Mientras todo se enrolla, los extremos se separan. La tarde muere y se lleva consigo promesas que caducaron. Todavía puede sentirlo en los objetos que la sofocan con sus silencios. También fue con silencio que comenzó, es apropiado, razona, que termine del mismo modo. Lo único en lo que nunca pensaron fue en el final. ¿Cuántos acuerdos tácitos bastaron? Stephanie ya no recuerda cuando. Los besos están llenos de despedidas y los abrazos no encierran bienvenidas. Se miran sin mirarse, son parte del mobiliario, sus cuerpos son meros adornos. Las celebraciones de novedad dejaron paso a la costumbre. Ya no es necesario leer entre líneas, no hay miradas furtivas llenas de invitaciones.

Taeyeon lo sabe. Puede verlo en el espacio vacío frente a ella cuando toma el desayuno. Lo siente en lo toques que pasaron de familiares caricias a productos de la inercia. Lo escucha en el déficit de risas. En algún sitio del universo, su historia en el gran libro de la vida cuenta menos palabras por ser leídas. 

Stephanie lo ve venir.  No siente una opresión en el pecho cuando mira a Taeyeon irse. Los dedos no le pican por tocar su piel. Sus frustraciones no están hechas de ella, sus obsesiones dejaron de ser partes corporales.

Taeyeon evita decirlo. Los defectos no son puntos de interés. Las carencias son causas perdidas, como los desaparecidos objetivos comunes. La lujuria no les visita a menudo, la pasión ya no existe.

Stephanie puede imaginarlas, las líneas que las unían apuntan hacia otro lado. Se desenrollan al igual que sus futuros separados.

Entonces Taeyeon vuelve a unir las líneas, que se trenzan con miradas llenas de intenciones. Los besos de Stephanie se vuelven promesas. Los silencios se aligeran con contactos que se renuevan en la calidez. Se crean intrincados diseños. Las risas de Stephanie son propuestas, las pieles, obsesiones.

En el gran libro del destino, sus futuros separados siempre vuelven a anudarse.

-Tired from the last update

-Good sad song https://www.youtube.com/watch?v=Ef1nJWtkprU