Regalos y Gratitud

Monster Academy [Trad]

Gracias a Nanami T por traducir este capitulo 


 

LuHan te vio caminar por la biblioteca. Incluso te llevaste una silla por delante en el camino.

—Estúpido oso canoso. —Sacudió su cabeza impotente y volvió a su libro.

—LuHan —le llamó Lay, dándole una mirada significativa. XiuMin y ChanYeol hacían lo mismo.

—¿Qué? —preguntó.

XiuMin balanceó su cabeza en tu dirección.

LuHan soltó un suspiro. —¿Por qué yo?

—No estás haciendo nada —contestó Lay.

Aish. Bien —resopló, levantándose, y también caminó hacia la salida.

Escaneó el área una vez fuera, pero no pudo verte en ningún lugar cercano a la biblioteca. Rascó su cabeza molesto. Comenzó a oler, siguiendo la dirección de tu esencia. Te encontró parada frente a una de las muchas máquinas expendedoras dispersas por el campus. Te veías lerda, contando seriamente las monedas en tu mano. Hurgaste en tu bolsillo del uniforme por más.

—Ah, en serio —suspiró, acercándose a ti.

Sonreías al terminar de contar las monedas y estabas a punto de ponerlas en la máquina, pero LuHan te empujó y comenzó a meter las suyas.

—¡Ah, qué! —exclamaste.

Casualmente escogió una bebida y tomó la lata de la ranura. La abrió y bebió de ella, ignorándote.

—¿Tan desesperada estás por molestarme? ¡Aléjate de mí! —Lo empujaste del frente de la máquina. Literalmente le siseaste con molestia antes de fijar tu atención nuevamente en la expendedora. Estabas a punto de poner las monedas, pero LuHan volvió a empujar tu mano, insertando las suyas propias, causando que todas tus monedas cayeran al suelo.

—¡Aish! ¡EN SERIO! —Vociferaste furiosa, levantando las monedas del suelo—. ¿Qué te piensas que…? —Paraste a mitad de la oración al ver que sostenía una lata frente a ti.

Lo miraste con confusión. Te hizo señas para que la tomases.

—¿E-eso es… para mí? —preguntaste.

—Te la estoy dando a ti, ¿no? —contestó secamente.

—¡Bueno, no la quiero! —dijiste molesta.

—¡Aish! ¡Sólo tómala! —dijo, empujando la lata contra tu frente. No tuviste otra opción más que tomarla, puesto que él la liberó de su agarre—. Supongo  que no debía portarme tan pesado antes —dijo, antes de que pudieses expresar alguna palabra de tu cabeza.

Lo miraste con una expresión de confusión, intentando entender lo que eso significaba. Se sentó en un banco cercano y continuó bebiendo su lata, la cual te diste cuenta, era la misma que te había dado.

—¿Estás intentando disculparte? —preguntaste al fin.

—¡¿Qué?! —rió, aturdido—. ¿Por qué demonios haría eso? No es mi culpa que seas estúpida —contestó.

—¡Porque tú! —gruñiste y realmente intentaste no lanzarle la lata en la cara, decidiste escuchar mejor tu juicio…

Debe ser su tonta forma de disculparse.

Le frunciste el ceño y finalmente te sentaste al otro lado del banco. Claro que estabas consciente de que era una manera pobre de disculparse, y cualquier persona normal hubiera hecho lo mismo que tú con la lata en tu mano. Pero de nuevo, era LuHan de quien estabas hablando y probablemente él no se disculpa, nunca. Además, no estabas segura de seguir sabiendo lo que “normal” significa. “Normal” se fue al otro lado del mundo al momento que pisaste MA.

Volteaste la bebida de tu mano, frunciste el ceño nuevamente cuando te diste cuenta de que clase de bebida él te dio.

—No bebo café —mascullaste.

—¡Aish! ¡Entonces devuélvemelo! —se quejó mientras intentaba quitarte la lata de café pero la alejaste.

—¡No dije que no la bebería! —le dijiste — Y no hay devoluciones.

—Como sea —dijo con fastidio y se volvió hacia el otro lado del banco.

Bebiste de él e hiciste una mueca por el fuerte y amargo sabor. Era Americano.  —¡¿Cómo puedes beber esta cosa?!

—La gente que no toma esto son bebés —dijo.

—No todos comparten tus mismos gustos, adultos incluidos —le dijiste.

—¿Entonces preferirías beber leche? —dijo con sarcasmo. Le hiciste una mueca, sin querer admitir que realmente preferías la leche antes que el café.

—Si estás esperando a que te agradezca olvídate de eso. Además, no deberías agradecerte por una disculpa —dijiste.

—¡Aish! Ya dije que no era una disculpa. No te creas demasiado.

—Como sea —replicaste. — ¿Porque estás aquí de todos modos? ¿Te sientes culpable de que me hayas echado de la biblioteca?

—Fue tu culpa —resopló. — Deja de andar culpando a los demás.

—¡Estaba estudiando tranquilamente hasta que viniste a molestarme y me echaron! Y no respondiste mi pregunta. ¡¿Por qué estás aquí?! —dijiste, tu temperamento jugándote una mala pasada de nuevo.

—Los chicos quisieron asegurarse de que nada malo pasara —dijo.

—¿Qué? —preguntaste, confundida.

—Pensaron que lo mejor sería no dejarte sola, literalmente. Ya que eres muy estúpida —masculló antes de tomar otro sorbo de su café.

Le escuchaste, pero decidiste quedarte callada y fijarte en cosas más importantes. — ¿Así que me estás acechando?

—Acechar es cuando sigues a alguien sin que esta sepa de ello. ¿Parece que te estoy acechando? Idiota.

—¡Aish! ¡Bien! Lo que sea tu “no acecho” que haces, puedes detenerte. No necesito a nadie vigilándome, especialmente tú. No me trates como un niño débil que necesita mucha protección.

—Es divertido, ya que recuerdo haberte salvado dos veces —dijo

—Eso… f-fue algo distinto.

—¿Como que distinto?

—¡Aish! Solo… —suspiraste con frustración—. De todas formas, no es como si quisieras estar aquí. Puedo cuidarme yo sola —le gruñiste.

—Basado en experiencias, eso no es cierto.

—Solo cállate —dijiste fastidiada mientras caminabas hacia la papelera para tirar la lata que ahora estaba vacía—. Mis problemas son mis problemas. No quiero que algo como eso vuelva a suceder —murmuraste lo último para ti misma.

LuHan lo escuchó, y sabía que no iba dirigido a él. Miró fijamente tu espalda mientras estabas parada frente a la papelera, inmóvil. Era difícil saber que estabas pensando, pero estaba seguro de que te referías a Kai y ChanYeol. Y por primera vez, se preguntó que tanto cuidabas de ellos, que otras cosas desaparecieron por no haberlo dicho, y siquiera alguien más aparte de ti lo sabía.

LuHan nunca se aficionó con alguien. Para él, la mayoría del tiempo las personas podían hacerle más daño que cuidar de él. Y entonces aprendió de la manera difícil. Pero aun así, sabía que tiene personas a las cuales acudir en cualquier caso, como SeHun y Lay, y los demás en los que ha confiado: El equipo de fútbol. Ellos podían ser pocos, pero eran todo lo que él podría necesitar.

En serio, ella no podría pensar que puede hacer todo sola. No puede ser tan estúpida para pensar eso... pensó y se preguntó si incluso hablabas con JiMin de tus cosas.

—Bueno, me voy… —Sonreíste, sacando a LuHan de sus pensamientos. Fuiste hasta la máquina expendedora e insertaste unas cuantas monedas.

—Ya te di algo de beber —te dijo.

—No es para mí —respondiste, agarrando la lata que cayó en la ranura de la máquina. Él alzó una ceja mirándote con duda pero tú no le respondiste—. Gracias. —le dijiste sin mirarle.

—Solo es café —dijo.

—No por eso. Por salvarme dos veces. —Sonreíste.

—Puede que te haya salvado dos veces de ese idiota pero también te he salvado un montón de veces en cosas diferentes.

—Aish, bien. Gracias de por todo eso también.

—No es gratis —te recordó.

—¡Aish! ¡Ya sé, ya sé! Lo dejaste bien claro. —Frunciste el ceño al recordar todo la esclavitud por la que te hizo pasar, e interiormente gemiste al percatarte de que probablemente te obligaría a hacer todo tipo de cosas pronto puesto que no tiene algo más importante en que pensar.

—¿No puedes cambiar ese bolso? Porque sigues usando esa cosa, a menos que seas realmente estúpida o algo así.

—¡Ugh! Lo cambiaría si tuviera otro para hacerlo, pero no lo tengo —respondiste con irritación—. Me voy. Y no andes siguiéndome —dijiste mientras empezaste a caminar, pero te detuviste—. Te invitaré a beber algo para la próxima.

—No te preocupes. Incluso estabas pasando mal rato contando las monedas —resopló.

—¿No puedes decir gracias o al menos pretender estar feliz como cualquier persona normal? —jadeaste frustrada.

—Quizás no soy normal.

—Cierto. No lo eres. —Frunciste el ceño y seguiste caminando.

—Beber algo, ¿huh? —Dijo distraído, dándole vuelta a la lata vacía en su mano—. ¡Hey, oso canoso! —te llamó. Te detuviste y volteaste a verlo—. ¡Supongo que si iré a tomar algo contigo!

—¡Entendido! —le gritaste

—¡Sin devoluciones!

—¡No soy como tú! —Reíste y finalmente te fuiste.

Él lanzó la lata en dirección a la papelera, estilo basquetbol. Cayó perfectamente dentro de ella con un aludido tintineo.

—Estúpido oso canoso —susurró para sí mismo con una sonrisa en su rostro.

————

Kris se asomó por una de las ventanas del Club de Arte. Ese día andaban haciendo pocas actividades fuera, no había atletas corriendo en la pista, ni jugadores corriendo y pateando la pelota en la cancha de fútbol, ni estudiantes agrupadas en las bancas viendo los cuerpos y músculos de ellos. Solo estaba el equipo de voleibol que no descansaba ni un segundo, sin pensar en los exámenes de la semana siguiente.

Él siempre ha sido así, siempre observando. Podría pasar todo su tiempo mirando las actividades escolares desde esa ventana. Puede quedarse de la misma forma por horas hasta que los últimos rayos del atardecer desaparezcan uno a uno gracias a la oscuridad. Podría ver como las ruidosas actividades de afuera se van lentamente acabando mientras el tiempo cambia de tarde a noche, hasta que no se oiga más nada que pequeños susurros de la brisa entre los árboles cuando los estudiantes ya se hayan ido a dormir. No era un pasatiempo, sino más como un hábito.

Le fascinan los paisajes. El mundo que veía por la ventana siempre le parecía tan diferente. Y todavía, le parece que está un poco más allá, fuera de su alcance. Todo lo que puede hacer es mirar, pero nunca podrá acercarse demasiado.

Sus oídos captaron los ruidos de alguien aproximándose. Puso su atención a la puerta momentos antes de que la persona estuviera allí. No tuvo que ver a través de ella para saber quién era.  Ha estado viendo a esta persona por días y ahora su presencia se le hacía muy familiar. Y todavía había cosas en las cuales no podía meter la mano, y le hacía incapaz de saber todo por completo.

Una sombra bloqueó los rayos del sol en el pequeño espacio entre la puerta y el piso, mientras el que estaba afuera caminaba de manera inquieta. Kris escuchó un suspiro antes de que la puerta se abriera completamente. Un cabeza se mostró.

—¡Oh, Kris shi! —saludaste, un poco aliviada—. Pensé que te encontraría aquí.

Kris gruñó en respuesta, esperando a que le dijeras que querías.

—Uhm, bueno… —dijiste mientras entrabas y te detuviste a cierta distancia de él—. Quería agradecerte por haberme ayudado ayer. Realmente, gracias. —Te inclinaste y le miraste nuevamente—. Me di cuenta de que no te había dado las gracias aún, lo siento — dijiste, rascándote la cabeza.

—Está bien —respondió en su tono inexpresivo usual.

—Estoy realmente agradecida por lo que hiciste. No puedo imaginar que hubiera pasado si no lo hacías —continuaste.

Kris no respondió y continuó observándote con su natural rostro pasivo, haciéndote imposible el poder leer sus pensamientos.

—Y-y lamento no haber asistido al tutorial esta mañana —añadiste.

—Está bien, ya me había enterado de tu condición así que no esperaba que lo hicieras —respondió.

—Oh, ya veo.

—Ten —dijo, extendiéndote un cuaderno.

Lo agarraste sin ganas, con signos de interrogación por todo tu rostro.

—Son las lecciones que no hemos logrado discutir. Intenté dártelo el lunes. Úsalo mientras hagas las lecciones en tu libro —te dijo.

Miraste el cuaderno sorprendida, luego a Kris, luego al cuaderno otra vez. — ¡A-ah, gracias! No esperaba nada como esto. No tenías que molestarte… — Fue todo lo que lograste decir.

—En realidad no. Enseñarte para esta asignatura es mi responsabilidad. Debo estar seguro de que aprendas, sin importar las circunstancias —dijo con simpleza.

—Oh, ya veo. Gracias entonces. Usaré esto cuando estudie. —Sonreíste. Kris gruñó en respuesta. Aún no te movías para irte, solo le miraste, temblando en el mismo lugar.

—¿Algo más? —preguntó Kris.

—O-oh uhm… nada. Hehe. Me voy entonces. Gracias —respondiste y te diste la vuelta. Pero regresaste después de unos cuantos pasos—. E-en realidad, hay algo más.

Kris esperó mientras parecías debatir contigo misma. Pudo sentir emoción de ti, incluso hasta nerviosismo, pero no miedo, como los demás. Él últimamente podía sentir las emociones de los demás, y siempre ha sabido que las personas le temen de alguna forma, creció sabiendo eso. Todo aquel que se le acercaba le temía, y él sabía porque. Pero era temido en todo lugar que fuera, incluso entre otras personas, personas que ni siquiera le conocían. Pero tú no. Ni una vez ha sentido que le tengas miedo siempre que estaba cerca.

—Ten —dijiste finalmente mostrándole una lata de Coca. Él te miraba sorprendido y confundido a la vez—. Uhm… —murmuraste, pensando en donde poner la lata, te decidiste por dejarla en la mesa más cercana a él—. Sé que no es mucho pero, es todo lo que puedo dar. Hehe. Gracias por todo. — Sonreíste.

Kris miró la lata, luego a ti. Temblabas haciendo la atmosfera incómoda y finalmente decidiste romper el silencio.

—¡Te veré en clases. Adiós! —dijiste y te volteaste apresurada por salir. Tropezando con un lienzo en el camino—. ¡Lo siento! —murmuraste mientras lo volvías a poner de pie y finalmente saliste del salón.

Kris se mantuvo mirando la puerta por un largo rato antes de volver a poner su mirada en la lata de Coca. Finalmente se movió del lugar y se acercó hacia donde estaba la lata. Se quedó mirándola hasta que al fin decidió agarrar la lata de Coca. Una pequeña sonrisa se asomó a los extremos de sus labios, dándole una extraña calidez en su frío y guapo rostro.

————

—Dios, eso fue tonto —murmuraste mientras tomabas aire profundamente cuando estuviste al final del pasillo—. Pero pienso que estuvo bien. —Sonreíste.

Realmente le diste esa Coca a Kris en algún tipo de acción de gracias. Lo que él hizo por ti y el equipo de fútbol fue algo tan grande que pensaste que un simple “gracias” no sería suficiente para expresarte. Aunque, cuando llegaste al Club de Arte, vacilaste en tu determinación y dudaste si harías lo correcto. Kris no parece ser del tipo amistoso y te preguntaste si él pudo pensar que estabas siendo muy familiar con él dándole la Coca, y quizás hubieras terminado fastidiándole. Kris no dijo nada cuando le entregaste la lata, pero tampoco parecía estar enojado así que supusiste que estuvo bien.

—En serio, JooRi, siempre te preocupas por los pequeños detalles. De todos modos… —mascullaste para ti misma y empezaste a pasar las páginas del cuaderno que te entregó Kris mientras seguías caminando—. ¡Omo! ¡Esto es fantástico! —murmuraste mientras veías lo que había en cada página.

Había una lista de términos con cortas y simples definiciones en una letra clara, así como un resumen de las partes más complejas de cada lección que necesitan más explicación. También encontraste un examen al final de cada tema, y él incluso indicó el número de páginas de referencia para ello.

—Creo que no es tan frío después de todo. —Sonreíste.

Giraste en una esquina, y estampaste tu rostro en algo suave. Miraste arriba para ver de quién era el pecho con el que habías chocado.

—¡Oh! Es usted, Song JooRi shi.

—¡Director! —exclamaste al ver el rostro sonriente del director.

—¿Estudiando duro? —preguntó.

—Oh. No realmente —respondiste.

Regresó a la normalidad, pensaste mientras le veías el largo, pleno y blanco traje que extrañamente te recordó a Moisés, si Moisés hubiera sido igual de gordo.

—Uhm, Director. Es raro verlo por estos lados —dijiste eventualmente, dándote cuenta de que estabas embobada frente a él.

—Oh, voy al Club de Arte. Hay algo que necesito su ayuda, pero me pregunto si Wu Kris shi está allí —murmuró pensativo.

—Oh, él está ahí. Yo vengo de allí —le dijiste.

—¿En serio? ¡Genial entonces! —Sonrió—. ¡Te veo luego!

—Ah, sí. Uhm… ¿Director?

—¿Si?

—Esa vez, cuando me dijo que nunca es tarde, usted lo sabía ¿verdad?

—Me temo que no sé a qué te refieres —respondió, pero seguía sonriendo.

—Sobre Kris shi, usted sabía que él podía ayudarnos, ¿cierto?

—¿Qué? ¿Por qué pensaste eso? —preguntó de buen humor—. No entiendo a qué te refieres.

—Pero, ¿Por qué me dio la Coca entonces?

—Bueno, andaba rodando en mi oficina, y pensé que la necesitarías, como te veías tan cansada. —Sonrió.

—Oh. Está bien —dijiste sin ganas.

—Bueno. Ahora, necesito seguir mi camino. ¡Suerte en tus exámenes! —dijo y siguió caminando, silbando.

Le miraste, reflexionando por unos momentos, hasta que te diste por vencida.

RRRIIIINNNNG… RRRIIIINNNNG…

Rebuscaste tu celular hasta que finalmente lo encontraste en uno de los bolsillos de tu bolso.

Llamando…

Lay

010-XXXX-XXXX

—¿Si, diga?

—JooRi, soy yo, Lay.

—Hey, ¿cómo estás? ¿Necesitas algo?

—¿Dónde estás ahora?

—Estoy en el edificio de Atención Estudiantil, pero me estoy dirigiendo a los dormitorios. ¿Por qué?

—Ya veo. Me preguntaba si podrías encontrarme por un momento en la sala estudiantil. ¿Sería demasiado molesto para ti?

—No, no, está bien. No hay problema en lo absoluto. Estoy en camino.

—¡Genial! Te espero aquí entonces.

Beep.

¿Qué podría querer? Te preguntaste, pero sonreíste felizmente de igual manera. Estabas más que dispuesta en encontrarte con Lay a cualquier hora, en cualquier sitio.

Te dirigiste a la cafetería e inmediatamente a la sala estudiantil subiendo las escaleras. Encontraste a Lay y SuHo en una de las mesas de estudio que había ahí.

—JooRi, lo siento por llamarte para que vengas tan de repente —dijo Lay.

—No, está bien —contestaste.

—Ah, ya veo —murmuró SuHo mientras miraba atentamente tu mochila.

—¿Huh? —murmuraste.

—Es muy malo —dijo SuHo.

—JooRi, quiero darte esto —dijo Lay, alcanzándote una mochila vacía y violeta la cual le viste usar varias veces en la escuela.

—¿Huh?  —preguntaste en blanco.

—No puedo dejarte ir por ahí en la escuela con la mochila viéndose así. En caso de que no tengas una mochila extra, siéntete libre de usar esta —te dijo.

Podría haber sido fácil tomar lo que había dicho como un insulto, especialmente cuando no te gustaba sentir que otra persona te tenía lástima. Pero lo había dicho tan amable y sinceramente, y se veía mucho más como un ángel que te rescataba que inmediatamente le agradeciste. Estabas muy conmovida por ese inesperado acto de genuina bondad.

—¿Pero estás bien con esto? No sé si te gusta el púrpura —dijo, rascando su cabeza.

—¡Por supuesto! Lo aprecio mucho. ¿Y qué hay de ti? ¿Estás bien con esto? Quiero decir, parece tu mochila preferida, te la vi usar mucho en la escuela.

—Está bien. Mientras a ti te guste —sonrió.

—¿JooRi, también quieres esta mochila? —ofreció SuHo mientras sostenía otra para que la vieses—. También puedes usarla si te gusta. No tienes que preocuparte, tengo otras muchas mochilas que puedo usar.

—No, está bien. Eso sería demasiado —declinaste, y literalmente te referías al “demasiado” cuando viste un caimán en relieve en una esquina de la mochila. Realmente no eras buena en marcas pero habías visto ese logo en programas de televisión las suficientes veces como para saber que era muy cara.

—Pero quiero darte mi mochila también. —SuHo hizo un pequeño mohín.

—Está bien, en serio. No me veo cambiando mochilas. Sería demasiado codicioso de mi parte aceptarla cuando es posible que solo la meta en mi armario. Pero gracias, SuHo. Realmente lo aprecio. —Le sonreíste.

—Lo entiendo. Pero dime si cambias de opinión. Y si no te gusta te dejaré elegir entre las otras mochilas que tengo.

—Gracias. Me voy ahora. Gracias de nuevo —te giraste hacia Lay.

—No hay problema —contestó.

Volviste a tu dormitorio con una gran sonrisa en el rostro. Te probaste la mochila mientras mirabas como se te veía en el espejo.

—Estaré usando la mochila de Lay en la escuela —murmuraste para ti misma, chillando como loca. En las películas nunca habías entendido porque era un buen acuerdo siempre que la mujer usaba una de las camisas del hombre. Pero ahora pensabas que podrías entenderlo, pensando que quizá así sería como se sentía.

RRRIIIINNNNG… RRRIIIINNNNG…

Tu teléfono bajó tu cerebro de la novena nube.

Llamando…

Demonio LuHan

010-XXXX-XXXX

—¿Qué? —contestaste con impaciencia.

—Ven a mi cuarto, ahora —dijo del otro lado de la línea.

—¡¿Qué?! —preguntaste incrédula.

—Sabes dónde está. Cinco minutos.

—¿Por qué? ¿Qué es lo que quieres? —preguntaste molesta.

—Solo apúrate. Tengo muchas cosas que hacer —dijo impaciente y terminó la llamada.

—¿Qué mier…? —murmuraste mirando el teléfono.

¿Qué es lo que este demonio querrá ahora? Te quejaste pero comenzaste a caminar de todas formas. Suspiraste ante la trágica realidad de que volverías a ser su esclava.

Diste dos fuertes golpes cuando llegaste a su cuarto. La puerta se abrió revelando el rostro fastidiosamente guapo de LuHan.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntaste irritada.

—Toma —dijo, sosteniendo lo que parecía el cuerpo de una mochila.

Solo lo miraste como cuestionándole y no hiciste ningún esfuerzo por aceptarla.

—Tómala —dijo.

—¿Por qué?

—¿Por qué más? Dijiste que no tenías una mochila extra, ¿verdad?

—¿Me la estás regalando? —preguntaste mientras lo mirabas incrédula.

—Deja de hacer preguntas estúpidas. Mi brazo se está cansando —dijo impaciente.

—Porque, LuHan…

Pensaste que Lay te había sorprendido, pero él siempre era amable que ese tipo de cosas lo sentías más natural. Luhan, por otro lado, nunca en un millón de años te habrías imaginado que sería capaz de mostrar actos de amabilidad. Estabas realmente conmovida, y le sonreíste con deleite, como una madre orgullosa.

—¡Aish! ¡Ya tómala y saca tu molesta cara de aquí! —Lanzó la mochila a tu rostro, molesto con tu expresión, y golpeó la puerta con fuerza al cerrarla.

—¿Qué mier…? Aish, ¡este mal educado pequeño demonio! —crepitaste.

Tomaste la mochila del suelo y suspiraste.

¡Justo cuando estaba comenzando a pensar mejor de él, comienza a actuar como la criatura más insoportable del planeta que siempre es!

Desempolvaste la mochila y miraste el hermoso color crema.

Pero supongo que no es tan malo, sonreíste, caminando de regreso a tu dormitorio con una nueva mochila. 

 

 


 

Estas son las mochilas que Lay y LuHan le dieron a JooRi

 

 

 

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Comments

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Byue10
#1
Chapter 24: La shippeo con Luhan díganme que o soy la única :v
Byue10
#2
Chapter 14: Esto me esta gustando mucho, estoy pegada a la pantalla leyendo ?
Exocutebaby #3
Chapter 9: Jajajaj.pobre JoRi
JungSooSoo
#4
Chapter 25: Awww....Que adorable...♡
moon96 #5
Chapter 27: Hooolaaa~~ vine a fastidiarte por aquí también xD en fanfic es, estoy como Yiyi, pero no tengo cuenta, soy anónima ;-; ya te dije que amo este capítulo?
JungSooSoo
#6
Chapter 20: Super Cool el mounstro de Chen.I LOVE IT♥
PLEASE UPDATE SOON.........!!!!!!!!!!
BESOS Y ABRAZOS :3
JungSooSoo
#7
Chapter 18: Please Update sooooooon............!
Dinowife
#8
Chapter 11: Kei es un maldito ertído
JungSooSoo
#9
Chapter 11: I love It...! Is freaking funny!
Dinowife
#10
Chapter 3: Esta increíble sigue así