Pequeño Problema

Monster Academy [Trad]

Pequeño problema

Sábado, pasaste toda la mañana desde temprano ayudando a tu madre fuera, en el mercado. Ella insistió en no dejarte ir, para así podrías salir con HyeBin o hacer cualquier cosa que quisieras en tu fin de semana libre, pero no pudiste dejarle trabajar sola. En realidad, la verdadera razón por la que querías volver a casa, era para ayudarle. Encontraste que tu madre estaba no vendiendo tanto como antes, y que el precio del pescado  de su proveedor, el señor Cha, había incrementado. También te diste cuenta que el espacio del mercado también había aumentado.

—Está bien, JooRi ah —dijo tu madre, sonriendo.

Mirándola ese día, te diste cuenta que estaba más delgada que la última vez que le habías visto. También tenía más arrugas en el rostro. No pudiste evitar pensar que una mujer de su edad tendría que estar en casa, solo cuidándola, mirando algún programa de variedades, y plantando flores en el jardín. No ahí, trabajando sus viejos huesos por algunos peniques.

En la tarde, después de la cena, fuiste a lo de HyeBin a ayudarle para escoger un vestido para un evento de la escuela, y hablar más sobre Lay y D.O. Sus padres estaban felices de verte de nuevo, y los mayores quisieron saber más de la prestigiosa academia M, de la cual no sabías exactamente qué decir.

Tu día terminó con muchas cosas.

El domingo por la mañana, te levantaste temprano de nuevo, para ayudar a tu mamá en el mercado. Antes de ir a MA, usualmente dormías en los fines de semana. Pero ahora que solo podías ir a tu casa una vez al mes, sentiste que tenías que hacer más por el tiempo que estabas lejos, aunque fuera poco. Tú y los chicos habían acordado tomar el último viaje a la escuela, a las cinco y media de la tarde, así podías estar un par de horas más con tu madre.

Alrededor del mediodía, tu madre te dijo que dejaras de trabajar.

—Está bien, Umma. Lo tengo —le dijiste mientras acomodabas los pescados por onceaba vez, esperando que de esa manera atrajeran más clientes.

—Tienes un visitante —te dijo, entusiasmada. Finalmente levantaste la mirada para verla inquisitivamente. Se movió, revelando a tu misterioso visitante.

—¡LuHan! —exclamaste, levantándote—. ¿Qué haces aquí?

—Necesitamos ir a un sitio —te dijo.

—¿Qué? ¿Dónde?

—Tenemos una cita con Kim DongGuk. Es un felino —te dijo. Lo miraste interrogante, no realmente entendiendo de qué hablaba—. Es por nuestro proyecto —dijo impaciente.

—Oh… ¿En serio?

—Es mejor que empieces a moverte, si no queremos llegar tarde.

—O-oh, cierto. Cierto —murmuraste, entusiasmada, limpiando tus manos sobre el delantal—. Umma, lo siento, pero tengo que ir. Es por un proyecto…

—Está bien, JooRi, LuHan ya me dijo.

—Omoni, nos vamos ahora —LuHan se inclinó levemente, antes de irse.

—Es mejor que te cambies antes de ir —te dijo ella.

—Oh, cierto. Huelo a pescado —conveniste, oliéndote—. Te veo más tarde, Umma —dijiste, antes de correr tras LuHan.

—¡Te cuidado!

—¡Ya! —le dijiste a LuHan al alcanzarlo—. ¿Te importa si vamos a casa a que me cambie? Solo dime donde nos encontraremos. Seré muy rápida.

LuHan dejó de caminar y suspiró. —Iré contigo.

—No tienes que —le dijiste—. Puedes sentarte y esperar por mí en algún sitio.

—Alguien tiene que asegurarse que no llegues tarde —te dijo.

—Bien —aceptaste de mala gana—. ¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Fui a tu casa, ¿qué más pensabas? No estabas ahí. Tus vecinos me dijeron que quizá estuvieses aquí.

—Bueno, deberías haberme avisado sobre esto. Y creí que no conocías a nadie para el proyecto. Ahora de repente vienes aquí, diciéndome que tienes una cita. ¿Qué es esto? Realmente debes amar hacerme bromas, ¿verdad? —le acusaste.

—Intenté decirte. Pero no escuchas —dijiste.

—No, no lo hiciste.

—Sí.

—¿Cuándo?

—Piensa —gruñó, y caminó lejos de ti.

—Ya. ¡Ya! —le llamaste, pero él solo seguía caminando, dejándote atrás.

—Finalmente llegaron a tu casa. Entraste hasta la sala, con él siguiéndote.

—Solo espera aquí un rato —le dijiste, dirigiéndote a tu cuarto.

—Toma un baño mientras estás ahí —dijo.

Te oliste, debatiendo entre tomar un baño o solo echarte una buena cantidad de perfume.

—Apestas —te dijo, sin dejar lugar para argumentos.

Te mofaste, y te dirigiste al baño en lugar de tu cuarto. Pero tenía razón. Olías a pescado incluso después de haberte quitado la ropa. Rápidamente te duchaste, asegurándote de que no quedara una pisca de mal olor en tu cuerpo. Entonces saliste y miraste horrorizada el perchero de la toalla vacío.

—¡Omo! —exclamaste, nerviosamente, buscando una toalla—. ¡Uhg! ¡Mierda!

Miraste alrededor, esperando por algún mágico milagro.

—¡Ugh! ¡Cómo puedes ser tan estúpida JooRi! ¿Cómo puedes olvidarte una toalla? ¡Aish! —murmuraste, golpeándote la cabeza con un puño. Miraste tu ropa sucia. —¡Aish! ¡Estúpida! ¡Estúpida! —murmuraste, cuando también recordaste que no habías llevado ropa limpia para cambiarte. Estabas tan acostumbrada a que estuviesen tu madre y tú solas en la casa, que no había problema de caminar hasta tu cuarto para cambiarte.

Pensaste en volver a ponerte la ropa sucia, solo el tiempo suficiente para ir a tu cuarto. Levantaste la camisa e hiciste una mueca por el olor.

—¡Ugh! No podrá ser. ¿Cuál es el punto de haberme bañado si me volveré a poner esto? ¡Aish! ¡Qué haré!

—¡Ya! ¿Cuánto tiempo más te tomará? —escuchaste a LuHan gritarte desde la sala.

—¡Solo dame un minuto! —gritaste, pensando en que hacer.

—¡Llegaremos tarde!

—¡Solo dame un minuto, ¿sí?! —volviste a gritar agitada.

—¡Si no estás fuera en un minuto te dejaré y puedes olvidarte del proyecto!

—¡Aish! ¡Demonios! —jadeaste, mordiéndote las uñas.

Escuchaste un movimiento desde la sala y unos pasos alejarse.

—¡Ya, ya, ya! ¡¿Qué estás haciendo?! —exclamaste.

—¡Me voy! —contestó.

—No, no, espera. ¡No puedo salir! —Escuchaste como sus pasos se detenían.

—¿Qué quieres decir con que no puedes salir?

—Yo… puedes… ¿Puedes alcanzarme una toalla?

—¡¿Qué?!

—Olvidé traer una toalla —dijiste avergonzada. No contestó. Estuvo en silencio por un largo tiempo, en el que te preguntaste que debería estar haciendo—. ¡Ya! ¿Sigues ahí?

—¡Sí! ¡Sigo aquí! —contestó, sonando muy molesto.

—E-entonces, ¿podrías por favor traerme una toalla?

—¡¿Por qué olvidarías la toalla?! —espetó.

—No lo sabía. Quiero decir, usualmente mi toalla está colgada aquí. Mi mamá debe haberla lavado esta mañana —explicaste.

Escuchaste un suspiro de irritación. —¿Dónde?

—Uh, en mi cuarto. Encontrarás en la cómoda. El tercer cajón desde arriba —le dijiste. En ese momento, estabas tan avergonzada que solo querías desaparecer en el suelo lo antes posible.

Lo escuchaste caminar hacia tu cuarto y abrir el cajón. Le escuchaste exclamar algunas incoherencias antes de cerrarlo con un golpe.

—¿Hay algún problema? —preguntaste.

—¡Nada! —contestó, sonando más molesto que antes.

—¡Tercer cajón desde arriba! —le recordaste, nerviosa de que accidentalmente haya abierto uno de tus cajones de ropa interior.

Escuchaste otro cajón ser abierto y cerrado, luego sus pasos de nuevo. Unos segundos más tarde, estaba tocando la puerta. La destrabaste, abriéndola lentamente. Una cosa que odiabas de tu baño, era que quien fuera que lo había construido no tenía ningún estudio básico de carpintería. La puerta del baño habría hacia fuera, en lugar de hacia adentro, entonces era imposible esconderse si abrías la puerta.

Empujaste la puerta abierta, hasta dejar un mínimo espacio, solo para que tu brazo saliera. Sacaste la mano. Al sentir la suave textura de la toalla que te estaba alcanzando, rápidamente tiraste de ella hacia dentro, ansiosa por ponerla alrededor de tu cuerpo. Pero algo la atascó a medio camino, seguido por lo que pareció un sorprendido llanto de LuHan.

—¡Espera! —escuchaste decir a LuHan a la vez que volvías a tirar de la toalla. Tus ojos se ampliaron con horror, mientras la puerta se abría un poco, con el brazo de LuHan colándose en ella.

—¡AAAAAAAAAAHHHHHHHH! —gritaste, acercando la toalla a tu cuerpo.

—¡Espera! —dijo LuHan en pánico con la mitad de su cuerpo dentro. Te miró horrorizado, con nada más que una toalla cubriendo tus partes sensibles.

Volviste a gritar, corriendo hacia atrás, contra la pared ya que no había nada cubriéndote desde atrás. Él se metió incluso más al baño.

—¡MIERDA! ¡PARA! —dijo LuHan, tratando de alejarse, y la toalla se alejaba con él.

—¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO!? ¡VETE!  —gritaste, mientras tomabas la toalla con más fuerza, intentando que esta no se alejara de tu cuerpo.

—¡DEJA DE TIRAR! ¡ESTÁ ATASCADA EN MI BRAZALETE! —gritó.

Inmediatamente te congelaste. Miraste la mano que supuestamente aún tomaba la toalla, y viste que de hecho estaba enredada en el brazalete de LuHan.

—¡Mierda! —murmuró LuHan, girando su rostro para no verte.

—¿Qué debo hacer? —Entraste en pánico.

—¡Mierda! —repitió—. Escucha, suelta la toalla e iré afuera para desenredarla —dijo, rascando su cuello con la otra mano.

—¡No! —gritaste, presionando la toalla más fuerte contra tu cuerpo.

—¡No voy a mirar!

—¡NO! —El solo pensamiento de no tener nada puesto y LuHan aún dentro seguía siendo horripilante.

—¡¿ENTONCES QUE MIERDA QUIERES QUE HAGA?! —gritó con frustración.

—¡SOLO CALLATE! —gritaste, respirando con fuerza—. Voy… voy a desenredarlo. ¡Tú no debes ver! ¡No debes ver o juro que te mato!

—¡Entonces termina con esto!

—¡No te muevas! —dijiste, mientras suavemente caminabas detrás suyo.

—¡Mierda! —maldijo de nuevo, conteniendo el aliento.

Tomaste su mano, con la tuya temblando. Él se encogió cuando tocaste su muñeca, haciendo que lo mirases nerviosamente. Seguía mirando hacia otro lado. Rápidamente trabajaste, con las manos temblando, mientras le lanzabas miradas fugaces, asegurándote de que no te miraba.

—¡Apúrate! —te gritó. El sudor caía por detrás de su oreja, y su cuello se había puesto rojo. Su cuerpo estaba tan rígido, excepto por el ocasional temblor de su mano.

—¡Lo intento! —gritaste sin poder evitarlo. Pero era difícil desenredarlos usando solo una mano, mientras usabas la otra para mantener la toalla pegada a tu cuerpo. —Intenta tirar a la cuenta de tres. ¡Uno, dos tres! ¡Ugh! —gemiste con frustración, mientras tirabas de la toalla, LuHan también tiraba de su brazo en la dirección opuesta. Pero las dos cosas seguían juntas.

—¡Solo quita el brazalete! —ordenó. Su muñeca se estaba tornando roja por el cuero del brazalete irritando su piel por el constante tironeo.

—¡No puedo! ¡La maldita cosa sigue trabada! —le dijiste.

—¡Mierda! —maldijo de nuevo.

Diste otro poderoso tirón y la obstinada hebra de la toalla finalmente se desgarró, soltando el brazalete. Rápidamente caminaste hacia atrás mientras LuHan salía del baño con un fuerte golpe.

Exhalaste fuertemente, encogiéndote en el suelo. —¡Dios! —Respiraste, tomándote el pecho. Tu corazón estaba latiendo tan salvajemente que podías oír cada uno dentro de tu cabeza—. ¡Oh, Dios!

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Byue10
#1
Chapter 24: La shippeo con Luhan díganme que o soy la única :v
Byue10
#2
Chapter 14: Esto me esta gustando mucho, estoy pegada a la pantalla leyendo ?
Exocutebaby #3
Chapter 9: Jajajaj.pobre JoRi
JungSooSoo
#4
Chapter 25: Awww....Que adorable...♡
moon96 #5
Chapter 27: Hooolaaa~~ vine a fastidiarte por aquí también xD en fanfic es, estoy como Yiyi, pero no tengo cuenta, soy anónima ;-; ya te dije que amo este capítulo?
JungSooSoo
#6
Chapter 20: Super Cool el mounstro de Chen.I LOVE IT♥
PLEASE UPDATE SOON.........!!!!!!!!!!
BESOS Y ABRAZOS :3
JungSooSoo
#7
Chapter 18: Please Update sooooooon............!
Dinowife
#8
Chapter 11: Kei es un maldito ertído
JungSooSoo
#9
Chapter 11: I love It...! Is freaking funny!
Dinowife
#10
Chapter 3: Esta increíble sigue así