. La ligereza en sus movimientos. Había crecido, y no era una niña bonita. Kim Taeyeon era toda una mujer apasionada, y todavía la miraba como la pequeña compañera de juegos de Jessica. Cuando sus miradas se cruzaron, no hubo ningún reconocimiento, ninguna apreciación. Sólo una amistad distante que proporcionó alguien de su pasado.

Bueno, ella estaba condenada si dejaba que su lengua se arrellanara fuera de su boca, sólo porque era atractiva. Su personalidad todavía apestaba. La gran A para Aburrida. La gran S para Sorda. La gran… 

Empujó el pensamiento fuera de su mente.

Tiffany odiaba el hecho de que su presencia la hiciera sentir nerviosa y un poco mareada. Hace una semana que había lanzado un hechizo de amor, y la Madre Tierra la había escuchado. Ella tenía su dinero y podría salvar la casa de su familia. ¿Pero qué demonios había pasado con su lista?

 La mujer ante ella golpeó todo en lo que creía. Esto no era un matrimonio por amor. No, esto era un negocio, puro y simple, y muy frío.

Mientras el recuerdo de su primer beso se arrastraba desde el escondrijo de su mente, apostaba que ella se había olvidado por completo del momento. La humillación se meneaba a través de sí. No más. ¿En realidad, la Madre Tierra no podría permitir el requisito número uno en su lista? Tomó una profunda respiración y habló: 

—Una cosa más.

—¿Sí? —peguntó.

—¿Ves basquetbol?

—No.

Su estómago inclinado en tensión.

 —¿Tienes un deporte  favorito?

Sonrió. Literalmente sonrió.

—Sólo hay un deporte en Corea.

Tiffany  luchó más allá de las náuseas y preguntó:

— ¿Cuál?

—El béisbol, por supuesto. Es el único deporte interesante. Ese es el único Deporte  que importa.

Ella respiró hondo e infló el vientre. Había aprendido en clase de yoga. ¿Se podría casar con un fan del beisbol? ¿Podía renunciar a todas sus costumbres y ética? ¿Podría soportar estar casada con una mujer que pensaba que Dios y la monogamia era algo anticuado?

—¿Tiffany? ¿Estás bien?

Lo silenció con una mano y pasó, buscando desesperadamente por respuestas. Si ella se fuera ahora, no habría otra opción que vender la casa. ¿Podría vivir con ella misma, sabiendo que era tan egoísta cómo para hacer un sacrificio por su familia? ¿Tenía una opción?

—¿Tiffany?

Giró sobre su talón. La impaciencia tallada en las líneas de su rostro. Esta mujer no tiene tolerancia con los arrebatos emocionales. Tan caliente como se veía, sería un gran dolor en el culo, tal como había ido creciendo. Probablemente ella programaba sus días por minuto. Probablemente no sabía lo que significaba la palabra impulsiva. ¿Podrían vivir en la misma casa un año? ¿Se rasgarían en partes el uno al otro antes de que los 365 días pasaran? ¿Y si el equipo de beisbol llegaban a la Serie Mundial este año? Tendría que lidiar con su pésima arrogancia y sonrisas condescendientes.

Oh, Dios…

Cruzó los brazos en frente de su pecho.

—No me digas, eres fan del futbol o basquetbol.

Se estremeció al oír su tono.

 —Me niego a hablar de deportes contigo. No podrás usar nada de beisbol cuando estés conmigo. ¿Entiendes?

—No te preocupes, que me la pondré cuando no andes cerca.

El silencio se estableció en el cuarto. Se arriesgó a mirar en su dirección. La miró, como si de su cabello hubieran brotado las serpientes de Medusa. 

— ¿Estás bromeando? -Pregunto taeyeon

Tocó su cabeza con tentativa. 

—No.

—¿Ni siquiera estoy autorizada a usar mi gorra?

—Así es.

—Estás demente —dijo.

—Dime ahora, antes de perder más tiempo.

Entonces hizo algo que ella no había visto desde que el matona Taeyeon se cayó de su bicicleta y estalló en tontas lágrimas.

Kim Taeyeon rió. No era un atisbo de diversión, o una sonrisa alrededor de sus labios. Esta fue una no-tiene carcajada, profunda. El sonido llenó la habitación y bombeó con vitalidad. Tiffany luchó con su propia sonrisa, sobre todo porque su humor iba dirigido a ella.

Demonios, se veía bien cuando bajaba su altanería.

Finalmente se sosegó, parecía sobre pensar la opción, y establecer una solución.

—No usaré nada de beisbol, pero lo mismo se aplica a ti. Nada de la basura del deporte que te guste . Ni siquiera los quiero ver en una taza de café o en un llavero en mi casa. ¿Los tienes?

Estaba a punto de explotar con enojo. De alguna manera, el trato había sido en torno a ella.

—Discrepo. No ganamos un Serie desde 1986, así que puedes llegar usar el mío. Consigues suficiente gloria, no necesitas más.

La esquina de su labio con un tic. 

—Lindo trato, pero no soy uno de los fanáticos del futbol con los que estas acostumbrada a salir. No para mi, no para ti. Tómalo o déjalo.

—No salgo con fanáticos del futbol.

Encogió los hombros.

—No te preocupes.

Ella saltaba de un pie a otro y apenas consiguió mantener sus manos rizándolas en sus puños. Estaban tan condenadamente separados. ¿Cómo pudo parecer tan sabroso? Sin embargo, recuerden que la manzana envenenada de Blanca nieves fue ofrecida.

—Bueno, ¿quieres dormir con esto o lo que sea que haces cuando no puedes tomar una decisión?

Ella mordió su labio, fuerte, y forzó a las palabras a salir.

—Bien, tienes un trato.

—¿Algo más?

—Supongo que lo cubre.

—No exactamente. —Hizo una pausa, como si estuviera a punto de abordar un tema muy delicado. Tiffany juró que mantendría la calma, no importa lo que diga. Dos podían jugar este juego. Sería una reina del hielo, incluso si verbalmente la torturaba. Tomó una respiración y se deslizó en su silla, luego cogió su copa de café para tomar el preparado.

Tae  juntó sus dedos y tomó una respiración.

—Quiero hablar contigo acerca de o.

— ¿o? —la palabra cayó de sus labios y se disparó en el aire como un balazo. Parpadeó, pero se negó a mostrar un cambio en su expresión.

Saltó de su asiento y cambió de lugar, mientras se paseaba por la alfombra color vino de lujo.

—Ya veo, necesitamos ser extremadamente discretos con, uh, nuestras actividades extra curriculares.

—¿Discretos?

—Sí. Trato con algunos clientes de alta gama, y tengo una reputación que proteger. Por no hablar que los términos del trato se romperían si nuestro matrimonio se viese cuestionado. Creo que es mejor si accedes a permanecer célibe por un año. Es posible, ¿qué piensas?

—O un montón de no-hacer.

Taeyeon dio una, obvia, risa fingida y se preguntó si ella cogió un brillo sudoroso en su frente o era sólo un efecto de la luz. Dejó de caminar y la observó casi con cautela. De repente, el verdadero significado de sus palabras cayó como fuego en su cerebro y el pararrayos del conocimiento chisporroteó. Taeyeon quiere que sea su esposa perfecta, que incluya una casta cama de matrimonio bajo su astucia.

Pero ella no mencionó su propio celibato. Jessica  tenía derramados todos los detalles sobre Nana, así que ella sabía que Taeyeon estuvo involucrado en una relación. Tiffany todavía no entendía porque no quería casarse con su novia, pero su elección no era para que ella la juzgara. Lo único que importaba su deseo de poner todo el asunto fuera.

Casi.

Se sacudió enojada, pero mantuvo su rostro sereno. Kim Taeyeon quería llegar a acuerdos. Bien. Porque cuando ella cruzó esa puerta, Taeyeon  habría firmado el acuerdo de su vida.

Ella sonrió.

—Entiendo.

Su cara prácticamente se iluminó.

— ¿Lo haces?

—Por supuesto. Si el matrimonio se supone que sea real, ¿cómo luciría encontrarle a tu esposa el rumor de una aventura tan pronto después de la boda?

—Exactamente.

—Y no deberías de tener que lidiar con las preguntas humillantes cuestionando tu desempeño en la cama. Si tu esposa está durmiendo con otros, es obvio cual es el problema. Ella no estaba obteniendo nada bueno en casa.

Taeyeon cambió su peso. Asintió a medias.

—Eso creo.

—Entonces, ¿qué hay de Nana?

Ella se echó hacia atrás con sorpresa. 

—¿Cómo supiste sobre ella?

—Jessica.

—No te preocupes por Nana. Me haré cargo de ella.

—¿Estás durmiendo con ella?

Taeyeon se estremeció, luego trató de pretender que no le importaba.

— ¿Eso importa?

Tiffany  levantó las manos a la defensiva.

—Quiero aclarar el asunto del o. Al menos he llenado el punto número uno y el dos. Estoy segura que existe el infierno como que no te amo, y no nos sentimos atraídas hacia la otra. Tú estás diciendo que si quiero tener una noche jovial, no puedo hacerlo. Entonces, ¿Cuáles son las reglas para ti?

Tiffany frunció sus labios y se preguntó cómo la mujer de  al frente  intentaría salirse de su tumba recién cavada. 

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como estan espero que  tengan un feliz año nuevo .

 bueno hay les dejo otro capitulo espero que les guste y me cuenten sus opiniones sobre la historia.

LAMENTO QUE SE UN CAPITULO TAN LARGO ESQUE NO PODIA DEJAR DE ADAPTAR XD NO VOLVERA A PASAR

M&M