Jadyn POV

Hyoyeon salió disparada del garaje del Edificio en cuanto la puerta se abrió.

Atravesó la Plaza Gwanghwamun con su Ducatti, sin importarle la gente que estuviera en la plaza, y tomó su ruta por la calle Yukjo.

Yuri y yo, optamos por tomar la calle que lleva hacia la plaza del arroyo Cheonggyecheon en el Bugatti para desembocar en una Myeongdong atestada de gente, que no dudamos en cruzar.

Entre gritos y reclamos, la voz de Hyo surgió del inalámbrico del coche.

—Chicas, estoy en Gangnam, ya veo La estacion.

El rugido de su moto retumbó en el altavoz.

—Nosotros nos acercamos al COEX Mall. Bordearemos la estacion hasta la plaza —dijo Yuri.

—Bien, yo iré por detrás.

Derrapé frenando al mismo tiempo para detener el coche en mitad la plaza del Gangnam y poder calcular el perímetro. Apenas sabíamos cuántos guardias acompañaban a Jonghyun. Bajamos del coche, echando manos a nuestras armas, y empezamos a caminar agazapadas mientras la gente se apartaba de nuestro camino, atemorizada.

Pude ver a Nicole unos metros delante de nosotros. Jonghyun iba delante con dos tipos al lado y otro más que tiraba de mi amiga. Aparentemente no había más oposición que aquella, pero, aun así, miré alerta en rededor y señalé a Yuri.

—Atenta, Yuri —le indiqué la dirección de Nic—. Tenemos compañía.

Me guiñó un ojo a modo de respuesta y aceleró el paso. Segundos más tarde, Jonghyun se encontró con dos armas apuntándole la cabeza.

Sus esbirros se armaron y enseguida formamos un círculo de personas dispuestas a un tiroteo. Joder, sería el segundo en una semana.

Que mal que estaban las cosas…

Jonghyun tiró de Nicole, presionó su costado con una pistola y tragó saliva. El muy cabrón ni siquiera estaba seguro de lo que hacía. Tenía miedo, y ese temor se intensificó en cuanto me miró. Pero yo estaba más concentrada en los ojos cafés de mi amiga. Había llorado, la habían maltratado y temblaba de miedo.

Me impacientó tenerla tan cerca y no poder tocarla. Necesitaba ponerla a salvo cuanto antes.

Miré a mi prima, pero ella ni siquiera se percató; estaba demasiada atenta al rostro de nuestra amiga.

—Bien, ¿quién es el guapo qué va a explicarme porque cojones mi amiga tiene una arma apuntándole? —pregunté con aire sonriente. Necesitábamos calmar a Nicole y emplear un tono desenfadado era un buen comienzo.

—Estás en minoría, Jadyn —Jonghyun intentó parecer seguro de sí mismo. Por supuesto, no lo consiguió—. Así que procura no ser arrogante, querida.

—¿Arrogante, yo? Me ofendes, Jonghyun —dije mordaz.

Me enorgulleció que Nic empezara a sentirse tan convencida de su seguridad y que los guardias que nos apuntaran estuvieran tan indecisos. Nos aventajaba, y eso lo sabíamos todos.

—¿Tienes el valor de vacilarme sabiendo que puedo matar a Nicole en cualquier momento? —continuó

Jonghyun. Ahora le temblaban las manos.

—No, no lo harás —masculló mi prima.

—Y tanto que no, Yuri —repuse.

—¿Quieres saber por qué? Porque antes de que te des cuenta, tendrás un tiro atravesándote la cabeza. —Me encantaba escuchar a Yuri hablar de esa forma.

—¿Te he dicho alguna vez que eres la puta ama? —bromeé, mirándole de soslayo.

—Pocas veces, la verdad —dijo engreída, torciendo la boca.

Solté una carcajada y aproveché para guiñarle un ojo a Nic. Ella captó nuestro juego casi de inmediato: jugar como niñas, luchar como guerreras.

—Te lo diré constantemente, ¿de acuerdo?

—¡Basta! —gritó un esbirro.

—¡Eh, no grites, cariño! —le sugirió Yuri, con total tranquilidad.

—Nos conoces, Jonghyun —añadí—. Sabes que no dudaremos y que somos muy buenas en esto. Has perdido en el instante en que hemos aparecido.

Saltó una risa melancólica. Estaba recordando tiempos mejores y supe, por su mirada, que comenzaba a arrepentirse de habernos traicionado. No había logrado nada y terminaría tan muerto como los demás.

—Siempre juntos, ¿eh, chicas? —sonrió Jonghyun.

—Hasta el final —matizó Yuri.

—Claro, pero… ¿y los demás? ¿Dónde está mi novio? —Sonrió y le susurró a Nicole—: ¿Dónde está el tuyo, reina?

—En algún lugar, fuera de tu vista —gruñó ella.

Cuando Jonghyun volvió a mirarnos, terminó de desaparecer el chico con el que nos habíamos criado. Por más que intenté buscar algo que me recordara a él, no encontré nada. Ni siquiera, su mirada o su risa.

—Por supuesto —resopló jocoso—. ¿Sabes que voy a hacer? Me llevaré a Nic conmigo y vosotras os quedaréis justo donde estáis. Porque sabéis que no he venido solo. Tengo a diez hombres más vigilando la zona. No soy tonto

—Pero mientes muy mal —dije, ladeando la cabeza.

Le conocía muy bien y sabía que aquello era un trepa. De lo contrario, ya lo habríamos notado.

—Acabemos con esto, Jonghyun. Entréganos a Nicole —dijo mi prima.

—¿Pensáis matarme delante de toda esta gente?

—¿Dado el caso, crees que nos importaría? —Fruncí el ceño. Sí Jonghyun no sabía