DULCE VENGANZA

Matrimonio por contrato

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 Taeyeon se quedó en el muelle, mirando la línea de barcos moviéndose en el agua. Extrañas olas se elevaron y golpearon la orilla como un

presagio del invierno. La puesta de sol naranja cortando a través de la amenazante oscuridad, iluminando el arco de luces del Puente sobre el rion Han . Metió sus manos en la chaqueta de su traje Armani y aspiró el aire fresco, limpio. La calma se rezumó por su cuerpo mientras miraba hacia sus queridas montañas y una vez más, ella sabía que aquí era a donde pertenecía.


Hace diez años, la propiedad de los muelles había estado infestada de traficantes de droga y adictos al crack. Las bellas líneas del río estaban llenas de basura, los elegantes edificios de ladrillo estaban vacíos, sus ventanas rotas gritando por ayuda. Finalmente, los inversionistas vieron el potencial del área y comenzaron a lanzar el dinero en un sueño de restauración. 

 

Tae y su tío vieron el proyecto cuidadosamente y esperaron su tiempo. De algún modo, ellos habían sospechado que la oportunidad finalmente vendría a Dreamscape para sacar provecho en la zona. La primera persona que se atrevió a abrir un bar en el área comenzó a atraer a un nuevo grupo de personas que quería ingerir una cerveza mientras miraban las gaviotas. 

Cuando los policías se lanzaron sobre el corazón de la ciudad, los proyectos de limpieza de las organizaciones sin fines de lucro comenzaron a establecerse. Los últimos cinco años demostraron que el proyecto era digno de la atención de los inversionistas. Los restaurantes y el spa que Tae quería construir cambiarían el Valle para siempre. Y sabía que ella era la que estaba destinada a construirlo.

Su mente revivió su encuentro con Hyoshi Komo. Tae finalmente había cerrado el trato. Sólo había un hombre sobrando, quien estaba entorpeciendo de cierto modo su sueño.

Michael Conte.

Tae maldijo en voz baja mientras miraba el sol comenzando a hundirse. Hyoshi había estado de acuerdo con darle a Tae  el contrato sólo si Michael Conte la apoyaba. Si Tae no podía convencer a Conte acerca de que ella era la mujer  para el trabajo, Hyoshi volvería a escoger a otro arquitecto y Dreamscape no tendría una oportunidad.

Tae  no podía dejar que eso sucediera.

Ella  era una mujer que había viajado extensamente en busca de una educación en arquitectura. Había mirado las cúpulas de oro brillantes en Florencia, las altas y elegantes torres en París. Había visto antiguas islas exóticas, los majestuosos Alpes suizos, y el tosco, tallado en rocas del Gran Cañón. 

Nada en su vista o mente o corazón estaba cerca de sus montañas.

 

Una sonrisa burlona tocó sus labios mientras el pensamiento sentimental la  mantenía atrapado. 

Estudió la vista durante mucho tiempo, mientras su mente ordenaba sus problemas con su esposa, el contrato y Conte y aun así siguió con las manos vacías. Su teléfono móvil sonó e interrumpió sus pensamientos.

Presionó el botón sin comprobar el identificador de llamadas. 

—Hola.

—¿Tae?

Sofocó una maldición. 

—Nana. ¿Qué quieres?

Ella hizo una pausa. 

—Necesito verte. Hay algo importante que discutir y no puedo hacerlo por teléfono.

—Estoy al lado del río. ¿Por qué no vienes a la oficina mañana?

—¿Por el puerto deportivo?

—Sí, pero…

—Está en mi camino. Estaré allí en diez minutos.

Tae teléfono hizo clic.

—Hija de puta —masculló. Rápidamente analizó sus opciones y se acordó que tenía todo el derecho de irse. Entonces la culpa pinchó. Nana todavía podía estar molesta, de que ella hubiera terminado la relación tan abruptamente. Tal vez ella necesitaba gritarle algo más. Tae sabía lo que las mujeres creían en concluir las cosas y tenían algo con respecto a la competencia. Ella probablemente se estaba volviendo loca ya que Tiffany la había "ganado".

Por lo que decidió esperar y escuchar su descarga de ira , luego disculparse y continuar con su vida. Quince minutos más tarde, Nana apareció.

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Tae la vio salir de su Mercedes convertible plateado. Caminaba con una confianza perezosa que invitaba a  hombres y mujeres  a mirarla con satisfacción. Desapasionadamente admiró la camiseta negra recortada que exponía su estómago plano luciendo su anillo en el vientre. Vaqueros a la cadera de tiro corto, ceñidos con un cinturón negro delgado. Botas negras de tacón bajo aplastando la grava hasta que ella se detuvo delante de Tae. Los labios de color rojo vinieron fruncidos en un puchero profesional.

 

—Tae. —Sus ojos quemando pero su tono era frío—. Es bueno verte.

Taeyeon  asintió.

—¿Qué pasa?

—Necesito un consejo. Conseguí una oferta de contrato de Lace Cosmetics.

—Esa es una cuenta enorme, Nana. Felicitaciones. ¿Cuál es el problema? Ella se inclinó. El costoso perfume de Chanel flotando en el aire.

—Es un contrato de dos años pero necesitaría trasladarme a California. — Los ojos color esmeralda se ensancharon con la cantidad perfecta de inocencia y deseo—. Esta es mi casa. Y odio la mentalidad liberalista. Siempre he sido una conservadora. Como tú.

Una campana de advertencia repicó en algún sitio en su cerebro. 

—Tienes que decidir por ti misma. Todo ha terminado entre nosotras. Estoy casada.

—Nosotras teníamos algo verdadero. Creo que te asustaste y saltaste hacia la primera mujer que podías controlar.

Tae sacudió su cabeza con una punzada de tristeza. 

—Lo siento, eso no es verdad. Tengo que irme.

—¡Espera! —En un momento ella se paró a unos cuantos centímetros de distancia, al siguiente ella estaba aplastada contra su pecho con sus brazos serpenteando alrededor de su cuello y sus caderas seriamente aplastadas contra las suyas.

Jesús…

—Echo de menos esto —murmuró ella—. Tú sabes lo bien que estábamos juntas. Casada o no casada, todavía te quiero. Y tú me quieres.


—Nana…

 

—Te lo demostraré. —Nana arrastró su cabeza para encontrarse con la suya, tenía un segundo para decidir lo que ella haría. ¿Apartarla y mantener el contrato a la letra? ¿O tomar la oportunidad para probar el control que su esposa tenía sobre ella?

El pensamiento de Tiffany pasó lentamente. Tae tensó sus hombros y empezó a retroceder, pero el demonio interior burlándose se elevó y susurró su advertencia. Su esposa no era real, sólo una imagen breve que se rompería en angustia y dolor al recordarle que no duró nada. Nana la haría olvidar. Nana la haría recordar. Nana la forzaría a afrontar la verdad de su matrimonio.

La verdad de que ellas no tenían ningún matrimonio real.

Entonces, agarró la oportunidad y tomó sus labios, saqueando su boca como lo había hecho en el pasado. Su gusto invadió su boca, frotó sus manos desesperadamente hacia arriba y debajo de su espalda en una invitación de arrastrarla al auto y tomarla allí mismo, poco tiempo después estaría clara su frustración y añoranza por otra persona. Tae casi se inclinó a su voluntad, pero entonces otra comprensión tomó control.

Tae estaba en automático. Una vez, había experimentado la excitación con esta mujer. Ahora, había sólo un zumbido menor, que palidecía ante la reacción trascendental que Tiffany causaba con solo un toque. El sabor de Nana no le gustó, sus pechos no se desbordaron en sus manos y sus caderas eran demasiado afiladas y golpeaban contra su cintura.

Y Taeyeon se dio cuenta de que ella no era Tiffany , nunca sería Tiffany, y ella  no quería un acuerdo.

Tae se apartó.

Ella se tomó un rato para aceptar su rechazo. Pura rabia invadió su rostro antes de que ella lograra tranquilizarse. Trató de balbucear una disculpa pero ella la cortó. 


—Algo está pasando, Tae. Todas las piezas no tienen lógica. —Su columna vertebral se enderezó con una dignidad rígida. Tae sabía que cada acción estaba calculada para causar un efecto más dramático. Este era otro elemento tan diferente entre ella y Tiffany—. Déjame decirte mi teoría. Tú tenías que casarte rápido por algún trato de negocios y ella cubría las necesidades.

 

Nana se rió cuando vio la mirada de sorpresa en su rostro. 

—Ella juega contigo, Tae. Tú nunca saldrás de este matrimonio sin un bebé o dando muchísimo dinero, no importa lo que ella te haya dicho. Tu peor pesadilla se realizará. —Sus labios torcidos en disgusto—. Sólo presta atención a mis palabras cuando tu pequeña, “ooops, creo que nos equivocamos” aparezca. —Nana se alejó y se detuvo con su mano sobre la manija de la puerta—. Buena suerte. Voy a tomar el trabajo en California, pero si me necesitas, llámame.

Ella se deslizó dentro del coche y se fue. Su columna vertebral se estremeció con un helado presagio. Tae apostaría su vida que podría confiar en Tiffany y nunca trataría de atraparla por más dinero, ¿quién se casa con un millonaria y sólo pide ciento cincuenta grandes? Nana  sólo estaba molesta porque ella no había sido capaz de conservarla. 

Tae se estremeció cuando pensó en el beso. Su primer instinto fue ignorar todo el episodio. Pero le debía honestidad a su esposa. Le explicaría que ella y Nana se encontraron junto al río en público, ella había iniciado el beso y se trasladaría a California. Fin de la historia. Estaría tranquila y racional. Tiffany  no tenía ninguna razón para estar celosa. Ella podía estar un poco molesta, pero un beso era fácil de olvidar.

Al menos, aquel beso lo era.

Algunos otros eran más difíciles de olvidar.

Con aquel pensamiento, caminó hacia el auto y condujo a casa. 

*********************POV TIFFANY*********************************

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Tiffany cerró sus ojos, luchando contra un desesperante cansancio. Ella se sentó en su aporreado Volkswagen rosa con las ventanas subidas y la música sonando muy fuerte en su estéreo. El estacionamiento bancario se vació mientras cinco minutos se convirtieron en una hora y siguió haciendo tictac. Miró por su parabrisas y trató de rechazar el gusto amargo del fracaso y decepción que comía su intestino como el ácido.


Ningún préstamo.

 

Otra vez.

Sí, BookCrazy estaba bien y ella acababa de producir ganancias. Pero el banco no estaba emocionado con la idea de invertir más dinero en su negocio, estaba casi arruinada incluso ahora, no tenía ninguna garantía, ningún ahorro y nada para sostenerla. Pensó en un episodio de la serie & the City y se preguntó cuántos pares de zapatos tenía ella. Entonces se dio cuenta de que ni siquiera tenía muchos. Desde luego, su Sr. Big era realmente su esposa y con sólo una pequeña adición en aquellos papeles del préstamo ella se habría anotado. Se preguntó si ella había sido estúpida y orgullosa por no usar la conexión, casi salió del coche.

Casi.

Soltó un gemido largo, doloroso. Un trato era un trato y ella ya había cobrado su dinero. Ahora estaba de regreso al punto de partida, atascada con una esposa durante un año, a quien ella no le gustaba, pero quien ocasionalmente quería tener o hasta que su mente se aclarase.

Y ella estaba en bancarrota.

Oh, sí, ella se había sacado la lotería.

Maldiciendo, encendió el motor y empujó la carta formal de rechazo dentro del compartimiento de la guantera. Las finanzas continuarían. Ella no usaría el dinero de Tae para seguir su carrera cuando su relación era sólo temporal. Necesitaba conseguir aquel préstamo su propia cuenta . Si usaba a Tae, la cafetería realmente no le pertenecería. No, ella esperaría otro año, obtendría más ganancias, y volvería a intentarlo. No hay necesidad de convertirse en suicida y deprimirse a causa de un pequeño contratiempo.

La culpa roía su estómago. Las mentiras sumándose en una pila impresionante. Primero a sus padres. Después a Tae. ¿Cómo pretendía explicar la falta de expansión cuando Tae ya le había entregado el cheque? Y sus padres pensaban que era extremadamente rica. Ellos le preguntarían a Tae sobre cuando élla comenzaría el trabajo arquitectónico para el BookCrazy. ¿Después de todo, por qué su esposa no ayudaría en propia  con su negocio?


La torre elaborada de tarjetas se balanceó y amenazó con derribarse.

 

Ella condujo a casa en medio de los bordes del pesimismo y se estacionó al lado del auto de Tae. Esperaba que ella hubiera hecho la cena, entonces se dio cuenta de que no podía comer más que una ensalada, porque ella hizo trampa en su dieta en el almuerzo con una deliciosa, grasosa hamburguesa con queso de lujo y papas fritas grandes.

Su estado de ánimo se volvió más negro.

Cuando ella entró, la casa prácticamente se amplió con el olor de la esencia de ajo, hierbas y tomates. Tiffany lanzó su bolso sobre el sofá, se quitó sus zapatos y se arremangó su falda para arrancarse las medias antes de entrar en la cocina.

—¿Qué estás haciendo?

Volvió su cabeza. 

—Haciendo la cena.

La pellirroja  le frunció el ceño. 

—Sólo quiero una ensalada.

—Ya la hice. En el refrigerador, enfriándose. ¿Qué tal estuvo tu día?

Su tono agradable alborotando sus nervios. 

—Simplemente excelente.

—¿Así de bien, hmmm?

Fany la ignoró y se sirvió un vaso grande de agua. El agua y la lechuga seca se complementaban muy bien. 

—¿Alimentaste a los perro?

Tae revolvió un pote de salsa que rebosaba, el olor le hizo agua la boca. Cómo diablos ella había aprendido a cocinar comida italiana estaba más allá de Tiffany, pero todo esto se estaba volviendo molesto. ¿Qué esposa llega a casa del trabajo y cocina una comida gourmet por el amor de Dios? Tae no era normal.

Le echó los espaguetis. 


—¿Extraña elección de una palabra, verdad? perro es singular, o plural. Imagínate mi sorpresa cuando entré en la habitación  y no encontré un perro  , sino a dos.

 

Ella prácticamente vibró por la necesidad de luchar. 

—Prince estaba solo y tú practicabas crueldad animal. Él estaba demasiado aislado. Ahora, él tiene un amigo con quien jugar.

—Sí, lindos ,traviesos y que destruyen todo a su paso—Estás siendo sarcástica.

—Y tú estás malhumorada.

Ella tiró fuertemente su vaso sobre la mesa. El líquido salpicó sobre el borde. Con una vuelta desafiante sobre sus talones, ella dejó el agua, se acercó al gabinete de licor y se sirvió dos dedos de whisky. El líquido chisporroteó bajo su garganta y calmó sus nervios. Se dio cuenta de que sus hombros se sacudían un poco, pero cuando ella la miró con recelo, La rubia  no parecía estar riéndose de ella.

—Tuve un día malo.

—¿Quieres hablar de ello?

—No. Y no comeré ningún espagueti.

—Está bien.

—Está bien.

La bajita  la dejó en silencio mientras ella se tomaba otro trago y comenzó a calmarse. Ella se sentó en la acogedora cocina rodeada por los sonidos de la cocina tradicional y un silencio celestial. Tae llevaba un delantal esta noche sobre sus descoloridos vaqueros y una polera. En lugar de suavizar su feminidad, el faldón negro liso destacaba sus magras caderas, sus pechos y un magnífico trasero. Su gracia y simplicidad en un entorno tan doméstico hicieron que su respiración se complicara un poco. Tae puso la mesa, distribuyó su comida, y su ensalada y comenzó a comer. Su curiosidad acerca de su día despertó.

—¿Cómo va el contrato del puerto?


la rubia expertamente hizo rodar sus espaguetis sobre su tenedor y los metió hábilmente dentro de su boca. 

 

—Me tomé un trago con Hyoshi y me dio su voto.

Un profundo sentimiento de placer cortando a través de su aturdimiento. 

—Tae, eso es maravilloso. Eso deja sólo a Michael.

Ella  frunció el ceño. 

—Sí. Conte puede causar problemas.

—Tú puedes hablar con él, el sábado por la noche.

Su ceño se hizo más profundo. 

—Preferiría no ir a la fiesta.

—Oh. Está bien, iré sola.

—Olvídalo, iré.

—Nos divertiremos. Esto te dará otra oportunidad para lanzarte en un ambiente relajado. —Ella dejó su ensalada delante y miró hambrienta el plato de espaguetis. Tal vez ella podría llevarse furtivamente un bocado. Después de todo, tenía que probar la salsa.

—Si Conte desestima el trato, todo este asunto estará terminado.

—Él no lo hará.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque eres la mejor.

Ella se concentró en su pasta. Cuando finalmente alzó la vista, vio una expresión extraña cruzando su rostro.Taeyeon parecía inquieta. 

—¿Cómo lo sabes?

Tiffany sonrió. 


—He visto tu trabajo. Solía mirarte cuando éramos jóvenes y tú construías cosas en el garaje. Siempre pensé que serías un carpintero, pero cuando vi el restaurante en el Monte, supe que encontraste tu verdadera vocación. El lugar entero me atrajo, Tae. Desde el agua fluyendo a las flores y el bambú y la semejanza con una vieja cabaña japonesa en las montañas. Eres una arquitecta brillante.

 

Lucía positivamente asombrada hacia su comentario. ¿ella no sabía que Tiffany siempre había admirado su talento, incluso cuando ellas se habían ridiculizado despiadadamente la una  a la otra? ¿Incluso después de largos años de separación? 

—¿Por qué pareces tan sorprendida?

Tae pareció sacudirse del encantamiento. 

—No lo sé. Nunca tuve a una mujer interesada en mi carrera. En realidad nadie lo entiende.

—Entonces ellos son estúpidos. ¿Puedo terminar esta última porción o quieres más?

Sus labios ligeramente apretados mientras la rubia le entregó el tazón. 

—Adelante. —Ella luchó con un gemido a medida que la salsa de tomate picante bailaba sobre su lengua.

—¿Tiffany, qué está pasando con la ampliación de tu librería?

Un espagueti se atoró en su garganta y ella se ahogó. Tae voló encima de la silla y comenzó a golpear su espalda, pero ella lo sacudió y tragó unos sorbos de agua. El poema de horror destelló burlándose delante de su visión. ¡Oh, la telaraña enredada que tejemos, cuando primero comenzamos la práctica para engañar… 

—¿Estás bien?

—Bien. Solamente bajó por el conducto equivocado. —Tiffany cambió de tema—. Tenemos que ir con mis padres para Acción de Gracias.

—No, odio las vacaciones. Tú no contestaste mi pregunta. Conseguiste el dinero, tengo la impresión que necesitas comenzar inmediatamente la cafetería. Tengo algunas ideas que me gustaría revisar contigo.

Su corazón latiendo tan rápido que la sangre rugía en su cabeza. Esto era malo. Muy, muy malo. 


—Umm, Tae, no espero que me ayudes con la cafetería. Tienes suficiente en tu plato con el proyecto del muelle y el consejo persiguiendo cada uno de tus pasos. Además, en cierto modo ya contraté a alguien.

 

—¿A quién?

Mierda.

Agitó la mano en el aire en un gesto desdeñoso. 

—Olvidé su nombre. Un cliente lo recomendó. Él está, em, elaborando los planos y vamos a comenzar pronto. Tal vez espere hasta la primavera.

La rubia frunció el ceño. 

—No hay razón para esperar. No confío en este hombre ya. Dame su número y voy a hablar con él.

—No.

—¿Por qué no?

—Porque no quiero que te involucres. —Las palabras parecieron darle un puñetazo como un sorpresivo gancho. Hizo una mueca, y luego se recuperó rápidamente. La miseria de sus mentiras enconando, pero se recordó atenerse sólo a los negocios, a pesar de que sabía que de alguna manera extraña que lastimaba a la rubia .

Su rostro reflejaba desinterés. 

—Está bien. Si eso es lo que prefieres.

Su voz se suavizó. 

—Me gustaría seguir manteniendo nuestra relación a sólo negocios. Involucrarte en mi proyecto del café no es una buena idea. ¿No te parece?

—Seguro. Lo que tú quieras.

El silencio golpeaba a su alrededor y bordeando en la incomodidad. Se aclaró la garganta. 

—Volviendo a Acción de Gracias. Tienes que ir, no hay elección.

—Diles que tengo que trabajar.

—Irás. Es importante para mi familia. Sospecharan que algo pasa, si no atendemos.

—No me gusta Acción de Gracias.


—Te escuché la primera vez, pero todavía no me importa.

 

—Vacaciones en familia no estaban en el contrato.

—A veces no podemos seguir el contrato al pie de la letra.

Su cabeza se elevó de su plato como si de pronto Tiffany tuviera toda su atención. 

—Probablemente tienes razón. Tenemos que permitir cierta flexibilidad y tal vez algunos errores en el camino.

Ella asintió y tomó el último bocado. 

—Exactamente. Así que, ¿vendrás?

—Claro.

Su cambio total la hizo detenerse, pero la pelirroja la ignoró. Su cuenco vacío se burlaba de Tiffany. Maldita sea, ¿qué había hecho?

—Es curioso que mencionaras el contrato —dijo—. Un pequeño problema surgió, pero está resuelto ahora. 

Tal vez haría algo de trabajo extra en la cinta de correr. Y levantar algunas pesas. Tal vez incluso volver a clase de yoga. 

 

—No iba a decir nada, pero quería ser honesta. Es probable que ni siquiera te importe.

Llamaría a Jessica mañana e iría a clases de baile entretenido . La clase quemaba más calorías y era bueno para su defensa propia.

 

—Nana me besó.

Su cabeza se disparó. 

—¿Qué dijiste?

La bajita se encogió de hombros. 

—Ella llamó y quería que nos reuniéramos. Ella dijo que se iba a vivir a California. No lo inicié, así que supongo que era su idea de un beso de despedida. Fin de la historia.

 

Sus ojos se estrecharon. Su actitud aparentemente casual ocultaba una verdad más profunda. También sabía que la manera de conseguirlo era jugar todo el asunto tranquilo.

 

—Un beso de despedida, ¿eh? Bueno, eso no suena demasiado amenazante. —La menor  lA vio casi desplomarse en la silla con alivio. Fingió estar comprometida con los restos de las hojas de su ensalada para quitar la presión—. ¿Mejilla o labios?

—Labios. Rápido, sin embargo.

—Está bien. Así que no hubo lengua, ¿verdad?

La silla crujió con su retorcimiento definitiva. La hija de puta estaba atrapada. 

—En realidad no.

—¿Segura?

—Tal vez un poco. Sucedió tan rápido que no me acuerdo.

Incluso cuando eran niñas, Tae era pésimo mintiendo. Se metía en problemas todo el tiempo y Jessica escapaba del castigo, porque era muy buena. La nariz de Tae prácticamente crecía y casi gritaba la verdad al mundo.

—Está bien. Lo principal es que me dijiste la verdad. ¿Dónde sucedió esto?

—Cerca del río.

—¿Después de tu reunión?

—Sí.

—Te llamó a tu teléfono celular.

—Le dije que no viniera, pero dijo que era importante, así que la esperé. Le dije que no quería nada más que ver con ella.

—Entonces ella te besó y la apartaste.

—Correcto.

—¿Dónde estaban sus manos?

 

Confusión cubría sus rasgos. Parecía pensar en ello como si temiera que fuera una pregunta con trampa. 

 

—¿Qué quieres decir?

—Sus manos. Alrededor de tu cuello, tu cintura, ¿dónde?

—Alrededor de mi cuello.

—¿Dónde estaban tus manos?

—¿Antes o después de que la rechazara?

Bingo.

—Antes.

—Alrededor de su cintura.

—Está bien. Entonces, ¿suena como si hubiera pasado un rato antes de que finalmente la rechazaras, y lengua estuvo involucrada, y su cuerpo pegado al tuyo durante cuánto tiempo?

Miró su copa de whisky vacía con lujuria, pero respondió la pregunta. 

—No mucho.

—¿En un minuto? ¿Un segundo? 

—Un par de minutos. Entonces la aparté. 

—Sí, ya dijiste eso.

Tiffany se levantó de la mesa y comenzó a levantar los platos.  Tae vaciló como si no supiera qué hacer, pero se quedó sentada. Un silencio incómodo descendió. Tiffany terminó la tarea sin hablar y dejó que la tensión se construyera. Casi pudo escuchar como el chasquido visible se rompió.

—No tienes razón para estar molesta.

Apiló los platos en la lavadora, ajustó el dial, luego volvió su atención hacia el refrigerador. Con movimientos metódicos, sacó el helado de chocolate, crema batida y cerezas.

—¿Por qué me molestaría? El beso fue nada, incluso si rompiste el contrato.


—Acabamos de decir que a veces el contrato no se puede seguir al pie de la letra. ¿Qué estás haciendo? 

 

—Haciendo el postre. Entonces, ¿qué hizo Nana cuando la rechazaste?

Ella siguió creando el helado perfecto y dejándolo a Tae colganda en la incomodidad. 

—Ella estaba molesta porque yo la había rechazado.

—¿Por qué la rechazaste, Tae Tae?

Lucía claramente incómoda. 

—Porque hemos hecho algunas promesas. Incluso si no estamos durmiendo juntas, acordamos que no te sería infiel.

—Muy lógico. Me sorprende que fueras capaz de pensar tan claramente después de tal beso. Conmigo, lo entiendo. Pero Nana parece inspirar una respuesta más apasionada.

Su boca se abrió. Ella agitaba la crema batida y rociaba unas cerezas en la parte superior, y luego dio un paso atrás para admirar su creación.

—¿Crees que reacciono con más pasión con Nana?

Ella levantó un hombro. 

—Era obvio la noche que la conocí que movieron las sábanas. Nosotras no tenemos ese problema. Las únicas veces que me has besado fue cuando estabas enojada o aburrida.

—¿Aburrida? —Tae se frotó la cara con las manos y pasó sus dedos por el pelo. Una risa sin sentido del humor salió de sus labios—. No creo esto. No tienes idea de cómo me sentía cuando Nana me besó.

Una astilla de hielo perforado a través de su corazón, tan preciso como un bisturí de cirujano. Esta vez no hubo sangrado, sólo una aceptación insensible que la mujer con quien se había casado desearía siempre a una supermodelo, y no ella. Tae siempre estaría lo suficientemente débil como para tomar un último gusto antes de que su maldita ética tomara lugar. La rubia  era legalmente fiel, pero mentalmente una infiel.

Era una idea de último momento y la bajita nunca la había deseado completamente como a su ex. Al menos, no físicamente.

 

La ira se apoderó, feroz y satisfactoria, mientras miraba a su helado de chocolate perfecto. Kim Taeyeon adoraba la lógica y la razón y había pensado cuidadosamente a través de su respuesta. La rubia  utilizó la honestidad, porque ella era una mujer justa. Lo que la enfurecía era su incapacidad de verla como una mujer que tenía todo el derecho de estar molesta cuando se había enterado que su esposa había besado a su ex amante. Tae espera que ella estuviera calmada, civil, cortésmente perdonara su indiscreción, y seguir adelante.

 

Que se joda.

Con un suave movimiento, levantó el pesado, goteante recipiente, y lo tiró en la parte superior de su cabeza.

La bajita  dejó escapar un grito y se levantó de un salto, derribando la silla, su rostro registrando incredulidad pura mientras el helado de chocolate y jarabe y crema caían sobre su cabeza, deslizándose por sus mejillas, y un túnel hacia sus oídos.

—¿Qué demonios? —Su rugido estaba llenó de confusión e irritación y una emoción sincera que  hizo sentirse a Fany mejor de inmediato.

Con satisfacción, se limpió las manos pegajosas en el paño de cocina y dio un paso atrás. Incluso logró una sonrisa agradable. 

—Siendo la de mente clara, la mujer  razonable que se supone debes ser, esperaba que empujaras a Nana lejos y cumplieras con el contrato. En su lugar, te besaste con ella en público, en el río, con tu lengua en su boca y tus manos sobre su cuerpo. Esta es mi respuesta de mente clara, razonable a tu traición, hija de puta. Disfruta tu postre.

Ella giró sobre sus talones y caminó por las escaleras. 

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hola como estan espero que bien  el capitulo esta vez fue largo en recompensa por el anterior espero que les guste y me cuente que tal les parecio si.

besos 

chau chiquillos

M&M

 

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Comments

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yoonalim__ #1
me parece interesante esta historia
Thiabel2128
#2
Chapter 36: falta el epilogo:c
skincrisday #3
Chapter 36: El epilogo, me encanto. Una critica constructiva al adaptar un fanfics cuiden el cambiar tanto el genero en la lectura.
taeny39
#4
Chapter 36: Esto necesito un epilogo.
LectoraLemon #5
Chapter 36: Me encanto .. wuauuu tu si que sabes ehhh xd xd ... grandioso fic .. saludos y gracias <3
Takamina04 #6
Chapter 36: La mejor historia llena de amor y miedo pero lograste que sea la mejor ☺️
HilNyeonBG
#7
Por lejos... El mejor fic TaeNy que le leído.
De verdad, un aplauso.
Me sorprende lo bien que está cuidada la historia, cosa en la que a menudo fallan todos los fanfics que he leído.
shizuma123 #8
Chapter 35: excelente muy buena esta historia
_MAX_KWON_JUNG_
#9
Chapter 36: Bueno termine de leerme su historia realmente me gusto y creo q toca un tema importante y ea el miedo a amar por salir heridos... gracias por compartirla
_MAX_KWON_JUNG_
#10
Chapter 13: Llevo con.este 13 capítulos en.lado.que la verdad he diafrutado la.historia aunq me encantaría hacerte una obsrrvacion no se si a los demás les paso peor hay puntos donde hay q leer dos veces la sitia ion para.entender bn ya que le cambias el o a los personajes o porque no queda muy claro desde.el punto se vista de.quien. esta hablando ojala.pudieras re editar esos pequeños detalles en verdad es.una excelente historia