Pretty girls make graves

Ficciones

— ¿Taeyeon? —creyó escuchar su nombre entre el zumbido de voces y se giró, en busca de la fuente del sonido. Una mujer muy alta se acercaba trotando hacia ella. Taeyeon apenas veía su cabeza que sobresalía de las demás, porque los numerosos paquetes que cargaba sólo le permitían esa vista. Forcejeó con el cierre de su chamarra, que se había atorado en la cinta de una de las bolsas y amenazaba el frágil equilibrio que Taeyeon había logrado al apilar los paquetes en su brazo izquierdo al mismo tiempo que sujetaba bolsas con ambas manos. Alguien quitó el peso de los paquetes de su brazo y al fin pudo ver un rostro sonriente que llevaba varios años sin ver.

— ¡Sooyoung! —saludó Taeyeon, haciendo amago de levantar su mano pero sin éxito—. Vayamos a sentarnos, siento que se me van a caer los brazos. Una vez acomodadas en una banca, rodeadas de bolsas y paquetes, comenzaron a ponerse al día.

—Dijiste que nunca teñirías tu cabello, casi no te reconocí, pero el rubio te sienta bastante bien—elogió Sooyoung con una sonrisa, divertida por el suspiro que dio Taeyeon al dejar la última de las bolsas en el piso en el espacio entre sus piernas (el único que quedaba libre) — ¿Qué hacías ahí sola con todas esas bolsas?

—Ahh, es por esa mujer loca—Taeyeon tenía la cabeza inclinada hacia atrás y los ojos cerrados. Sus mejillas estaban sonrosadas por el esfuerzo.

—Vaya, después de todo este tiempo…eso es compromiso.

— En mi vida pasada debí hacer algo muy malo—Taeyeon tecleaba rápidamente en la pantalla de su móvil, presumiblemente para informar su nueva ubicación.

—Sé que no lo dices en serio

— ¿Tú crees? —Taeyeon la miró a Sooyoung y a las bolsas y paquetes alternativamente con las cejas levantadas.

—Lo afirmo—Sooyoung no podía evitar sonreír ante su exhausta amigo—. Creo que no han cambiado nada, ustedes dos, aunque puedo ver unas patatitas de gallo que no estaban ahí antes…

— ¡Oye!

— ¿Dónde está, huh? 

— Gastando nuestros fondos—la expresión en la cara de Taeyeon no tenía precio, abatida mientras se sobaba el hombro izquierdo—. Llevaba media hora esperando fuera de esa tienda cuando me viste. No sé por qué confié en que esta vez diría la verdad cuando prometió no tomar más de diez minutos.

— Pobre Taeyeon—dijo Sooyoung con fingida aflicción. Se inclinó para husmear en una de las bolsas—. ¿Qué es todo esto de todos modos? ¡Oh!

—Cosas de bebé ¡Ou!—Taeyeon no parecía estar tan emocionada como Sooyoung, que se las había arreglado para abrazarla por encima de las cosas que habían acomodado en la banca entre ellas.

— ¿Quién de las dos? —Sooyoung estaba fuera de sí.

—Esta vez, yo—Taeyeon se miró el vientre, y Sooyoung pudo notar al fin que estaba algo más abultado de lo que recordaba.

— ¡Awww! —Abrazó de nuevo a Taeyeon—. Espera, ¿quieres decir que tienes un hijo?

— Hija, de dos años, su madre intenta volverla una nueva versión de sí misma, loca por las ofertas—esta vez, Taeyeon no pudo evitar sonreír. Mostró una foto de la niña en la pantalla de su celular.

— ¡Awww! —se derritió Sooyoung de nuevo—. Quién lo hubiera pensado, ustedes dos… aunque, como que se veía venir ¿sabes? Las peleas, los motes…

—Sé a lo que te refieres—ambas mujeres se quedaron calladas por un momento, recordando.

—La manera en que se conocieron es una de las mejores que he oído—rieron al recordar aquello.

—Hacen unos ¿13, 14 años? —Taeyeon intentaba ubicar en el tiempo uno de los sucesos más significativos de su vida—. Mmm, en realidad hace tiempo que no pensaba en ese día. ¡Estaba tan molesta!

— ¡Lo sé! Azotaste la puerta cuando entraste al dormitorio y pensé que me había tocado una compañera de cuarto violenta y loca. Llevabas el cabello alborotado y estabas toda sudada. La fiel imagen de una persona desequilibrada.

—Era mi primer día en el campus y nunca había estado lejos de mis padres, encima tuve que caminar una buena hora.

 

 

 

***

 

Bendijo mentalmente al conductor del autobús cuando éste no se detuvo ante un bache. El vehículo dio un salto brusco. Eso la despertaría. Tragó saliva cuando sintió el cálido peso sobre su hombro removerse. Casi suspiró de alivio cuando sintió el peso acomodarse de nuevo, ahora había cabellos apretados contra su oreja y cabello rozando su mejilla. Había intentado otras maniobras, sacudir su hombro para liberarse, mover discretamente el hombro de la chica que la usaba de almohada. Nada había funcionado. Cuando intentó, por fin, sacudirla violentamente, se fijó en su cara. Era muy bonita, Taeyeon siempre se amilanaba con las chicas bonitas. Los últimos veinte minutos habían sido una tortura, su mano iba y venía, entre el poco espacio que las dividía. Nulo, una delgada línea que no se atrevía a cruzar del todo. Esa chica tenía el sueño tan pesado que ni el traqueteo del autobús la había perturbado. Se preguntaba si debía pellizcarla. Un hilillo de saliva salía de su boca y se acercaba al hombro de Taeyeon, quien al ver aquello, se decidió a dejar la cortesía de lado. En un movimiento rápido empujó la cabeza de la chica al mismo tiempo que movió su hombro. Su cuerpo lánguido se balanceó un momento, antes de que el movimiento la despertara con un respingo. Taeyeon miró hacia otro lado ¿Habría otro lugar libre?

—Oye—Taeyeon escuchó la voz de la chica. Para su sorpresa, no era un tono de disculpa, sino irritación. La miró, confundida. La chica la miraba con el ceño fruncido, con un gesto ofendido—. Acabas de empujarme.

— ¿Qué?

—No finjas, siento tu mano fría y sudorosa en mi frente ¿por qué harías eso? —lo dijo con una voz muy fuerte y pronto, los demás pasajeros en el bus atendían la discusión.

—No sé de qué hablas, estabas dormida, probablemente lo imaginaste…—Taeyeon comenzó a decir susurrando y urgiendo a la chica a calmarse con las manos.

—O sea, que si ves a alguien durmiendo ¿crees que tienes el derecho de despertarlo? —no bajó el volumen ni un poco. El conductor las vigilaba también, el sonido del motor era el único sonido que convivía con el de su discusión.

— ¿Estás drogada o algo? ¡Estabas durmiendo en mi hombro!

— ¿Y eso qué?

— ¿Qué…?

— ¿Va eso a matarte? ¡Eres tan maleducada!

— ¿Crees que es educado dormir en los hombros de desconocidos? —ahora Taeyeon también gritaba.

— ¡No tiene nada de malo!

— Estás loca

— Tú eres grosera

— ¿Qué yo qué? ¡Tú saliva estaba a punto de resbalar de tu boca a mi ropa!

— ¡Entonces eres de esas! ¡Ahí lo tienes! —la chica se limpió la saliva en la chamarra de Taeyeon.

— ¡Oye! —y empezaron los gritos, aunque la pelea duró poco.

— Ustedes dos, fuera— no habían notado que el autobús se había detenido. El conductor ahora les ordenaba que bajasen. Faltaban kilómetros para el campus hacia donde iba Taeyeon.

—Pero…

— No me importa, arreglen sus problemas fuera de mi autobús— eso calló a la chica. Taeyeon ya había pasado la correa de su mochila por sobre su hombro y estaba bajando su maleta de la bandeja sobre sus cabezas.

 

— ¿Tenías que ser tan cretina? — la chica le preguntó, arrastrando un par de maletas enormes que, a juzgar por el esfuerzo que hacía, parecían muy pesadas. Taeyeon se limitó a caminar hacia el campus. Estaba tan molesta que podría estrangular a la chica. Al menos no hay sol, pensó Taeyeon. Puso los auriculares en cada una de sus orejas y la música comenzó a resonar en su cabeza. Un pie a la vez, se miró los zapatos por un rato. Izquierda, derecha, en una sucesión interminable. El pavimento de la acera cambiaba de coloración, mugriento, lleno de marcas de chicles viejos y abandonados; puntos negros, grietas, agujeros.   

 

Esperaba que su nueva compañera de cuarto no fuera como la loca del autobús, sintió un ardor en las mejillas al recordar el mal rato que la chica le había hecho pasar. También esperaba que las maletas no fueran un indicador de que irían al mismo campus. La música no mitigó solo el sonido, sino también el enojo, se alegraba además, de haber mandado con anticipación sus cosas y ahora solo cargaba una mochila ligera, cosa que la chica no había tenido cuidado de hacer. Luego de algunas cuadras, la siguiente parada de autobuses apareció a la vista. No se había dado cuenta de que ella y la chica habían seguido el mismo camino hasta que subió al autobús y la vio subir, con mucho esfuerzo, una de las maletas. Enseguida un chico que, calculaba Taeyeon, tendría más o menos su edad, se apresuró a ayudarla. No había rastro de la locura que Taeyeon vio en el autobús, en cambio, le dirigió una sonrisa. Cuando estuvo arriba y las maletas acomodadas en el bus, le dirigió una mirada fría y se fue a sentar con el chico que la había ayudado. Taeyeon aguantó las ganas de bufar burlonamente, confirmado el destino de la chica, Taeyeon esperaba que al menos no tuvieran clases en común. Podía sentir que la camiseta se le pegaba al cuello y la espalda debido al sudor de la caminata, se quitó los anteojos y se talló el puente de la nariz, tragándose la irritación de ver a la chica platicando animadamente como si no las hubieran echado de un autobús por su culpa.

    

El resto del trayecto se sucedió sin contratiempos. La chica loca se mantuvo ocupada con el muchacho y Taeyeon pudo abandonarse a sus ensoñaciones. La caminata le había provocado cierto adormecimiento. Aún con ello, se bajó del bus. La chica bajó también, con ayuda del muchacho de antes. Taeyeon entonces echó en falta los audífonos. Se los había quitado al subir al bus. Volvió sobre sus pasos y los vio tirados.

—Oh ¿Qué?—el tacón alto de una bota trituró uno de ellos. Sintió el estómago vacío y el sabor de la sangre llenó su boca cuando se mordió la lengua para evitar gritar una palabrota. La chica vio la cara de Taeyeon—. Lo siento...no los vi.

Pero Taeyeon no dijo nada. Se limitó a recoger los restos de sus audífonos y enfiló hacia el campus.

—Oye, toma los míos

—No, gracias.

—Vamos, tómalos—la chica le extendió sus audífonos.

—No los quiero

—Al menos  permite que pague por ellos.

— ¡No! ¡Sólo sal de mi vista!

— ¿Lo ves? ¡Eres una insolente! ¡Ni siquiera fue mi culpa! Tienes un genio horrible y es por eso que nos echaron del bus antes.

— ¿Mi culpa? ¡Tú fuiste la que gritó como una loca!

— ¿Cómo te atreves a llamarme loca? ¡Ni siquiera me conoces!

—Stephanie—el muchacho las miraba nerviosamente. Había gente mirando la discusión y eso les bajó los humos.

—Sólo deja de ser tan cretina y toma los malditos audífonos—dijo Stephanie con los dientes apretados.

—No, gracias—Taeyeon se dio la vuelta antes de que Stephanie pudiera decir nada.

—Esa...—no llegó a terminar el insulto. Siguió al chico que le ayudaba con sus cosas dentro del campus, dispuesta a olvidarse de Taeyeon y sus audífonos.

 

Taeyeon entró, o más bien, irrumpió en su nueva habitación. Una fugaz imagen de la que debía ser su compañera de cuarto, una chica alta y delgada cuyo cabello castaño largo estaba arreglado en una coleta, saltando por la impresión apareció ante sus ojos.

—Errr… hey—Taeyeon escuchó decir apenas azotó la puerta.

—Hola—dijo cortante. Arrojó la mochila sobre su cama y se sentó en ella, con la cabeza entre las piernas.

—Emm… mi nombre es Sooyoung

—Taeyeon

—Voy a… voy a salir a comprar algo para comer y si tu…—Taeyeon no se movió de su posición. —Ok…

Y salió sin decir nada más. Genial. Ahora su compañera creería que era una loca. Mientras la ira iba disminuyendo, Taeyeon se arrepintió de no haber aceptado los audífonos de la chica. Sería infantil, pensó, hacer lo mismo que ella le había hecho a los suyos. Al final no pudo evitar aceptar, no sin renuencia, que en realidad lo de los audífonos no había sido culpa de Stephanie/la chica loca. Sólo quedaba esperar que fuera la última vez que tuviera que verse obligada a tener contacto, más allá del visual, con aquella chica.

 

—Vaya, sí que has tenido uno de esos días—dijo Sooyoung al escuchar su historia. Había metido bocadillos de contrabando a modo de disculpa. En realidad, no sabía que estaba prohibido comer dentro de los dormitorios. Se había disculpado con Sooyoung y le había contado lo que había pasado con Stephanie/chica loca. Tenía suerte de que Sooyoung fuera su compañera de cuarto, su hermana mayor también estudiaba en el campus, arquitectura. Toda su familia era buena para los números, Sooyoung no era la excepción, pero no lo disfrutaba tanto como ellos y había ido ahí para estudiar leyes, igual que Taeyeon.

—Nunca había conocido a una persona tan extraña.

—Mira que intentar usarte de almohada—Sooyoung intentaba no reírse, pero Taeyeon sabía que quería hacerlo y, muy profundamente, estaba de acuerdo en que hubiera sido una anécdota divertida si no le hubiera pasado a ella.

 

 

 

Unos días después ya se había olvidado del asunto. Tenía audífonos nuevos y el entusiasmo aún intacto, que tardaría algo más de tiempo en desinflarse, por comenzar a estudiar la carrera que había elegido. No era pasional acerca de ello, pero sus padres la habían molestado tanto y ella no tenía preferencias. Sin talentos o intereses, había seguido ese camino y esperaba que, con algo de determinación, la llevara a algún lado.

— ¡Hey! ¡Bola de billar en camino! —uno de los compañeros de Taeyeon avisó desde la puerta. Todos quitaron sus móviles de la vista, al profesor Kang, quien daba la asignatura los viernes por la mañana, le gustaba confiscar cualquier clase de aparato. Tampoco toleraba los susurros, las risitas, ni el ruido de ningún tipo que no fuera el sonsonete de su voz o el sonido de sus zapatos italianos en el piso. Click-clack aquí y allá, mientras se paseaba por un espacio de dos metros cuadrados frente la pizarra, miraba a todos con ojos de pistola en busca de conductas que sancionar y sermones que repartir. Sus clases siempre estaban abarrotadas porque nadie quería estar un viernes por la tarde en el campus, aún si era con el señor Yoo, que los dejaba hacer mientras recitaba de memoria todas las clases y nunca preguntaba nada. Preferían soportar la clase de la mañana. No había excepciones en la rutina de clase de Jaeyong Kang y nadie se atrevía nunca a contradecir sus cavilaciones en voz alta sobre jurisprudencia. Todos se limitaban a sentarse, rígidos, sin poder quitar los ojos de la figura del hombre, con miedo de desviar la atención aunque fuera un segundo por si la calva brillante dirigía hacia ellos alguna pregunta que no fueran capaces de contestar. Por eso fue que “El incidente” se convirtió en algo que las futuras generaciones contarían como si se tratara de una leyenda nacional.

 

Taeyeon y Sooyoung se arrepentían por igual de haber ido a la fiesta de bienvenida el día anterior. Una fiesta de jueves por la noche les pareció buena idea, al otro día sólo tenían a Kang Bola de billar y entonces podrían dormir toda la tarde y hacer los trabajos durante el fin de semana. Tan pronto como el profesor inició la clase, descubrieron que había sido una terrible idea. La resaca permanecía como un peso sobre sus hombros y cabezas. A Taeyeon, cuya vista era malísima, le sentaba muy mal. Sus ojos irritados ardían como nunca a causa del esfuerzo que requería mantenerlos abiertos en aquella aula bien iluminada. Se sobaba nerviosamente el puente de la nariz bajo sus gafas. Sooyoung, podía ver Taeyeon, había perdido la batalla; tenía el ceño fruncido y sus entrecerrados ojos fijos en un punto de la pared. Como no se movía, estaba segura de que dormía con los ojos abiertos. Era una habilidad que Taeyeon le envidiaba. Kang Bola de billar continuaba su inexorable monólogo. Los ojos de Taeyeon comenzaron a cerrarse involuntariamente, por momentos veía al profesor Kang, luego nada, de nuevo Kang, otra vez nada; su cuerpo se sentía extrañamente laxo y estaba por dormirse profundamente. La puerta se abrió violentamente, giró todo lo que era posible y golpeo con la pared. Una marca quedaría para siempre marcada en esa pared, producto de la manija impactando la superficie. Un cuerpo humano entró, o más bien patinó, hasta casi quedar enfrente de un muy perplejo profesor Kang. Taeyeon despertó por completo. Stephanie estaba parada, igualmente sorprendida, congelada en una pose incómoda. Sus rodillas flexionadas y abiertas. Podría haber encajado con una pose de snowboarding.

—Esto no es Leyes de protección animal—lo dijo como si la clase no estuviera enterada. Enseguida se enderezó y puso una mano sobre el hombro de Kang Bola de billar. Miró las caras petrificadas de los estudiantes y su mirada se detuvo un momento en Taeyeon, antes de darse la vuelta para salir—. Bueno, lo siento.

— ¡Señorita! —el profesor Kang se había recuperado. Sus orejas y su calva eran rojo brillante, el resto de su cara estaba adquiriendo una coloración púrpura y una venita botada en su frente, palpitaba al ritmo de su acelerado pulso. Sediento de venganza, detuvo a Stephanie en mitad de su escape, sin embargo, ella no parecía muy impresionada por el ataque de cólera, en cambio posó la vista en la cara de los demás en el aula. Varios tenían la cara roja por aguantar la risa mientras intentaban lucir estoicos. La calva brillosa del profesor Kang, roja de furia, se asemejaba más que nunca a una bola de billar. Jamás vio Taeyeon unas aletas de la nariz expandirse de ese modo.

— ¿Si? —preguntó Stephanie, su gesto calmado y su postura de lo más relajada.

— ¿Cree que esa es manera de entrar en un aula de clase? —los pelillos en su bigotillo incipiente temblaban junto con su labio superior.

— Ya voy tardísimo ¿cree que podríamos continuar esto en otro momento? —se giró para irse.

— ¡Vuelva! —bramó el hombre. Babas llovieron sobre los estudiantes de primera fila y sobre la nuca descubierta de Stephanie, que llevaba el largo y castaño cabello en una coleta.

—No es necesario que aúlle de ese modo—se limpió la nuca con la manga de su suéter verde. Lo miró como si fuera un trozo muy grande y aguado de suciedad en la suela de sus zapatos.

— ¡No puede hablarme de ese modo! —su cara era morada y la venita parecía a punto de reventarse. Se desgañitaba mientras reprendía la conducta desenfada de Stephanie— ¡Deme su nombre, esto lo hablaré con el rector!

—Pshh—se limpió la saliva de la cara—. Está exagerando y en serio tengo mucha prisa, no es como si lo hubiera interrumpido en algo muy importante, todos estaban durmiendo… ¡ella! Tenía la cabeza casi completamente reclinada—y señaló a Taeyeon. Todos los ojos, incluidos los del furibundo profesor Kang, estuvieron sobre ella.

—Y-Yo—se ahogó con su propia saliva y tosió—. No estaba… le juro que no…

— Ella es la prueba, los mataba de aburrimiento, desperté a su clase de zombies—de nuevo intentó irse. Kang se quedó lívido un momento, sólo sus ojos iban de Taeyeon a Stephanie. Finalmente se las arregló para juntar aliento y gritar.

— ¡FUERA! —a Taeyeon, que agitaba sus manos en el aire como si aquello fuera capaz de taimar al profesor Kang.

—Pero

—Eso no es—hablaron al unísono.

— ¡FUEEERAAAAA! —un chillido al final y un índice apuntando a la puerta. Por lo menos Stephanie no fue capaz de decir nada más cuando Taeyeon recogió sus cosas a la velocidad de la luz, demasiado asustada e incrédula como para reclamarle nada. Se conformó con mirar al profesor Park como si fuera una mierda de perro especialmente apestosa y salió detrás de Taeyeon.

— Algunos profesores simplemente deberían dejar de dar clases ¿no opinas igual? —preguntó Stephanie, tan tranquila.

— ¡Tú…!—Taeyeon se sintió teniendo un viaje astral debido a la realización de que la habían echado de la clase de Kang— ¡Me echaron de la clase de Kang por tu culpa!

—Seguro que lo olvidará pronto ¿Sabes dónde dan Leyes de protección animal?

— ¿Cómo es que no te importa lo que acabas de hacer? ¿Tenías que señalarme? ¡Tendré suerte si no me echan!

—No te echarán, tranquilízate—Stephanie se alejaba por el pasillo, Taeyeon la seguía, mascullando con enojo.

— ¡Acaba de correrme de su clase! ¡Kang Bola de billar jamás a echado a nadie de su clase! ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer?

—Estoy segura de que hay otra clase de la misma asignatura con un profesor diferente, te vendría bien, ese ogro no es capaz de enseñarle nada a nadie—la cara de Stephanie se iluminó al encontrar el aula.

— ¡Voy a pasar los viernes por la tarde en clase por tu culpa!

—No es tan grave, créeme, lo sé—asió la manija de la puerta—. Además, siendo que dormías, te hubiera echado de todos modos.

Y cerró la puerta en las narices de Taeyeon.

 

 

—Quizá si hablara con él, podría arreglar las cosas ¿crees que podría? —más tarde, en la cafetería, Taeyeon intentaba engullir su comida que para ella tenía el sabor del cartón remojado. Sooyoung le había dicho lo que pasó una vez que las dos estuvieron fuera. Para empezar, los gritos de Taeyeon se escucharon dentro del salón, también los comentarios de Stephanie. Kang estaba tan enojado que había dejado un proyecto sorpresa para la próxima semana. Había dejado claro que no quería volver a ver la cara de Taeyeon en esa, ni en ninguna de las otras asignaturas de las que diera clase. Luego los había sermoneado sobre modales, respeto y la forma de comportarse con alguien que, como él, tenía mucha más experiencia. Taeyeon había quedado condenada a pasar los viernes por la tarde del semestre con Yoo.

—Ni siquiera lo intentes, no dijo nada sobre hacer que te expulsaran o a esa chica, agradécelo—una sonrisa apareció en la cara de Sooyoung—. Además, eres la comidilla del edificio y todos hablan de esa chica ¿la conoces?

—Es ella, la loca de bus.

— ¡Oh! ¿En serio? Se hablará de esto durante mucho tiempo. Andan diciendo que las dos se enfrascaron en una discusión con Kang y que lo dejaron en ridículo, incluso aunque no hiciste más que balbucear eres una especie de ídolo ¿No es genial? Vas a estar invitada a todas las fiestas de la facultad—pero Taeyeon no escuchaba nada de aquello. Miraba su comida y pensaba en cómo sería su estancia en el campus ahora que se había quemado con el profesor más estricto y que encima daba las materias principales.

 

 

Los viernes siguientes, Taeyeon comenzó a evitar el edificio y las inmediaciones de donde sabía, Kang daría su clase y Stephanie tomaría la suya. Lo del profesor Kang se había convertido en noticia vieja, aunque Taeyeon había ganado muchos adeptos y ahora su grupo de amigos regulares era más numeroso. Incluso había sido invitada a salir varias veces, que declinaba educadamente. Sus viernes se habían  arruinado por completo, Sooyoung salía con los demás mientras Taeyeon estaba atrapada con Yoo. Pero mientras Sooyoung y los demás tenían los trabajos de Kang, Taeyeon se dedicada a repasar, sin presión alguna, las clases de Yoo. Por otro lado, no dejaban de preguntarle por Stephanie, cuyo nombre era ahora bien conocido en todo el campus, su fama se había extendido a todas las facultades, por ser extrovertida, quizá demasiado. Ya se había metido en problemas con varios profesores y había logrado que otro de los tiranos de la Universidad, un profesor de estadística, perdiera clases y alumnos debido a sus métodos. Mientras que era una especie de heroína para los alumnos, los maestros la desdeñaban. Aun así, se las arreglaba para estar en el top de estudiantes de su clase. En las raras ocasiones que Taeyeon la veía, iba rodeada de sus lamebotas oficiales, un grupo de ambos os. Siempre sonriendo, aunque cargando sendos volúmenes, se deshacía de ellos y se apresuraba a entrar en el dormitorio, que era el bloque más alejado. Así transcurrió el semestre, como Taeyeon deseaba, sin contratiempos hasta los exámenes finales.

 

—Siento que mi cabeza estallará en cualquier momento, ahora te envidio, Kang nos dejó un ensayo para tener derecho al examen final—comentó Sooyoung, una calurosa tarde de noviembre. Se hallaban sentadas a la sombra de un árbol frente a su dormitorio. Ambas con las narices metidas en sus apuntes.

—Bueno, Yoo no es especialmente fan de leer—Taeyeon armaba un acordeón para repasar—. Tampoco le preocupa si aprendemos nada.

— ¡Arghh! ¡Estoy harta! —Sooyoung dejó caer un cuaderno y se acostó en el césped amarillento—. Salgamos, hace tiempo que no hacemos nada divertido.

— ¿A dónde sugieres ir?

— Oí que Minho y compañía irán a ese nuevo antro—dijo Sooyoung con una expresión pícara.

— Minho…—Taeyeon intentaba recordar quién era el chico.

— Es el que te ha invitado por lo menos cuatro veces al cine, pobre chico sin esperanzas.

— ¡Oh! Ese es Minho—Taeyeon lo recordó como un chico flacucho y larguirucho que, pese a que ella le había dicho que sólo salía con mujeres, no se había rendido—. Vayan ustedes.

— ¿Sabes quién más va a ir? Esa chica de segundo que te gusta ¿cómo se llama? Jisook—mencionó Sooyoung.

— ¿En serio? —eso despertó el interés de Taeyeon—. ¿Crees que saldría conmigo si se lo pido?

—Cree que Kang te echó por ser una rebelde, claro que saldrá contigo, entonces ¿vamos?

—Supongo—Taeyeon ya pensaba en maneras de invitar a Jisook.

 

Sooyoung mintió. Jisook no estaba ahí, Minho, sí. Durante la última hora, la había vuelto a invitar a salir, envalentonado por el alcohol. Había más gente de la que esperaba y de todas las facultades. La casa de Minho estaba abarrotada. Muchos estudiantes que no conocía se le habían acercado para expresar su admiración por lo sucedido con Kang, y había escuchado casi todas las versiones que se contaban sobre ello. Acabó sentada en un rincón oscuro, tomando traguitos de una botella de cerveza tibia. Se lamentaba por la ausencia de Jisook y buscaba con la vista a Sooyoung, que la había abandonado para ir a coquetear con alguno de los amigos de Minho. Ya se sentía algo mareada y comenzaba a entrarle sueño. Escuchó una voz que creyó conocer y poco después encontró la fuente de emisión: Stephanie estaba cerca, probablemente ebria. Emprendió enseguida una carrera para salir lo más pronto posible del radio cercano de lo que una Stephanie ebria podría significar.

—Teyoon—un Minho bastante ebrio la interceptó a unos metros de la salida y le echó todo el peso de cuerpo encima—No te vayassss, baila con-conmigo.

—Minho…suéltame, Minho, bailaremos otro día—intentaba quitárselo de encima.

— ¿Me lo juras? — ¿por qué siempre que la gente se ponía ebria olvidaba respetar el espacio personal de los demás? Minho le hablaba muy cerca y su aliento era muy fuerte.

—Claro, pero ahora déjame ir

—Teyong yo—el peso de Minho se retiró súbitamente.

— ¿Qué rayos crees que haces? —Stephanie había derribado al borracho Minho de un empujón.

— ¡Tú otra vez! —Taeyeon sentía mucho más el alcohol.

— ¡Acabo de salvarte de este ertido! —Stephanie también tenía un aliento muy intenso.

— ¡Está borracho, igual que tú! —Taeyeon ayudó a Minho a levantarse.

—Eso no justifica lo que hacía—Minho estaba de pie otra vez y Stephanie y Taeyeon discutían, con las caras a poca distancia la una de la otra. El tufillo mortal las mareaba a las dos.

—No tenías que empu-jarlo, tenía todo bajo control

— ¿Por qué nunca aprecias lo que hago por ti? —Stephanie sacudió a Taeyeon por los hombros.

— ¿Por qué siempre te metes en donde no te llaman?

—Acabo de salvarte y así me lo agradeces

—No te he pedido que me ayudes

—No tenías que pedirlo, podía verlo

—Chicas—alguien intentaba separarlas

—Ya sé, te gusta ¿no? —Stephanie se zafó de sus amigas que habían llegado a su rescate—. Es eso, te gusta este ertido.

— ¡No es un ertido!

— ¡Admite que te gusta el ertido! —gritó Stephanie por encima de la música. Un corro de espectadores con distintos niveles de ebriedad se había formado alrededor de ellas.

— ¿Qué te importa a ti? —gritó también Taeyeon.

— ¡Me importa por que…!

— ¡Taeyeon! —Sooyoung había venido al fin para salvar a Taeyeon de más vergüenza pública. La sostuvo por los hombros y la separó de la tambaleante Stephanie.

—Suéltame, voy a darle a esa loca su merecido—forcejeó un poco, pero Taeyeon era diminuta y Sooyoung estaba sobria y le sacaba por lo menos una cabeza.

—Vámonos, todavía podemos escabullirnos en el dormitorio—Sooyoung arrastraba a Taeyeon, que agitaba su mano y le gritaba a Stephanie.

— ¡Olvidas a tu ertido! —Stephanie sostenía al noqueado Minho del brazo.

— ¡Esa maldita…!—gritó Taeyeon antes de que el brazo de Sooyoung cubriera su boca. El amigo de Minho con el que Sooyoung coqueteaba antes, ya sostenía a Minho por la cintura. Taeyeon no llegó a ver en qué terminó discusión que Stephanie había iniciado con él porque Sooyoung la sacó de la casa y entraron en un taxi, luego había perdido la conciencia.

 

El dolor de cabeza del día siguiente era, con mucho, el peor que había tenido. Despertó en su cama, completamente vestida. Sooyoung no estaba en la habitación pero le había dejado un café en la mesita de noche. Conforme el café hacía efecto recordaba más de la discusión con Stephanie.

—Ah, ya estás despierta—Sooyoung sacó unos contenedores de su mochila—. Traje comida picante para tu resaca y aspirinas.

—Gracias, Sooyoung, eres genial—Taeyeon no podía abrir los ojos del todo debido a la luz del mediodía.

—Lo sé—rió Sooyoung—. ¿Te sentó bien el café?

—Sí, gracias—el sabor picante la revivió un poco— ¿En realidad hice todas esas cosas?

—Mmmm yo llegué algo tarde, pero ahora sí, definitivamente Minho se rendirá—respondió Sooyoung.

— ¿Fue muy terrible?—se tapó la cara con las manos.

—Descuida, luego de que nos fuimos, unas chicas se pelearon por algún tipo, dudo que nadie recuerde una simple discusión, todos estaban muy ebrios de todos modos.

—Todo fue culpa de esa loca

—Si…por el lado positivo, gracias a ella Minho no te pedirá salir de nuevo…—Sooyoung se reía por lo bajo.

— ¿Por qué lo dices?

—Bueno…puede que con su ebriedad haya confundido algo las cosas: cree que ustedes dos están saliendo.

— ¿Minho y yo?

—Stephanie y tú.

— ¿Q-qué?

—Puede que alguien subiera o no a internet una foto que también puede malinterpretarse.

—No…—Taeyeon ya estaba revisando su perfil y las fotos de la fiesta— ¡NO!

—Despreocúpate, la pelea de gatas que se inició después opacó tu discusión infantil.

— ¡Aquí parece que estoy besándola! Espera, ¿es esa Jisook en el fondo?

 

 

Jisook nunca volvió a hablarle. Desviaba la mirada cada que se encontraban en los pasillos. Minho no la invitó a salir de nuevo. El lunes siguiente a la fiesta, abordó a Taeyeon al salir de una clase y le pidió disculpas por molestarla frente a su “novia”. Ella intentó explicarle que Stephanie no era su novia y que en realidad no tenía nada que ver con ella. Minho no pareció muy convencido y no era el único, la foto en donde parecían besarse había convencido a todos de que las heroínas que habían derrotado a Kang Bola de billar estaban saliendo. Taeyeon estaba más allá de molesta por cómo Stephanie seguía causándole problemas.

— Creo que le gustas— le dijo Sooyoung.

— ¿Estás drogada?

—No, es raro que siempre se aparezca y haga esas cosas—Sooyoung hablaba con cautela—. No son amigas, por lo que sé, nunca han hablado más allá de sus discusiones.

—Oh, ¿así que la mejor manera que se le ocurre de conquistarme es hacer que mi vida sea más difícil? Entonces no quiero saber qué hará para declararse—un comentario lleno de sarcasmo.

—Amor apache

—Creo que deberías guardarte tus conclusiones sobre el tema—Taeyeon la miraba amenazadoramente.

—Al menos si aceptas su amor y salen juntas, no tendrías que ir negando tu relación con ella—dijo Sooyoung antes de huir.

 

 

Su novia ficticia seguía dando de qué hablar, logrando que echaran un maestro que, al parecer, estaba saliendo con una alumna. La chica fue a reclamarle, pero no era la chica por la que ella había denunciado al profesor. Mientras discutían, la otra chica apareció y acabaron peleando. Taeyeoon estaba más que harta de oír las cosas que hacía o dejaba de hacer. Se la pasaba encerrada en su dormitorio o fuera del campus, por miedo a encontrarse con Stephanie. Desafortunadamente, esa chica parecía tener un Taeyeon-dar. Una tarde en que compraba un deli en el centro de la ciudad, Stephanie entró por la puerta. En cuanto la vio, Taeyeon se apresuró a tomar el deli que le extendía el dependiente para salir con la cabeza baja.       

— ¡Taeyeon! —Stephanie la había visto. Taeyeon aceleró hasta que no pudo escuchar la voz llamándola.

Unas calles después, se había relajado y esperaba a que el semáfororo cambiara para cruzar la calle, cuando alguien tocó su hombro.

—Taeyeon—Stephanie la había alcanzado— ¿No me escuchaste llamarte hace un rato?

—No—el semáforo cambió y Taeyeon salió corriendo. Stephanie fue tras ella.

— ¡Oye! —pero Taeyeon no se detuvo ni siquiera cuando tiró su deli por accidente—¡Taeyeon!

— ¡Aléjate de mí!

Logró llegar al dormitorio. Stephanie no tardó en aparecerse frente a su puerta.

—Tiraste tu deli—se lo dio de mala manera y, se fue.

Por lo menos le había devuelto el almuerzo que creía perdido, pensó mientras mordía el sándwich. Enseguida se dio cuenta de que Stephanie había confundido las bolsas, el inconfundible sabor de las nueces en el aderezo prendió la alarma en su cabeza.

 

Cuando entraba en la ambulancia, acostada en la camilla y con la cara hinchada por la reacción alérgica, pudo ver la imagen de horror de Stephanie entre el corrillo de curiosos. Esa chica iba a matarla.  

—Oh, Taeyeon, lo siento—Stephanie esperaba junto con Taeyeon en un cubículo en el área de emergencias a que la hinchazón bajara. Taeyeon no podía decir nada de lo que estaba pensando, tampoco irse, así que Stephanie podía hacer o decir lo que quisiera. Taeyeon estaba aterrada—. No sé por qué sigues evitándome, he querido invitarte a salir desde aquella vez en el autobús, noté cómo me veías, ¿sabes? Te sentaste a mi lado aun cuando había muchos otros lugares vacíos.

 

Sooyoung tenía razón después de todo. Taeyeon seguía sin poder hablar.

 

—Pero sigue saliendo todo mal—continuó Stephanie—. Te prometo alejarme de ti de ahora en adelante.

 

Cuando salió del cubículo, Stephanie se tropezó con algún cable y el soporte del suero cayó sobre la cabeza de Taeyeon.

 

 

***

 

—Es por eso que debes tener a tus enemigos cerca—comentó Sooyoung, divertida.

 

Stephanie apareció entonces, con una pequeña niña dormida en sus brazos y otro montón de bolsas colgadas de una de ellas.

—Encontré ese onesie que querías para el bebé ¡Hola, Sooyoung!

—Hola—saludó Sooyoung.

—Ya era hora—protestó Taeyeon, reuniendo todas las bolsas y paquetes—. Ven a comer con nosotros, voy a contarte cómo Stephanie arruinó nuestro primer beso.

—¡Taeyeon!—Stephanie intentó callarla.

— ¿Qué tuvo que ver Stephanie con eso? —Sooyoung ayudaba a Taeyeon a acomodar las cosas.

—Olvidó el sándwich de mantequilla de cacahuate que desayunó.


 

 

Long lame update.

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Comments

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sonelf1509
#1
Chapter 20: Oye, escribes muy bien! Acabado de leerme todos los oneshots y de verdad, todos todos me encantaron!!! Ya quiero leer otro!! no has considerado escribir un fanfic? me encantaría leer algo más largo tuyo!!! :D
saramarmota #2
Chapter 19: jajajajaja que lindo
-taesandara-
#3
Chapter 19: Jaja hermoso! :')
LlamaAmerica #4
Chapter 19: Jajajaja juela esto esta interesante!
LlamaAmerica #5
Chapter 18: Hay Mi TaeNy :c
TaeNy0204 #6
Chapter 17: El link que pusiste en este capitulo no se puede abrir :'(, GENIAL ESTE CAP
yoonyulfan2 #7
Chapter 16: The National ! Muy buena canción, y con taeny mucho mejor, me encanta siempre leer tus ficcs , saludos
scoott #8
Chapter 16: Subidas y bajadas.. Me encanta que al final de todo sus caminos vuelen a unirse.. Saludos ^^
anikpoper #9
Chapter 15: eso fue EXPECTACULAR, GENIAL Y PERFECTO
escritora-nim mi total respeto
-taesandara-
#10
Chapter 15: Wow eso fue interesante y al final Tae si vio a Fany :3