Capitulo LIII
#2 TraicionJadyn PDV
Salté de mi moto y me fui directamente al pequeño cuarto de herramientas que habı́a en el garaje. Jadeaba como una niña mientras buscaba… un objeto alargado, punzante, resistente… lo que fuera. Cualquier cosa que hiciera que me sintiera un poco mejor…
Una palanca de acero podría valer.
La miré, excesivamente sedienta de pelea, y regresé al garaje más que dispuesta a…
Rompı́ uno de los faros con tanta fuerza que la moto se sacudió con violencia. El retrovisor se hizo añicos mucho antes de caer al suelo y lo salpicó todo de miles de cristalitos. Volvı́ a golpear y arranqué el otro retrovisor. Abollé la carrocerı́a que cubrı́a el motor. Deformé el radio de las ruedas. Destrocé los tubos de escape…
Y grité con cada golpe sin sentir ni un ápice de satisfacción.
No respondía a nada más que a mis frustraciones. No era yo quien dominaba mi cuerpo.
La puerta del garaje se abrió y un Bentley apareció lentamente. Taeyeon siquiera terminó de aparcar cuando se bajó del coche y corrió hacia mı́. Me derribó con un placaje, digno de cualquier defensa de Rugby, que nos lanzó a las dos al suelo. Su cuerpo aplastó el mı́o con brusquedad y sus brazos me arrinconaron con una fuerza asfixiante. Pero no fue el dolor de aquel encontronazo lo que me llamó la atención, sino lo cerca que estaba de romper a llorar.
—¿Qué estás haciendo, Jadyn? —Suspiró Taeyeon, con su pecho acelerado pegado a mi espalda—. Dime que estás haciendo.
—Se acabó, Taeyeon —mascullé entre dientes, intentando controlar los temblores de mis brazos—. Ella ha tomado una decisión.
Comencé a ver borroso. El llanto ya casi era un hecho y lo peor de todo era que Taeyeon me verı́a llorar.
—Te equivocas —espetó Taeyeon, hablándome al oído.
—¡Tú no estabas allí, no puedes saberlo! —exclamé.
Poco a poco, la destrucción se hizo más grande. El desinterés en una relación amorosa no aparece así porque sí. ¿Qué coño había pasado? ¿Qué clase de final era ese?
—Te dije que estarı́a confundida. Te lo advertı́. —Cierto, pero no esperé sentirme tan desolada, ni tampoco verla tan…perdida. Aquello nos superó a ambas y seguramente abrió una brecha de la que no estaba seguro poder cerrar. Se despertaron demasiadas dudas entre las dos.
Taeyeon sacudió mi cuerpo queriendo hacerme reaccionar, pero ya era demasiado evidente la ausencia de fuerzas. Me abandoné.
—Tanto como para olvidar que estoy enamorada de ella —jadeé.
Mi espalda crujió de un modo muy desagradable cuando Taeyeon me soltó y una punzada de dolor me atravesó el pecho.
—No habrı́a antepuesto su vida a la tuya si no te quisiera —Una acotación tajante que me dejó sin aliento.
Cerré los ojos y me tapé la cara.
—Hubiera preferido morir —gemı́—. Hubiera preferido… morir… —Antes de ver cómo se alejaba de mí.
Noté una caricia en mi cuello. Taeyeon lo rodeó con sus manos, me empujó hacia su pecho con maternalismo y apoyó su barbilla en mi cabeza.
—Dejaré que digas todas estas estupideces porque sé que lo necesitas—explicó sin saber que la seguridad de su voz me haría cerrar los ojos.
Muy despacio, fui calmándome. No sé cuánto tiempo estuvimos allí tiradas ni cuando dejé de llorar, pero las constantes de mi cuerpo se apaciguaron. Todo continuaba siendo igual de desconc
Comments