacerlo le hizo un gesto con la mano a Dara para que metiese el coche dentro.

 

En cuanto lo hizo, un grupo de personas se acercó con rapidez al coche. Bom también lo hizo una vez la puerta se hubo cerrado.

 

Dara se alejó un par de metros mientras la gente saludaba a Bom y a Minzy. Dos chicos gemelos parecían ser especialmente efusivos. Uno de ellos abrazó a Minzy y la levantó en el aire consiguiendo que Bom le diera un golpe en el brazo para que la soltara. Minzy se dedicó a reír mientras tanto.

 

La imagen consiguió sacar una sonrisa a Dara, pero seguía sintiéndose incómoda ante tanta gente desconocida. Parecían llevarse muy bien y no tenían pinta de ser un grupo callejero violento y peligroso como la gente de la Comunidad describía a las bandas.

 

Bom pareció darse cuenta de la incomodidad de Dara y se acercó a ella con una sonrisa. Pasó el brazo por sus hombros y señaló al grupo de gente con la cabeza.

 

“Vamos, acércate. Ninguno de ellos muerde.”