Capítulo 26 

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Minseok también abandonó esa casa, los recuerdos y la culpa probaron ser demasiadas para cuatro paredes. Se hospedó en un hostal por tres semanas, de baja calidad donde todo lo que veía eran turistas que hacían mucho ruido y hablaban en idiomas que Minseok no entendía.

Kris se llevó el auto así que debía ir a su oficina en metro. La acción resultó relajante, tener tiempo para pensar no era posible si iba manejando.

El problema era que por mucho que lo pensara, el momento que tuvo a Madre frente a él todo discurso racional y coherente que poseía fluyó de él como agua entre los dedos. La delató el aroma y luego el sonido de sus tacones. Reflejo de la infancia de Minseok, Madre siempre vestía formal, jamás la había visto usar otra cosa.

Minseok se levantó de su escritorio e intentó acomodarse la ropa mientras Madre entraba a su oficina abriendo la puerta a toda su capacidad

El olor de la alfa golpeo a Minseok en la cara, las rodillas le temblaron. Su imagen era nerviosa, cada coyuntura temblando endeble, la fuerza de una ola caería sobre él y no tenía idea como evitarla.

Madre se paró frente a él, a pocos centímetros del borde del escritorio.

-¿Tienes idea de lo que has hecho?- dijo Madre, luego de una larga pausa donde solo lo miró a los ojos. Minseok soportó, pero se sintió reducido a nada cuando finalmente habló.-

No negó ni asintió, tuvo el tacto de bajar la cabeza y tomar aire ruidosamente por la nariz. No sabía que decir, pero mientras más lo pensara menos paciencia Madre tendría.

-Yo…- tartamudeó, finalmente, con los pedazos de un importante documento en su puño cerrado. Tendía a destrozar cosas cuando sufría de estrés.- s-si, lo sabía…-

Un rápido vistazo le dijo lo que necesitaba, la boca de madre era una tensa línea recta, los hombros ligeramente arriba, una leona buscando el momento para atacar; no por hambre o necesidad, por pura y cruda ira.

-¡¿Lo sabías?!- una pregunta iracunda, Minseok la esperaba, pero no ayudó a calmar sus temblores.- Lo sabías… perfecto…-se quitó las gafas de sol, Minseok tragó saliva al ver la cicatriz en el ojo de Madre….- ¿Puedes explicarme entonces porque?? Tengo a los Wu encima desde hace dos semanas, quieren cumplir con los tratos que se hicieron este año y no tienen planes para continuar con nosotros... ¡Ellos eran los que nos mantenían a flote en china, Minseok!!! ¡¿Qué demonios le hiciste a su hijo?!!!...-

Minseok quiso decir algo, pero en su cabeza cualquier respuesta probaba ser realmente estúpida, lanzarle gasolina al fuego. Pensó en Junmyeon y Jongdae… ¿Cómo habían hecho para soportar el enojo de Madre? Era la alfa, el soporte de toda su estabilidad emocional y física, el golpe de su veredicto dolía hasta quemar.

-Tu eras el listo, Minseok…- Madre bajó su voz una octava, a ese tono maternal y dulce que usaba para asegurarle que todo estaba bien, que todo daño podía repararse y que toda caída sanaba- Tu hermano…- nunca repetir su nombre.- se fue para…. No se…. No sé nada de él, debe estar pasándola tan mal. No soportaría ver que te pase lo mismo, Minseok.- rodeó el escritorio y sostuvo el rostro del omega entre sus manos, el calor de sus dedos relajó brevemente a su hijo, porque era conocido y era el sentimiento de amor que Madre sentía por el…- Irás a disculparte con Kris y ambos volverán a su casa. ¿Entendido?...-

La miró a los ojos, buscando en ellos...- Madre… no puedo….-

Madre frunció el ceño, angustiada.- Tienes que hacerlo, Minseok, por tu bien…. Necesitas un alfa y Kris es el mejor que vas a encontrar. Irás, te disculparás, y dejarán este accidente atrás. No quiero excusas o pretextos, ya eres un lobo maduro, Minseok. Tienes que ver por tu futuro, no tienes tiempo para estar jugando a estas tonterías…

Tiempo, a Minseok se le había olvidado ese pequeño detalle. No era un lobo joven, Kris tampoco….. no tenían tiempo para nada.- Tienes razón, no tengo tiempo…-

Madre pareció satisfecha con su respuesta, aunque el aroma de su hijo era confuso, pero así había sido siempre, Minseok era el hijo rebelde, el que estaba atraído por cuentos fantásticos e historias intrincadas, había pasado toda su juventud jugueteando con alfas y betas solo porque si, faltó a clases, a cenas importantes, le peleó por años, hasta que un día se tomó las cosas en serio y consiguió estabilidad. Ella no podía estar más orgullosa del hombre que Minseok se había convertido, porque nuca le falló en lo verdaderamente importante.

Beso su frente y Minseok cerró los ojos al sentir sus labios y el aroma conocido de su madre.

-Espero que para mañana ya esté todo arreglado. Haz las cosas bien, hijo….-

Relajó los hombros, finalmente tenía permiso para sentir alivio, y se volvió a colocar las gafas, dedicándole una sonrisa corta a su hijo, casi apenadas por haber entrado a su oficina de esa manera tan llamativa.- Tengo que irme, pero avísame cuando todo termine.-

Asintió en silencio, con la mirada al piso, Madre lo interpretó como vergüenza.- Hey, tranquilo. Estarás bien, me tienes a mi y a Kris para apoyarte en todo.-

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Minseok renunció a su trabajo al día siguiente, primera hora, una hoja en un sobre con un simple párrafo declarando que debido a problemas personales no podría seguirse haciendo caso de sus tareas actuales como CEO de esa rama de la empresa.

Limpió su escritorio, su secretaria lo miraba y quiso decir algo, pero se conformó con ayudarlo a poner sus cosas en una caja de cartón y acomodar su pequeña planta ornamental dentro de una bolsa de plástico para proteger las hojas.

El omega se despidió de ella con un corto abrazo y salió de ahí ante la mirada de varios empleados confundidos, incluso nerviosos porque su jefe…huía.

Minseok no miró atrás más que cuando las puertas del elevador se cerraron frente a él, dándole un par de segundos para checar por última vez la oficina por la que caminó tantas vece los últimos 7 años.

Le escribió a Kris un mensaje ofreciéndole su puesto, nadie pondría peros si ese era el arreglo. Yifan era capaz de tomar la responsabilidad, básicamente ellos dos se habían encargado de todo el trabajo que le llegaba a Minseok, ya era su brazo derecho antes de ser emparejados y tenía toda su confianza para llevar la compañía a un nuevo nivel.

Llegó a la estación del metro y le quitó la pila a su celular. La gente no lo miraba, no les interesaba quien era ni porque tenía una caja y una maceta dentro de una bolsa de plástico, Minseok no era nadie al tomar el metro, solo un tipo sin futuro.

Y tal vez para otros verse en su situación sería motivo de vergüenza; Minseok no lo sentía así.

El era libre…

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Esa misma tarde salió del hostal, tomó su maletas y volvió a casa, la estructura tradicional que ahora estaba a su nombre, Madre no podría quitársela por mucho que odiara como era ocupada.

Lo primero que notó fue el jardín muerto, todo había caído por la falta de agua menos el pequeño árbol junto al camino de piedra. Había tierra y hojas muertas dentro de la casa, un fuerte aroma a comida descompuesta salía del refrigerador, cucarachas caminando por sus trastes sin lavar apilados en el fregadero, polvo y tierra en todo.

Fuera de eso todo lucía en orden. La habitación de ambos, parca y eficiente, estaba intacta excepto por la cama, Kris la tendía al despertar, pero ese día había estado muy preocupado por Minseok para hacerlo. Toda su ropa seguía ahí, sus zapatos, calcetas y algunos papeles…

Había mucho que hacer…

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Luhan caminaba de regreso a su casa, cansado como todo lunes por la mañana. Sus patas golpeaban el piso perezosamente, pero el alfa ya no tenía fuerza para normalizar el ritmo de sus pisadas.

Su cabeza daba vueltas por aromas atrapados en la nariz, como si sus pacientes caminaran tras él en silencio. Pensarlo así era aterrador y aunque intentara calmarse sabía que iban a pasar horas, tal vez días antes que se despejaran.

Bajó del metro, las personas que subían lo miraron de mala gana, ofendidos por que tuviera esa forma tan temprano. Luhan los ignoró y siguió caminando sin importarle la gente, el cuerpo de lobo obligaba a los demás a moverse, Luhan era un bólido, los demás; pequeños autos sin presencia.

Se metió al baño de la estación y se transformó en humano, las piedras del camino a su casa (además de empinado) lastimaban sus patas, era mejor ir a pie usando tenis, o mejor aún, un carro, un lujo que Luhan no podía darse.

Subió a la superficie y tomó un largo respiro de aire, lo bueno de la mañana era el aroma fresco y virgen de los edificios.

Levantó la vista al dar vuelta en la esquina, Minseok estaba fuera de su casa, vestido de sudadera, pants y tenis deportivos. Cuando lo vio se levantó del pórtico y miró directamente a los ojos de Luhan, ambos sin moverse.

-Minseok….- dijo Luhan con la suficiente fuerza para que Minseok lo escuchara.-

Minseok no se movió por un instante, mientras recuperaba la fuerza que se le había escapado cuando vio a Luhan después de tanto tiempo. Viejos y abatidos temores resurgieron torpemente, sensaciones olvidadas florecieron otra vez; era un guerrero dirigiéndose a la guerra sin armadura.

Luhan entendía parte de sus pensamientos. Pero no dijo nada, se quedó pensativo, con el ceño fruncido y en un ligero aturdimiento.

-¿Tienes un minuto?.- preguntó el omega tímidamente, señalando su casa con la cabeza.-

-¿Qué quieres?..- la cuestión salió de Luhan más agresiva de lo esperado, pero ya no había manera de echarse para atrás.-

Minseok abrió y cerró los puños.- Pedir….disculpas…-

-No es necesario…- Luhan camino los pocos pasos que los separaban. Se miraron a la cara, Minseok confundido, casi asustado. Los sentimientos puros y claros en ese rostro redondo.

Había mucha ira en Luhan, lo quemaba y el no podía controlarla, no si se trataba de Minseok, el llegó como un trueno, quemando y destruyendo a su paso, pero dejando a Luhan aparentemente intacto, tan rápido y certero que bien pudo nunca haber sucedido, sino fuera por el calor que lo dejó marcado.- Yo sabía que era un error desde antes. No tenías que irte así para que me quedara claro…-

-Luhan….no fue eso...-

-¡Lo es!...- gritó y avanzó, Minseok dio un paso atrás y Luhan se detuvo de golpe, para acariciarse el arco de la nariz y apretar los párpados…. Mierda… todo era un caos.- Yo…..sabía que tenías pareja, Minseok…

En el fondo Minseok lo sabía, así como sabía que se convenció para creer lo contrario…. Tanto así que no podía evitar la vergüenza y sorpresa o el aroma, porque era picante, combinado con sudor y la expresión de su esencia propia convertida en un jarabe de sabor concentrado.- También lo se, es….-

Quería decirlo, pero no podía….

No podía.

-Luhan.- en un impulso tomó la mano del alfa y suspiró de alivio mentalmente cuando no la quitó.- lamento…. Todo…- no sabía dónde empezar o donde terminar.- lamento haberte dicho una…¡varias mentiras! y lamento como te traté.-

Luhan no le quitó los ojos de encima, finalmente entendía lo diferente que estaba el omega, no era solo su ropa o como hablaba. La mano con que lo sostenía temblaba.

-Y también quiero darte las gracias…-

-¿De qué hablas…?- preguntó al pasar unos cuantos segundos. Iba a decir algo cruel, Minseok abriría su boca para terminar lo que había empezado con un destello, una gran explosión para hacer añicos a Luhan. El no era así de ingenuo, podía soportar cosas peores….. pero con solo verlo Luhan supo que no saldría bien parado si Minseok golpeaba una vez más…-

-Es que…- clavó los ojos en los de Luhan, notando lo nervioso, asustado y enfadado que estaba con él.- cuando te conocí.- tomó aire.- recordé cuanto amaba el futboll…y…- antes de que Luhan dijera algo, sostuvo su mano con ambas propias y apretó sin lastimarlo, pero con el agarre para detenerlo si quería irse.- cuanto odiaba mi vida…- abrió la boca, ningún sonido salió, Minseok tuvo que obligar las palabras a salir, tan violento como necesitara, sin filtro y crudas.- No se porque mentí con tener pareja… hice muchas cosas de las que me arrepiento y no espero que creas en mis disculpas. Pero estaba aterrado… ¡estoy aterrado! ¡¡No tengo idea que estoy haciendo!!...Siempre supe a donde iba y ahora no tengo trabajo y perdí a mi Pareja y mi hermano no me habla y su esposo me odia, hice llorar a mi sobrino….-

Al levantar la vista lágrimas resbalaron por su cara. Luhan parpadeó un par de veces, quería no creer en Minseok, solo que no podía; el omega no mentía porque su aroma era lo que era, puro y ligero, pero intenso, una ola propia de olor que ha liberado el contenido de su pecho.

-Y me acosté con mi único amigo y ahora cree que soy un hijo de perra…-

Luhan giró el rostro. Si, eso pensaba….

También pensaba que ponerse a llorar no le ayudaría para no verse débil frente al omega. Su abuelo le dijo hasta el día de su muerte que los alfas no lloraban por omegas, ellos se quedaban como pilares de acero, resistiendo todo embate. Pero Luhan nunca fue de ese tipo, el era una rama de trigo y con Minseok, solo un diente de león.

Sorbió la humedad en su nariz.- Eres un hijo de perra…- 

Contra todo pronóstico, Minseok comenzó a reír con pequeños hipidos de llanto, apenas veía a Luhan entre las lágrimas.

No era gracioso; Minseok estaba hundido en la nada, ya no tenía más gente en su vida que perder…. Entonces ¿Qué importaba ahora que se comportara así? Hace mucho no se permitía reír por nerviosismo.

El alfa lo miró hasta que dejó de reír, ya no olía a enojo, pero estaba lejos de ser felicidad.- ¿Qué quieres de mi, Minseok?.... Ya te disculpaste y…aclaraste lo que pasó, pero no es tu estilo detenerme en la calle para darme explicaciones. Jamás te acercas a menos que necesites algo… ¿Qué quieres de mi?....-

Ahí estaba, su momento clave justo frente a él. Volvió a respirar y cerró los ojos, reacomodando las palabras en su cabeza.- Preguntar si ¿Podrías darme otra oportunidad…? Cualquier respuesta que me des…- respiró el aroma de Luhan para relajarse.- la entenderé.-

Segundos que se sintieron como horas transcurrieron, Minseok escuchaba su corazón en las orejas, había demasiada sangre en su cerebro.

Luhan acarició su cabeza con la mano que Minseok no sostenía, una caricia firme y por lo tanto placentera, sentirlo fue más que agradable, entrecerró los ojos y miró los labios de Luhan, disfrutando el momento por corto que fuera.

-Consigue un trabajo, discúlpate con tu hermano, haz las paces con su pareja y cómprale un enorme juguete a Yeollie… Y cuando hagas todo eso, vuelve y… hablaremos ….- antes de que fuera más difícil dejarlo Luhan soltó la cabeza del omega y siguió su camino.

Por varios minutos Minseok se quedó en el mismo lugar, contemplando escenarios imaginarios de como haría todo eso; no por que Luhan se lo pedía, pero porque Luhan no tenía miedo en decirle cuales debían ser sus prioridades.

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No sorprendió a nadie que el primero (y más entusiasta) en perdonar a Minseok fuera Chanyeol. El cachorro corrió a sus rodillas como siempre, esta vez con el ceño fruncido, aunque no le duró más que 3 minutos, cuando le dieron su juguete de disculpas y después que su  tío lo levantara en brazos y besara su frente, su pequeño aroma  salió al aire como una brisa, dulce y agradable.

Jongdae lo miraba, en una pose incierta y aroma indescifrable. Junmyeon no estaba en mejor condición, pero su aroma no decía que se le lanzaría encima a la primera provocación, como lo hacía Jongdae. El estaba más enfocado en el cachorro.

Minseok dejó a Chanyeol en el suelo, sentado para que investigara a fondo su nuevo juguete.

-Te ves diferente. - Junmyeon dijo, interrumpiendo el silencio entre lobos.-

El mayor de los hermanos apretó los labios- Creo que es por la ropa…-

-Chanyeol, ve a tu cuarto, por favor.- pidió Jongdae en voz baja, acariciando la cabeza del cachorro.-

Chanyeol volteó a ver a su padre con obvio temor en sus pupilas dilatadas, tomó casi todas las piezas de sus legos y caminó con la enorme cubeta a su habitación.

Finalmente estaban solos, Jongdae pasaba la mirada de Minseok a Junmyeon y viceversa sin perder detalle. Hasta que bufó desesperado, haciéndose temblar los cabellos de la frente.

-A ustedes les fascina quedarse en silencio, ¿¿verdad?? ¡Habla de una maldita vez, Minseok!-

Ya nadie lo llamaba Minseok y no pudo evitar sentirse ofendido. Jongdae lo notó, pero en su mirada le pedía que dijera algo, lo retaba. Minseok tragó el nudo de reclamo en su garganta y se conformó con mirar a otro lado. Por siete Jongdae no dijo nada más, le dedicó un último vistazo de advertencia y fue al cuarto de Chanyeol para sentarse con el, la puerta entrecerrada, dándole a los hermanos un poco de privacidad.

Junmyeon se sentó en uno de los cojines en su mesa de centro e invitó a Minseok a hacer lo mismo.

-El periódico dijo que ya no eres CEO…¿Qué paso?.- preguntó Junmyeon. Minseok se removió en su pequeño cojín, pero no alejó la vista.-

-Renuncié. -

-…¿Por qué?.- Junmyeon no sabía que sentir, intuía los motivos de su hermano, pero necesitaba escucharlo de su boca.

-Creí que era lo mejor… además Kris está capacitado para el puesto.-

-¿No tuvo nada que ver con Madre o que según tu ibas a tener cachorros “voluntariamente” con Kris?.-

Minseok se cubrió el rostro con una mano, pasando de 10 a 100 en una escala de vergüenza y decepción. Tonto Junmyeon, aún no perdía la perspicacia y esa apatía única a ser brutalmente sincero con su hermano mayor.

-Tú sabes la respuesta.- y no se preguntaba lo que era obvio, a opinión de Minseok.-

-Quiero escucharte decirlo….- Junmyeon cruzo los brazos y enderezó la espalda, acomodándose lo más derecho posible.- Creo que me merezco eso de tu parte.-

-¡Me rompiste el pómulo, Junmyeon!.-

-¡Y tu dijiste que quería verte tan miserable como yo!.- Junmyeon alzó la voz y golpeó la mesa con el puño, silenciando a Minseok al instante.- Quiero que me digas la verdad y que salga de tu boca…. Porque tu sabes, Hyung…. No has sido el hermano del año.-

Solo se escucharon las manecillas del reloj en la sala mientras Minseok pensaba…Junmyeon no estaba jugando.

Hacia el final, cuando había pensado en mil maneras de decir un “lo siento” o como acomodar la larga historia de Madre emparejándolo con Kris y eventualmente empujándolo a hacer la vida perfecta que tenía destinada para el, Minseok simplemente optó por contar aquello que realmente le dolía.

Miró la sala, un vistazo rápido y calculado porque hacía eso siempre que los visitaba. Observaba los cuadros, los dibujos de Chanyeol imborrables en la pared y esos muebles que no combinaban. Así todo estaba claro.- Pensaba que tu vida era… la peor, Junmyeon. Antes de llamarte pensaba que…estabas sufriendo por que habías dejado atrás tu carrera y te habías ido con….un beta.-había querido decir Jongdae, pero de haberlo hecho, su desahogo no habría tenido veracidad.- Luego vine aquí y…. mira, estás rodeado de todo lo que te gusta.-

Aún estaban los dvd y blurays de Star Wars, Chanyeol tenía mantas de Darth Vader (también la pareja en su habitación, pero Minseok no necesitaba saber eso) y había fotos enmarcadas en las paredes, libros de autoayuda y algunos pocos legos, figuritas que había construido con Chanyeol como una araña o una jirafa.

-Creo que…odiaba que no fueras tan miserable como imaginé…-

El rostro de Junmyeon no dijo mucho, se quedó quieto en su lugar, mirando a su hermano a los ojos. Luego de unos segundos relajó la espalda y tomó esa postura incorrecta que a Minseok le había costado mucho corregir en su hermanito.

-Siempre queriendo ser el héroe…- Junmyeon pasó una mano por su cabello, empujando su espalda más hacia atrás, encorvado y sin apoyo. Minseok sintió como si apretaran la parte trasera de su cerebro.- Y si no lo eres entonces algo está mal, ¿verdad?. Porque tú no te equivocas, todos estamos mal menos tu…-

Minseok aguantó la presión en su garganta para que no saliera una sarta de reclamos y alegatos. Eran tan naturales que no tenía que pensarlos, se acumulaban en su lengua peleando por ser el primero en salir. Pero es que siempre había algo que Junmyeon podía hacer mejor; mejor padre o esposo o hermano. MEJOR HIJO ….

Estaban solos y rodeados de silencio. Minseok escuchó el suspiro de Junmyeon, lo reconocía; era el cansado, Junmyeon tenía mucho que decirle, pero ya no veía caso en decírselo.

-¿Has hablado con madre?...-

Minseok negó mientras miraba la superficie de la mesa, como un niño regañado y tembloroso.

-¿Y qué vas hacer ahora?-

-Aún no lo se…-

-umm…..-

Minseok sabía que Junmyeon llenaba huecos de plática, le daba la oportunidad de decir lo que tenía que decir. Solo que Minseok había perdido las agallas cuando renunció a la empresa.

Además, el nudo en su garganta se volvía intolerable, agrandado por la vergüenza, un Kim no está genéticamente diseñado para arrepentirse…. 

Levantó la vista, cansado de si mismo finalmente, tenía la frase en la garganta y golpeaba en sus oídos como un enorme tambor de guerra.

-No tienes que decirlo…- el menor de los hermanos se levantó del suelo y miró la pálida y escuálida figura del primogénito, opacada por temores y culpas.- No tienes que decirlo.- repitió, solo porque, contrario a lo que quería lograr, Minseok lucía aún más aterrado.- Creo que ya te tienes que ir….-

Minseok parpadeó como si se quitara la somnolencia. En el pequeño espacio en que miraba a Junmyeon y se colocaba en ambos pies, su mente encontró lógica y alivio, aunque su consciencia estaba haciendo un alboroto. Minseok se limitó a asentir y tomar sus zapatos para ponérselos.

Abrió la puerta de entrada y miró a Junmyeon por un instante, aún en mitad de su sueño, se había caído a pasos de llegar a la meta y no podía comprender la fuerza de esa caída.

-…-

Tenía que irse, pero no quería…. Estaba huyendo de su responsabilidad. Tenía un deber y una misión y no podía creer que estuviera a un paso de huir como un estúpido.  Llenó sus pulmones de aire y miró fuera de la casa. Cerró la puerta lentamente, volviendo a entrar, olía a expectativa y tristeza. Junmyeon esperaba que se disculpara y aunque Minseok odiaba la sensación de darle a alguien lo que ansiaba…

Sostuvo su propio cuerpo contra su instinto y caminó hacia Junmyeon para atraparlo entre sus brazos, el omega más joven no reaccionó porque fue diferente a cuando dijo esas cosas, la sensación de seguridad que entró en el fue inmensa, no podía respirar en el mar de arrepentimiento. Como una tragedia, Junmyeon se ahogó en la melancolía de su hermano.

Sin pensar pasó las manos por la espalda de Minseok, apretó la tela de su camisa hasta que los hilos crujieron por la tensión.- Lo siento….- dijo su hermano, Junmyeon sintió el calor de sus las lágrimas manchar la ropa de Minseok pero asintió, una sola y corta vez, ignorando todo lo demás.- Lo siento…-

Junmyeon cerró los ojos e imaginó a ese joven lobo rechoncho y hermoso que fue hermano, sus ojos inocentes y manitas regordetas que siempre estuvieron ahí para sostenerlo, Minseok era un recuerdo de infancia como sus caricaturas favoritas o las cicatrices en sus rodillas, pero infinitamente más amado…. Minseok era su hermano… y estaba ahí, siendo capaz de pasar sobre su orgullo para decirle la palabra que más odiaba.

Sabía que le había costado, porque su falta había sido demasiado grave, pero Junmyeon aprendió de su vida y sus años recientes, con su aroma le dijo a Minseok que poco a poco, ambos cambiarían y volverían a conocerse poco a poco.

Lo amaba como a ningún otro lobo, pero la herida que dejó tardaría en cicatrizar….

No supo cuanto tiempo pasó, pero sintió el tirón de los lobos cuando forman un lazo. Minseok y el volvieron a ser parte de una manada, no era la misma que madre había creado para ellos, pero era suya y volvía a ser única.

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Todavía hay más partes de Minseok y Luhan, pero creo que las dejaré para el final cuando todo esté dicho y hecho, como  epílogos. 

Muchas gracias por leer y disculpen la espera, tuve que escribir unas pequeñas partes al final, cosas que no escribí cuando debí ^^;;; 

Espero que les haya gustado y ya saben que sus comentarios, opiniones y abrazos sorpresa son bien recibidos! <3