Tiffany

Esperé fuera de la cafetería en una mesa con paraguas a que Nichkhun llegara. Pensé que si lo escupía todo aquí fuera y le daba un tiempo para procesarlo entonces eso se resolvería. La Deidad lo había arruinado con este encuentro de almas gemelas. Si Nichkhun no me quería y yo no quería a Nichkhun, entonces no había ningún problema.

Taeyeon estaba en algún lugar al otro lado de la calle, mirándome. Estuvo de acuerdo en que esto podría funcionar. Especialmente, si Nichkhun salía con otra chica. Pero Taeyeon quería estar cerca y sinceramente me sentía como si ella acabara de regresar después de una separación muy larga. No quería que fuera a ninguna parte.

―Hola, Tiffany. Ya ordenaste. Te hubiera conseguido tu café ―dijo Nichkhun mientras sacaba la silla frente a mí.

―Necesitaba cafeína ―contesté.

―Te extrañé en la casa de la fraternidad anoche. No es nada divertido cuando no vienes conmigo.

Dejé mi taza sobre la mesa y lo miré con ojos fríos.

―Nichkhun. Sé que te diviertes cuando no estoy allí. También sé que tienes toda esa diversión en la cama o donde sea que decidas hacerlo con Victoria. Está bien. No estoy enojada. Sólo quiero exponer todo aquí y llegar a algún tipo de conclusión.

Nichkhun se sentó allí con una mirada aturdida en su rostro. ¿Realmente no pensó que lo descubriría?

―No quiero terminar. Te quiero a ti. Sí, pude haberme enredado un poco con Victoria algunas veces pero eso es porque nunca vienes a nada relacionado con ATO. Soy el único allí sin una cita. Victoria está siempre sobre mí. Después de unos tragos es difícil de rechazar.

Estoy segura de que en algún lugar de todo eso él tenía razón. ―Nuestros deseos y necesidades son muy diferentes. Necesitas cosas que no puedo darte o que no te quiero dar. Está perfectamente bien que las necesites. Conseguirlas de Victoria está bien para mí. Pero no quiero fingir que tenemos una relación cuando tienes o con otra persona. No tenemos una relación. Si alguien me invita a salir y quiero aceptar, aceptaré.

Nichkhun frunció el ceño. ―¿Quién te invitó a salir?

―Eso no viene al caso. Esto se trata del hecho de que tienes sentimientos hacia Victoria, porque me resulta difícil creer que sólo puedes querer acostarte con ella una y otra vez y no sentir nada.

Nichkhun puso los codos sobre la mesa y hundió la cabeza entre sus manos. ―No sé lo que está mal conmigo. Te quiero, Tiffany. Lo hago. Pero ella se me lanza y no puedo rechazarla.

Pobre hombre; él no tenía ni idea.

Estiré la mano y acaricié la suya. ―Está bien. Tú la quieres; ella te quiere. Todo está bien. Simplemente disfruta de ser libre para estar juntos. No hay razón para ocultármelo.

Nichkhun levantó la cabeza y me miró. ―Nunca has sido normal. La mayoría de las chicas estarían gritándome y vertiendo el café sobre mi cabeza. Tú sólo acaricias mi mano y me dices que mi actividad ual está bien. Que vaya y disfrute.

Me eché a reír y me levanté. ―Fuiste tú quién quiso que hubiera algo entre nosotros. No yo. Nunca sentí nada parecido al amor. Si lo hubiera sentido, entonces sí, estaría devastada. Pero sólo me gustas como un amigo, Nichkhun. Quiero que seas feliz.

Nichkhun se echó hacia atrás en su silla. ―Esto significa que no tengo otra oportunidad, ¿no?

¿Estaba bromeando? Negué con la cabeza. ―No, yo diría que te quedaste sin oportunidades. Ese barco ha zarpado.

―¿Podemos seguir siendo amigos?

Eché un vistazo al otro lado de la calle y vi a Taeyeon apoyada contra un árbol. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho y nos observaba de cerca. Sabía que ella escuchó cada palabra.

―Podemos ser amigos desde lejos. No pasando el rato, simplemente saludándonos el uno al otro al pasar.

―Nunca voy a perdonarme por haberte perdido ―dijo Nichkhun.

―Creo que lo superarás. Hay alguien por ahí para ti. Alguien quien no te va a aburrir y que amará las mismas cosas que tú.

Él negó con la cabeza. ―Es seguro que no es Victoria.

En cierto modo no estaba de acuerdo con él, pero no dije nada.

―Adiós, Nichkhun ―dije por última vez, luego me volví y me dirigí a cruzar la calle. Taeyeon me esperaba en el otro lado. Su sonrisa hizo todo perfecto. Saber que estaba allí y siempre lo estaría hizo que todo se sintiera bien.

Crucé la calle con los ojos fijos en ella. La estridente bocina y el terror que llenó los ojos de Taeyeon fueron la única advertencia que tuve.

―No, Tiffany. No te atrevas a salir de allí. Quédate ahí. No salgas de tu cuerpo.

Miré a Taeyeon, quien parecía frenética. Sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas.

―¿Por qué estás tan molesta?

―¡NO! Dije que no dejes tu cuerpo. Tiffany vuelve allí ―rogó Taeyeon.

―Ella lo dejó porque tenía que hacerlo, Taeyeon. Toma el control y piensa en esto. Tú eres la Muerte, cálmate, maldición. ―La voz de Hyoyeon me sorprendió. Tenía un timbre angelical que nunca había oído antes. Era casi gracioso escucharla maldecir.

―¿Alguno de ustedes me dirá por qué están molestas?

Las sirenas comenzaron a sonar y me di