CAPÍTULO 16

-¡Pasen!...-

Abrió la puerta y Minseok los recibió con una enorme sonrisa a su “pequeño” (así lo catalogaba Junmyeon, Jongdae pensaba que podían vivir ahí al menos dos familias cómodamente) departamento. Minseok decía no ser una persona que cocinara, pero un aroma delicioso escapaba de la cocina y llenaba la sala.

-Vi ese canal de cocina que me recomendaste, Jongdae. Tenías razón, no puedes ver solo un video…-

Jongdae y Junmyeon lo siguieron a la cocina, había una sartén y varios ingredientes regados en la mesa del comedor, cuchillos y el fregadero a reventar de platos sucios, el horno estaba prendido y desprendía calor sobre las piernas de Jongdae, parado cerca para ver que había dentro.

-Tampoco pude escaparme de intentar hacer una receta.-  dijo Minseok con un soplido que levantó un par de cabellos en su frente.- espero que no esté crudo…-

Le dedicó una sonrisa a su hermano y fue directo al refrigerador, una enorme máquina color cromo con dispensador de hielo y agua fría. Podía ser un ítem indispensable para cualquier chef que se respetara, pero Minseok y Kris solo lo compraron porque era grande y hacia hielito, ahora tenía ingredientes que Minseok usaba para cocinar, algo que no se había visto en ese departamento en varios meses.

-Siéntense, les llevaré algo de tomar…-

Jongdae y Junmyeon hicieron caso, se sentaron en silencio, Jongdae tenía una sonrisa en el rostro, como casi siempre, Junmyeon miraba el suelo, con las manos al frente y sobre la mesa, jugando con sus dedos distraídamente, jalando el cuerito de la cutícula y dejándose pequeñas heridas con una diminuta línea de sangre.

-¡Hyuuuuung!... ¡¡¡¿Necesitas ayuda con algo?!!!.-

-No tienes que gritarle, ¿sabes?  Párate y ve.-

-Te pones muy gruñón cuando estamos con tu hermano…-

-¡No estoy gruñón!..-

-Ahora estas gritando y susurrando, así es como habla la gente enojona…-

Junmyeon se pasó la mano por el cabello para bajar su frustración, desde la cocina Minseok grito “Lo tengo todo cubierto, ¡pero gracias!”.  No era el momento para ponerse a discutir con Jongdae, de hecho debería haber pensado mejor las cosas antes de presentarse en casa de su hermano sin ningún plan.

Miró los ojos de su pareja, Jongdae no lo miraba, pero era obvio que sentía el mismo temor, no podían olerse, pero podían traducir el instinto más claramente que con cualquier otro lobo.

-Aquí está, es un corte de carne con salsa de mango y kimchi, acompañado de arroz.-

Minseok dejo en la mesa una bandeja con un plato grande, en el centro, los dichos cortes de carne cubiertos de salsa color ámbar, de aroma dulce y picante y con acompañamientos, el arroz en otra bandeja, varios platos pequeños y una tetera con agua caliente. Su hyung no comía nunca sin su te.

Se sentó junto a ellos y los miró a la cara, tomándose unos segundos para analizar sus gestos. Algo no estaba bien, eso se notaba, le sorprendía no haberse dado cuenta antes….

-¿Hay algún problema?...- preguntó, con cautela. Todo se encontraba en el tono y el como, Minseok tenía tacto y se enorgullecía de eso-

Jongdae y Junmyeon negaron, casi al mismo tiempo. Minseok levantó una ceja.- ok, ahora estoy seguro de que algo paso…-

Dejó los palillos al lado de la bandeja y alejó su silla de la mesa un poco para tener a Jongdae y Junmyeon de frente- ¿Tiene algo que ver con ustedes??...-

Junmyeon sostuvo la mano de Jongdae tentativamente, parecía casual, pero le enterró los dedos hasta sentir los huesos de su palma, Jongdae no dijo nada, el nerviosismo lo había entumecido un poco.

-No pasa nada, hyung. En verdad…- soltó la mano de Jongdae, acomodó su silla de nueva cuenta contra la mesa y sostuvo un plato para su carne con firmeza, sin mirar a su hermano o a Jongdae.- de verdad no pasa nada. Vinimos a comer…-

Jongdae se acarició el puente de la nariz, intentando calmar el estrés de días, Junmyeon podía ser tan terco, tan infantil cuando quería. Y esa terquedad tenía a su lobo en el borde, a punto de hacer algo tonto. Un cúmulo de enojo y posesividad bullían dentro de él, sabía que no estaba bien, pero quería su aroma sobre Junmyeon todo el día, que las personas supieran que Junmyeon le pertenecía.

Llevaban semanas con eso y el único consuelo de Jongdae era que Junmyeon sentía lo mismo, solo que el temor a su hermano era mayor que la necesidad de sus lobos.

Estiró la mano, mientras Junmyeon y Minseok hablaban de problemas imaginarios, y quitó el parche del hombro de Junmyeon…

El tiempo se detuvo y todos los sonidos callaron, Junmyeon pudo escuchar claramente cuando cada poro se desprendía del pegamento del parche, en shock.

Minseok tardó en entender la amalgama de emociones en la cara de Junmyeon, hasta que el aroma lo golpeo fuerte, liberándose del cuello de su hermano menor, una cascada de esencias que gritaban “unión” y el olor de un vino y frutas, fresco, como nada que hubiera olido antes en su hermano….

Ese aroma le pertenecía a Jongdae….

Se levantó de la mesa muy rápido, tumbando la silla y golpeando la mesa con el muslo, los vasos resbalaron, derramando el contenido sobre la carne y los acompañamientos. Pero Minseok no se dio cuenta de nada, estaba sumido en una maraña compleja de preguntas y realizaciones, los ojos abiertos de par en par, mostraban el horror, las dudas y la consternación pura.

-Hyung….- dijo Junmyeon, levantándose también pero mucho más lento y sin tirar nada, con la mano estirada hacia Minseok, quería acercarse lo suficiente para tomarlo y decirle que todo estaba bien, que no era malo como imaginaba.-… por favor siéntate…-

Minseok no se sentó, caminó a su derecha. Seguía viéndose descompuesto pero pudo enfocar a Junmyeon.- ¿Desde cuando…?- 

-Hace …unos cuatro meses…-

El mayor se agachó, con las manos en la cara, se enderezó y agachó una y otra vez, lento pero constante hasta que soltó un gemido de frustración, ahogado por sus propias manos, se escuchó por todo el comedor.- ¡¿FUISTE MORDIDO POR UN BETA?!!...-

Sus pasos lo llevaron ante su hermano, estaba tan enojado, toda esa perplejidad se transformó en enojo en un instante, pólvora en reposo y pólvora en contacto con una chispa. Atrapó la constreñida figura de su hermanito menor entre sus manos, apretando sus hombros, para verlo a la cara con la propia muy cerca, así podía verlo a los ojos y obligar a Junmyeon a nunca alejar la vista.

-Junmyeon ¡¡¿En qué estabas pensando?!!....- lo zarandeo tan fuerte como pudo. Junmyeon no dijo nada hasta que las garras de su hermano perforaron su piel y aulló de dolor, Minseok siguió moviéndolo de adelante hacia tras. -¡¿QUÉ ESTABAS PENSANDO??!!!...-

Madre…. Su futuro. ¿Cómo iba a sobrevivir con un beta?? Ambos sabían lo que eran, se lo enseñaron toda la vida justamente para que eso no pasara.

Jongdae se acercó, tomó las muñecas de Minseok con fuerza, bajo su mirada perpleja, y las alejó lentamente, el aire se llenó de su aroma de advertencia. Tenía poco aguante para quienes lastimaban a su pareja.- Soy paciente porque eres su hermano mayor pero debes calmarte, Minseok hyung…-

El mayor se soltó con violencia, alejándose en el proceso de ambos. Ninguno podía comprenderlo porque eran unos niños jugando a ser adultos, creyendo que pueden decidir su futuro a esa edad…- Mordiste a Junmyeon…. – dijo, con voz que no sonaba suya, pero que decía como eran las cosas, y eran horribles.- Eres un beta… ¿Cómo pudiste morderlo?...-

A ese punto, Minseok estaba dividido ente la perplejidad y el enojo. Dirigió su atención a su hermano menor. Junmyeon miraba el piso y no decía nada, tenía la cabeza abajo, un aroma a temor y nerviosismo, pero no arrepentimiento.

Minseok aguantó las tantas preguntas que querían salir de su pecho.- No puedo creerlo… Acabas de arruinar tu vida, Junmyeon…- acarició sus muñecas, lastimadas por el agarre de Jongdae, caminó a la entrada de su hogar y la abrió.

-Vete… No regreses hasta que tengas una forma de arreglar todo esto.- Entonces, solo entonces Minseok vería como apoyarlo, porque era su hermano y siempre lo cuidaría pero Junmyeon debía aprender a arreglar sus propios asuntos, Hyung no estaría ahí toda la vida para salvarlo.-

Jongdae miró a Junmyeon y puso las manos en sus hombros, pidiéndole en silencio que levantara la vista. Todo estará bien, pensó, queriendo convencerse a si mismo y a su pareja, insuflarse calma…. Lo abrazó de los hombros y lentamente lo ayudó a caminar a la salida.-

Estaba a punto de cruzar el umbral cuando Minseok estiró la mano para atrapar la de Junmyeon.- ¿Por qué siempre haces esto?? ¿Por qué eres tan egoísta?? ¿Cómo pudiste hacerle esto a Madre… a ti??!!!...-

Al escúchalo, Jongdae apretó el paso, haciendo que Minseok lo soltara, así no hablaría más, se callaría sus horribles palabras y con suerte nunca las volvería a repetir. Junmyeon caminaba pero no respondía, se dejaba llevar como un títere, durante el viaje por el pasillo y el elevador, hasta que estuvieron fuera y lejos del departamento de Minseok fue que Junmyeon pudo reaccionar otra vez.

Su rostro se contrajo, pero no lloró, aunque estaba triste, Jongdae nunca lo había visto así. Sintió que si no fuera por el, Junmyeon no habría tenido que pasar por todo eso, el se lo había advertido, siempre lucía nervioso cuando tocaban el tema de su familia, pero Jongdae no quería ocultarse, en esos momentos no podía entender lo difícil que era la situación familiar de Junmyeon o que tan radicales eran los Kim con lo que pensaban.

No pudo hacer otra cosa más que abrazarlo hasta que lo apretó contra su pecho.- perdóname, debí escucharte… es… es solo que….-

Junmyeon pasó las manos por su cadera, pegándose más a él, inhalo varias veces de Jongdae para tranquilizarse, funcionaba poco, pero era mejor a tener que sentir toda la desaprobación y decepción de su hyung sin filtrar.

No lloró, pero Junmyeon se acurrucó en Jongdae buscando alivio, el lugar cálido donde su lobo puede regresar y saberse cuidado de cualquier mal del exterior. Solo que el daño estaba hecho y no había ninguna amenaza, nadie quería lastimarlos, pero Junmyeon estaba herido.

Con todo el alboroto, con lo mal que salieron las cosas, Junmyeon no tuvo tiempo de decirle a su hermano aquello más importante que su mordida.

--

O

-No deja de mandarme mensajes…-

Es un lunes en la noche, falta poco para que inicien las clases en la universidad y Junmyeon sigue teniendo una relación tensa con su hermano. Los mensajes que le manda son secos pero constantes, Junmyeon no sabe que pensar de ellos.

Jongdae asiente, comprende que Minseok quiera hablar con el, pero cuando lee los mensajes no ve ni un pequeño rastro de remordimiento, más bien intenta ayudarlo a que repare un error. Bueno, Jongdae es joven, pero eso no quiere decir que sea incapaz de razonar. El no es un error en la vida de Junmyeon, y aunque todos se lo dicen, el hace esfuerzos para no pensar así.

Miró a su Junmyeon, el estaba sentado a la mesa, con una taza de café poco cargado, el doctor les había dado una lista de reglas para seguir durante el primer trimestre de su embarazo, nada imposible de hacer. Debía estar al tanto de Junmyeon, cuidar que comiera porque estaba teniendo muchos ascos y podía pasar días sin probar bocado o sin digerirlos.

Junmyeon comenzaba a adelgazar y no sabía que hacer para ayudarlo, se sentía impotente, el médico decía que era normal….

Jongdae intentaba recordárselo cada que miraba a su pareja teniendo espasmos en el baño mientras vomitaba, al lobo tampoco le gusta y está inquieto.

Tampoco olvida el hecho que ninguno de los dos tiene trabajo y tener un cachorro no…. Es la mejor idea. No van a poder cuidar de él, no tendrán nada para darle, ellos mismos no tienen nada, Junmyeon unos cuantos ahorros de tardes libres trabajando en la empresa, Jongdae vive de una beca, han encontrado cosas que pueden vender como ropa de Jongdae y el equipo de cine en casa de Junmyeon, pero con eso apenas alcanza para el médico.

Deben conseguir un empleo rápido, faltándole un año para graduarse, Jongdae está seguro que querrán pagarle una miseria en cualquier trabajo.

Suspira largamente, porque está estresado y cansado, no tiene caso intentar ocultárselo a su pareja, ahora más que nunca el lazo entre ellos es estrecho y claro, un pequeño cause de ideas y emociones fluye apacible en su conexión.

Junmyeon lo mira cuando Jongdae se sienta frente a él, con una taza de te.

Jongdae se estira sobre la mesa, toma sus manos y las aprieta tibiamente, para infundirle confianza, el está ahí y lo apoyará en todo lo que necesite, aunque sea difícil….

-Ya veremos que hacer, no te preocupes. Estaremos bien…- es la frase de Jongdae, estaremos bien, todo estará bien. Y aunque es repetitiva y con el tiempo debería perder credibilidad, Junmyeon sigue creyéndolo.

Junmyeon asiente y suelta el aire atrapado en su pecho.- Lo se, es solo que nada luce bien ahora. Siento que he perdido el enfoque…- debería estar trabajando en su tesis, ver a sus tutores y realizar sus prácticas, pero ahí está, haciendo nada, todo ha quedado pausado porque no tiene la fuerza o el interés para seguir, escribir largos documentos era de sus cosas favoritas y ahora, el solo pensarlo era desagradable.- buscaré un trabajo, aunque sea de mesero….

El más joven quiere decir que no es necesario, no tiene que esforzarse, Jongdae puede con ambos, pero en su situación es lo mejor.- Ser mesero no es tan malo, solo tienes que lucir bien y sonreír, mientras más amable, más grandes las propinas…

Su pareja sonríe.- olvidaba que tu ya has hecho todo en la vida….-

-Hasta he trabajado en una carnicería, fue un año sabático con muchos problemas.- comentó, mordiéndose la lengua juguetonamente y enseñando los largos colmillos. Junmyeon lo miró sintiendo el pecho calentarse de cariño.-

Definitivamente todo estaría bien porque Jongdae lo había dicho y su pareja no miente.

----

Ok, las cosas iban más difíciles de lo que Junmyeon esperaba, pero eso no quería decir que fuera a darse por vencido. Había buscado trabajo en oficinas y escuelas como maestro de derecho o algo relacionado a leyes, pero todos pedían su cédula profesional, cosa que no tenía y que no sabía cuando estaría en su poder.

Los únicos trabajos que aceptarían a alguien como el era en empresas, cajeros, meseros, despachadores, etc. Era muy diferente cuando se presentaba a entrevista, los empleadores que buscaban gente para llenar grandes puestos lo entrevistaban a profundidad y examinaban como hablaba, la forma en que se sentaba, etc.

Pero las empresas solo querían su nombre, numero del seguro y dirección, nada más, empezaba el día siguiente con un horario de casi diez horas. Odiaba esos, pero se quedaba sin opciones y cada día lucían más tentadores de lo usual.

Los ascos lo dejaban despierto gran parte de la noche y el hastío lo tenía sin avanzar en la tesis. Se estaba convirtiendo en un parasito, su interior se volvía lento y el exterior también. Los números en su cuenta se reducían y Jongdae se preparaba para entrar al nuevo año escolar, adquiriendo en secreto cosas que eran más baratas de lo que marcaba el ticket de compra que debía entregar a los directivos encargados de las becas.

Así conseguían dinero…

Llegó la última semana de vacaciones y se vio a si mismo sin haber escrito nada nuevo en su tesis, sin trabajo y con los pies inflamados, no comió casi nada en un par de días…se le había olvidado su cita con el médico.

Se fue a dormir sin dirigirle la palabra a Jongdae, juntos, pero en lugares separados, Jongdae lo dejó porque entendía que algo estaba sucediendo dentro de Junmyeon, algo en lo que no podría ayudarlo. Lo abrazó por la espalda, acariciando sus brazos para pasarle calor y confianza, dejando su aroma impregnado en la piel de su omega, así Junmyeon concilio el sueño y no se levantó a vomitar ni una vez.

Al día siguiente llegó con un papel, un carnet y un uniforme de trabajo que lo certificaba como empleado de una empresa dedicada a la limpieza industrial. Lo puso todo en una bolsa en el centro de la mesa y se fue a preparar algo de comer.

Jongdae abrió la bolsa cuando volvió de comprar material invisible o usado. Caminó tras Junmyeon y pasó las manos por su cadera.

-Felicidades por tu nuevo trabajo…- dijo en voz baja. Junmyeon sabía que no lo decía con malicia, Jongdae era la única persona en su vida que entendía lo difícil que había sido tomar ese trabajo, aun así gordas lágrimas saladas cayeron al piso.

- Gracias..- dijo entre gemidos. Estaba deshecho física y mentalmente, pero al menos en esa empresa no le pidieron papeles que aseguraran no estar en cinta, tenía un horario corrido de 8 horas y los fines de semana libres, la paga no era tan mala como en otros empleos y tenía seguro médico…. No importaba si era omega, ahí todos trabajaban por las mismas razones que Junmyeon, porque no tenían de otra y las vidas difíciles no discriminan. -

Tardó un poco en relajarse, tocó las manos de Jongdae.- ya puedes soltarme…- comentó, aún gangoso pero las palabras ya no se entrecortaban.- Sino no podré hacer de comer…-

Jongdae se apretó más a él, como un pulpo. Junmyeon suspiro suavemente, fingiendo fastidio.- eres un niño…-

Jongdae asintió muchas veces tras de él.

----

Al día siguiente Junmyeon se preparó algo para el almuerzo, desayunó ligero y despidió a Jongdae que estaba diciéndole adiós en la entrada del departamento, tenía el cabello de despertar, hacia todos lados y con la forma de la almohada.

-Te cuidas mucho y usa siempre los guantes…- dijo como pudo entre bostezos. Junmyeon no creía que lo pudiera ver, tenía los ojos muy pequeños, casi cerrados.- y me llamas si algo malo pasa, iré por ti de inmediato…-

Junmyeon rodó los ojos, dudaba que alguien ahí fuera con las intenciones de maltratar a otros compañeros.

Le dio un beso a Jongdae y se caló la mochila al hombro. Sería un largo día de trabajo, pero los ascos estaban pasando, también los vómitos, tenía un equipo de protección muy completo y Jongdae había cortado una foto de él para que cupiera en la cartera de Junmyeon, por poco la escupe para que también tuviera su aroma si no fuera porque Junmyeon lo detuvo y le dejó poner sus hormonas sobre su mochila y uniforme de trabajo.

De solo pensar lo DEMASIADO que olería a Jongdae, Junmyeon sintió la cara caliente, creerían que era uno de esos lobos ridículos que se pasean con el aroma de su pareja tan penetrante que parecen ya no tener propio.

---

Regresaba de trabajar al tercer día de su nuevo trabajo, y estaba de buen humor; por primera vez no tuvieron que recordarle ponerse la máscarilla (siempre lo olvidaba antes de entrar a limpiar en congeladores), manejaba mejor todos los instrumentos, incluida la manguera a presión (su favorita) y ha hablado con un par de sus compañeros, todos son amables, algunos son extraños, pero no los juzga porque esperaba algo muy diferente y se siente agradablemente sorprendido.

Abrió la puerta del departamento con la llave, extrañado de que Jongdae no hubiera abierto, apenas lo huele entrar al edificio y corre para asegurarse que nada le haya pasado. Dejó su mochila al lado de los zapatos y se quedó quieto….

Ese aroma en el aire lo conocía…

-Madre…-

Una hermosa estatua femenina con el porte y carisma de una líder. Solo verla hizo que cada vello en la espalda de Junmyeon se erizara a causa del enorme respeto que le tenía. La mujer lo enfocó, moviendo apenas su largo cabello negro que caía sobre sus hombros.-

-Hijo, te estábamos esperando…-

Jongdae estaba ahí también, frente a su madre sentado en una silla, había bajado tanto su aroma que bien podría no estar y nadie notaría su ausencia. Su madre lucía tranquila, pero tras esos ojos negros se ocultaban muchas cosas. Ella levantó una mano, sostenía un bote de píldoras, un suplemento alimenticio para los días que Junmyeon tuviera demasiado asco; mucho hierro y grasas, lo necesario para un cachorro, lo que no podía conseguir en estado salvaje, lo obtenía por esas pastillas….

Puso el bote a un lado, viéndolo un instante antes de enderezarse y tomar su bolso.- vengo a llevarte a casa… Ven conmigo ahora, no te preocupes por la ropa, compraremos más…-

Tomo su muñeca, notándola más delgada que antes.- Estás malnutrido, hijo. No te preocupes, aún podemos arreglarlo… No ha pasado nada… Volveremos a casa y veremos como quitarte la marca, no debes tener miedo, no voy a enojarme contigo…-

Tenía….tanto miedo. Porque sabía que sus palabas no eran solo de consuelo, también una advertencia, la única alfa en su vida no toleraba la desobediencia, quienes incumplían eran condenados a severos castigos, porque sus hijos son omegas y saben como doblegarse, saben que los alfas son fuertes. No ha pasado toda su vida asegurándose que estén al nivele de los alfas para que ahora Junmyeon deje a un lado esos años de estudio y preparación.

Además, lo dice seriamente, va a ayudarlo, es su hijo y merece lo mejor, merece el apoyo de su madre, solo fue un desliz, Junmyeon siempre fue tan tranquilo y tan cuidadoso con todo, nada comparado con Minseok, pero incluso el se arregló. Junmyeon también puede y está segura.

Abrió la puerta y jaló a su hijo afuera, Junmyeon no opuso resistencia, debía obedecer a la alfa.

“Junmyeon, ¡No!”

“¡Detente!”

Junmyeon lo hizo, se detuvo, jalando a su madre un par de pasos. Ella lucía incrédula cuando volteo a verlo.

-Junmyeon, muévete… tenemos que irnos.-

Junmyeon negó varias veces sin mirarla.- No. Tengo que detenerme…- es parte de una nueva manada de solo dos lobos, y ambos rechazaban ser separados.- Madre…- tomó la muñeca de su Madre suavemente, aún sin mirarla a la cara alejó su delicada mano de su brazo. En su piel una marca roja del esfuerzo con que lo había sujetado.- Voy a quedarme, Madre…-

Libre de la prensa, hizo lo segundo que debía hacer. Se agachó en el piso hasta que su frente toco el suelo.- Madre, perdóneme…- Pero ella ya no era su líder. Era Jongdae, y el estaba feliz de seguirlo… -

-No, no, no, Junmyeon, no entiendes, eso piensas ahora pero…- se daría cuenta que hay un órden natural, cosas con las que Junmyeon no se puede meter.- Vámonos, no lo hagas más difícil…-

La madre de Junmyeon sabía de gente que permitía a sus hijos tomar estas decisiones, como parte de alguna comprensión sobre la vida. Pero su hijo era tan joven, ¿Qué podría entender el sobre lo difícil que era crecer?? Junmyeon no tenía entendimiento básico de las finanzas, el mantener una relación funcionando, una casa en movimiento o…como criar a un niño. No estaba listo para eso, y como su madre, no iba a dejar que tomara decisiones solo por un enamoramiento juvenil, sienten que el mundo se destruirá si no están juntos, que el amor les dará de comer y los mantendrá calientes.

¡Pero no es así! ¡Nunca es así!... Tomó a su hijo de la muñeca otra vez, agachándose un instante y al siguiente poniéndolo en dos piernas otra vez.- Vendrás conmigo y punto final, no dejaré que te hagas esto…. –

-Señora…- dijo la débil voz de Jongdae tras Junmyeon, un poco más cerca que antes, pudo notar la alfa-

-¡CÁLLATE!!!...- lo apuntó con un dedo, silenciándolo, lo menos que podía hacer era callarse, sin el nada de esto estaría pasando, no estaría sacando a Junmyeon del agujero donde estaba metido. - ¡CIERRA LA BOCA!!!...-

Junmyeon se retrajo, alejándose del agarre de la mujer apenas un poco.- ¡Te digo que vengas conmigo!!...- aún tenían tiempo.-

Había demasiada ira dentro de ella, le temblaban las manos, Junmyeon gritó cuando le enterró los dedos en la piel, sin querer las uñas de lobo empezaban a crecer. Pero ni así lo soltó, su instinto le decía que si lo soltaba Junmyeon no volvería, estaba muy enceguecido, atontado por el encanto del beta.

-Señora, p-por favor…-

La Sra. Kim no grito por el coraje, preguntó sin decir nada si había abierto la boca una vez más.

O

Ahí Junmyeon aprovechó para soltarse, jaló su brazo hacia atrás y las garras de su madre se desencarnaron, unas pequeñas gotas de sangre mancharon el suelo. Junmyeon empezó a lamer desesperadamente sus heridas, intentando conciliar el estrés que bullía en el. Como en un trance lamió hasta que las pequeñas lesiones dejaron de sangrar y empezaron a cicatrizar.

Jongdae aprovechó para ponerlo tras el y cubrirlo con su cuerpo. Cometió un error al dejar pasar a la alfa, pero jamás pensó que podrían llegar a eso, sabía que podía gritarle y decirle cien veces lo enorme de su error, pero ¿llevárselo?....

El beta levantó sin querer el porte, su aroma inundando el lugar lentamente hasta que el edificio de betas explotó con su enojo y frustración.

-Vallase…- dijo, con la mandíbula muy apretada, cada sílaba como un pequeño gruñido de advertencia.- y no regrese…-

Los ojos se le inyectaron de sangre, todo lo que no era iris. Pocas veces los betas podían entrar en estado salvaje, la madre de Junmyeon jamás había visto uno (aunque era un estado común de los alfas cuando estaban bajo altos niveles de estrés e ira), y el instinto le dijo que mejor se hacía para atrás, y eso hizo, retrocedió un par de pasos.

Sus elegantes tacones resonaron en el pasillo, Jongdae no la siguió como haría un alfa, pero el aroma se intensificó, el concentrado sabor de pelea adherido a su tráquea, como un trago de sangre en garganta humana.

-Esto no es contigo, beta. – estiró el brazo, con el que había sostenido a Junmyeon instantes atrás.- hazte a un lado, me llevaré a mi hijo.- es parte de su manada, tiene que obedecerla a ella, es la única alfa, el poder es suyo por derecho de nacimiento.- si no sales de detrás del beta tendré que lastimarlo, Junmyeon. ¿Eso quieres?!!!...-

Porque lo haría. Ya tenía el cuerpo tenso por el deseo de transformarse, era una alfa y resultaba natural que pudiera vencer a un beta.

Jongdae no se retrajo, avanzó.

Pero Junmyeon lo tomó de la ropa y lo jaló atrás, para mirarlo a la cara y pedirle en silencio que se calmara, era su madre, no quería ver a ninguno de los dos terminar herido.

-Madre…- pidió en voz baja, apenas un susurro, pero sabía que el oído extra fino de la alfa lo había escuchado.- tengo una nueva manada… y….y está bien…- Junmyeon no tenía idea de que decir, que podría ser correcto que calme el enojo de su madre.- estaremos bien. Tenemos… ayuda del gobierno y los padres de Jongdae…- 

Con horror se dio cuenta que su madre estaba cambiando, su forma fue compactándose, una figura que se agacha y eventualmente vuelve, más fuerte y temible, un lobo negro con una mancha blanca en el ojo, las pupilas rojas, garras marcando el piso y la ropa formal desgarrada y tirada a un lado.

El gruñido que escapa de su pecho es de intimidación y hace temblar los vidrios, la gravedad de una amenaza que resuena en el pecho de Junmyeon. Su corazón se acelera hasta que duele.

Y cuando la loba ataca a su pareja, Junmyeon tiene el cuerpo congelado. Pero Jongdae no, Jongdae lo empuja para que el impacto no lo afecte, haciéndolo a un lado contra una pared. Jongdae es lanzado al suelo con fuerza, sus costillas se comprimen entre ellas sin romperse, pero lastimando sus órganos internos.

La madre de Junmyeon entierra los colmillos en el hombro de Jongdae, las pesadas patas le quitan el aire y la posibilidad de moverse. Entiende que debe ganar, porque el omega le pertenece y debe protegerlo de cualquier otro lobo. Su forma lobo no lo piensa ni razona, pero encaja más los colmillos hasta que llega al hueso y escucha el grito de Jongdae, siente sus pequeñas y débiles manos humanas sosteniendo su pelaje para alejarlo.

Jongdae no puede transformarse por el shock del dolor, escucha su propio corazón en las orejas, acelerado por el miedo y la presión de la loba encima que no lo deja respirar. El dolor lo tapa todo, no puede pensar en que hacer o como zafarse, a cada movimiento la madre de Junmyeon le agrega presión a su herida y puede sentir sus colmillos en su clavícula y espalda, moviéndose y desgarrando lo que encuentran.

Va a llevarse a Junmyeon…. y nadie hará nada para ayudarlo.

Si un alfa lo vence, no podrá reclamar a Junmyeon de regreso, todos dirán que es parte de la manada de la loba por un motivo.

Ella es más fuerte, mucho más de lo que Jongdae pudo imaginar….

-¡Madre!!...- Junmyeon se lanza encima de la loba, apretando su cuello con un brazo para obligarla a alejarse, no sirve de mucho, pero si se trasforma en lobo podría lastimarla o…. ella podría…. Debe hacer algo y eso es agregar más presión, el enorme cuello de lobo se doblega un poco y la loba se queda sin oxígeno, pero se niega a soltar al beta hasta que no obligarlo a subyugarse.- ¡SUÉLTALO!!!...-

En su desesperación, Jongdae hace lo único que parece lógico, levanta la mano y desgarra una parte el rostro de la madre de Junmyeon, parte de la ceja, el ojo y la mejilla se van con el.

La loba lo suelta por reflejo, aullando de dolor mientras retrocede, cayendo sobre una pared donde deja un chorro de sangre en el piso y el tapiz. Esta aterrada y se los deja ver cuando no puede andar y regresa a su forma humana, olvidando que haciéndolo su cara no sanará como debe.

Un alarido agudo sale de su pecho mientras lleva ambas manos a su cara. Junmyeon quiere acercarse, pero la loba suelta golpes y gruñidos a quien se acerque, muy asustada para comprender que es su propio hijo.

-¡ALÉJATE!!! ¡¡NO ME TOQUES!!!!...- grita, cuando se queda quieta, una mano cubriendo la zona de su cara lastimada y el ojo ciego, el otro ojo está manchado de sangre y casi no puede ver, pero lo enfoca.-

Hay demasiadas emociones en el aire, pero esa mirada es lo único que necesita Junmyeon para saber que su madre nunca, jamás va a perdonarlo. Porque lo traicionó y en una manada eso es motivo de destierro.

La alfa toma su ropa del piso, poniéndose la chaqueta como puede, regresando a su compostura anterior, el dolor se retrae y ella puede pensar en el decoro nuevamente. Junmyeon ve a su madre caminar al primer piso, sosteniéndose de las paredes, solo con su gabardina puesta.

 Jongdae sigue en el piso perdiendo sangre, con las energías que le quedan se convierte en lobo y con la generación de calor y un corazón más grande hace que la herida luzca diminuta y que coagule más rápido, también, que pueda cicatrizar.

Permanece casi inmóvil y Junmyeon corre a su lado.

Jongdae respiraba con dificultad, la herida de su madre perforó profundamente y le tomará un tiempo recuperarse, pero Junmyeon sabe que estará bien. Jongdae es joven y enérgico, su lobo está en el pico de sus habilidades.

Lo tomo del pelaje, haciendo enormes esfuerzos para levantarlo del cuello y el lomo y ayudarlo a regresar al departamento. Ahí podrá lavar sus heridas y limpiarlo, no dejará cicatriz… las mordidas de otros lobos pocas veces dejan marca a menos que sea una de unión.

Dejo a Jongdae en la pequeña sala y tomó un trapeador para limpiar lenta y tímidamente la sangre del pasillo y las paredes.

Terminó con un balde de agua enrojecida, un trapeador veteado de rojo y con el aroma de la sangre en sus manos. En su cuerpo faltaba el aroma protector y cálido de su alfa, la que lo trajo al mundo. Ahora estaba desprotegido y sentía el frío de una vida en soledad.

Quedaba el consuelo de su vínculo con Jongdae, pero una a una sus inseguridades regresaban para preguntarle las mismas cosas. ¿Qué tal si estaba equivocado?.... ¿Qué tal si todos tenían razón?

Se levantó del piso con las rodillas adoloridas, pero había limpiado hasta la última gota de sangre de alfa. Aún con todas las dudas que lo inundaban pudo regresar a su casa, donde Jongdae lo esperaba sentado en el sillón, de vuelta siendo humano con una enorme cicatriz roja y morada en el pecho y una bolsa de zanahorias congeladas apretada a su espalda.

Junmyeon se acercó a el cuando Jongdae se lo pidió con el lenguaje de lobos, las manos de su beta recorrieron su frente y nuca, buscando algún daño en el, marcándolo también nuevamente con su aroma. Percibía el alivio emanando de Junmyeon.

Aunque temblaba y sentía que su corazón estallaría por el estrés, dejó que Jongdae lo sostuviera y acariciara su cabello, hasta que de alguna forma regreso la calma.

---

hit the fan 

:T 

Gracias por leer, estas escenas de violencia son mis favoritas, siempre son muy interesantes de imaginar, no tienen ni un segundo de descanso. 

Agradezco sus comentarios!!! :'3