Me sentía como una tonta cada vez que pronunciaba la palabra “vampiro”. Como si estuviera inmersa en una película de terror o me estuvieran grabando con una cámara oculta. Aquello era imposible.  Si mantenía esta conversación era porque estaba viviendo un sueño y el mundo entero están hecho de algodón de azúcar o algo similar. Tenía que dejarme llevar. Una vez derrumbadas mis creencias, tenía que dejarme arrastrar por la corriente y fingir que todo tenía sentido. 

—¿Quieres decir que fue Jiyong quien te convirtió en vampiro?  

—Sí— confirmó Chae. 

—¿Y eso que implica?¿Qué te mordió?—Se me aceleró el corazón sólo de imaginar a Jiyong mordiendo a alguien. Eso fue lo que intentó hacer cuando estábamos a solas en su habitación, y ahora sabiendo, exactamente lo que pretendía hacer, lo deseaba todavía más. 

—No, no se trata de morder—dijo Chae, negando con la cabeza, pero levantó una ceja y me miró con extrañeza. Y entonces caí en la cuenta. 

—Puedes oír el latido de mi corazón—dije. Justo antes del accidente, en el coche, mi corazón corría desbocado porque estaba pensando en Jiyong, y eso era lo que había distraído a Chaerin.—Y cuando tú...— La expresión de Chaerin se alteró, y apartó la vista, pero yo seguía sintiendo su deseo. 

—Cuando piensas en Jiyong...—continuó Leslie por Chaerin—Cuando estás con Jiyong, o estás pensando en él, liberas una especie de feromona. No sé muy bien cómo explicarlo. 

—Nos seduce y nos incita a morderte—dijo claramente Chae. 

Mi latido se había apaciguado, pero Chaerin continuaba tensa. Leslie, por otro lado, no parecía  afectada en lo absoluto. 

—¿Es sólo cuando pienso en Jiyong?¿O cuando pienso... en cualquier cosa de ese estilo? 

—Teddy te explicara mejor todo esto—dijo de pronto Leslie. Me dio la impresión de que Chaerin estaba a punto de responderme y que Leslie se lo había impedido. 

—¿Y cómo te convertiste en vampiro sino fue con un mordisco?—Retomé el tema que había dejado pendiente antes de que se distrajesen con el latido de mi corazón. 

—Bebí la sangre de Jiyong. De modo que lo que corre por mis venas es la sangre de Jiyong, y la sangre de Teddy, mezclada con mi propia sangre.—Chaerin señalo sus brazos, como si yo pudiera ver las venas a través de su piel.—No es una relación como padre-hija por qué no provengo de ellos. Mi sangre es su sangre. 

—¿Y afectó todo esto a tu forma de ser?—Me incliné sobre la isla, mirándola fijamente. Estaba empezando a entregarme por completo a su fantasía y a interesarme por ellos como si de verdad lo estuviera creyendo todo. 

—Ellos no definen mi personalidad.—Chaerin miró a Leslie, que asintió—. Pero nosotros... ¿Recuerdas la primera vez que viniste, cuando antes de entrar te dije que sabía que les gustarías a Jiyong y a Teddy? lo sabía porque me gustabas a mí. 

—¿Así que les gusta todo aquel que te guste a ti?—Me mostré escéptica, pues no me consideraba del agrado de Jiyong. 

—No, no, tampoco es exactamente así.—Chaerin suspiró, inmersa en un debate interno para discernir que tenía que contarme y qué no. Teniendo en cuenta que me había confesado su vampirismo, no comprendía muy bien qué querían seguir ocultándome—.Porque no se trata sólo de que me gustes. Sino de que le gustas a mi sangre. 

—Perfecto… mmh…¿y eso qué demonios se significa?—Me aparté un poco, y estoy segurísima que puse cara de miedo. 

—Chaerin, creo que Teddy sería el más indicado para hablarle de esos temas.— Leslie la miró sin alterarse y Chae bajó la vista. Se volvió a continuación hacia mí, sonriéndome con cariño—.Teddy es un experto en todo. A Chaerin y a mí aún nos queda mucho por aprender. 

—Pero en realidad no son vampiros, ¿verdad?—pregunté con aprensión, y Leslie se echó a reír. 

—Oh, cariño, lo siento mucho, pero claro que si lo somos—Retiró un mechón de pelo de mi cara y lo recogió detrás de mi oreja, y al ver que no me apartaba ni me encogía de miedo, me sonrió. 

—Pero… no duermen en ataúdes, ni tienen colmillos, y tampoco están tan pálidos—dije, aunque al instante me corregí — Bueno a excepción de ti y Chaerin, pero tampoco puede decirse que estén muy blancas, creo que aún sigo siendo más blanca yo. 

—Tenemos colmillos—Chaerin abrió la boca y pasó la lengua por debajo de su dentadura, señalando sus incisivos. No eran más largos ni más grandes que unos colmillos normales y corrientes, pero tenían un aspecto tremendamente afilado. 

—Y lo de los ataúdes no es más que una ridícula leyenda. Las camas son mucho más cómodas—se mofó Leslie con ironía.  

—¡Pero no son pálidos!. ¡No pueden exponerse al sol! O, espera... ¿A caso pueden exponerse al sol? 

—En realidad podemos, pero no con frecuencia—continuó Chaerin—. El sol nos cansa, pero no nos quema, ni nos mata, ni nada de eso. No cambiamos con respecto a cómo éramos antes..—Chae reflexionó un instante sobre sus palabras y se corrigió—.Es decir cambiamos un poco. Mejoramos. Yo no era tan atractiva, y tenía más o menos mi tono de piel con tés mas morena. Pero el cambio equilibra las cosas, lo pule todo, te quita ese exceso de grasa que pudieras tener, por ejemplo. Un vampiro no puede tener sobrepeso, es imposible. No necesitamos almacenar nada, a modo que todo exceso se disuelve rápidamente después del cambio. 

—Bebemos sangre, que no contiene grasas—añadió Leslie. 

—Beben sangre.—Hasta aquel momento me había esforzado en no pensar en eso.  Al pensar en Jiyong  mordiéndome me había centrado más en la sensación, no en el hecho de que pudiera beber mi sangre. Me resultaba casi imposible imaginarme a Leslie o a Chaerin haciendo eso. 

—Es una necesidad—susurró Leslie con tristeza. 

—Pero se trata de sangre animal, ¿No?, pregunté esperanzada — Leslie siguió sin levantar la vista, de manera que miré a Chae, que se limitó a negar con la cabeza. 

—No podemos vivir de la sangre de animales—Chaerin me miraba con sus ojos tan profundos y tuve que  concentrarme para no delatar la sensación de náusea que empezaba a apoderarse de mí—. Igual que un humano no puede vivir de la transfusión de sangre de un perro o  de una rata. De hecho, necesitamos una transfusión semanal para sobrevivir. Pero, en nuestro caso, tenemos que ingerirla. 

—¿Matan..., matan a personas?—Sabía que me temblaba la voz, pero entonces la mirada de Leslie se iluminó y tanto ella como Chaerin se mostraron horrorizadas. 

—¡No! ¡No, por supuesto que no—negó Leslie con vehemencia—.Antes de morir, un ser humano puede llegar a perder enormes cantidades de sangre. 

—Sólo bebemos su sangre—explicó con mayor detalle Chaerin.—El proceso no resulta doloroso. Nuestra saliva funciona a modo de anestesia y hace que la herida cicatrice de una forma increíblemente rápida. 

—Y Teddy lo hace tan bien que la mayoría de la gente ni se entera de que la han mordido—me explico con orgullo Leslie– Chaerin y yo vivimos prácticamente del banco de sangre. No es tan buena pero es mucho menos complicado. 

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