CAPÍTULO 9

Steven Universe Ost

Medals 

-Minseok….hyung.. ¿Estás ahí?...-

Minseok tiene todo el cuerpo tenso, sus pensamientos fueron drenados de su cuerpo rápidamente al escuchar la voz de su hermano menor.

-¿Hyung??....-

-Te extraño…- sale natural de sus labios, dejan fluir las palabras que deben salir.- te extraño mucho Junmyeon…-

Junmyeon se quedó callado, pero Minseok escuchaba su respiración y el movimiento de sus dientes contra el labio, mordiéndolo. Minseok tuvo que morderse su propio labio para no decirle a Junmyeon que no lo haga, porque va a lastimarse.

-Lo de esa vez…¿Fue en serio?...- pregunta su hermano menor, haciendo un par de largas pausas.-

Minseok abre la boca, pero no tiene palabras en ella, solo aire y dudas que no puede vocalizar.

-Me gustaría que conocieras a Chanyeol, Hyung…. – Minseok escucha la débil risa de Junmyeon.- nunca te ha visto y es buen momento, tiene poco de su primera transformación. Si te muerde podría…-

Minseok tiene un instante para pensar en cómo decir sus disculpas, mientras sigue escuchando a Junmyeon hablar sobre Chanyeol, el presta toda su atención porque…bueno, realmente no lo sabe, pero nota en como se expresa que Junmyeon es feliz hablando de Chanyeol

-¿podrías mandarme una foto?.- pide Minseok interrumpiendo a su hermanito.

-Ok, te la paso en un mensaje…aunque va a tardar, aún tengo el celular de hace unos años y estos no tienen los datos tan rápidos…-

-“dile que venga”

-Jongdae dice que deberías venir…-

Minseok se limpia la garganta, porque ser tratado de una forma que no se lo esperaba al parecer le reseca la garganta.

-Si, lo escuche….¿Cuándo podría pasar?...-

-Mañana está bien…-

Entonces, el silencio entre ambos.

-Si eso es todo, me voy, Hyung…- el instante en que debería colgar se alarga más de la cuenta, Minseok tampoco se decide por picar el pequeño botón rojo, espera….- Hasta mañana, Hyung…-

Finalmente Junmyeon corta la llamada.

Minseok sostiene el teléfono contra su oreja un par de segundos más, sin saber cuando Junmyeon finalmente cortó. Cada palabra de su hermano fue confusa porque Minseok no se esperaba ninguna de ellas, estaba listo para todo, hasta el peor de los panoramas donde Junmyeon le pedía que se alejara de su vida o le gritaba que estaba muerto para el, en el más clicheado y catastrófico escenario…. Pero nada pasó.

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Es el día más largo y más corto que Minseok ha tenido en su trabajo.

Vuelve a casa pensando en Junmyeon y antes de darse cuenta hace una lista mental de cosas que podría llevar como presente… tal vez vino o carne… ¿Chanyeol estaría cambiando de colmillos?...

Estaciona el auto fuera de su casa y se toma unos segundos para mirarla. Recuerda que Kris mandará mañana otro par de cajas con los de la mudanza.

Ya su casa no estará tan sola en poco tiempo…

Minseok aspira y sus pulmones se llenan del frio aire de Seúl.

Está a punto de dar otro paso cuando unas pisadas, patas contra el pavimento, lo detienen. Un joven lobo pasa frente a él con una mochila en el hocico. Es brillante, como un pequeño cometa con un halo de luz que deslumbra a Minseok por unos instantes. Va más rápido de lo que podría entender, pero siente que ha visto cada mínimo detalle, desde las uñas negras hasta el pelaje dorado, casi rosado que decora al lobo.

Sabe que el lobo lo vio, para asegurarse de no haberlo asustado con su carrera.

Minseok lo sigue con la mirada hasta que da vuelta en una calle y se pierde por un callejón angosto y oscuro. Deja tras de él una estela de aroma, una esencia de madera, sal de mar y tierra mojada que llena la calle en cuestión de segundos como una neblina delicada pero presente, acaricia la piel de Minseok por sobre la ropa.

Cuando Minseok reacciona sus labios están secos y no sabe exactamente cuanto tiempo estuvo parando viendo al lobo. Pero decide no tomarle importancia, no lo volverá a ver y tiene que irse a dormir porque mañana hay trabajo desde muy temprano.

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Son las 7 de la mañana del día siguiente, Minseok se levanta y abre la puerta de madera principal de su casa, es muy grande y luce pesada, pero puede moverse suavemente, Minseok adora esa puerta. Odia el sol de las siete de la mañana, siempre tiene que ponerse lentes oscuros y bajar el protector del carro y aun así lo deja todo idiota viendo manchas blancas por minutos.

Ya tiene muchas preocupaciones, hoy verá a Junmyeon y aún no sabe que sería prudente llevar, si no es cuidadoso con lo que dice o hace, este bien podría ser el último regalo que le de a su hermano… más vale la pena hacerlo especial.

Está dentro de sus pensamientos, pero sorpresivamente su nariz capta un olor conocido, tiene tiempo para ver el callejón de la noche anterior y al lobo…

Con la horrible luz de la mañana luce aún más impresionante, cada cabello tiene brillo propio, el lobo se mueve con gracia, cierta elegancia recorre sus pisadas, las uñas negras raspan las piedras para darle impulso al lobo.

Tiene prisa y se nota, no mira a Minseok, pero lo esquiva, ambos lo hacen con un giro ligero que apenas notan entre el destello de sus pensamientos.

Lleva, igual que la noche anterior, una mochila negra colgando del cuello, vuelve a dejar tras de él los aromas de la madera, sal y tierra mojada, e igual que ayer, Minseok hace las cosas sin pensar, aspira y aspira hasta que se da cuenta que tiene estirado el cuello para seguir con la nariz el aroma que ha quedado en el aire.

-Soy un tarado….-

Un gran raro y un gran tarado, se dice a si mismo mientras se pone el cinturón de seguridad y enciende el motor…

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Salió antes del trabajo sin avisarle a Kris ni a nadie. Minseok recogió sus cosas y atravesó la puerta principal, nadie preguntó a donde iba, porque lucía con prisa, apurado y sin deseos de que le hablaran. Su aroma a omega estaba impregnado en preocupación y estrés.

Un aroma que no se le quitó horas después, cuando estaba parado en el centro comercial en el pasillo de licores y alimentos exportados. Sentía las manos calientes y sudadas, no había estado así de nervioso desde su examen recepcional, ahí al menos no tuvo el sabor de la bilis en la lengua como ahora.

Con un par de dedos aflojó su corbata y desabotonó el primer botón de la camisa. El calor y sudor iba migrando a su frente. Quería pedir ayuda pero no sabía ni en que quería que lo ayudaran. Así que se quedó parado ahí, viendo una y otra vez la misma lata de almejas españolas en aceite y jamón Serrano.

-¿Disculpe…Puedo ayudarle en algo?...- una voz femenina sacó a Minseok de sus pensamientos, no lo asustó pero si hizo que saltara su piel por la impresión.

Era una muchacha de tez alegre, alta y de cabello lacio y labios inflamados, una mirada inocente acompañada de ademanes naturales y suaves. Tenía un delantal blanco, se había quitado el cubrebocas y colgaba de su cuello, portaba guantes de plástico y la placa en su pecho decía “Sulli”

Solo ver a la muchacha no era educado, también miró alrededor y se dio cuenta que las personas lo estaban evitando, levantando la nariz muy en alto.

Y con razón, Minseok debía apestar a pánico. Porque eso era lo que sentía; pánico puro.

-Ahh…e-ehh….s-si… si. Creo que si…no se si puedas- “no se si puedas” bien, ahora sonaba como un patán…. Minseok apretó los párpados, haciendo un esfuerzo para acomodar las palabras en su cabeza y formar oraciones congruentes. Necesitaba encontrar un regalo para su hermano menor, uno que dijera lo muy arrepentido que estaba de haberlo dejado ir, justo después de gritarle que “había arruinado su vida y que era un estúpido”….- Un regalo…. ¿Qué sería bueno?..-

Sulli parpadeó un par de veces, adorablemente confundida, abrió la boca pero no supo que responder y el cliente tampoco lucía en condiciones de darse a explicar más allá.- ¿Es para un adulto o para un niño?...- podrían empezar desde ahí.

¿Para un adulto o para un niño? Esa era una buena pregunta. Minseok no respondió, evito ver a la empleada que se quedó quieta, tal vez para no asustar al ya alterado Minseok con algún movimiento repentino.

Se tocó el labio, como hacía cuando estaba nervioso….- para un niño. Tiene dos años…. No tengo idea de que les gusta a los niños de esa edad.-

Sulli lo guió por varios pasillos llenos de diferentes productos hasta llegar a una sección más grande que las demás. Está cubierta de juguetes, divididos por edad y colores, rosa para las niñas, azul para los niños…

Es como si hubiera pasado un centenario sin que Minseok se diera cuenta del mundo exterior. Hay juguetes tan extraños, llenos de pilas para jugar con mascotas virtuales, 3D y cosas que salen de huevos y tienen colores que ofenden a la pupila. 

Cuando era niño solo necesitaba su balón de futbol para ser feliz, pero los chicos de ahora necesitan hornear un pastel de 3 pisos con un foco y polvos hidratados….

-Si tiene dos años debe estár mudando de colmillos por primera vez.- Sulli se detiene en una estantería llena de peluches largos de tela gruesa,  todos son de conejos o zorros y lucen demasiado realistas para tratarse solo de un juguete.- Estos son los que más se llevan, tiene un pequeño gancho para atarlo a una cuerda. Lo utilizan mucho los padres para motivarlos a cazar… Yo tenía un conejo, pero era más rústico y cuando lo mordía me dolían las encías por la tela,  me ayudó mucho para los reflejos. Ahora soy excelente para la caza de conejos de primavera….-

Minseok casi no le presta atención porque tiene la mirada clavada en los peluches, así que Sulli sonríe con pena y luego toma aire.- ¿Le gustaría llevarse uno?- pregunta finalmente, dejo su estación de muestras gratis hace mucho tiempo y si su supervisor la descubre van a regañarla y lo sabe. No podía dejar al pobre omega que olía a desesperación a su suerte, era su deber samaritano ayudarlo y su deber como empleada de esta tienda alejarlo de su stand para que no asuste a los clientes con una ola de pánico flotando en el aire.

Parece una decisión fácil, el juguete luce útil y ….divertido?... ¿Cómo podría saberlo?? ¿cómo asegurarse que eso le gustaría a su sobrino?? ¿era un niño de zorros o de conejos???.... Minseok decidió dejárselo al destino, estiró la mano sin ver y apretó el primer peluche que tuvo entre sus dedos.

Resultó ser un zorro.

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El camino a la casa de Junmyeon resultó ser una paradoja en una de sus más puras formas. Todas las luces estaban en verde, casi no había carros, niños cerca de las escuelas o autos estacionados fuera de las tiendas. Apenas daban las siete de la tarde y parecía el tráfico de las cuatro de la mañana…

Minseok miró con el ceño fruncido todo el camino, maldiciendo en voz baja cuando las luces de una larga calle se volvieron verdes una tras otra, dándole paso libre aunque el se esforzaba por no ir tan rápido ni tan….bien.

Hacía un tiempo record que asustaba y con cada kilometro su corazón más intranquilo se ponía.

Se frustró consigo mismo cuando no pudo pensar en nada lo suficiente bueno para decirle a su hermano y ganarse su perdón, así que cuando llegó a los departamentos donde vivía, solo tenía la idea de decir “hola” y ya…

Bajó del auto, cerró y se aseguró que todos los vidrios estuvieran arriba (El barrio no le daba buena espina. Sospechaba que al volver no tendría rines ni llantas….) antes de subir a la banqueta y quedarse parado, admirando el edificio con todos los departamentos. Lucía viejo, pero “duradero”, tenía una imagen de aquellos edificios cuadrados y macizos que ni siquiera la guerra podría tumbar.

Minseok tomó aire y apretó los puños, en uno de ellos estaban una bolsa de regalo y otra de plástico.

Solo para…espantarse así mismo (porque ya se la sabía de memoria), Minseok revisó otra vez la dirección para “asegurarse” que el número de departamento fuera el indicado, subió el primer piso y el número en la entrada brilló con la poca luz que quedaba de la tarde.

Por el pasillo se escuchaba la risa de un niño y Minseok se quedó quieto, sintiendo el corazón en la garganta. No quiso pensar en que probablemente era Chanyeol, no quería de verdad, así que agarró aire y con 6 largos pasos llegó a la puerta donde supuestamente su hermanito vivía, haciendo un esfuerzo para ignorar que las risas del niño aumentaron de volumen.

Tal vez, solo no quería hacerse ilusiones…. Así como no tuvo el valor para ver la foto de Chanyeol que Junmyeon le había mandado…

Por las ilusiones.

Hacerse ilusiones era perder el juego de las posibilidades.

Se paró frente a la puerta, con los nudillos arriba.

La puerta se abrió antes de que pudiera tocarla.

Miró al frente unos instantes, esperando ver un adulto, bajó la vista y se encontró con un niño… de orejas y ojos grandes, un labio inferior inflamado y en puchero de manera adorable, con el rostro confundido porque no tenía idea de quién era. Usaba un overol pequeño y una camisa amarilla, las manos cubiertas de migajón o…plastilina, Minseok no estaba muy seguro.

El cachorro tenía un aroma indescifrable aún, solo sabía que era gentil y atraía a Minseok encendiendo una vena protectora por instinto, no solo por la dulzura de infante, también porque olía a…Junmyeon.

-¿Quién…??...- preguntó…¿Chanyeol?, inspeccionándolo con mucho interés desde el marco de la puerta. A pocos segundos decidió que no le caía bien y se retrajo, escondiéndose tras el cemento de la entrada y en un pequeño hueco que quedaba entre el mueble de los zapatos y la pared.

-¡Chanyeol!!!!...-

Era la voz de Jongdae que venía de más profundo en la casa, sacó a Minseok de su trance de ver al niño que olía como su hermano.

Minseok fingió que revisaba tuviera todo lo que había comprado en su bolsa. Al final, observar de nueva cuenta a Jongdae tampoco era fácil. Nunca le dijo nada...malo a el en la cara, pero no pudo evitar enfadarse con el por esos casi tres años de no ver a su hermano.

-¡¡¡Hyung!!! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¡Pasa!...- indicó Jongdae, haciéndose a un lado con Chanyeol en brazos para darle espacio a Minseok de entrar.

Era bizarro que Minseok no sintiera la amabilidad de Jongdae como verdadera amabilidad, no porque no lo fuera, es que se esperaba otra cosa, algo más violento o una mirada más…. Fría. Pero cuando vio a Jongdae de reojo mientras se quitaba los zapatos confirmó lo que temía, Jongdae LUCIA feliz de verlo.

Esa casa, su hermano y Jongdae eran un enigma.

-¡JUUUNNN!!! ¡YA LLEGO TU HERMANO!!!..- gritó Jongdae justo cuando Minseok se enderezó.

Aún tenía una garganta muy limpia y un vibrato escandaloso, logró marear a Minseok y el tuvo que, discretamente, sostenerse de un mueble para no tambalearse un par de pasos.

-¡DILE QUE YA VOY!!!-

Jongdae sonrió tanto que sus ojos desaparecieron.- Dice que ahora viene.  Pero siéntate, Hyung, no te quedes ahí parado-

La “sala” estaba a un par de pasos, sillones que no eran del mismo tipo se acomodaban alrededor de una mesa pequeña con cojines (que tampoco eran iguales). Esparcidos por el piso había algunos juguetes.

Entre ellos el mismo zorro que Minseok había comprado.

Decidido a no pensar en eso, Minseok se sentó en la mesa baja, a un lado de él se sentó en Jongdae, en sus piernas estaba Chanyeol, mirando a Minseok con expresión confusa y precavida.

-¿Quién, quién quién??...- preguntó Chanyeol gritando en un susurro, lo que le sacó una risa a Jongdae.-

-Si, ¿Quién?? ¿Tu quién eres, Hyung??...- Jongdae volteó a verlo, con el ceño fruncido pero una sonrisa en el rostro. Ambos tenían eso en común, una sonrisa enorme….-

-¿Quién eres, Hyung?!?!...- repitió Chanyeol volteando a verlo, sin miedo porque estaba con Appa Dae y en sus brazos nada podía pasarle. Su vocecita aguda e infantil sonaba decidida, como si estuviera hablando de un tema mucho más serio.

Minseok se aclaró la garganta, intentó sonreír pero los nervios no lo dejaron. En su lugar levantó las cejas para ver si eso suavizaba su gesto. Chanyeol al verlo hizo lo mismo, levantó las cejas tanto como pudo hasta que sus ojos se veían más que asombrados.

-Soy Minseok, Minseok Hyung….-

-¿Min-sok?....-

-Minseok…..-

-Mingsok?....-

-Minseok….-

-Ming-seok…??...-

“Ming-seok” sonrió, enternecido por los intentos del niño.- Bastante cerca, Chanyeol…-

Chanyeol sonrió tímidamente, escondiéndose tras los brazos de su padre y mordiéndose un dedo sin dejar de ver a Minseok. Era un niño muy vivaz, regordete, con orejas tan grandes que se doblaban hacia adelante, seguramente compactadas cuando estaba en el vientre de Junmyeon. Minseok sintió que quería ver eso, comprobar si su teoría era cierta y Chanyeol había nacido con las orejas como un pequeño capullo.

-¿Llegué tarde? ¿Ya se presentaron??...-

Junmyeon se sentó junto a Minseok, dejándolo sin posibilidades de crear tensión innecesaria entre ellos, porque Minseok iba con toda la intención de no pararse al lado de el o tocarlo o abrazarlo hasta que todo se hubiera dicho, pero Junmyeon se sentó y chocó su hombro contra el de él, abrió las piernas y sus rodillas impactaron.

-Lo siento, Hyung. ¿Te lastimé?....-

El golpe le había dolido desde la rodilla hasta la pelvis, pero Minseok dijo “no” en voz muy baja.

-Bueno, este es Chanyeol, Hyung. ¿Qué opinas? Es un trabajo excelente....Nuestro más grande y hambriento proyecto. ¿Verdad?-

Chanyeol pasó a las piernas de Junmyeon, donde lo miró a los ojos, hasta que algo pareció hacer click en el y de su garganta no salieron palabras, sino un ladrido corto pero sonoro. No se convirtió, pero sus colmillos crecieron y en vez de abrazar a Junmyeon comenzó a lamer sus mejillas y labios.

-Hace mucho eso….- dijo Junmyeon como pudo entre cada “ataque” del infante.- apenas lo está dominando pero…- finalmente Junmyeon tomó a Chanyeol de la pequeña cadera y lo puso bajo su brazo, donde Chanyeol peleo para que lo bajaran pero no pudo ganar, su cuerpecito de dos años no estaba listo para dar tal batalla.- ya se ha transformado un par de veces…-

Dejo ir a Chanyeol y lo miró mientras salía disparado a morder su peluche favorito, uno con forma de zorro. Se lanzó encima de él para atraparlo entre sus manitas y morderlo, luego zarandearlo moviendo todo el cuerpo, con una violencia solo capaz en lobos muy jóvenes y muy flexibles. Si Minseok hiciera esos movimientos con su quijada actual se la dislocaba…

Tomó aire, alejando su vista del niño y posándola sobre la pareja de lobos.

La ropa de Junmyeon no escondía la marca que le había dejado Jongdae. Los dos portaban sus marcas muy dignos… o tal vez no era dignidad u orgullo, tal vez solo era lo común.

Pero Minseok no podía sentir empatía por ese tipo de actividades comunes.

Sabía amargo el verlos, naturales, frente a él.

-Hyung….¡Hyung!.-

Minseok salió de sus pensamientos, Jongdae le hablaba, se había levantado y tenia las manos en las rodillas a modo de apoyo para poder agacharse hacia Minseok.- ¿Quieres comer algo? ¿Qué traes en la bolsa?...-

Junmyeon le dio un golpe en la pierna para que no preguntara esas cosas, aunque el también esperaba saber que era.

-Eh….es…es un regalo…-

Minseok sacó de la bolsa una botella de vino añejo, cereza y moras, una bebida poco conocida, porque no tenía la edad para seducir a los paladares profesionales y no era tan accesible para gustar a los jóvenes, pero Junmyeon amaba la combinación de sabores ácidos con un toque picante, el tono rojo tan intenso y la sincera espesura del vino. Era su bebida favorita, lo era antes de irse, y Minseok esperaba que aún lo fuera.

Al ver la botella la cara de Junmyeon brilló. Reconoció perfectamente ese diseño y el color rojo que brillaba contra la luz del foco, y eso hizo antes de que otra cosa pasara, intentar ver a través de la botella la luz de su casa. Jongdae regresó en ese momento con dos tazones con ramen que olían bastante bien y Junmyeon le hizo una señal para que se acerara, le dijo algo en voz baja y ambos rieron, Jongdae golpeándolo en el brazo con algo de fuerza, pero Junmyeon no pareció adolorido, siguió riendo aún cuando abrió la botella y vertió el contenido en tres vasos de vidrio comunes.

 -Ya no tenemos copas, Hyung. Yeol ha crecido mucho y ha roto más vasos de los que podemos contar,… ¿Cómo le hará ese niño?.- Junmyeon miró a su hijo y Yeol lo miró a él, aún con los colmillos enterrados en la yugular del zorro pudo sonreír y reírse con voz ahogada, disfrutando la atención de los adultos puesta en el.

Junmyeon negó sonriendo y le entregó el vaso a su hyung. Minseok lo miró un corto instante antes de tomarlo. Bebió el contenido de un solo trago, luego empezó a comer, sin mirar a nadie, solo comió y masticó. Se dedico a eso mientras Jongdae y Junmyeon lo miraba de vez en vez.

-Y…Hyung… ¿Cómo va todo? ¿Cómo está Kris ge?...-

Minseok levantó la vista, con los cachetes inflados llenos de fideos y la boca manchada de caldo. Trago antes de hablar.- está bien, sigue en el departamento y escalando puestos en la empresa…-

Junmyeon sonrió, pero el gesto no duró mucho.- ¿Y tu como estás?...-

Minseok miró al frente, luego a Junmyeon y después a su sopa.- Bien….-

Terminó de comer en tiempo record y se quedó sin temas de conversación. En realidad, tenía muchas cosas que podría hablar con Junmyeon, pero en ese instante lucían imposibles de vocalizar.- Tienes… ¿Tienes fotos de Chanyeol cuando nació?...-

Junmyeon se enderezó tan rápido que su rodilla levantó unos centímetros la mesa y casi tira la botella de vino sino fuera por los reflejos de Jongdae, tardó unos pocos minutos en ir a su habitación por ellas, pero Minseok se vio solo con Jongdae, que se limitó a sonreírle.

- ¿Cuándo te vas a disculpar?...- preguntó, sin dejar de verlo y sin borrar la sonrisa.

El mismo Junmyeon, con una caja de madera en las manos, no le dio tiempo a Minseok de responder.- Mira, Hyung. Estuvimos imprimiéndolas poco a poco…-

De la caja sacó varios documentos, licencias de conducir, recibos de pequeñas cosas, de gasolina, talones de cheque… - ¿Qué es esto?...- preguntó Minseok sin ocultar su curiosidad por el papel doblado que tenía el logo de un hospital.-

-Ohh…. Es una receta de unos medicamentos para el dolor…-

Tomo el papel de las manos de Minseok, el se guardó sus preguntas.

Junmyeon volvió su atención a la parte profunda de la caja, donde estaban unas fotos envueltas en una bolsa de plástico. Desdobló la bolsa y puso el contenido en la mesa con mucho cuidado, como si fueran muy antiguas o estuvieran muy dañadas.

-¿Este es Chanyeol….?- preguntó Minseok, señalando  una pequeña foto instantánea con un niño muy pequeño, muy rojo pero redondo y las orejas saltonas, justo como Minseok sospechó, estaban echas rollito como un pequeño capullo de flor. Rio en voz bajita para no levantar ninguna pregunta.-

-¡Si! Tenía 3 días de nacido ahí, por eso está tan incómodo…. Luce como un tomate.-

Chanyeol se pegó al costado de Minseok, de todo ese miedo y precaución de la primera vez que lo vio no quedaba nada, apretó su brazo con fuerza y dejó caer todo su peso sobre la espalda de Minseok. El no se quejó, pero si estaba sorprendido, Chanyeol lo olfateaba metiendo la cabeza en su cuello y nuca y pasando las manitas sudadas por su cara para que no se moviera de lugar.

-¡Yeollie!! ¡No!...-

-N-no…está bien, si quiere hacerlo…. Debe tener curiosidad…- respondió Minseok sin mirar a nadie. Si se quedaba quieto el cachorro lo iba a identificar más rápido, si se movía bruscamente podría tomarlo como señal de que había hecho algo malo y pasarían semanas hasta que reuniera el coraje para volver a olfatear al lobo mayor.

Luego de unos segundos Chanyeol estaba feliz con lo que había respirado, pero no se quitó de la espalda de Minseok, pasó sus bracitos carnosos por el cuello de su tío y lo abrazó por la espalda,  fue hasta ese momento que volteó a ver a su hermano menor.

-Sígueme mostrando las fotos…-

Junmyeon sonrío de lado, fingiendo estar cool con todo lo que pasaba, pero Minseok sabía que cuando sus cejas estaban tan inmóviles como en ese momento, Junmyeon solo fingía, un Junmyeon feliz es un Junmyeon poco atractivo….

-Esta es de su primera vacuna…-

Cada foto era un Chanyeol diferente, algunos lloraban, mientras más pequeño sus fotos siempre eran llorando, rojo y con los puñitos cerrados, las orejas en capullo, el pelo hacia arriba como el de una escoba. El Chanyeol en su cuello aún lo tenia así, un pequeño niño “asustado”.

-¿No se transformó muy pronto?...- Minseok movió una mano hacia atrás y atrapó en su brazo a Chanyeol, le dio toda la vuelta como si fuera un reloj de arena y lo puso en sus piernas, lo miró a la cara para ver que reacción tenía el niño pero seguía igual que antes, altamente alegre y altamente sonriente, hasta que sus ojos eran dos hendiduras en su cara.

Junmyeon miró al frente, hacia la nada.- Chanyeol nació por cesárea…- dijo Jongdae  en un tono serio, el rostro igual.

-¿Cesarea?... ¿Por qué?...-

Jongdae y Junmyeon se miraron, pero quien continuó hablando fue Jongdae.- Hubo algunos problemas cuando Junmyeon empezó a tener contracciones, así que fuimos al hospital y ahí nos dijeron que la única manera de tener a Yeol era por cesárea.-

Jongdae sonrió tristemente y tomó la mano de Junmyeon.- Hubo algunos efectos secundarios pero… poco a poco ¿No?...-

La pregunta fue para Junmyeon, el levantó la vista, lejos de las fotos de Chanyeol, y centró su atención en su pareja.  Sonrió, no con felicidad, ni tristeza, o esa falsa alegría cuando las personas llenan los gestos de condescendencia, era una sonrisa resignada…- si, poco a poco… Digamos que por ahora, Chanyeol será el único Rey de la casa…-

Junmyeon extendió los brazos y Chanyeol brincó en ellos, transformándose en lobezno en manos de Junmyeon. Junmyeon le pasó su ropa a Jongdae, el la dobló y la puso bajo la mesa.

Minseok respiró profundamente y acercó una de las bolsas que había traído, jugo con ella entre sus manos. No sabía como sentirse con lo que Junmyeon había dicho, pero sabía una cosa, y es que fue difícil para su hermano contárselo…Si Junmyeon podía, entonces también Minseok podía dejar de lado su vergüenza y miedo...- compré un juguete para Chanyeol, no sabía que podía gustarle así que pregunté y me dijeron que esto era lo mejor para niños de dos años…-

Sacó el zorro y se le quedó viendo. Era el peor regalo, de todas las cosas que había en la tienda ¿Cómo se las había arreglado para comprar exactamente el mismo juguete que su sobrino ya tenía?...Eso solo le pasaba a Minseok, porque era un tarado….

-¡Mio!...-

Junmyeon no pudo sostener las rellenas caderas de Chanyeol cuando se lanzó (vuelto a ser humano) encima de Minseok y mordió su mano. Minseok gritó de la impresión y dejó caer el juguete, el zorro rebotó fuera de las piernas del omega, lo suficiente para que Chanyeol lo dejara en paz y se lanzara encima de él. Lo abrazó con mucha fuerza mientras lo tenía mordido de la yugular.

Totalmente desnudo pero adorable, estando de pie, la cola del zorro casi tocaba el suelo.

-¡Gracias!!!...- dijo Chanyeol cuando desencajó los dientes del zorro.- Ming-seok…¡Gracias!!!...-

Minseok medio cerró un ojo. Lo de gritar hasta atontarlo era de familia… Chanyeol le llenaba la cara de besos al pobre Zorro, había resistido muy bien esa primera prueba. Lo desconcertaba lo sincero que parecía Chanyeol hablando del regalo, el tenía uno igual, no era ninguna sorpresa…

-Ama los zorros y los hurones, son sus animales favoritos desde que vio animal planet en casa de unos amigos…- Junmyeon pasó el brazo por la espalda de Minseok. Era más pesado que la última vez que estuvieron en esa pose, pensó Minseok, notando lo mucho que se doblaba hacia adelante. – De verdad le gusta su regalo, Hyung.  Gracias por tomarte la molestia…-

Minseok no dijo nada, pero sintió que si no se iba pronto lloraría más pronto que tarde, ya hasta sentía calor en los párpados y congestión en las mejillas por aguantarse.

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Minseok salió de casa de su hermano dos horas después, sin disculparse, aunque igual, nunca tocaron el tema. Solo hablaron mientras veían a Chanyeol haciendo que sus zorros conversaran mediante balbuceos, como el mismo iba a buscar su chupón en un cajón alto y la eterna lucha para hacer que se lavara las manos luego de tocar sus juguetes.

En cuanto sentía ganas de irse, Junmyeon encontraba otro tema de conversación, de sus años en la escuela, de las vacaciones en familia o las fotos que logró llevarse en la cartera. Muchas cosas peligrosas, intrépidas o sinceramente estúpidas que hicieron cuando empezaban la adolescencia (o cuando Minseok empezaba la adolescencia y Junmyeon solo lo miraba con una admiración inocente), esas pequeñas alegrías o temores resurgieron de entre su vasta gama de recuerdos, empujando hacia atrás los dolorosos o incómodos.

Minseok estacionó el auto frente a su casa, iba metido en sus pensamientos y no notó al lobo de pelaje claro viéndolo desde el poste de luz en la esquina de su casa hasta que se había bajado del carro. Se le quedó viendo, pasmado, mientras el lobo rodeaba el poste y en lugar de correr, trotaba suavemente hacia el mismo callejón de la noche anterior.

Los hombros se le relajaron cuando dejó de verlo…

El aroma a alfa estaba en toda la calle, especialmente en la esquina, el poste y parte de su casa….

Pero Minseok estaba muy cansado y emocionalmente fatigado como para sacar cubeta con agua y jabón y lavar la zona, alejar ese aroma sospechoso de su nueva casa donde viviría con su pareja KRIS….

Lo haría mañana, mañana tendría energías, mañana dejaría de confundirse por todos los aromas combinados en su ropa y su nariz…

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Al día siguiente no hubo novedad por parte del lobo, pero Junmyeon le mandó fotos de Chanyeol destripando el zorro y luego cubierto de lágrimas, rojo y apretando lo que quedaba del peluche porque amaba a los zorros y no quería hacerle eso. Minseok descargó la foto, solo porque el niño parecía sufrir más allá de lo comprensible y su rostro lo mostraba.

Cada noche, durante los siguientes 2 meses, se quedaba unos instantes fuera de su auto, jugando con la llave, haciendo el cerrarlo un trabajo innecesariamente largo. Volteaba hacia los lados y esperaba, obviamente no al lobo de pelaje claro… claro que no, Minseok quería saber que nadie estuviera esperándolo con una navaja para asaltarlo.

Algunas veces lo veía, otras no, en ocasiones se detenía para verlo, con sus ojos blancos como los de un husky, parecía ver más allá de la piel de Minseok, luego seguía su camino. En todo ese tiempo no le preguntó su nombre, a veces dudaba que pudiera transformarse en humano.

Junmyeon, por otro lado, comenzó a llamarlo más seguido para invitarlo a su casa, donde con más frecuencia llegaba a pasar un buen rato. No le había dicho a su madre donde estaba Junmyeon, sospechaba que no se lo tomaría bien y ya tenía suficiente con sus constantes preguntas de que día Kris iba a cambiarse de casa definitivamente.

La excusa era el trabajo, luego el trabajo cambió a visitas a su hermano, pero para su madre seguía siendo lo mismo; la vida de Minseok era 98% su trabajo y ella no podía hacer nada al respecto.

Pero sabía que Kris llegaría de manera inminente, no podían aplazarlo tanto, no podía confiarse. Madre podría llegar en cualquier instante y ellos estarían en dos lugares que eran casi opuestos, en el departamento cada vez había menos Minseok y más Kris, igualmente en la casa, más Minseok, menos Kris… la casa olía más a los alfas y betas que vivían en la zona, incluido el extraño alfa que aún encontraba tras el poste, pegado a su casa.

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Un domingo por la tarde, Minseok decidió que después de casi tres meses le prestaría atención a su jardín regándolo a medio día, cortaría algunas plantas y se ensuciaría y mancharía de tierra como los lobos de antaño.

Compró una manguera y la colocó en la llave del agua adjunta al jardín, que estaba en la entrada. Abrió la puerta principal para vigilar su carro mientras hacía sus tareas.

Era un lugar enorme con pasto que había crecido discretamente, el clima se enfriaba poco a poco y las hojas de los árboles aledaños caían sobre el. Había un pequeño árbol delgado y con pocas hojas, saludable, no requería de cuidados especiales, Minseok solo esperaba que lloviera y que el árbol aguantara la tormenta, siempre lo hacía.

Era un buen árbol.

Se paró a un lado de el, con la manguera en la mano, alimentando al arbolito sin causarle daño a las hojas. No escuchaba nada alrededor, su casa parecía hermética excepto por el sonido que se filtraba por la entrada abierta.

Estaba tan calmado…..

Era imposible que su día continuara con la misma tranquilidad.

Antes de verlo, el aroma a madera y sal del lobo se coló por encima de sus paredes, como una espesa neblina de hielo seco, escaló y luego calló sobre su jardín cubriéndolo todo…

Minseok metió el dedo en la manguera, para detener el avance del agua…. Y miró hacia afuera.

El lobo andaba, una pata a la vez, en dirección al callejón, Minseok suponía. Iba calmado, con la mochila en el hocico, solo se detuvo para mirar brevemente dentro de la casa de Minseok y rascarse tras la oreja.

Minseok levanto la manguera, sacó el dedo del tubo y apretó con dos dedos la salida del agua para agregarle presión.

Mojó al lobo en la cabeza y en las patas. El lobo dejó de rascarse cuando sintió el agua en la cara, pero bajó la pata tan rápido que perdió el equilibrio y calló de lado, inmediatamente se retorció como gusano para poder levantarse otra vez pero le llevó unos segundos cruciales que Minseok aprovechó para mojarle la panza.

Cuando el lobo se levantó ya estaba empapado, miró a Minseok y le gruñó enseñando los dientes antes de correr hacia el callejón raspando el pavimento con las garras.

El se quedó ahí, con la manguera en la mano y regando el pasto con presión normal…. Las manos le temblaban un poco y cuando regresó la vista al jardín, le costó casi cinco minutos volver a enfocarse en su trabajo…

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Tuve muchos problemas para decidir que partes poner en donde. No tengo idea de que tan grande es la historia ahora, se que me faltan partes por escribir y se que hay muchas cosas confusas y hechas a medias. Espero que puedan perdonar los errores de sintaxis y de trama. 

También perdonen la tardanza, tuve visitas, se me acabo el texto editado y como que me desanime?? ummm.... 

anyways,gracias por leer hasta este punto, gracias a quienes leen y dejan comentarios (big HUGS!!) y a quienes leen silenciosamente, todos son preciados para mi, gracias por no dejarme sola en este long af camino. 

Nos vemos el 3 de marzo! <3