—Este debe ser mi día de suerte—escuchaste que alguien dijo detrás de ti.

Te giraste para ver a XiuMin sonriéndote ampliamente. Escuchaste algunos estudiantes afuera darle ánimos fuertemente.

—Lo siento por esto, pero ese pin es mío—dijo, corriendo rápidamente hacia ti.

¡OH, RAYOS!

Lo esquivaste a tiempo y te colocaste detrás de un escritorio.

—Wow, eres rápida—comentó mientras chasqueaba la cabeza de lado a lado—. Me gustan las presas rápidas. Pero yo lo soy más.

De repente arremetió hacia ti. Instintivamente empujaste el escritorio hacia él pero fácilmente lo evitó. Miraste hacia su muñeca, dándote cuenta que tenía el limitador.

¿Cómo es tan rápido?

De repente alcanzó el pin en tu pecho, pero fuiste capaz de dar un paso justo a tiempo, colocándote contra la puerta con impotencia.

—Fin de juego—sonrió satisfecho XiuMin. Pero antes de que pudiese tocarte, la campana de la escuela sonó, marcando el fin del receso para el almuerzo. —¿¡QUÉ!? Y estuve tan cerca—dijo con exasperación XiuMin.

Diste un suspiro ruidoso y te desplomaste contra el suelo.

—Ya, ¿Estás bien? —preguntó con alarma XiuMin.

—Sí, solo estoy exhausta—dijiste.

—Y esta es nuestra alarma. Que mal que nadie pudo atrapar a nuestro objetivo. Es muy impresionante, ¿no lo creen? Bien entonces, todo el mundo, por favor vuelva a clases. Continuaremos con este emocionante evento después de que las clases terminen. ¡Tengan una buena tarde!

¡MALDITO SEAS, SUHO!

Volviste a tu clase. JiMin estaba esperando en la puerta.

—¡JooRi-ah! Ven aquí. Saquemos eso—dijo tratando de quitarte el pin, pero no salía.

—Quizás solo funcione durante el evento—suspiraste con derrota.

—Siento no poder hacer nada para ayudarte—te dijo.

—No. No tienes por qué disculparte. Gracias, JiMin-ah.

—Te veo después de clases, ¿está bien? —dijo y encaró hacia su clase.

Volviste a clases, viéndote como una montaña de mierda por tu cara sudada y vencida. Algunas de tus compañeras rieron al verte, mientras que los chicos te alababan.

—Wow, ¡eres genial, JooRi-ah! No pensé que soportarías más de cinco minutos—dijo ChanYeol, dándote una palmadita en la espalda.

—¿Estás bien? —preguntó SeHun.

¿Qué crees? Frunciste el ceño. Él rió ante tu respuesta.

—Es solo por hoy y el día está por terminar. Sujétate a eso—remarcó.

—No pude disfrutar mi almuerzo—te lanzaste sobre el escritorio.

Cuando tu profesor de historia mundial apareció, todos volvieron a sus asientos. La clase se tornó muy tranquila. Incluso ChanYeol se estaba comportando decentemente. Pensaste que él debía ser muy estricto o algo así. Te acercaste a él, entregándole tu horario. Lo miró con interés, lo firmó y te lo devolvió. Aún sudabas mucho. Tomaste un pañuelo de tu mochila y comenzaste a limpiarte un poco. Estabas por darle la vuelta, cuando te diste cuenta que no era tuyo. Era el pañuelo que Kris te había dado.

¡Mierda! ¡Debí tomar el pañuelo equivocado por la prisa de esta mañana!

—Abran sus libros en la página noventa y siete—instruyó el profesor—. Song JooRi, comparte el libro de Wu YiFan.

—¿Señor? —preguntaste, sin tener idea de quién era el Wu YiFan de quien estaba hablando.

—Wu Kris—repitió, de una forma que te hizo sentir estúpida.

—A-ah, sí, señor—tartamudeaste. Estabas a punto de colocar el pañuelo de Kris en tu bolsillo.

—¿Qué está haciendo? Mueve tu escritorio, rápido. No dejaré que toda la clase espere por ti—dijo impaciente.

—S-sí, señor—respondiste con pánico. Inmediatamente te levantaste y moviste el escritorio junto al de Kris.

—El renacimiento fue un movimiento cultural que abarcó, aproximadamente, los siglos XIV y XVII—comenzó, aunque no hubieses terminado aún de acomodarte.

Pusiste el escritorio en el suelo y accidentalmente se cayó el pañuelo cuando te sentaste. Quisiste agarrarlo rápidamente, pero Kris lo tomó primero. Frenó al darse cuenta que era suyo. Miró el pañuelo empapado de sudor y luego a ti.

—Lo siento. Lo limpiaré de nuevo—gruñiste, quitándoselo de la mano.

—Song JooRi, ¿hay algo que quieras comentar para el resto de la clase? —inquirió el profesor con severidad.

—Uhm, no, señor—respondiste nerviosa.

—Nadie habla mientras yo lo hago—dijo para toda la clase, aunque sabías que iba directamente dirigido hacia ti. Volvió a leer el libro de texto. Te quejaste bajo en tu asiento.

¡Odio este día!

Kris llevó su libro más cerca de ti. Lo miraste. Sus ojos se fijaban en el texto del libro y actuó como si nada hubiese sucedido. Te quejaste de nuevo y rezaste para que ese día terminase más rápido.

El periodo infernal finalmente terminó. Todos dieron un suspiro y se estiraron de forma que parecía que hubiesen tenido una ardua tarea. Pusiste tu banco en su lugar y te sentaste.

—Que no te importe ese troll viejo y gruñón—te dijo ChanYeol.

—Lo odio—dijiste.

—Todos lo hacemos—dijo SeHun.

—No puedo esperar a que las clases terminen. Definitivamente obtendré ese pin—dijo ChanYeol, señalando tu pecho.

—¡Ya! ¡Déjame en paz! —le dijiste.

—Lo siento, JooRi, pero un nuevo teléfono y un mes de exención de las tareas de limpieza es difícil de ignorar—se encogió de hombros. Lo perforaste con dagas mentales, luego a SeHun.

—¡No me uní! —dijo SeHun.

El resto de las clases de la tarde pasaron ligeramente, y estabas agradecida de que los otros profesores no fueran ni la mitad de malos que el de historia. El timbre sonó finalmente. Te levantaste de tu asiento e, inmediatamente, todos los ojos estaban sobre ti. ChanYeol te tomó de repente del brazo. Colocó tu espalda contra su pecho y colocó sus brazos alrededor de tus hombros.

—¡Ya! —exclamaste.

—Lo siento, chicos, pero ella es mía—dijo al resto de sus compañeros.

—¡La señal aún no sonó, tramposo! Déjame—dijiste.

—No me importa. No dejaré que nadie más te tenga—dijo casualmente.

—Al menos piensa mejor tus palabras. Caray— murmuraste, mientras las chicas de la clase te lanzaban cuchillos con sus ojos.

—Muy bien—la voz de SuHo se escuchó por los parlantes—. Las clases terminaron al fin. Pero antes de que todos se emocionen, ¡no se muevan! Para hacer este evento razonable y justo para nuestro objetivo y aquellos que no pertenecen a su clase, ¡Le daremos un minuto antes de empezar!

—Espera, ¿qué? ¡Hyung, no! —ChanYeol le lloró a los altavoces como si SuHo realmente pudiese escucharlo.

—Nadie tiene permitido tocarla o seguirla durante un minuto. Song JooRi, puedes ir a cualquier lugar que quieras, pero no puedes salir del campus, o automáticamente perderás tus chances de  ganar el premio. Comenzaremos luego de un minuto contando hacia atrás. Tienen treinta minutos para recuperar su pin y traerlo a nuestra oficina. ¡Buena suerte a todos!

—Mierda—murmuró ChanYeol y finalmente te dejó ir.

—Buena Suerte—te dijo SeHun.

—Te sigo teniendo. Es mejor que no dejes que nadie más te atrape—dijo ChanYeol.

—La cuenta comienza, ¡YA!

Inmediatamente corriste fuera del salón, hacia el primer piso.

¡Mierda! ¿Por qué hicieron esta escuela tan grande?

—…treinta y siete… treinta y seis…treinta y cuatro…

—¡YA! —vociferaste.

—Ops, perdón. Quise decir treinta y cinco. Ahora estamos en treinta y uno… ¡Treinta!

—Rayos—murmuraste. Estabas finalmente fuera del edificio. Echaste un vistazo a todos los edificios a tu alrededor, pensando a donde ir. El terreno de la escuela se veía tan amplio como el océano, en esos momentos. Dudaste a cuál de los edificios podías ir y meterte a tiempo. Los otros estudiantes estaban mirándote desde las ventanas de los salones.

—… veintiséis… veinticinco…

Tus ojos se fijaron en el camino principal hacia la parte de atrás de la escuela. Corriste a través de él y te encontraste con una enorme pista y cancha.

¡Rayos! ¿Ahora dónde voy?

—… trece… doce…

Sin tiempo suficiente para pensar, te metiste en el edificio más cercano que viste. Jadeaste al ver que eran los vestuarios… los vestuarios para chicos.

—… ocho… siete…

Era demasiado tarde para salir y buscar otro lugar. Viste otra puerta que conducía a la parte de atrás del vestuario. Desafortunadamente, estaba bloqueada. Frenéticamente buscaste algún lugar para esconderte, pero no había ninguno.

—…cuatro… tres…

Encontraste un locker abierto y fácilmente te metiste en ese pequeño espacio.

—…uno. Todo el mundo: ¡Capturen la Estrella!

Luego de un rato, escuchaste voces fuera del edificio. Algunos estudiantes te vieron dirigirte hacia las pistas y cancha, y ahora te buscaban por ahí. Te quedaste dentro del locker en silencio por no sabes cuánto tiempo hasta que escuchaste la puerta abrirse.

—¿Está ella aquí? —escuchaste decir a alguien. Miraste a través de las pequeñas ranuras de la puerta del locker y viste a tres chicos buscando por el cuarto.

—Quizá se metió en algún locker—dijo otro chico, y comenzaron a buscar un locker abierto.

¡Rayos! Por favor, no dejes que me encuentren.

Un chico se dirigió directamente hacia tu puerta. Contuviste el aliento, cuando estaba a punto de abrirla.

—¿Qué están haciendo aquí? —una voz irritada sonó desde la entrada del vestuario.

—¡Sunbae-nim! Solo estábamos buscando a la chica con el pin—contestó uno de los chicos.

—Este vestuario es solo para los chicos del equipo de fútbol. Se supone que no deben estar aquí. ¡Fuera!

—Lo sentimos, sunbae-nim—dijeron los tres al unisono y salieron.

—Ya. D.O., fuiste un poco severo—dijo otra voz, aunque sonara satisfecho.

—Se lo merecían—contestó D.O.

—D.O. es siempre así, Chen. Deberías haberte acostumbrado ya a eso—dijo una voz familiar.

Te asomaste hacia las ranuras y viste a LuHan.

¡Oh, rayos!

—Pero, en serio, D.O. deberías bajar un poco ese temperamento que tienes—otra voz familiar, miraste y era Lay.

¡Doble rayos!

—¡Cámbiese todo el mundo! Los quiero ver en la cancha en cinco minutos—dijo XiuMin.

—Hyung, aún no es hora de las actividades del club—protestó D.O.

—¿Y qué? Estás aquí de todas maneras—contestó XiuMin—. ¿Dónde están los otros?

—Probablemente participando del love event—contestó LuHan.

—Oh, bueno. Siempre que no lleguen tarde—dijo XiuMin.

Tus ojos estaban por salirse de sus órbitas cuando comenzaste a verlos desvestirse.

¡POR-TODOS-LOS-SANTOS!

Giraste los ojos y miraste hacia abajo, donde estaban tus manos. Pudiste sentir tus mejillas arder por alguna razón.

¿Por qué terminé aquí?

—Casi la atrapo durante la hora del almuerzo. Si no fuera por ese estúpido timbre—dijo XiuMin.

Una figura se paró frente a ti y tus ojos se ampliaron cuando la puerta comenzó a abrirse. Te encontraste cara a cara con un D.O. a medio desvestir.

—Solo no es tu día de suerte, hyung… —los ojos de D.O. se ampliaron y su boca se abrió cuando te vio dentro. Solo se quedó allí por unos segundos.

—¡Ya! ¡D.O.! ¿Qué te sucede? —preguntó Lay.

¡Rayo! No dejes que Lay me vea, por favor.

Viste a LuHan aparecer detrás de D.O. y sus ojos también se ampliaron al verte dentro.

—Ya. ¿Qué está pasando ahí? —preguntó Chen.

LuHan sonrió satisfecho antes de cerrar la puerta. —Nada. D.O. olvidó su ropa para la práctica. ¿Cierto, D.O.? Ven, te daré la mía, traje extras.

LuHan se llevó a D.O., quien estaba rígido como una estatua.

—Okey—contestó Chen y se estaba a punto de quitarse los pantalones.

—¡Espera! —lo interrumpió LuHan.

—¿Qué? —preguntó Chen, confundido.

—La verdad sigue siendo temprano y los otros no están aquí. ¿Por qué no vamos por un poco de bubble tea al café? Yo pago—ofreció.

—Con alegría tomaré esa oferta—respondió Lay.

—Bien. Pero tú pagas—aseguró XiuMin.

—Sí. Yo pago—aseguró LuHan.

Todo el mundo se volvió a colocar los uniformes y comenzó a salir.

—Vayan. Yo iré cuando agarre mi billetera—dijo LuHan, dejándolos a él, a ti, y al aún sorprendido D.O. dentro.

Él abrió el locker otra vez y lo miraste nerviosa. Él sonrió.

—Todos se fueron ya—dijo.

Saliste del locker y diste un fuerte suspiro.

—Abriré la puerta de atrás para ti—dijo meciendo la llave frente a ti—. Hay un pequeño camino que va hacia el edificio central.

—¡YA! ¿Qué sucede aquí? ¿¡Y por qué estabas dentro de mi locker!? —reaccionó finalmente D.O.

—Lo siento. Estaba un lugar para esconderme y era el único abierto—explicaste.

—¿¡Y por qué pensaste en esconderte en mi locker!?

—D.O., ella es Song JooRi, el objetivo del evento de hoy. Supongo que terminó aquí dentro por el pánico—le dijo LuHan. Abrió la puerta y se dirigió hacia ti—. Aquí.

—Muchas gracias. Y siento los problemas—te inclinaste.

—No me agradezcas. No lo estoy haciendo gratis—sonrió.

—¿Q-qué quieres decir?

—Es mejor que te vayas ahora, antes de que alguien más entre—te dijo. Diste un suspiro de frustración pero hiciste lo que te indicó igual.

—Oh. Lo siento, D.O.-shi—le dijiste al chico y saliste.

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LuHan cerró la puerta detrás de ti y giró hacia D.O. —Por favor, mantén este secreto entre nosotros.

D.O. siguió mirándolo incrédulo, hasta que finalmente respondió. —Tienes una deuda conmigo.

—Gracias, che—dijo LuHan y palmeó su espalda—. Vamos.

D.O. se aseguró de trabar su locker apropiadamente antes de salir tras LuHan.

—¿Conocías a esa chica? —preguntó D.O.

—No realmente—contestó.

—¿Por qué la ayudaste, entonces?

—Sí, me pregunto porque—dijo, mientras una mueca aparecía en su atractivo rostro.

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Notas de la autora

Me di cuenta que los asientos de la clase dieron un par de confusiones, entonces dibujé esto para ayudarles a imaginarlo mejor… ^__^

No es todo el salón, igual.

Notas de la traductora

Sé que soy mala, pero solo traduzco… insulten a la escritora.

Quiero hacer un juego, ¿quién piensan que se sienta al lado de SooRi?

Una pista: todavía no apareció en el fic :D

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PD: perdón por eso del "Che" es que no sabía que poner para usar alguna jerga, así que use la de Argentina.