Un largo día

Monster Academy [Trad]

 

 

Te despertaste por el pálpito doloroso de tu nariz. Casi gritaste al ver tu rostro en el espejo. El área donde la pelota había golpeado tu nariz se había hinchado terriblemente. Pensaste que te veías como uno de esos boxeadores que veías en la televisión después de una pelea larga y sangrienta.

¡Omo! ¡Se ve horrible! ¡Y duele! —gemiste, moviendo tus lentes lentamente donde no tocara el gran moretón sobre tu nariz.

S-sí. Se ve terrible —dijo JiMin con simpatía.

Supongo que saltaré las clases de hoy. No puedo ir a la escuela así —protestaste.

Se supone que no vayas hoy a la escuela. Ya te excusaron por el resto de la semana —te dijo JiMin.

¿En serio?

Sí. ¿No te lo dije?

No.

¿En serio? Debí haberme olvidado —dijo pensativamente—. Como sea, eso es lo que dijo el doctor Jung. Volverás a clase la semana que viene.

Oh —murmuraste—. Debería estar feliz de oír eso, si la semana que viene no fuera nuestra semana de exámenes de mitad de año.

Oh, cierto. Casi olvidaba eso. ¡Ugh! Odio los exámenes —se quejó JiMin—. Pero no te preocupes por ello. Te prestaré mis notas de clase y te ayudaré a estudiar las clases que perdiste.

Diste un suspiro cansado y le sonreíste. —Gracias, JiMin. Lo siento. Siempre te causo problemas.

No lo haces. Y no hay de qué.

Knock. Knock.

Amabas se miraron entre sí cuando escucharon la puerta sonar.

¡Ugh! No me digas que son esas chicas de nuevo —JiMin frunció el ceño, refiriéndose a las chicas obsesionadas con el equipo de futbol. Te habías metido en un gran problema la noche anterior por ellas. Iban a tu cuarto en grupos, demandando que salieras a enfrentarlas. Algunas solo querían preguntarte sobre lo que había sucedido, pero la mayoría quería comenzar una pelea, y quizá iban con la clara intención de cortarte la cabeza. JiMin las había echado siempre ya que no permitía que salieras y hacer caso a sus “caprichos psicóticos”, pero ellas volvían siempre.

Knock. Knock. Knock. Knock.

Los golpes volvieron, solo que ahora más fuertes.

¡Gaaah! ¡¿Cuándo pararan estas cabezas huecas?! —gimoteó JiMin molesta—. Quédate aquí —te dijo antes de acercarse a la puerta.

Lo siento —susurraste.

¿Qué? —dijo JiMin irritada al abrir la puerta apenas.

Buenos días. Somos de la Prensa Estudiantil. Nos gustaría halar con Song JooRi shi respecto a lo que sucedió ayer…

Hay un cartel justo aquí —dijo JiMin, señalando la nota que el doctor Jung había escrito y estaba pegada en la puerta—. En caso de que ustedes no lo hayan notado. Tengan un buen día. Adiós —dijo, estaba a punto de cerrar la puerta, pero el otro estudiante lo previno.

Lo hemos leído. Pero la próxima edición del periódico será publicado pronto, y la próxima semana es de exámenes, así que no tenemos otro momento para interrogarla. Solo tomará un momento.

Ella no debe ser molestada. Está escrito muy claramente. ¿Y en serio quieren despertar a una paciente tan temprano en la mañana solo para interrogarla? Por favor, váyanse.

¡Ya! ¿Por qué estás siendo tan arrogante por esto? Debería estar agradecida de que consideremos su parte de la historia. ¿De verdad piensas que perderíamos el tiempo con una inútil Clase D?

¡¿Qué?! —exclamó JiMin con enfado.

Deja de actuar como si fueses importante porque tú y esa puta se junten con el equipo de futbol. ¿Quién te piensas que eres, repugnante sardina?

¿Qué acabas de decir…?

¡JiMin ah! ¡No lo hagas! —siseaste y corriste hacia ella antes de que saliera.

Es suficiente. Vuelvan al centro, todas ustedes. —La voz de la Abeja Reina se escuchó desde fuera.

JiMin y tú pararon tras oírla. Ella recorrió, o mejor dicho, caminó como un gato hacia tu puerta. Te congelaste dentro y escuchaste mientras JiMin ni siquiera se molestó en ocultarse cuando SoYeon mostró su disgusto al verla.

No hay nada que hacer aquí. Si ella no quiere ser interrogada, entonces solo debemos escribir el artículo como queramos —dijo y dedicó una sonrisa triunfante y maligna—. Ustedes tienen razón. No deberían desperdiciar su tiempo en seres insignificantes como estos —sonrió y se alejó.

Vuelve aquí, maldita…

¡No lo hagas! —gritaste cuando estuvo a punto de salir a hacer solo Dios sabe qué a la Abeja Reina. La atrajiste hacia dentro del cuarto y cerraste la puerta.

¡No me pares! ¡Esa perra realmente lo hizo! —gritó mientras alcanzaba la perilla.

¡No! —dijiste y volviste a tirar de ella—. Solo ignórala, ¿sí? No vale la pena.

Ah, ¡en serio! Eso es el porqué de que todos te molesten, eres demasiado permisiva. No hay nada malo en pelear a veces, especialmente cuando no estás equivocada —vociferó.

No quiero meterme en más problemas —dijiste.

Siempre dices eso, pero aun siendo dócil sigues metiéndote en problemas —contestó—. ¿De qué estás tan asustada?

Mu madre ya tiene problemas en casa. No quiero darle más cosas por las que preocuparse. Además, soy solo una Clase D. Estoy segura de que la mayoría de los estudiantes me matarían con facilidad si quisieran.

¿De qué estás hablando? Por supuesto que no. Ellos no harán nada dentro de los terrenos de la escuela; incluso en el mundo de los monstruos, el asesinato sigue siendo un crimen. Además, estamos aquí. Si alguien intenta lastimarte, no esperas que nos quedemos mirando, ¿o sí? Solo mira lo que ocurrió con Lee HeeJun.

Y mira donde están ahora Kai y ChanYeol. Ese es exactamente el punto. Reaccionando así harán que las cosas sean peores. Solo ignórenlos. Ellos se cansarán de odiarme. Solo quiero graduarme en paz, sin darle a mi madre algo de lo que preocuparse y sin causar problemas a nadie más.

Lo que pasó con Kai y ChanYeol no es tu culpa —dijo.

No contestaste, pero volviste a tu cama.

Pero lo es.

Escuchaste que Kai y ChanYeol habían sido suspendidos temporalmente hasta que las investigaciones adicionales sobre el incidente fueran hechas. Lee HeeJun por otro lado, seguía postrado por todos los huesos rotos. Era bueno que los monstruos se curasen y regenerasen rápido, o las heridas lo hubiesen llevado a un estado severo. También oíste que sus padres llegarían ese día para ver su condición. Por otro lado, los de Kai y ChanYeol serían llamados cuando las investigaciones fueran más claras, pero ellos ya habían sido informados sobre el incidente.

Como sea, oí que los miembros de la junta irían a hablar con HeeJun hoy. Estoy doscientos por ciento segura de que ese bastardo hará que el equipo de fútbol se vea como los malos —apretó los dientes.

Pero los miembros de la junta debería ser parcial, ¿o no? —preguntaste.

No lo sé —contestó JiMin—. Como sea, debo irme. Te veo después de la escuela.

Nos vemos.

Tu desayuno llegó después de un rato, pero reamente no te sentías hambrienta. Terminaste la comida algo angustiada, tomaste los medicamentos, hiciste tu cama, e incluso hiciste una pequeña limpieza. Las horas pasaron, y cada vez estabas más aburrida. No podías leer manga porque seguías usando tus lentes temporales de bajo aumento. El día se sentía ajetreado y largo. Como resultado, todo lo que pudiste hacer fue preocuparte por Kai y ChanYeol y como la entrevista con Lee HeeJun les afectaría.

Después de lo que pareció un rato muy largo, el almuerzo finalmente llegó. Tu teléfono sonó de repente.

Hola, ¿quién habla? —contestaste la llamada.

Hola, JooRi —una voz familiar llegó desde el otro lado de la línea—. Soy yo, Lay.

Oh, Lay. Hola —murmuraste, tu corazón dio un salto.

¿Cómo estás? —preguntó.

Estoy bien —contestaste. Se sentiste bien de que Lay siempre te preguntase como estabas.

¿Cómo está tu herida?

Bueno, mi nariz está hinchada, pero es tolerable —le dijiste.

¿En serio? Aplícale algo cálido dos veces al día por dos días. Ayudará a que la sangre circule mejor y reduzca la hinchazón. Después de dos días, aplica algo frío.

Oh, bien. Gracias. Um, ¿necesitas algo?

Escuché que no vendrás por algunos días —dijo.

Sí.

Pensé que te sentirías algo solitaria al comer el almuerzo sola. ¿Quieres almorzar conmigo? Puedo ir a la cafetería de los dormitorios a acompañarte —ofreció.

A-a-ahhh… ¿almorzar? —murmuraste en blanco, tu estómago se sintió repleto de mariposas.

Sí.

Hubieses dicho inmediatamente “sí”, de no ser que recordaste la advertencia del doctor Jung. Te debatiste entre seguir a tu corazón o tu cabeza. Pasar el almuerzo con Lay parecía tentador. Además, él había sido quien lo había ofrecido. Sin embargo, conocías las consecuencias de salir mientras el tema del partido tenis aún no se había enfriado. Para agravarlo, si los estudiantes te veían con uno de los miembros del equipo de fútbol, solo te pondría en una posición peor.

E-en realidad, se supone que debo tomar el almuerzo dentro de mi habitación, ya que el doctor Jung aún no me deja salir. Uno de los empleados de la escuela me trae las comidas. Pero gracias por la oferta. Eres muy amable —le dijiste.

Oh, ya veo. Bien, entonces. Pero no dudes en llamarnos si necesitas ayuda o si te sientes sola —dijo Lay.

Entendido, gracias.

Adiós, entonces. Descansa.

Adiós.

Te quedaste congelada por un momento antes de dejar salir un chillido. Saltaste en tu cama y enterraste la cara en el cuerpo de Totoro, olvidando completamente el palpitar de tu nariz en medio de tus risas de deleite.

¡Ow! ¡Ow! —murmuraste, frotando gentilmente tu nariz. Te tumbaste sobre la espalda y abrazaste a Totoro sobre el pecho.

Creo que realmente se preocupa por mí, reíste tontamente otra vez, volviendo a la conversación con Lay. Pero suspiraste al recordar que habías tenido que declinar su invitación, y te preguntaste si habías tomado la decisión correcta.

Hubo un golpe en la puerta, que te distrajo de tus recuerdos. Te levantaste a responder, pensando que debía ser tu almuerzo.

¡Ya! ¡Abre la puerta, bruja! ¡Sé que estás ahí dentro! —gritó una chica. Dejaste de caminar al darte cuenta que quizá esa fuera una de las aficionadas otra vez.

El picaporte de la puerta giró violentamente al, desde fuera, intentar abrirla. Suspiraste con alivio al recordar que JiMin la había trabado la puerta al irse esa mañana.

¡YA! —gritó la chica.

¡BAM! ¡BAM! ¡BAM!

Los golpes contra la puerta sonaban muy fuertes, y creíste que ella debía estar pateándola ahora.

¡ARRGGGH! ¡BRUJA! ¡No podrás ocultarte para siempre! ¡Espero que estés preparada cuando te vea! —gritó y dio otra fuerte patada a la puerta. Entonces escuchaste fuertes y enojados pasos alejándose.

Suspiraste con alivio después de estar segura de que se había ido.

Supongo que tomé la decisión correcta después de todo.

Knock. Knock.

Te estremeciste al oír otro golpe, pero esta vez, vino desde la puerta del balcón. Miraste la puerta con confusión.

Knock. Knock. Knock.

¡Ya, JooRi ah! ¡Abre la puerta! ¡Rápido! —La voz de ChanYeol llegó desde fuera.

¿Qué mier…?

Corriste hacia la puerta en un instante y la abriste, revelando a unos sonrientes Kai y ChanYeol fuera.

Sorpre… —dijo ChanYeol, pero de repente paró al ver tu cara.

Los dos se miraron sorprendidos hasta que ChanYeol soltó una fuerte carcajada.

¡Omo! ¡JooRi! ¡Tú cara! ¡Omo! —gimoteó ChanYeol con incoherencia entre risas. Kai también estaba riendo, aunque no era tan histérico—. ¡Te ves como si te hubiese nacido una cebolla en la nariz! —continuó riendo ChanYeol.

Solo continuaste mirándolos sorprendida.

¡Aigoo! —suspiró ChanYeol cuando pareció calmarse un poco—. Como sea, ¡sorpresa! —te saludó antes de que ambos entraran en el cuarto sin esperar invitación—. Wow, tu cuarto es muy ordenado, ahora que lo veo mejor. ¿Los cuartos de las chicas son normalmente así? —continuó ChanYeol, caminando por ahí, mientras Kai se sentaba en tu cama.

¡Ya! ¿Por qué están aquí? —finalmente pudiste reaccionar.

Estábamos aburridos, así que decidimos hacerte una visita, al oír que también estabas suspendida —te dijo ChanYeol.

No estoy suspendida. Debo descansar en cama —le corregiste.

¿Entonces por qué no estás en la cama? ¿Cuál es la tuya? ¡Ah! Déjame adivinar. ¿Esta? —dijo señalándola.

Sí —contestaste.

Huele como ella —Kai le siguió la corriente, acercando tu manta hacia su nariz y oliéndola. Aunque ya sabía que era tu cama.

¡Ya! —gritaste y tiraste una almohada a su cara—. ¡Aléjate de mi cama, ertido!

Rió entre dientes pero no se movió de tu cama.

Como sea, ¡¿por qué están ustedes dos aquí?! —demandaste.

Te lo dijimos, estábamos aburridos, así que decidimos venir. También queríamos saber que estabas haciendo —te dijo ChanYeol.

¡Pero no está permitido que estén aquí! —observaste.

¡Cálmate! No es como si alguien lo supiera, de todos modos. Todo el mundo está en clases justo ahora, ¿verdad, Kai?

Kai se encogió de hombros y te sonrió de lado. Te lanzó algo y tú luchaste por sujetarlo. Sentiste algo frío en tus manos.

¿Qué es? —preguntaste incluso antes de mirar que era.

Un presente para los pacientes enfermos —sonrió ChanYeol.

Miraste y te diste cuenta que era helado.

Es de chocolate —te dijo Kai.

Sonreíste y te acercaste a la cama.

Se supone que debes darle comida saludable a la gente enferma, como frutas o medicina —reíste—. Pero gracias. ¿Qué son todas esas otras cosas? —preguntaste, refiriéndote a la bolsa de plástico que Kai estaba sosteniendo.

Nuestro almuerzo —contestó este.

¿Qué?

Almorzaremos aquí, ya que también escuchamos que debías coger tus comidas aquí, porque no se te está permitido salir del cuarto, ni siquiera a la cafetería —te dijo ChanYeol—. Hablando de lo cual, no veo tu almuerzo en ningún sitio.

Alguien de la cafetería me trae las comidas aquí. Ellos deben estar preparándola —les dijiste.

Knock. Knock.

Tu comida está aquí —dijo la persona tras la puerta.

Ahí está. —Te encogiste de hombros—. Los dos, quietos —les dijiste.

¡Sí! —contestó ChanYeol con su típica voz fuerte.

¡Ya! —susurraste, pero ellos solo rieron.

Te dirigiste a la puerta, pero ChanYeol y Kai no hicieron el mínimo esfuerzo por esconderse o siquiera moverse del lugar en el que estaban. El empleado iba a ingresar al cuarto y dejar la bandeja sobre la cama, como siempre, pero tú lo frenaste y tomaste la bandeja. Él no notó nada sospechoso y se fue por donde había venido.

¡Aish! ¿Qué están haciendo? —les gruñiste, pero ellos solo rieron—. Ah, en serio, estos chichos —resoplaste, bajando la comida.

Deja de estar tan tensa todo el tiempo. Te saldrán arrugas. —ChanYeol enroscó ligeramente su brazo con el tuyo y se inclinó para inspeccionar tu comida—. ¡¿Vegetales?! —Hizo una mueca con desagrado.

¿Qué hay con ellos? Estoy enferma, ¿recuerdas? —le dijiste. Arrugó la cara con disgusto.

Ellos también comenzaron a desempacar su almuerzo. Te quisiste oponer pero ellos probablemente no escucharían, así que decidiste dejarlos ser. Los tres se sentaron en el suelo y almorzaron juntos.

¡Puajajaja! —Rió ChanYeol mientras comían. Kai y tú lo miraron inquisitivamente.

¿Qué? —preguntaste.

Lo siento. Sigo sin poder parar de reír cada vez que veo tu nariz —dijo ChanYeol.

¡Aish! —resoplaste.

Pero en serio, se ve muy mal. ¿No duele? —preguntó Kai.

Por supuesto que sí. Pero el doctor Jung me advirtió de antemano sobre la hinchazón, y que se iría en un par de días —dijiste.

Él solo te miró seriamente mientras masticaba la comida, haciéndote preguntar que estaría pensando.

¿Debería tan solo haberlo matado? —murmuró después de unos instantes, volviendo su atención a la comida.

¡Y-ya! Sé que Lee HeeJun ha sido rudo y todo eso, pero no deberían haberlo hecho. ¿En qué estaban pensando?

Aish. Ese bastardo se lo merecía. Lo que hicimos no fue suficiente, si me lo preguntas —dijo ChanYeol.

¿No fue suficiente? ¡Lo golpearon hasta casi su muerte! Dijeron que casi todos sus huesos estaban rotos.

Sus huesos rotos se curarán en poco tiempo. ¿Deberíamos haber dañado alguno de sus órganos internos? —preguntó Kai a ChanYeol, como si estuviese hablando de su color preferido.

¡Ya! Aish, en serio. Sus padres llegarán hoy, ¿o habían oído?

Sí —contestó ChanYeol.

Y la junta lo interrogará hoy —les dijiste.

Estoy seguro que ese bastardo dirá solo mentiras —dijo Kai tranquilamente, masticando su comida, sin verse ni un poco preocupado.

¡Ya! ¿No estás ni un poquito preocupado? ¿No están asustados por la decisión de la junta?

Nope. —ChanYeol se encogió de hombros—. Lo único de lo que estoy asustado ahora es lo que mi madre me hará cuando venga. Ahhh, me matará.

¿No se les ocurrió que podrían ser expulsados?

Nah. Todo el mundo sabe lo gilipollas que Lee HeeJun puede llegar a ser, nadie le creerá. Además, ellos también tienen que oír tu versión. Nuestras historias no parecieron convencerles —contestó ChanYeol confidente.

Mmm, tienes un punto —asentiste.

¿Lo ves? Deja de preocuparte tanto por nimiedades —dijo.

Riiiiiiiiiiiiiiiiiing… Riiiiiiiiiiiiiiiiiing…

Tu teléfono sonó pero era un número desconocido. Decidiste contestar la llamada de todas maneras.

¿Quién habla?

Buenos días, ¿Song JooRi shi? —Una voz masculina llego desde el otro lado de la línea.

Sí.

Soy Maru, de la oficina del director. Los miembros de la junta de la escuela quisieran hablar contigo esta tarde acerca de lo ocurrido en el incidente del partido. ¿Te encuentras lo suficientemente bien para atenderlos?

Ah, sí. Estaré ahí —contestaste.

Bien. Por favor, ven a la oficina del director a eso de las tres de la tarde. ¿Le parece un buen horario?

Sí.

Bien. La junta te esperará. Ten un buen día.

Muchas gracias.

Beep.

Miraste hacia Kai y ChanYeol nerviosa.

¿Qué pasó? —preguntó ChanYeol. Los dos te habían estado mirando todo el tiempo que hablaste por teléfono.

De la oficina del director. La junta quiere hablar conmigo esta tarde —les dijiste.

Ah, ¿en serio? —preguntó ChanYeol.

Sí.

¿Estás nerviosa? —preguntó Kai.

Suspiraste antes de responder. —Sí.

No hay que estarlo. Solo diles la verdad. Y no te dejes intimidar —te dijo ChanYeol.

Asentiste, pero tu estómago se sentía revolotear por la ansiedad. —Como sea, necesitan irse ahora. Debo prepararme para esta tarde.

¿Qué? —dijo ChanYeol.

¡Rápido! —dijiste, espantándolos, ya que tampoco habían terminado con su almuerzo.

¡Aish! Habíamos planeado estar aquí toda la tarde —gruñó ChanYeol pero se levantó de todas maneras. Ellos se dirigieron al balcón y saludaron. ChanYeol se deslizó primero y aterrizó sin problemas en el suelo, pero Kai no lo siguió inmediatamente.

Buena suerte —dijo.

Gracias. Haré lo mejor para que no se metan en problemas —le dijiste, tu nerviosismo se notaba en todo su rostro. Tu cuerpo también estaba tenso, y Kai lo notó.

Ya, todo saldrá bien. No te preocupes mucho por eso —dijo y sacudió tu flequillo. Asentiste—. Nos vemos luego —dijo y saltó, cayendo en el suelo a salvo junto a ChanYeol. Seguías sin poder dejar de sorprenderte al ver como de fácil podían saltar desde una altura considerable sin lastimarse. Te preguntase cuando podrías hacer tales cosas.

Se inclinaron para ti, antes de irse. Volviste inmediatamente a tu cuarto y limpiaste las cosas del almuerzo. Inmediatamente te dirigiste a tu armario para buscar ropa decente para usar después. Luego gastaste tu tiempo pensando en cómo podrías dominar la entrevista. Nunca habías sido una buena habladora en situaciones que no fueran conversaciones, tales como reuniones, entrevistas, e incluso en informes orales. Fácilmente te ponías nerviosa y tartamudeabas mucho.

Necesito hacerlo bien si quiero ayudar a ChanYeol y Kai.

Pensaste en las posibles preguntas que podrían hacerte, y ensayaste tu discurso muchas veces para estar segura de no entrar en pánico luego.

Ahh. Este va a ser un muy largo día. 

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Comments

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Byue10
#1
Chapter 24: La shippeo con Luhan díganme que o soy la única :v
Byue10
#2
Chapter 14: Esto me esta gustando mucho, estoy pegada a la pantalla leyendo ?
Exocutebaby #3
Chapter 9: Jajajaj.pobre JoRi
JungSooSoo
#4
Chapter 25: Awww....Que adorable...♡
moon96 #5
Chapter 27: Hooolaaa~~ vine a fastidiarte por aquí también xD en fanfic es, estoy como Yiyi, pero no tengo cuenta, soy anónima ;-; ya te dije que amo este capítulo?
JungSooSoo
#6
Chapter 20: Super Cool el mounstro de Chen.I LOVE IT♥
PLEASE UPDATE SOON.........!!!!!!!!!!
BESOS Y ABRAZOS :3
JungSooSoo
#7
Chapter 18: Please Update sooooooon............!
Dinowife
#8
Chapter 11: Kei es un maldito ertído
JungSooSoo
#9
Chapter 11: I love It...! Is freaking funny!
Dinowife
#10
Chapter 3: Esta increíble sigue así