Los Hwang
Matrimonio por contratoEl silencio se extendía entre ellas. Su futura esposa parecía incómoda y Tiffany se retorció en su asiento, mientras estaban en el negro BMW
Concentrar su energía en el reproductor de MP3. Trató de no contraerse cuando finalmente puso una de Mozart. Taeyeon de verdad disfrutaba de la música sin palabras. Casi se estremeció de nuevo cuando pensó en compartir la misma residencia con ella.
Por. Un. Año. Entero.
—¿Tienes algo de los Black Eyed Peas?
La rubia parecía desconcertado por la pregunta.
- ¿guisantes negros?¿Para comer?
Ella contuvo un gemido.
—Incluso me conformo con algunos de los viejos clásicos. Sinatra,
Bennett, Martin…
Taeyeon siguió en silencio.
— ¿Eagles? ¿Beatles? Sólo grita si alguno de estos nombres te es familiar.
Sus hombros se pusieron rígidos.
—Sé quiénes son. ¿Preferirías a Beethoven?
—Olvídalo.
Volvieron de nuevo al silencio con un piano de fondo. Tiffany sabía que ambas estaban más nerviosas a medida que la distancia a la casa de sus padres se acortaba. Jugar a la pareja de enamoradas no sería fácil, cuando ni siquiera podían mantener una conversación de dos minutos. Ella decidió intentarlo de nuevo.
—Jessica dice que tienes un perro.
Esa observación la premió con una mirada escalofriante.
—Sí.
—¿Cuál es su nombre?
—Perro .
Ella parpadeó.
—¿Ni siquiera le diste un nombre?
— ¿Cometí un crimen?
— ¿No sabes que los animales tienen sentimientos, al igual que las personas?
—No me gustan los animales —dijo.
—¿Por qué? ¿Te dan miedo?
—Por supuesto que no.
—Tenías miedo de que pudiéramos encontrar una serpiente en los bosques. ¿Recuerdas cómo no te acercaste, y te inventaste alguna excusa para irte?
El aire en el auto pareció bajar unos grados.
—No tenía miedo, simplemente no me importaba. Te dije que no me gustan los animales.
Tiffany dio un bufido, y luego se acomodó en silencio. Puso una cruz a otra cualidad de su lista. La Madre Tierra asqueaba. La pelirroja decidió no hablarle a su futura esposa sobre el refugio humanitario de animales. Cuando tenían exceso de reservas, siempre acogía animales extra en su casa hasta que había espacio de nuevo.
Algo le dijo que a la rubia le daría un ataque. Si alguna vez le superaba la suficiente emoción como para que perdiese el control.
La posibilidad le intrigaba.
—¿Por qué estas sonriendo? —le preguntó.
—Nada. ¿Recuerdas todo lo que hablamos?
Taeyeon dio un suspiro de sufrimiento.
—Sí. Repasamos a todos los miembros de tu familia detalladamente. Sé sus nombres y antecedentes generales. Por el amor de Dios, Fany, solía jugar en tu casa cuando éramos más jóvenes.
Ella resopló.
—Tú sólo querías las galletas con chispas de chocolate de mi madre. Y te encantaba torturarnos a tu hermana y a mí. Además, eso fue hace años. No has tenido nada que ver con ellos en la última década. —Se esforzó de nuevo para morder la amargura, pero la facilidad con la que Taeyeon un poco molesta—. Hablando de eso, nunca mencionas a tus padres. ¿Has visto a tu padre últimamente?
Se preguntó si sería posible quemarse por el frío que ella emanaba.
—No.
Tiffany se quedó esperando por más, pero no obtuvo respuesta.
— ¿Qué tal tu madre? ¿Se volvió a casar?
—No. No quiero hablar de mis padres. No tiene sentido.
—Maravilloso. ¿Qué se supone que le diremos a mi familia sobre eso? Preguntarán.
Sus palabras estaban fragmentadas.
—Diles que mi padre está descansando en Francia y que mi madre está fuera, en algún lugar con su nuevo novio. Diles lo que quieras. No estarán en la boda, de todos modos.
Tiffany abrió su boca pero su mirada de advertencia le dijo que la conversación había terminado. Genial. Simplemente adoraba su charlatanería.
Tiffany apuntó hacia la señal de la siguiente calle.
—Aquí está el desvío hacia la casa de mis padres.
Taeyeon se detuvo en el camino de entrada y apagó el motor. Ambas estudiaron la casa blanca. Incluso desde el exterior, la estructura irradiaba una amable calidez desde cada pilar blanco clásico hasta el envolvente porche agraciado. Sauces llorones rodeaban los bordes del césped, inclinados, casi como una protección. Grandes ventanales con postigos verdes salpicaban el frente. Ella dio un profundo suspiro mientras el hogar de su infancia se hundía a su alrededor como una manta reconfortante.
— ¿Estamos listas? —preguntó Taeyeon.
Tiffany le echó una mirada. Su rostro, sus ojos distantes. Ella lucía moderna y casual con su ropa costosa, blusa blanca Calvin Klein, y náuticos de cuero. Su cabello rubio estaba domesticado perfectamente hacia atrás, a excepción de un mechón obstinado recostado sobre su hombro. Sus pechos llenaban la blusa muy bien. Un poco demasiado bien para su gusto. Se preguntó si ella tendría el abdomen plano y duro como una tabla, pero el pensamiento hizo cosas malas en su propio abdomen, por lo que rechazó la idea y se concentró en su problema inmediato.
—Parece que hubieras pisado una mierda de perro.
La expresión neutral de Taeyeon resbaló. La comisura de su boca respingó una pulgada.
—Hmmm, Jess dijo que escribías poesía.
—Se supone que debemos estar locamente enamoradas. Si sospechan que es de otra manera, no podre casarme contigo. Así que haz una buena actuación. Oh, y no tengas miedo de tocarme. Te prometo que no tengo piojos.
—No tengo miedo a…
Su aliento silbó mientras Tiffany se acercó y como el mechón de cabello que estaba en su hombro. La sensación sedosa de su cabello mientras se deslizaba entre sus dedos le agradó. La expresión de asombro en su rostro la tentó a continuar la caricia, deslizando el dorso de su mano por su mejilla con un movimiento lento. Su piel se sentía suave al tacto.
— ¿Ves? No es gran cosa.
Sus labios se apretaron con lo que ella pensaba que era enfado. Obviamente, Kim Taeyeon no la miraba como una mujer adulta, más bien como a una hermanita pequeña.
La peliroja abrió la puerta y cortó su respuesta.
—Hora del espectáculo.
Taeyeon murmuró algo entre dientes y la siguió.
No tenían que preocuparse de tocar el timbre. Su familia salió por la puerta uno por uno, hasta el porche delantero desbordado con sus chillonas hermanas y un varones evaluador. Tiffany había llamado con anticipación para avisar de su compromiso. Había venido con la historia de haber estado viendo a Taeyeon a escondidas, haber tenido un romance relámpago y un compromiso impulsivo. Exageró su pasado para que su familia creyera que habían estado en contacto a través de los años como amigas.
Tae trató de acurrucarse, pero sus hermanas se negaron a consentirla. Yuri y Yoona se lanzaron en sus brazos por un gran abrazo, charlando a la vez.
— ¡Felicidades!
— ¡Bienvenida a la familia!
—Yuri, te dije que ella resultaría ser maravillosa. Que alucinante es esto, ¿no? ¡Amigas de la infancia y ahora pareja!
— ¿Ya tienen fecha para la boda?
— ¿Puedo estar en la fiesta nupcial?
Parecía como si Taeyeon estuviera a punto de saltar por encima de la entrada y escaparse.
Tiffany se derrumbó en una carcajada. Aisló a sus hermanas mellizas más jóvenes, empujándolas hacia ella para un abrazo.
—Dejen de asustarla, chicas. Finalmente conseguí una novia. No arruinen esto por mí.
Se rieron. Una doble visión de dos chicas de dieciséis años, con cabellos castaño y negro , ojos negros , y largas piernas delgadas estaba ante ella. Una tenía la piel mas oscura que la otra. Tiffany apostaba a que sus maestros estaban agradecidos por la distinción. Sus hermanas estaban llenas de picardía y les encantaba jugar bromas.
Un grito demandante atrajo su atención. Ella levantó el ángel castaña a sus pies y cubrió a su sobrina de tres años con besos.
—Luna, la Alborotadora —dijo—, ven a conocer a Kim Taeyeon. Tía Tae para ti, pequeñaja.
Luna lo miró por encima con la atención cuidadosa que sólo un niño exuda. Tae esperó su juicio con paciencia. Entonces su rostro se rompió en una sonrisa radiante.
—¡Hola, Tae!
Ella sonrió de vuelta.
—Hola, Luna.
—Aprobación otorgada —dijo Tiffany. Instó a Tae otra vez—. Permitirme hacer el resto de las presentaciones. Mis hermanas mellizas, Yuri y Yoona, ahora son adultas y están fuera de los pañales. —Ignoró el doble gemido y sonrió—. Mi cuñada, Sunny, y conoces a mi hermana Sooyoung y a mi padre. Todos, esta es Kim Taeyeon, mi prometida.
Ni siquiera tropezó con la palabra.
Su Tia tomó las mejillas de Tae y le dio un sonoro beso.
—Tae, como has crecido. —Abrió sus brazos en señal de bienvenida—. Y eres tan apuesta.
Tiffany se preguntó si eso era un toque rojo en las mejillas de Tae, luego rechazó la idea.
Se aclaró la garganta.
—Umm, gracias, Sra Hwang. Ha pasado mucho tiempo.
Soo le dio un puñetazo amistoso en el hombro.
—Hey, Taeyeon , no te he visto en siglos. Escuché que ahora serás parte de la familia. Felicidades.
—Gracias.
Su padre se acercó y le tendió la mano.
—Llámame Leeteuk —dijo—. Recuerdo que solías torturar a mi niña en muchas ocasiones. Creo que su primera palabrota oficial salió teniéndote en mente.
—Creo que todavía tengo ese efecto —dijo Taeyeon con ironía.
Su padre se echó a reír. Sunny escapó del brazo de Sooyoung para darle un gran abrazo.
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hola como estan lamento actualizar tarde esque mi familian de santiago llego de improviso y no me dejaban estar en internet a nadie .
espero que les guste el capitulo
por cierto si alguien quiere leer las historias que subia mi hermana subio algunos capitulos de atraccion fatal a la pagina besos
https://www.facebook.com/pages/KM-y-MM/208295729355256?ref=hl
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