Ella estaba embarazada. 

Tiffany observó la puerta cerrada por donde había desaparecido el obstetra. Sí, había sentido un poco de nauseas. Sí, no había llegado su período cuando debía, pero fácilmente le echó la culpa al estrés. La locura de las vacaciones con su familia, el trabajo y Tae. Y ¿por qué habría de considerar la posibilidad cuando estaba tomando la píldora anticonceptiva?

Las palabras del doctor resonaban en sus oídos.

—¿Tomaste alguna otra medicina el mes  pasado? —preguntó él.

—No, sólo tomo Tylenol cuando tengo dolor de cabeza… pero, espere, lo hice. Tuve neumonía atípica y tenía que seguir adelante… —Se detuvo mientras el pensamiento arraigaba.

El doctor asintió. 

—Antibióticos. Tu doctor debió haberte advertido que reduce los efectos de la píldora. De hecho este desliz lo veo demasiado ¿Buenas noticias, espero?

Un anhelo brotó desde lo más profundo y estalló como un destello de emoción.

Sí, eran buenas noticias, al menos para ella.

Se subió detrás del volante de su Volkswagen. Luego descansó las palmas en su estomago plano. 

Un bebe. 

Iba a tener un bebe de Tae.

Su mente volvió de nuevo a las últimas semanas. Se habían acercado, hasta que el ritmo natural de esposas se había convertido en un comportamiento habitual. La navidad con su familia parecía más relajada, cuando Tae hizo un verdadero intento por divertirse.

Le hacía el amor con tal pasión que tocó dentro de ella y atrapó su alma.

Creía que las paredes habían ido desmoronando lentamente entre ellas. A veces la atrapaba observándola con tan cruda emoción que ella perdía el aliento. Aun así, cada vez que abría la boca para decirle que la amaba, su comportamiento se apagaba como un robot. Como si sintiera que una vez ella dijera las palabras, no habría vuelta atrás.

Había esperado por el momento perfecto, pero ya no tenía más tiempo. LA amaba y anhelaba un verdadero matrimonio más allá de un contrato. Y necesitaba decirle lo que había hecho con el dinero.

La tensión se arremolinó en su estomago. Ella había rehusado a casarse con Nana porque quería un hijo. Lógicamente, Tae tenía miedo de repetir los mismos errores que su padre. Pero Tiffany esperaba que tan pronto se diera cuenta de que el bebé era real, parte de ella, finalmente se abriera y se dejara amar.

Condujo a casa en un estado de excitación y expectativa. No decirle la verdad ni siquiera se le había ocurrido. Esperaba una reacción de sorpresa y un poco de miedo. Pero sus instintos le decían que finalmente Tae aceptaría la idea. Después de todo no había sido planeado, así que el destino les había enviado este bebé por una buena razón.

Tercamente, Tiffany pensaba que haría a su esposa feliz. Las noticias la obligarían a abrirse y finalmente arriesgarse.

Sabía que la rubia  la amaba. Estacionó el automóvil en el camino de entrada y se dirigió a la casa. se acercó a la puerta para saludarla, y pasó un buen rato acariciando sus orejas y besando su cara hasta que vio su considerable batir de cola. Escondió una sonrisa. Si sólo su esposa fuera así de fácil. Un poquito de amor y paciencia y sus perros florecían.

Caminó hacia la cocina donde estaba trabajando duramente en la cena. Su delantal anudado a la cintura la declaraba CHEF DEL AÑO, un regalo de navidad de su madre. Se acercó sigilosamente a ella y caminó de puntillas, abrazándolo fuerte y acariciando su cuello con su nariz.

—Hola.

—Hola.

Se sonrieron mutuamente.

—¿Qué estas cocinando? —preguntó ella.

—Salmon a la parrilla, espinaca, patatas asadas. Y ensalada por supuesto.

—Por supuesto.

—Tengo noticias —dijo la mayor.

Tiffany estudió su rostro. Un destello de triunfo iluminó sus ojos y esos labios esculpidos se levantaron en una sonrisa.

—Oh, Dios, mío. Conseguiste el contrato.

—Conseguí el contrato.

Ella dejó salir un grito y saltó a sus labios. La rubia  rio y le dio vueltas, luego la besó.

El calor y la pasión familiar la atravesaron, enterró sus uñas en sus hombros y se inclinó hacia Tae. Cuando la besó profundamente, ella se apartó y le sonrió. Su corazón saltó y se llenó con tanta alegría que Tiffany se preocupó porque tal vez pudiera estallar.

—Vamos a celebrar, nena, tenemos una botella extra de champán de año nuevo esperando en el refrigerador. Vamos a emborracharnos y a enloquecer.

Ella se detuvo y se cuestionó cuándo contarle su noticia. Una mujer normal esperaría hasta que la cena estuviera servida mientras disfrutaban de una vista al mar. Una mujer normal esperaría un tiempo y convencería a su esposa de la idea.

Fany admitió que nunca había sido normal. La noticia de su éxito parecía un buen augurio como para contar la suya.

—Ya no puedo beber.

Le sonrió y volvió a echarle el condimento al salmón.

—Tratando de dejar la salsa ¿eh? ¿No es por esta estúpida dieta, verdad? El vino es bueno para la sangre.

—No, no es la dieta. Hoy estuve en el médico y me dijo que no podía beber.

La miro y frunció el seño. 

—¿Estás bien? ¿Estás enferma de nuevo? Te dije que deberías ver a mi doctor. El tuyo es este gurú holístico, al que le gusta dar hierbas y cosas de esas. Casi tuve que golpearlo para que te dieramedicina de verdad. Cuando tuviste la neumonía.

Tiró las patatas en la sartén y las roció con aceite de oliva.

—No, no estoy enferma, sin embargo me dijo algo más.

—¡Oh! —Bajó la cuchara y se dio la vuelta con un toque de pánico—. Phany, estás empezando a asustarme, ¿qué pasa?

Su preocupación la conmovió. Tomó sus manos y las apretó fuerte. Luego dejo salir la noticia.

—Tae Tae , estoy embarazada.

Un impacto genuino brillaba en sus ojos pero Tiffany  ya estaba preparada. Tranquilamente esperó a que la noticia le llegara. Sabía que Tae no se entregaría a las emociones, sino que permanecería lógica y racional.

Lentamente separo sus manos y dio un paso atrás hacia la encimera. 

—¿Qué dijiste?

Ella tomó una respiración profunda. 

—Estoy embarazada, vamos a tener un bebé.

Parecía como si estuviera buscando las palabras. 

—Pero eso es imposible, estabas usando la píldora, —se detuvo un momento—. ¿Verdad?

—Por supuesto, pero estas cosas a veces pasan. De hecho el doctor dijo… —Que conveniente.

Parpadeó. Taeyeon la miró como si se hubiera convertido en un monstruo de dos cabezas. La inquietud corrió a través de ella. Se alejó de la rubia  y tomó asiento frente a la mesa de la cocina.

—Sé que es esto es un shock. Para mí también lo fue. Pero vamos a tener un bebé y tenemos que hablar de ello.

La mayor  permaneció en silencio, y ella suavizó la voz. 

—Nunca planeé nada de esto. Nunca planeé convertir esto en un verdadero matrimonio. Pero te amo Taeyeon. Sólo he estado esperando el momento adecuado para decírtelo. Y lamento habértelo dicho así. Pero no quería esperar. Por favor, di algo, cualquier cosa.

Observó como su esposa se transformaba. La mujer  que amaba y con la que se reía comenzó a retroceder. La distancia entre ellas creció con un frio ártico que le causó un escalofrío recorriendo por su espina dorsal. Su rostro estaba gravado en piedra. Y esperó por sus siguientes palabras, Tiffany  repentinamente tuvo la horrible premonición, que iban a tomar otro rumbo en el camino esperado. 

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Muy corto verdad lamento pero nos vemos el miercoles  si ESTA SOLO ES A PRIMERA PARTE DE UN CAPITULO .

M&M