Jadyn PDV

Estaba sentada en el bordillo de la baranda de la terraza cuando la puerta de mi habitación se abrió con sigilo. Yuri entró caminando de puntillas y mirando a su alrededor sin saber que yo la observaba.

Sonrió y salió a la terraza. Tiritó en cuanto sintió la fría brisa de la madrugada.

—Deberías ponerte algo y dejar de exhibirte —murmuré al ver que solo llevaba

los pantalones de pijama y un top deportivo.

—Soy una tipa dura. —Tembló.

—Ya. —Hice una mueca—. Pero las gilipollas también pillan pulmonías

—Vale, mamá —dijo con sorna antes de entrar en la habitación y coger una camiseta. Volvió a salir a la terraza y abrió los brazos, sonriente—. ¿Contenta? —preguntó alzando las cejas.

Le guiñé un ojo y le extendí el cigarro en cuanto tomó asiento a mí lado. Se recreó dándole una calada.

Miré la ciudad. El mundo seguía su curso mientras nosotras estábamos atrapados en una situación de la que nadie estaba seguro si saldríamos impunes. Ni siquiera sabíamos si algunos vivirían para contarlo.

Yuri me miró, entrecerrando los ojos como hacia siempre que me analizaba.

Sabía porque mi prima estaba allí. Era medianoche y no podía soportar esperar a la mañana para hablar conmigo sobre el regreso de Jessica. Pero esperó.

Esperó a que yo decidiera si quería hablar.

Mientras tanto se decantó por otro tipo de conversación y eludir, por el momento, lo que realmente le importaba.

—Tu cuñadita, Hyori, la ha vuelto a cagar —resopló, soltando el humo.

—¿Qué ha hecho esta vez?

—Le preguntó a Tiffany lo que cobraba por sus…

—¡¿Qué?! —exclamé entre susurros, interrumpiéndole. El balcón de mis padres quedaba al lado y no quería despertarles—. Hija de la gran… Pero ¿cómo coño puede estar mi hermana con esa zorra?

Yuri soltó una son