Desesperaciones (Tiffany)
Matrimonio por contrato
Ella necesitaba un persona .
Preferiblemente uno con $150,000 de sobra.
Stephanie Miyoung Hwang se quedó en la pequeña fogata hecha en casa, en medio del piso de su sala y se preguntó si había perdido oficialmente su mente. El pedazo de papel en su mano contenía todas las cualidades que ella deseaba que su alma gemela poseyera. Lealtad. Inteligencia. Humor. Un fuerte sentido de la familia y amor por los animales. Un buen ingreso.
Más de sus ingredientes estaban cocinándose todavía. Un pelo de un miembro varón de la familia, su hermano todavía estaba enojado. Una mezcla de hierbas perfumadas, probablemente para darle un lado tierno. Y un pequeño palo para… bueno, esperaba que eso no quisiera decir lo que temía.
Con una profunda respiración, tiró la lista dentro del cubo plateado y lo observó quemarse. Se sentía como una idiota, creando un hechizo de amor, pero no le habían dejado opciones y tenía poco que perder. Cómo la propietaria de una ecléctica librería en una moderna ciudad universitaria al norte de Seul, pensó que se le permitía algunos caprichos. Al igual que el envío de una oración a la Madre Tierra para el hombre perfecto.
Tiffany se acercó y cogió el extintor de incendios, cuando las llamas se elevaron. El humo se levantó y le recordó a la masa de pizza quemada en parte inferior de su horno tostador. Arrugó la nariz, tiró el aerosol en el centro de la alfombra, se fue a buscar vino tinto para celebrar.
Su Papa tendría que vender Tara.
Su casa familiar.
Tiffany agarró una botella de Cabernet Sauvignon y pensó sobre su dilema. Su librería estaba hipotecada al puño. La expansión del café tomaría cuidado planearla, y estos no eran diez centavos para cambio. Inspeccionó el desván del apartamento Victoriano y fácilmente calculó que estos no estaban en venta. Ni siquiera en eBay.
Tenía veinticuatro y probablemente podría vivir con estilo en un condominio, vestir ropas de diseñador y tener una cita cada fin de semana. En vez de eso, recogía perros abandonados y llevaba a un refugio local y compró elegantes bufandas para actualizar sus conjuntos. Ella creía en vivir en la luz de sol, estar abierta a las posibilidades, y seguir su corazón. Desafortunadamente, ninguna de esas características podría salvar la casa de sus padres.
Tomó un sorbo del vino rojo rubí y reconoció que no quedaba nada que hacer. Nadie tenía dinero suficiente, y en esta ocasión, cuando el recaudador de impuestos viniera, no habría un final feliz. Ella no era una bruja. Y Tiffany no creía que hacer un hechizo de amor, como su último recurso, para atraer al hombre perfecto pudiera ayudar.
El timbre de la puerta sonó.
Su boca se abrió de golpe. Dios mío, ¿era él? Miró a sus sucios pantalones deportivos y su camisa recortada y se preguntó si tenía tiempo de cambiarse. Se levantó para hurgar en el armario, pero el timbre sonó otra vez, entonces se acercó, tomó una respiración profunda, y agarró el pomo. —Ya era tiempo de que abrieras la puerta.
Sus esperanzas se desplomaron. Tiffany vio a su mejor amiga, Kim Jessica , y frunció el ceño.
—Se suponía que fueras un hombre.
Jessica bufó y entró. Sacudió una mano en el aire, destellando uñas color rojo cereza, y se dejo caer en el sofá.
—Sí, sigue soñando. Asustaste a tu última cita, entonces no te arreglaré otra vez. ¿Qué pasó aquí?
—¿Qué quieres decir con que lo asusté? Creí que él iba a atacarme.
Jessica levantó una ceja.
—Él se inclinó para darte un beso de despedida. Te tropezaste y caíste sobre tu trasero, y él se sintió como un idiota. Las personas se besan después de una cita, Al. Es algo ritual.
Tiffany tiró la basura restante en una bolsa y recogió la cubeta.
—Él había comido toneladas de ajo en la cena y no lo quería cerca de mí.
Jessica agarró la copa de vino y tomó un buen trago. Extendió sus largas piernas en el sillón de cuero negro y enganchó sus botas de tacón en el borde de la maltratada mesa.
—Recuérdame otra vez ¿Por qué no has tenido o en la última década?
—Bruja.
—Célibe.
Tiffany se rindió y se rió.
—Está bien, tú ganas. ¿Por qué me estás honrando con tu presencia un sábado en la noche? Te ves bien.
—Gracias. Voy a ir con alguien por unos tragos a las once. ¿Quieres venir?
—¿A tu cita?
Jessica hizo una cara y acabó con el resto de la copa.
—Tú serás mejor compañía. Él es aburrido.
—¿Por qué vas a salir con él?
—Él luce bien.
Tiffany se dejó caer junto a ella en el sofá y sonrió.
—Desearía poder ser como tú, Jess. ¿Por qué tengo tantas inhibiciones?
—¿Por qué no tengo ninguna? —Los labios de Jessica se torcieron con humor de la desaprobación propia, luego apuntó a la cubeta—. Entonces, ¿Cuál es el propósito del fuego?
Tiffany suspiró.
—Estaba creando un hechizo de amor. Para, uh… conseguir un hombre.
Su amiga echó la cabeza para atrás y rió.
—Está bien. ¿Qué tiene eso que ver con la cubeta?
Las mejillas de Tiffany flamearon. Ella jamás había llegado tan bajo.
—Hice una fogata en honor a la Madre Tierra —susurró.
—Oh por Dios.
—Escúchame. Estoy desesperada. Aun no he encontrado al Sr. Indicado y otro pequeño problema apareció que tengo que resolver, así que combiné mis dos necesidades en una lista.
—¿Qué tipo de lista?
—Una de mis clientas me dijo que ella compró este libro de hechizos de amor, y cuando hizo la lista de cualidades que estaba buscando en una persona, él se apareció.
Ahora Jessica lucía interesada.
—¿Un hombre apareció en su vida con todas las cosas que ella quería?
—Sip. La lista tiene que ser especifica. No puede ser muy general, o supuestamente el universo confunde tus deseos y no manda nada. Ella dijo que si sigues el hechizo, La persona indicada aparecerá.
Los ojos de Jessica destellaron.
—Déjame ver el libro.
Nada como otra mujer soltera para hacerte sentir mejor por la búsqueda de la persona indicada.
Tiffany lanzó su pequeño libro de cubierta sintética. Sintiéndose menos como una idiota.
—Hmmm. Enséñame tu lista.
Ella señaló hacia la cubeta.
—La quemé.
—Sabes que tienes otra copia debajo de tu cama. Olvídalo, la encontraré yo misma.
Su amiga se dirigió al edredón amarillo canario y metió su mano bajo los cojines. En unos segundos ella sostenía la lista triunfalmente entre sus brillantes uñas rojas y se lamió los labios como si fuera sumergirse en una lujuriosa novela de romance. Tiffany se quedó en la alfombra y se desplomó sobre ella. Que la humillación empiece.
—Número uno —recitó Jessica—. Un fan de la NBA.
Tiffany se abrazó a si misma por la explosión.
— ¿básquetbol? —chilló Jessica. Onduló el papel adelante y atrás en el aire para un efecto dramático—. Maldición, ¿Cómo puedes hacer tu prioridad número uno eso? ¡ hay mas fans del futbol y del beisbol que del, básquetbol y eso excluye a la mayoría de la población masculina.
Tiffany apretó sus dientes. ¿Por qué era constantemente bombardeada por su elección de deporte?
—Los basquetbolistas tienen corazón y carácter, y necesito una persona que pueda arraigarse a los desvalidos. Me niego a dormir con un fanático del futbol o basquetbol.
—No tienes esperanzas. Date por vencida —dijo Jessica—. Número dos: que ame los libros, el arte y la poesía. —Ella hizo una pausa para pensarlo, y se encogió de hombros—. Lo acepto. Número tres: que crea en la monogamia. Muy importante en la lista. Número cuatro: que quiera niños. —Ella miró hacia arriba—. ¿Cuántos?
Tiffany sonrió a la idea.
—Me gustaría tres. Pero me conformo con dos. ¿Debí especificar cuantos en la lista?
—No, la Madre Tierra lo entenderá —continuó Jessica—. Número cinco: que sepa comunicarse con una mujer. Esa es buena. Estoy fastidiada de leer libros de Venus y Marte. He pasado por muchas historias y sigo sin tener idea. Número seis: que ame a los animales. —Ella gruñó—. Esa es tan mala como el basquetbol.
Tiffany se deslizó en la alfombra para encararla.
—Si odia a los perros, ¿cómo podre continuar con el programa voluntario en el refugio? ¿Y si es una persona que le gusta cazar? Despierto a la mitad de la noche y encuentro un ciervo muerto viéndome sobre la repisa de la chimenea.
—Eres muy dramática. —Regresó Jessica a la lista—. Número siete: que tenga un código moral de ética y crea en la honestidad. Debió haber sido el número uno en la lista, pero qué demonios. No soy una fan del beisbol. Número ocho: un buen amante. —Jessica subió sus cejas—. Esa sería la número dos en mi lista. Pero estoy orgullosa de que el asunto siquiera apareciera. Tal vez no estés tan mal como pensaba.
Tiffany tragó, el temor se encrespaba en sus entrañas.
—Continúa.
—Número nueve: tiene que tener un sentido fuerte de la familia. —Tiene sentido… ustedes me recuerdan a los locos adam. Ok, número diez…
El reloj sonó. Tiffany miró a Jessica leyendo el punto de nuevo.
—Creo que estoy leyendo el número diez mal.
Tiffany suspiró.
—Probablemente no.
Jessica , recitó el último mandato.
—Necesita 150.000 dólares disponibles. —La miró—. Necesito más detalles.
Tiffany levantó su barbilla.
—Necesito a una persona que pueda amar, el cual además tenga un extra de 150.000. Y lo necesito rápido.
Jessica asintió como si saliera a la superficie de debajo del agua.
— ¿Para qué? —Para salvar Tara
Jessica pestañeó.
— ¿Tara?
—Sí, la casa de mis padres. Tú sabes, como en la película Lo que el viento se llevó. ¿Recuerdas cómo mi mamá solía bromear sobre necesitar más algodón para pagar las facturas? No te he dicho que mal va todo, Jess. Papa quiere venderla y no puedo dejarlo. No tienen dinero ni ningún lado a donde ir. Haré cualquier cosa, incluso casarme.
Jessica gimió y cogió su cartera. Sacó su teléfono y marcó algunos números.
— ¿Qué está haciendo? —Tiffany entró en pánico pensando que su amiga no entendería. Después de todo, nunca le había preguntado por una persona que le resolviera sus problemas antes. Oh, cómo de mal había caído.
—Cancelando mis citas. Creo que este nuevo detalle debe ser discutido. Voy a llamar a mi terapeuta, ella es muy buena, discreta y coge citas a medianoche.
Tiffany se rió.
—Eres una gran amiga, Jessica.
—Sí, ni que lo digas.
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hola como estan espero que bien yo llege hace unas horas de un evento al cual fui con mi hermana y recien me e despertado y lo primero que hice fue entrar a ver mi cuenta (esto se esta volviendo un vicio jajajaj) y me encontre que a 19 personas se suscribieron asi que muchas gracias espero que les guste la historia mucho .
bueno eh espero que les guste el capitulo y me cuenten que tal les parecio .
besos.
M&M
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