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Ficciones

Rápida. Era la fiebre que se apoderaba de su cuerpo, en gritos ahogados, en respiraciones quemantes en su cuello. Se ahogaba en sus pechos que eran refugios interminables. Podría acabar en esa posición, quizá lo haría. Las sábanas arrugadas entre sus dedos que las aferraban. La presión marcó un nuevo ritmo hacia el salto. Se precipitaban, sin prisa pero con toda fuerza hacía el agujero por el que rogaban las pieles calientes para hundirse. Cambiaron el trepidante baile en precario equilibrio por el manoseo mutuo. Aquello iba a terminar mientras cada parte de ellas se tocaba, en cualquier punto. Y terminó, y solo quedaron las bragas en el suelo y las sábanas húmedas con el olor de la lujuria que a fuerza de una batalla se habían sacado por fin de adentro. Era un dolor que se sentía en un lugar innombrable, sordo, en un sitio que no era posible tocar ni amputar; un dolor al que habían encontrado una cura que, prodigiosa, habrían de repetir siempre que ambos orgullos cedieran. Podría decirse que el proceso, aunque largo, se había dado en una sucesión constante de circunstancias propicias. Una mirada casual detonó lo que se convirtió en una conversación, siempre silenciosa, pero rica en cuestionamientos. Quizá ninguna de las dos se diera cuenta que cada encuentro en los pasillos, cada vistazo casual, esas persecuciones secretas, serían el preámbulo de un asunto más que divertido.

 

—Oye, se te cayó esto—Stephanie miraba atónita a la chica a quien Yuri le ofrecía un papel.

A su vez, la chica miraba atónita a su amiga, intentando con sumo esfuerzo no mirarla.

—Gracias—dijo intentando parecer casual, con media sonrisa. Stephanie intentaba quitarle los ojos de encima pero una suerte de fuerza sobrenatural le mantenía los ojos pegados en su figura.

—De nada—respondió Yuri, Stephanie se obligó a parar de mirar, a parecer despreocupada. Se fue, después de sonreír en señal de agradecimiento

—Qué rara es

— ¿Quién?

—Taeyeon

— ¿Quién es Taeyeon?—por supuesto que sabía quién era. Porque había notado sus ojos miel y su cabello castaño dejado suelto, y su cuello blanco y fino. Porque sabía que desayunaba siempre arroz y carne en un contenedor morado lleno de stickers de gatitos y bebía de un termo metálico con el logo de una empresa de electrónicos que, raspado, se desvanecía por el uso. Sabía muy bien quién era Taeyeon Kim, cuyo abdomen terso estaba marcado por una cicatriz que enternecía la carne rojiza que la conformaba y sobre la que Stephanie había pasado la lengua más de una vez.

— ¿Cómo que quién? Está en algunas de nuestras clases, Stephanie—Yuri la miró con incredulidad y exasperación.

—Ya…

—Una vez hiciste equipo con ella...

—Ummm…— Stephanie puso su mejor cara de despiste.

—Tan rara... siempre tan sola—Yuri siguió en sus consideraciones sobre Taeyeon.

—Vaya, ¿vas a apiadarte de su alma?

—No creo que fuera malo invitarla a sentarse con nosotras alguna vez—Yuri—.Si fueras más humana y sensible de vez en cuando… ¡Ay!

 Stephanie respondió con un pellizco en su brazo.

—La escuche cantar el otro día y…

—No—Stephanie sabía por dónde iba aquello.

—Necesitamos una cantante.

—Es rara y no creo que encaje con nuestro estilo.

—No tenemos estilo... ni, repito, cantante. Cuatro mentes crearían mejores resultados y ya que tú no quieres cantar y Yoona suena como un gato atropellado cada que lo intenta ¿por qué no ella? Canta muy bien—Stephanie midió las chances de que aquello fuera mal. Las dos se traían algo de lo que no sabían el nombre hace mucho tiempo y no estaba segura de querer una oportunidad para averiguarlo.

— ¿Qué tienes en contra de la chica? —Yuri la conocía demasiado bien como para no sospechar nada.

—Está bien, intentémoslo. Será lío tuyo echarla si no funciona.

 

Sus pechos se movían. Arriba, abajo. El aire iba adentro y afuera. Veía como hipnotizada como la respiración de su amante aumentaba en velocidad. Iba a despertarse ya. Stephanie suspiró. ¿Cómo era posible? Cada arrebato de deseo terminaba en esa cama. Era un acuerdo tácito. Aceptaban aquello, sin títulos, con miedo de reconocer ante sí mismas que no era el juego que hubieran querido. Taeyeon abrió los ojos por fin y se saludaron como siempre, una mirada intensa y un beso.


NOTA:

Otro rescate de tiempos pasados. Actualización doble para compensar el reciclaje.

Se aceptan sugerencias.

Suscripciones y comentarios apreciados.

 

 

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Comments

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sonelf1509
#1
Chapter 20: Oye, escribes muy bien! Acabado de leerme todos los oneshots y de verdad, todos todos me encantaron!!! Ya quiero leer otro!! no has considerado escribir un fanfic? me encantaría leer algo más largo tuyo!!! :D
saramarmota #2
Chapter 19: jajajajaja que lindo
-taesandara-
#3
Chapter 19: Jaja hermoso! :')
LlamaAmerica #4
Chapter 19: Jajajaja juela esto esta interesante!
LlamaAmerica #5
Chapter 18: Hay Mi TaeNy :c
TaeNy0204 #6
Chapter 17: El link que pusiste en este capitulo no se puede abrir :'(, GENIAL ESTE CAP
yoonyulfan2 #7
Chapter 16: The National ! Muy buena canción, y con taeny mucho mejor, me encanta siempre leer tus ficcs , saludos
scoott #8
Chapter 16: Subidas y bajadas.. Me encanta que al final de todo sus caminos vuelen a unirse.. Saludos ^^
anikpoper #9
Chapter 15: eso fue EXPECTACULAR, GENIAL Y PERFECTO
escritora-nim mi total respeto
-taesandara-
#10
Chapter 15: Wow eso fue interesante y al final Tae si vio a Fany :3