Capitulo XLI

Instinto
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Las cortinas que cubrían las ventanas eran tan gruesas que el sol apenas tenía posibilidades de penetrar en el interior. Fuera la hora que fuese, la casa estaba siempre oscura. Y como mi visión no era tan avanzada como la de ellos, Chaerin había instalado una lamparilla nocturna en el baño de su habitación. Oí un murmullo, y eso debió de ser lo que me despertó de mi sueño. El reloj de la mesita de noche indicaba que eran tan sólo las dos de la tarde, por lo que imaginé que nadie estaría despierto. No me había acostado hasta las siete de la mañana y , cuando lo hice, Chaerin se había quedado aún despierta jugando videojuegos. Me di la vuelta y me acomodé bajo el grueso edredón de la cama de Chaerin. Cuando volví a oír el murmullo, apenas me moví y llegué a la conclusión de que debía de ser cosa de la perra. Había ocupado la habitación de Chaerin y Matilda estaba algo confusa. La perra solía dormir a los pies de la cama, pero ahora Chaerin dormía en el sofá. Y no sabía muy bien si su fidelidad tenía que ver más con Chaerin o con la cama.

—Vete a dormir, Matilda —murmuré. Pero estaba lo bastante despierta como para percibir el movimiento. No era el murmullo que me había despertado, pues ahora casi no se oía nada. Pero había algo que se movía por la habitación. En la habitación había alguien. Reinaba el silencio, pero había una presencia enigmática que no lograba explicar.

—¿Matilda? —susurré.

Ya estaba segura de que no se trataba de la perra, pero quería seguirle el juego a quienquiera que fuese. Tenía el corazón acelerado y no sabía muy bien si Chaerin se percataría de ello estando dormida. Me senté en la cama y traté de examinar la oscuridad. Confiaba en descubrir la enorme silueta blanca de la perra paseándose por algún lado, pero la luz nocturna del cuarto de baño apenas iluminaba. Justo en aquel momento vi una sombra pasar por delante. La cama se movió antes de que me diera tiempo a gritar: quienquiera que fuese acababa de meterse en la cama conmigo. Podía empezar a gritar, pero cuando alguien consiguiera oírme, ya sería demasiado tarde para intervenir. De modo que continué sentada, sumida en la oscuridad y a la espera de que sucediera algo.

—ya, Dara, tranquilízate un poco —dijo entre dientes y riendo una voz en la oscuridad, a escasos centímetros de mi cara —. Te va a dar un infarto.

—¿Qué? ¿Quién anda ahí? —pregunté, temblorosa. La voz me resultaba familiar pero no conseguía ubicarla.

—¿No te da vergüenza? —dijo la voz en tono reprobatorio—. ¿Ya ni siquiera reconoces a tu prima?

—¿Bom? —Palpé a tientas para encender la luz de la mesita de noche. Y sofoqué un grito en cuanto la vi.

Parecía mi prima, pero no del todo. Era como si hubieran cincelado su cara pero aun así verse más joven. Nunca había tenido problemas de acné, pero su piel se veía más suave e inmaculada que nunca. El cambio la hacía lucir más joven aun, y su voz sonaba más suave y melodiosa. Sus ojos castaños eran fabulosos, pero su sonrisa, insegura e infantil, seguía siendo la misma.

—¿Bom? —repetí, esforzándome por aceptar que mi prima se había convertido en la asombrosa criatura que tenía delante de mí.

—Ésa soy yo. —Aquella voz sonaba casi como la suya, aunque más profunda y aterciopelada. Sin pensarlo un instante, le acaricié la cara. Su piel era suave y templada, pero antes de que me diera tiempo a percatarme de nada más, se produjo en su expresión un veloz cambio. Se echó hacia atrás y se apartó de mí.

—¿Qué pasa? ¿He hecho algo mal? —le pregunté, retirando la mano.

—No soy aún lo bastante fuerte. —Bom retrocedió hacia la pared pero no se marchó de la habitación; su figura estaba bañada por el cálido resplandor de la luz.

—¿Para qué? —le pregunté.

—Eres el primer ser... humano al que veo. —Su cara se contrajo en una mueca, una expresión confusa y desgarrada—. Olía tu presencia desde la habitación y creía haberlo asimilado ya del todo. Pero no estaba preparada para sentir tu pulso sobre mi piel... —Vi un sentimiento de culpa reflejado en su rostro, el resultado de encontrarme apetitosa.

—Lo siento. Debería haberlo imaginado. Siempre me pasa con Chaerin y has pensado que a estas alturas tendría que saberlo de sobra. —Me obligué a sonreírle, pero su expresión se había avinagrado—. ¿Qué pasa?

—De modo que... ¿lo sabes? —preguntó Bom en voz baja.

—¿Te refieres a... que sé que son vampiros?

—Tenías que saberlo. —Me miró fijamente a pesar de la oscuridad—. En cuanto fui capaz de comprender lo que estaba pasando, y Leslie me lo explicó... Me dijo que tú lo sabías, y no es que yo no lo imaginara ya, pero supongo que nunca quise creérmelo hasta oírlo de tu boca.

—¿Y por qué no querías creerlo? —Arrugué la frente con preocupación. Si era capaz de creer que se estaba convirtiendo en vampiro, ¿por qué le costaba tanto creer que yo ya lo sabía?

—¿Cómo es posible que no me lo contaras? —Bom parecía tan enfadada y herida, que casi me encogí de miedo. Recordé entonces lo que Chaerin había dicho: que en los primeros tiempos de su transformación, los vampiros tienen las emociones a flor de piel, que todo es mucho más intenso y que controlarse es muy complicado. Sin embargo, el autocontrol siempre había sido una de las virtudes de Bom, y era precisamente lo que le permitía estar tan pronto en una misma habitación conmigo.

—Yo... yo no sabía cómo explicártelo —tartamudeé—. Lo intenté en una ocasión. Pero me tomaste por loca.

—¡Tendrías que haber insistido! —explotó Bom. Me quedé mirando a mi prima, era una inmensa sensación de alivio y amor, pero también por la impresión de no reconocer del todo a la chica que me miraba. Reprimí el escalofrío que me recorrió de la cabeza a los pies.

—Lo siento, Bom. Tienes razón. Además, ocultártelo me resultó siempre muy difícil. Yo sólo... —Suspiré y negué con la cabeza—. Fue una decisión muy complicada. Igual que ésta.

—¿Cuál? —Me miró confusa, y me pregunté hasta dónde le habría explicado Leslie.

—La... la de cambiarte. —Tragué saliva y estudié su cara con detalle para captar su reacción. Bajó la vista y su expresión se relajó un poco —. ¿Te han contado lo que pasó?

—Me lo contó Chaerin —respondió Bom, asintiendo—. Me dijo que todo había sido por su culpa y que me estaba muriendo. Y que le pediste que me convirtiera en vampiro. Para salvarme.

—No sabía qué hacer.

—No estoy enfadada contigo —dijo Bom, exculpándome —. Estoy segura de que yo habría hecho lo mismo de haberme encontrado en tu situación.

Cambió el peso de su cuerpo a la otra pierna sin despegarse de la pared, y por primera vez me di cuenta de que la ropa le quedaba muy ceñida.

—Eres un vampiro —dije, sin aliento casi.

—Lo soy —me confirmó Bom con una tímida sonrisa.

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Comments

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mariajoo #1
Chapter 45: Algún día actualizarán ?
natovida #2
Chapter 45: Complejo, complejo....
Skyth06
#3
Chapter 45: Animo ntp *+*
ChaeraM21 #4
Chapter 43: Y si casi matas a Dara para que CL la muerda y tldla felices?? No? Esto se pone cada vez mas sad ;-; y menos Chaera
Skyth06
#5
Chapter 43: Wtf boom con chae uyyyy
natovida #6
Chapter 42: Golpeen a Dara... Con urgencia....
Skyth06
#7
Chapter 42: Omg coontiiii
rabanne #8
Chapter 41: Estuvo muy bueno ^^ ya hubo Chaera *u* que Dara deje de estar tan ilusionada con Jiyong, que haga algo Chaerin para que le den celos a Dara xD
Esperare el próximo cap
ChaeraM21 #9
Chapter 41: Por fin un poco de Chaera ;-;