Se había intentado mentalizar para dejar de sentirse así. Había pasado todo el día ocupada y tal y como le había dicho Bom, Minzy le había dejado por los suelos literalmente. Y eso que ella simplemente se había dedicado a dar órdenes desde una silla, pero sus otros estudiantes no habían dejado pasar la ocasión de enseñar a Dara todo lo que habían aprendido con la pelirroja. A Dara le dolían músculos que ni sabía que existiesen.

 

Se había dado una ducha ardiente y se había ido a la cama directamente sin cenar con la intención de dormir un par de días seguidos con suerte, pero para variar ahí estaba, despierta por completo. ¿Cuántas horas de sueño había perdido ya por culpa de Chaerin? A este ritmo iba a empezar a llevar la cuenta.

 

Suspiró por lo que parecía ser la décima vez en diez minutos. Cogió la almohada y apretó la cara contra ella para ahogar el grito que salió de su garganta. Esto no podía seguir así, tenía que dejar las cosas claras entre CL y ella, o al menos saber si había algún tipo de problema. Esta incertidumbre la estaba matando, y ya tenía suficientes cosas por las que preocuparse como para sumar esto.

 

Una vez tomada la decisión, supuso que ahora era un momento tan bueno como cualquier otro. Además CL tendía a dormir tarde. Aunque con su suerte la rubia habría elegido ese día para irse a dormir temprano.

 

Se puso la ropa nueva que había conseguido al día siguiente de pedirla y salió de su habitación en silencio para no molestar a los que estuviesen ya durmiendo en los cuartos contiguos. Se dirigió directamente a la azotea razonando que a esas horas estaría allí, pero al llegar y abrir las puertas se dio cuenta de que estaba diluviando. Estaba tan concentrada en elegir las palabras adecuadas que decirle a CL que ni siquiera se había fijado en la lluvia a través de las ventanas ni en el ruido.

 

Estaba a punto de cerrar las puertas y volver por donde había venido cuando desde la azotea apareció CL cogiendo el sillón en peso. Pareció sorprenderse al ver a Dara allí, pero la morena estaba demasiado preocupada fijándose en lo empapada que estaba CL como para darse cuenta.

 

Chaerin se aclaró la garganta y Dara se sobresaltó, apartándose rápidamente para que la rubia pudiese entrar de una vez. Cerró las puertas mientras que detrás de ella CL soltó un gruñido al dejar caer el sillón al suelo. Cuando se giró, CL estaba inclinada sobre sí misma y con las manos apoyadas sobre sus rodillas. Jadeaba, claramente sin aliento.

 

“Hola Dara,” Dijo entrecortadamente. “¿Qué haces por aquí? No esperaba verte esta noche.”

 

“Quería hablar contigo.” Explicó Dara sintiéndose un poco molesta con la actitud indiferente de CL.

 

“Oh, bueno, pues aquí estoy. Adelante.” Dijo poniéndose recta de nuevo.

 

Dara chasqueó la lengua y se acercó a ella con el ceño fruncido.

 

“Así no. Estás calada hasta los huesos. Y has cargado con ese sillón pesado cuando aún tienes las costillas dañadas. Tienes heridas por todo el cuerpo y el hombro se te ha curado hace nada. ¿Quieres hacerte más daño o qué?”

 

“Las costillas no estaban rotas al final.” Se defendió CL con gesto incómodo.

 

“Pero estuvieron a punto de fracturarse, ¿o es que ya no te acuerdas? Una cosa es que hagas ejercicio, pero otra es que te pongas a cargar peso en medio de una tormenta.” Le riñó Dara.

 

Normalmente no sería tan dura con sus palabras. De hecho Dara era conocida en su Comunidad por lo dulce que era incluso cuando tenía que reñir a alguien, pero que CL la hubiese estado evitando, que ahora actuase como si nada hubiese pasado junto a su actitud despreocupada le estaba tocando las narices.

 

“No sé por qué te pones así.” Resopló CL. Tenía el ceño fruncido y se había cruzado de brazos.

 

Dara la miró incrédula.

 

“¿Qué no sabes por qué me pongo así?”

 

“No, no lo sé, ha sido una tontería. Ni que hubiese matado a…” CL pareció darse cuenta del significado de sus palabras demasiado tarde. “A nadie…” Terminó la frase con la voz apagada.

 

El ambiente se volvió incluso más tenso que antes, pero esta vez por motivos totalmente distintos. Dara notó como su enfado se esfumaba en cuestión de minutos y miró a CL con tristeza. Se acercó un par de pasos hacia ella, pero a la misma vez la rubia retrocedió.

 

“Chae…” Dijo Dara con suavidad.

 

CL sacudió la cabeza. Había pasado de tener los brazos cruzados a estar abrazándose a sí misma. Mojada entera y en esa postura, parecía más frágil que nunca. Pero lo peor de todo eran sus ojos, mostraban más dolor del que Dara podía imaginar.

 

“Creí que me acabaría acostumbrando. Esta no ha sido ni la primera ni será la última vez que tendré que acabar con la vida de alguien. Pero nunca lo haces. De alguna forma u otra te acaba persiguiendo.” Soltó un suspiro largo y luego miró a Dara. “¿Sabes qué es lo peor?”

 

Dara hizo un gesto negativo con la cabeza para indicar que no lo sabía pero se quedó en silencio. Quería que CL se desahogase.

 

“Que no me arrepiento. No si así salvo a mi familia.” Sus palabras se quedaron en el aire. Dara no sabía qué responder a eso. “Soy un monstruo.” Terminó por susurrar.

 

Lo que más le dolió a Dara fue la convicción con la que CL dijo eso último. No lo dijo para dar pena o porque tuviera un mal día, lo dijo porque lo creía firmemente y era algo con lo que convivía día a día.

 

Dara no podía negar que CL y la mayoría de los Blackjacks habían matado gente. Quizás en defensa propia en el mayor de los casos, pero una cosa no quitaba la otra. Y siendo sinceros, semanas atrás Dara habría opinado que eran malas personas tal y como pensaba la mayoría, pero era muy fácil decirlo cuando había estado aislada del mundo exterior desde que todo había comenzado. Las cosas habían cambiado demasiado y los infectados eran en ocasiones incluso menos peligrosos que los humanos.

 

Desde que estaba fuera de la Comunidad su perspectiva del mundo había cambiado de forma extrema. Había crecido pensando en que la vida era blanca y negra, y en menos de un mes había descubierto un sinfín de tonalidades grises.

 

Ya había visto a CL derrumbarse por no poder haber protegido a todos los Blackjacks, y ahora parecía estar al borde de hacerlo por haber hecho todo lo contrario. Fuese el motivo que fuese, todo acababa de la misma forma, con CL odiándose a sí misma.

 

Era por eso que no podía aceptar las palabras de CL. No quería hacerlo. Y era consciente de que cambiar la forma de pensar de alguien no era fácil, sobre todo cuando se trata de un tema tan delicado como ese, pero en ese instante se prometió que mientras estuviese junto a CL, haría todo lo posible para demostrarle que se equivocaba.

 

Se acercó a CL con determinación y agarró una de sus manos mientras que posó la otra en su mejilla. Ante el repentino contacto, la rubia la miró con los labios entreabiertos. Sus rostros quedaron a pocos centímetros y Dara notó literalmente como se le secaba la boca. Se había movido con la intención de dejarle muy claro a CL lo que pensaba sobre el tema, pero en ese momento se había quedado sin palabras.

 

A Dara no le pasó desapercibido como los ojos de CL se centraron en sus labios. Acarició con suavidad la mejilla de CL con su pulgar y tragó saliva.

 

“Chae…” Susurró.

 

La mirada de CL se posó en sus ojos de nuevo y Dara pudo notar como poco a poco, muy lentamente, iban acortando la corta distancia entre ellas.

 

Pero para variar, todo lo bueno llega a su fin, y en este caso ocurrió antes de que este empezara incluso. No se habían dado cuenta de que la tormenta había empeorado, pero un muy cercano y ensordecedor trueno se encargó de que lo hiciesen.

 

Asustadas por el ruido repentino, se separaron de golpe. CL se aclaró la garganta avergonzada y Dara apartó la mirada deseando que sus mejillas no se viesen tan coloradas como las sentía. Si quedaba algo del casi momento que habían tenido, un estornudo por parte de CL terminó de acabar con él.

 

“Deberíamos bajar antes de que pilles una pulmonía.” Propuso Dara intentando volver a la normalidad. “¿Has cenado?”

 

Tal y como se imaginaba, CL hizo un gesto negativo. La veía pocas veces por el comedor por la noche y no le extrañaba que directamente no comiese nada.

“Ve a darte una ducha caliente y a ponerte ropa seca. Yo iré a la cocina a ver si me pueden dar algo de caldo. Te lo llevaré a tu habitación, ¿te parece?”

 

“Sí, me parece bien.” Afirmó CL. Luego miró a Dara con indecisión, debatiéndose entre añadir algo más o no. “Uh… Nos vemos pronto.”

 

Dara se quedó mirando la puerta durante varios minutos después de que CL saliese de allí. ¿Había pasado lo que ella creía? Ahora pensaba en ello y le parecía haber estado soñando, pero juraría que era real. Habían estado a punto de besarse.

 

Intentó sacudirse la escena de la cabeza, pero era demasiado difícil. Maldijo la tormenta y lo inoportuna que había sido. Con un suspiro se puso en marcha hacia la cocina. Por suerte no era muy tarde todavía y había gente allí aún. Explicó brevemente la situación y le dijeron que sí sin ningún problema, pero que tendría que esperar un poco de tiempo.

 

Le venía bien para que CL tuviese tiempo de ducharse y cambiarse y que el caldo no llegase frío, así que se sentó fuera en uno de los bancos a esperar. Charló con un par de chicas que estaban descansando antes de irse a hacer guardia y el tiempo se le pasó rápido por suerte. Al cabo de 20 minutos uno de los cocineros la llamó para que se acercase y le entregó un termo con la sopa.

 

Se lo agradeció y tras prometer ir a ayudar al día siguiente a repartir la comida, se fue caminando tranquilamente hasta la habitación de CL. Al llegar golpeó la puerta con los nudillos suavemente para cerciorarse de que ya estaba allí y que no la pillaba semidesnuda. Aunque bien pensado, tampoco le importaría mucho encontrarse con eso último. Desde luego tenía que dejar de juntarse con Bom.

 

“Adelante.” Dijo la voz de CL desde dentro.

 

Dara entró el cuarto y se encontró con CL sentada sobre la cama. Tenía puesta unos pantalones cortos y una camiseta de mangas cortas también, ambas cosas varias tallas más grandes que la suya. Tenía una imagen muy adorable. Seguía secándose el pelo con la toalla pero la dejó al lado cuando Dara le pasó el termo.

 

“Muchas gracias.” Dijo abriéndolo y dándole un buen trago. Cerró los ojos y la saboreó con gusto. “Está muy rica. ¿Te han pedido algo a cambio?”

 

“Nada fuera de lo normal, un par de favores uales y ya.” Dijo Dara con indiferencia.

 

La reacción de CL no tuvo precio. La respuesta de Dara le pilló mientras bebía, y al escucharla escup