Bienvenido Ginger
Matrimonio por contrato
Ella sonrió con complacida autosuficiencia.
—Le dije que si dice una palabra acerca de cualquier helado, nunca tendría nada más de nosotras. Confía en mí, la niña habla nuestro idioma. —¿No estás enojada? —Ella se volvió hacia Tae.
—¿Estás bromeando? No tienes idea de cuántas cosas he escondido a ese angelito. Ella lloró, ¿no? —Se quedó boquiabierta.
—Sí, ¿cómo lo sabes?
—Me pasa todo el tiempo. No tenías una oportunidad. Ah, una cosa más.
—¿Qué?
—Estoy muy encendida en este momento, te mostraré exactamente cuánto cuando lleguemos a casa. —Asombro cortó a través de la rubia.
—Estás jugando conmigo. —Ella le dio un beso de boca abierta, lengua a lengua, de esos que te hacen curvar los dedos de los pies y caer muerto.
—No. Pero tengo la certeza de que voy a jugar contigo más tarde. —Entonces ella salió pavoneándose fuera de la habitación y la dejó caliente y con una mirada confusa en su rostro.
Esa mujer me va a matar .
* * *
Dos semanas después, Tae se preguntó si todo el poder estaba perdido una vez que ella había tenía o con esa mujer.
Su última presentación con Conte le aseguró que tomaría una decisión definitiva para fin de año. Élla se retorció todo el maldito tiempo que habló con el hombre, quien inmediatamente le preguntó cómo se encontraba Tiffany , pero reflexionando, ella manejó bien la situación.
Los inversionistas se habían reducido a Tae y StarPrises, una gran compañía ubicada en EE.UU. Tenía una última reunión para dar a conocer su modelo final y el diseño antes de navidad. Gracias a Dios Tiffany la apoyó, porque estaba más cerca de la batalla final. Desafortunadamente, Tae no tenía ni idea de qué manera se había influenciado el Conde y eso la ponía malditamente nerviosa. Deseaba regresar a casa y degustar una cena abundante y caliente, mirar el juego de béisbol y meterse en la cama con su esposa. Con toda la intensión de no dormir. Mientras abría la puerta, pisando con fuerza para quitar la nieve de sus zapatos y entrar, se preguntó cuán rápido podía comer, ver el marcador y luego avanzar hasta la parte importante cuando pisó una gran pila de mierda de perro.
Rugió con indignación y levantó su taco. Cuero italiano cocido a mano ya teñido de un marrón más oscuro de lo previsto. Su hermoso piso de madera manchado. El hedor del excremento en vez del de la comida. Iba a matarla.
—¡Phany!
Ella salió rápidamente de la cocina, se ruborizó de culpa o por pena, luego se detuvo. Una sombra delgada se escondía detrás de ella. Los ojos de Tae se entrecerraron mientras tomaba al perro que había arruinado su sueño. Y decidió que con o sin o, esta mujer ya no tenía control.
—Se va. Ahora.
—Pero…
—Lo digo en serio, Phany. Por el amor de Dios, quiero a ese perro fuera de mi casa. Mira lo que acaba de hacer .
Ella desapareció, luego procedió a limpiar el desastre con una bolsa para la basura y un fajo de toallas de papel. La rubia cuidadosamente se quitó el zapato y pasó de largo el excremento mientras la observaba concentrada en la tarea y en su explicación igual de fervorosa.
—Sólo escucha por un momento. Me di cuenta que no podemos quedárnoslo porque ya tenemos a Prince, ni siquiera trataré de convencerte, pero el albergue llamó y me dijo que su tiempo se había acabado y que lo pondrían a dormir hoy. No sé por qué nadie lo quiere, es un perro encantador, y si podemos conservarlo por un día o dos te prometo que le encontraré un hogar.
La sombra rondaba desde la cocina, sus ojos reflejaban emoción mientras el canino esperaba el veredicto. Tae dio un gruñido de disgusto.
—Nadie lo quiere porque es el perro más Traviezo que he visto. Podría ser peligroso.
Ella jadeó.
—Es muy dulce, ni siquiera sabe gruñir. Del albergue me dijeron que lo encontraron en un camino desértico sin su madre. Probablemente su madre fue arrollada por un auto.
Mierda.
—Sé que es sucio pero creo que es inteligente y nunca nadie lo ha entrenado. Lo mantendré en el jardín de atrás con Prince y limpiaré y prometo que se irá de aquí en pocos días. ¿Por favor, Tae Tae ? Sólo dame un par de días.
Irritada por la suplica y su reacción, se quitó su otro zapato y caminó hacia el perro. Como en desafío se posó en frente de él y esperó por alguna señal de violencia o de comportamiento callejero como una excusa para lanzarlo a la calle.
Pero obtuvo en su lugar un movimiento de cola por parte de el.
Un escalofrió bajó por su espalda y le dio la espalda al perro, decidida a no verse afectada.
—Sólo una par de días, lo digo en serio.
Ella se veía aliviada y agradecida que empezó a preguntarse si en realidad él tenía alguna clase de poder. Luego decidió aprovechar su ventaja.
—¿Ya tienes lista la cena?
—Casi lista. Filetes de salmón con verduras frescas y arroz pilaf. El vino está enfriándose. La ensalada está lista. Tienes tiempo más que suficiente para ver el juego.
Inclinó su cabeza, impresionada por su total conocimiento de lo que un le gustaba hacer cuando regresaba. Decidió dar otro paso más con su prueba.
—Creo que tomaré una ducha primero.
—Te traeré una copa de vino entonces. Puedes comer en frente de la televisión.
—Quizá lo haga.
Ella se apresuró a tomar su chaqueta y acompañarla escaleras arriba. Tae decidió que algunos días con ese perro valdrían la pena su gratitud. Con aquel pensamiento agradable, entró a su dormitorio y se quitó la ropa.
* * *
Tiffany escoltó a su nuevo perro temporal de nuevo al jardin de atrás, que había sido cubierto con rejas para proteger las flores de Prince. Lo puso cómodo le dio comida, agua y le dio un beso en su cabeza. Su corazón se rompió un poco cuando notó que nunca le agitaba su cola a ella. Ni una vez. Algo sobre este perro la alejaba, pero estaba contenta sólo por el hecho de haberle conseguido más tiempo para encontrarle un cariñoso hogar.
Era hora de servir a su esposa.
Sirvió una copa de vino y subió las escaleras. El sonido de la ducha hacía eco por todo el pasillo y su vientre se apretó ante la deliciosa anticipación. Ya una humedad se filtraba entre sus muslos ante la idea de hacer el amor con Tae. Sus pezones se endurecieron mientras abría la puerta del baño entre una nube de vapor y ponía la copa de vino en el lavamanos. Luego empezó a quitarse la ropa.
—Tu vino está en el lavamanos, cariño.
Su voz salió hecha un murmullo.
—Gracias.
Ella deslizó la cortina de la ducha, entró a la cabina de mármol y sonrió.
—De nada.
La rubia lucía como si hubiese sido golpeado en la cabeza con un martillo.
Ella tomó la oportunidad para deslizar sus brazos alrededor de su cuello. Sus firmes curvas presionadas contra las de ella, un mapa de líneas y de piel suve la hicieron enloquecer. No se cansaba de su cuerpo. Se dio cuenta que nunca se habían duchado juntas antes, nunca habían llegado hasta ese nivel de intimidad, pero la rubia parecía acomodarse en la situación perfectamente
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hola como estan no extrañaron bueno nosotras ,ademas casi no volvemos ya que mi hermoso puerto Valparaiso -Chile a tenido un incendio que a hecho que lo declaren como catastrofe no lo publicamos en la pagina de facebook porque ya habiamos informado del terremoto y los 2 dias de alerta de sunami .
pero con todo volvimos :)
a por cierto creo a morir
hay me cuentan que tal les parecio el capitulo besos .
M&M
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