—¡Tú! —le gritó ChanYeol a Kai—. ¡Es mejor que le expliques esto a XiuMin hyung!

—Como sea—contestó Kai.

—Me salteé la práctica de ayer por la detención, hoy igual. ¡Maldita sea! En verdad me asesinará esta vez—vociferaba ChanYeol a nadie en particular.

—No te preocupes, se lo explicaré—le dijo SeHun a ChanYeol.

—¿Lo harás?

—Sí—contestó SeHun.

—En verdad eres el mejor maknae, SeHun ah—dijo ChanYeol, agitándole el cabello. 

—Le diré que fuiste demasiado ruidoso otra vez—dijo SeHun.

—¿Por qué? Tú, pequeño… —murmuró ChanYeol, moviéndose para atrapar a SeHun, pero él comenzó a correr, con el más alto detrás.

—¡YA! —gritaste.

—Espera, si te atrapo, ¡pequeño bobalicón! —continuó gritando ChanYeol, mientras seguía persiguiendo a SeHun, quien te uso como escudo.

—¡Ya paren ustedes dos! —gritaste, mientras SeHun te movía hacia donde sea que las manos de ChanYeol se dirigieran con peligro. De repente, SeHun te liberó para correr lejos, cuando intentaste dar un paso hacia atrás para evitar los brazos de ChanYeol. Perdiste el balance y comenzaste a caer hacia atrás. Esperaste golpearte con algo, como un escritorio o una silla, pero tu espalda chocó contra algo suave y duro al mismo tiempo.

Te encontraste apoyada en el pecho de Kris. SeHun y ChanYeol se congelaron, pensaste que eran unos niños atrapados haciendo algo malo.

—Lo siento—murmuraste. Kris solo te miró, sosteniendo tus hombros para ayudarte a pararte apropiadamente. Miró hacia ChanYeol y SeHun indiferente, luego caminó calmadamente fuera del aula sin preocuparse por el mundo.

—¡Fiu! —Suspiró ChanYeol cuando Kris estaba fuera.

Lo miraste a él y a SeHun inquisitivamente.

—Ese chico me da miedo—te dijo ChanYeol.

—Oh, ¿estás asustado de él? —preguntaste mosqueada.

—¿Tu no? Él siempre se ve listo para matar a cualquiera que se cruce por su camino. Y siempre es muy frío y distante, y nunca habla con nadie, excepto por ese panda de la clase de la luna que es igual de escalofriante.

—Su nombre es Tao. Chen hyung me dijo que también está siempre sólo—agregó SeHun.

—Es mejor que estés lejos de ellos, JooRi—dijo ChanYeol.

—ChanYeol, solo porque ellos no son tan ruidosos como tú, no significa que sean mala gente—contestaste. Kai y SeHun ahogaron una risa.

—¡Ya! —reaccionó ChanYeol—. Solo te lo estoy diciendo que por tu propio bien. Y la gente como esa a menudo tiene secretos oscuros. Hay un rumor que dice que nadie sabe que clase de monstruo son—insistió.

—Bueno, yo no sé qué clase de monstruos son ustedes—contestaste—. Y no planeo saberlo—agregaste antes de que ChanYeol pudiera decir cualquier cosa.

—Pero ChanYeol tiene razón—te dijo Kai.

—¿Qué? ¿También le tienes miedo?

—No. No le temo a nada—dijo confiado—. Pero también pienso que es mejor evitarlo. Él huele peligroso.

—Huele—repetiste, con tus entrañas temblando ante su término tan animal. Quitaste el pensamiento de tu cabeza y tomaste tus cosas—. Los veo en la tarde, chicos.

—¿Por qué no comemos juntos? —sonrió Kai.

—No iré a la cafetería—contestaste rápidamente.

—¿Dónde iras? —preguntó SeHun.

—A… arreglar algo—contestaste, mientras inconscientemente tomabas el tajo de tu falda. Agradecías que no fuese tan obvio estando de pie. Viste a Kai dándote su sonrisa usual por la esquina de tu ojo.

—Me voy. Los veré luego. —Los saludaste antes de que pudiera hacer algo más erso que algún simple comentario.

Encontraste a JiMin en uno de los pasillos y le dijiste acerca de tu pequeño accidente con la falda.

—Wow. Puedes ser realmente torpe, ¿lo sabías? —observó JiMin.

—Es por esa estúpida puerta. —Frunciste el ceño.

—No culpes a ese pobre objeto inanimado.

—Bueno. Iré a arreglarlo, ¿está bien si vas primero a la cafetería?

—Está bien. Te iba a decir que no comería el almuerzo de hoy. Debo ir a la biblioteca a terminar mi tarea. ¡ARRRGGH! No puedo creer que me saltee la comida por estas cosas estúpidas de la escuela—se exasperó.

—Bueno, entonces te veo después de clases.

—Okay, ¡te veo luego! No te metas en problemas mientras no estoy—dijo y se fue. Rodaste los ojos exageradamente.

Te dirigiste hacia la clínica de la escuela. No sabías porque terminaste ahí, pero tampoco tenías ningún elemento de costura en el dormitorio.

—¡Song JooRi! —exclamó el doctor Jung al verte entrar.

—Hola, doctor Jung—saludaste—. No sabía si estarías aquí o en la enfermería.

—Estoy aquí durante las horas de clase. ¿Qué te trae por aquí? ¿Te lastimaste otra vez?

—Necesito hijo y aguja—le dijiste.

—¿Necesitas puntadas?

—No yo, mi falda—contestaste, mostrándosela.

—¿Qué hiciste para que la falda quedara así? —preguntó el doctor con una sonrisa traviesa en su rostro.

—¿Tuve una pelea con mi puerta? —respondiste sarcástica.

Demasiados ertidos en esta escuela.

—Espérame unos segundos mientras busco mis herramientas de costura—dijo, ofreciéndote un asiento. Volvió un rato después, llevando consigo un pequeño kit. Le agradeciste, tomando el kit. Te ocupaste de ti misma, cociendo mientras el doctor solo estaba parado frente a ti, mirándote con interés.

—¡Ow! —murmuraste al pincharte.

—Sabias que es más fácil si te la quitaras—dijo el doctor Jung. Le frunciste el entrecejo—. Te dije que solo estoy interesado en chicas con gran busto. Te ves solo como una niña pequeña para mí.

—¡Como sea! No me la quitaré… ¡OW! —exclamaste al pincharte otra vez.

—Déjame hacerlo—dijo y te hizo señas para que le dieras la aguja, pero tú lo miraste sospechosa—. Coser ropa es como coser personas—dijo.

Le diste una última mirada de contemplación antes de finalmente darle la aguja. Comenzó a coser tu falda con destreza.

—Doctor Jung, ¿estaba pensando si mi familia, tu sabes? ¿Si mi padre también asistió a esta escuela?

—No. Esta escuela es nueva. Fue oficialmente abierta hace cinco años. Pero tu padre y yo hemos sido cercanos desde hace mucho tiempo.

—¿Es por eso que me está ayudando?

—Sí—contestó—. Te veo como a mi propia hija.

—Nah. No necesito un padre ertido. ¡Espera! ¿Dijo hace mucho tiempo? Eso no puede ser. Quiero decir, ¿cuántos años tienes?

—Déjame ver—dijo, mirando hacia arriba—. Tengo doscientos treinta y cinco…. No, doscientos treinta y seis. Sí, doscientos treinta y seis. Lo siento, me confundí, es agotador contar mi edad.

—¿¡Doscientos treinta y seis!? —preguntaste sorprendida.

—Los monstruos generalmente tienen vidas más largas que la de los humanos, la esperanza de vida es diferente con cada especie—informó despreocupadamente, como diciéndote que el cielo era azul.

Oh, sí. Recuerdo que JiMin me dijo que ella tenía ciento algo. Pero en ese momento estaba tan fuera de mi ingenio que no me molesté por ello.

—Okay, pero sigue, mi padre debe haberse vuelto loco con un amigo como tú— comentaste, aunque era una broma.

—Ya, tus comentarios comienzan a lastimarme. Pero sí, tu padre era un hombre loco. Loco como para hacer cosas que no debía—dijo, mirándote repentinamente serio, con una sonrisa angustiada en el rostro.

—¿Qué quieres decir?

—¡Nada! Solo recordaba cosas viejas—contestó, mientras ponía su usual sonrisa de nuevo—. Ahí, ya está.

Examinaste la falda y la encontraste pulcramente cocida, parecía que jamás se hubiese roto. —¡Wow! Eres realmente bueno en esto.

—Es más fácil coser ropa que piel—se encogió de hombros.

—Gracias por la ayuda. Iré a almorzar. —Te inclinaste.

—Oh, cierto. El dinero enviado por los padres para los alumnos está disponible en la oficina de contabilidad. Llegan cada segundo lunes del mes. Los trabajadores me dijeron que no buscaste el tuyo—dijo.

—Oh, sí. Gracias.

Comenzaste a caminar hacia la oficina de contabilidad, pero te diste cuenta de que quizás los trabajadores estuviesen en el descanso del almuerzo. Te dirigiste a la cafetería para finalmente comer. La fila no era tan larga, ya que la mayoría de los estudiantes ya habían buscado su comida. Tomaste una bandeja y tensaste tu cuello por un lugar para comer. Era realmente difícil buscar por una mesa vacía cuando la cafetería estaba repleta de estudiantes a esa hora.

—¿Por qué no comes con nosotros? —apareció Kai de no sabes dónde y se movió para tomar tu bandeja.

Tomaste la bandeja de nuevo. —¡Ugh! Tú otra vez. ¿Por qué estás aquí?

—¿Es ilegal para mi tomar el almuerzo? —preguntó sardónico—. Te vi en el mostrador. Nosotros tenemos espacio—dijo, señalando su mesa.

—No, encontraré un lugar por mi cuenta—contestaste.

—Vamos, no hay mesas vacías. A menos que quieras esperar por una hora hasta que puedas comer tu almuerzo—insistió. Frunciste el ceño porque sabías que tenía razón. Te vio mirar alrededor y tomó tu bandeja.

—¡Ey, espera! —murmuraste, pero Kai te ignoró y continuó llevando tu bandeja. Dudaste y lo seguiste ansiosa. Sentiste algunas miradas curiosas desde los otros estudiantes de la cafetería.

—Chicos, ella es Song JooRi—dijo Kai, poniendo tu bandeja en la mesa. Los otros te saludaron y te miraban como esperando que te unieras a ellos para comer. Ellos ocupaban tres mesas, para estar juntos en una gran línea.

—Aquí, JooRi—te llamó SeHun, mientras se movía para hacerte un espacio entre él y Lay. Tu corazón latió con fuerza al darte cuenta que estarías junto a Lay.

—Perdón por entrometerme—les dijiste. SeHun tomó tu bandeja y la colocó en tu espacio de la mesa.

—Está bien, JooRi. La cafetería suele estar repleta a esta hora—te sonrió SuHo.

—Gracias—murmuraste y tomaste el espacio junto a Lay—. Hola, otra vez— le sonreíste con timidez.

—Hola, JooRi. Es bueno tenerte aquí durante el almuerzo—sonrió de vuelta Lay, lo que hizo que tu estómago sintiera mariposas flotando.

—Ey, chicos, ¿por qué no nos presentamos a ella? —sugirió SuHo—. ChanYeol, empiezas.

—De hecho, nosotros ya nos conocemos. ¿Lo olvidaste? Estamos en la misma clase, abuelo—dijo ChanYeol.

—Oh, cierto. Entonces, BaekHyun—dijo SuHo, dirigiéndose a la siguiente persona.

—También nos conocemos, ya—dijo BaekHyun, sonriéndote.

—¿D.O.? —preguntó SuHo.

D.O. te miró con una expresión ilegible. Pensaste que no había olvidado el incidente del locker.

De repente se encontró con una persona desconocida apareció en su locker cuando estaba a punto de cambiarse. En serio, ¿cómo pudo haberlo olvidado?

Le sonreíste incómoda.

—Bueno, entonces, D.O., por favor, preséntate—dijo SuHo.

—En realidad, err… nosotros ya nos habíamos conocido—le dijiste a SuHo.

—Oh, sí lo hicieron—dijo LuHan, sonriendo como un demonio.

—Esperen, ¿qué? ¿Cómo es que pareces conocerlos a todos?

Solo te encogiste de hombros, esperando no tener que explicar nada, especialmente el incidente del locker.

Sí, ahora que lo menciona, los conozco a la mayoría de ellos de alguna u otra forma,pensaste, mirando sus caras.

—Bueno, entonces, soy XiuMin. No sé si me recuerdas pero también nos conocíamos, pero no nos presentamos. Casi te atrapo durante el love event de ayer.

—Sí, recuerdo—le dijiste.

—Yo soy Chen—Chen, quien estaba sentado al otro lado de la mesa, te sonrió, agitando su mano—. No nos habíamos presentado.

En realidad lo hicimos, o algo así, cuando estaba dentro del locker de D.O.

—Bueno, ¿alguien más? —preguntó SuHo, pero ninguno respondió—. Wow, JooRi shi. no me parecías del tipo amigable.

—No lo soy—contestaste.

—Es verdad, ella se ve como un humano real—observó Chen con admiración al estudiarte.

—Ella lo es, ¿verdad? —dijo ChanYeol.

—Esperen, he estado escuchando todos esos comentarios y me están confundiendo. Quiero decir, sobre que luzco como humana. No lo entiendo—dijiste.

—Pero en verdad te ves como humana—insistió ChanYeol.

—También te ves como humano para mí—le dijiste.

—Verás, JooRi, nosotros los monstruos podemos tomar forma humana, es como obligarnos a ser algo, una pequeña diferencia, que establece a nuestro monstruo a apartarse. No puedo explicar exactamente qué, pero pienso que puedes llamarlo instintos monstruosos—explicó Lay.

—Quieres decir, ¿qué ustedes, chicos, pueden decir que persona es un monstruo y cual no con solo verlo? —preguntaste con asombro.

—Más o menos—contestó BaekHuyn—. Pero es más que solo la apariencia física. Hay cosas como la esencia, el aura, el lenguaje corporal y muchas otras cosas que no son perceptibles por los instintos humanos. Es mirar a la persona como un todo.

Inclinaste tu cabeza hacia un lado y estudiaste cuidadosamente a SeHun.

—Sigo sin tenerlo. Él se ve como un humano ordinario para mí—dijiste.

—Quizá debes intentar olerlo—te tomó el pelo ChanYeol.

—Está bien, JooRi. Estuviste expuesta solo a humanos durante mucho tiempo. Quizá solo necesites usar tu nueva condición. Estoy seguro que le tomarás la mano pronto—aseguró Lay.

—Entonces eres una de esas mestizas. Es muy obvio—observó D.O.

—¿Qué es un mestizo?

—Son monstruos con sangre mezclada con humanos—explicó SeHun—. Aquellos que han acoplado su linaje con humanos.

—Acoplado—hiciste una mueca ante el término.

—Woah, JooRi. Hay muchas cosas que no sabes—declaró ChanYeol.

—No te preocupes. Tus profesores harán algo por eso. Tenemos un gran número de estudiantes que están en la misma situación—te confortó SuHo.

—Puedo darte lecciones privadas y gratis si quieres—sonrió Kai.

—No, gracias—respondiste con aires de suficiencia.

—Conozco muchos mestizos, pero ellos no se ven ni la mitad de humano de lo que ella—dijo XiuMin, como si no estuvieses allí.

—¿Qué clase de monstruo eres, por cierto? Estoy curioso—preguntó Chen.

—Bueno, el doctor Jung dijo que soy un felino—contestaste.

—¿Qué tipo? —adicionó Chen.

—¿Huh? —respondiste con confusión.

—¿Qué tipo? Hay muchos tipos de felinos—dijo Chen.

—N-no lo sé—contestaste con incertidumbre.

—¿Quieres decir que nunca te viste en el Nivel Tres? —preguntó BaekHyun.

—¿Huh? —respondiste, aún más confundida.

—Song JooRi… segundo año—murmuró SeHun, leyendo tu documento, el cual habías enganchado en el dobladillo de tu bleizer—… ¿clase D? —dijo con repentina confusión.

—¿Qué? —reaccionó XiuMin, igual de confundido.

—Eso es lo que dice—le dijo SeHun.

—¿JooRi es clase D? —preguntó ChanYeol un poco alto, por lo que todo el mundo posó su atención en la mesa.

—SuHo ah, no sabía que había clase D aquí—preguntó LuHan.

Los miraste con confusión, mientras ellos también se observaban inquietos los unos a los otros. Te retorciste incómodamente al notar que todos en la cafetería te veían mientras susurraban cosas entre ellos con una cara de sorpresa.

—Ey, estamos haciendo que se sienta confundida. Paren de hacerle preguntas y de decirle cosas que aún no entiende—dijo finalmente SuHo—. Y SeHun ah, no deberías anunciar información de los estudiantes de esa forma.

—Lo siento, hyung—murmuró SeHun y giró hacia ti—. Lo siento, JooRi.

El resto siguió preguntándose con otros antes de finalmente decidir cambiar de tema.

—¿Qué es la clase D? —preguntaste a Lay, seguía inquieta ante eso.

—Es una clasificación de los monstruos. No te preocupes, aprenderás sobre eso pronto en tus clases para monstruos—contestó.

Te diste cuenta que los otros estudiantes seguían susurrando y mirándote, pero decidiste ignorarlos.

—¿Entonces, como te estás adaptando hasta ahora? —preguntó SuHo.

—Hyung, ¿podrías dejar de ser tan profesional? Estamos en la cafetería, no en la Oficina del Cosejo Estudiantil—interrumpió Kai.

—Lo siento—dijo SuHo, rascándose la cabeza—. No sabía que más preguntar.

Te diste cuenta de que SuHo intentaba hacer que te sientas cómoda con las conversaciones. —¡Oh! Uhm, estoy bien. Las lecciones son un poco rápidas,  pero creo que me adaptaré, así que… uhm—murmuraste, pensando fuertemente algún tema, realmente no eras buena comenzando conversaciones—. ¿Escuché que todos son parte del equipo de futbol?

—¡Sí! Aunque XiuMin hyung me arrastró para anotarme—contestó Chen.

—Yo fui arrastrado por Chen—replicó SuHo.

—Y yo fui arrastrado por SuHo y estos dos—agregó Lay, señalando a LuHan y SeHun.

—¡YA! ¡Ustedes tres lo hacen sonar como si no les gustara ser parte del club! —protestó XiuMin.

—¿Recién te das cuenta? —bromeó ChanYeol.

—Oh, ya veo. Así es como es esto—dijo XiuMin, poniéndose serio repentinemente.

—Oh, cállate, ChanYeol—lo reprendió BaekHyun.

—No, no, hyung. No es a lo que nos referíamos—dijo a la defensiva Lay.

—Hemos sido un equipo por más de un año, pero no tenía ninguna idea de que habían sido forzados a eso. En ese caso no los detendré si quieren dejarlo. No piensen en mi o mis sentimientos. Hagan lo que los haga felices—continuó XiuMin, con un tono ofendido.

—Ya, hyung—dijo Lay preocupado.

—Él solo está bromeando. Para XiuMin ah. El drama no es para ti—dijo LuHan riendo.

XiuMin carcajeó. —Pero es en serio. Díganme honestamente, en realidad, ¿odian estar en el equipo pero solo no quieren lastimar mis sentimientos?

—Amo el futbol—dijo LuHan.

—Yo amo cualquier cosa que LuHan hyung ame—dijo SeHun.

—Pegajoso—se burló Chen. Miraste a D.O. hacer una cara de disgusto. Recordaste lo que Chen dijo en el vestuario sobre el temperamento de D.O. Pensaste también que era de ese tipo de persona que odia las cosas sentimentales.

—Yo amo las bolas—dijo XiuMin.

—¿¡QUÉ!? —dijeron D.O., XiuMin y SeHun al mismo tiempo.

—LOL, ChanYeol, no sabía que eras ese tipo de chico—lo fastidió LuHan.

—Quise decir que amo los deportes que usen pelotas—aclaró ChanYeol.

—¿Por qué está este idiota aquí? —BaekHyun se golpeó la frente.

—¡YA! Estás siendo extra ruin hoy—gritó ChanYeol.

—¡Eso es porque tú estás siendo extra estúpido! —escupió BaekHyun.

—¡No me llames estúpido, estúpido! —refutó ChanYeol.

—Los dos son estúpidos—les dijo Kai.

—¡Ya! ¡Respeta a tus mayores! —gritaron ChanYeol y BaekHyun al mismo tiempo.

—En serio, como esperan que los vea como a mis mayores—murmuró Kai para sí.

—Honestamente, el futbol no es la clase de cosa que me gusta, pero adoro al equipo porque todos ustedes están ahí—dijo repentinamente SuHo en medio de toda la disputa.

—Awwwwwwwwww, que tierno—se burló Chen.

—Tan pegajoso—dijo ChanYeol.

—No, es la verdad—dijo SuHo.

—En realidad, me siento de la misma manera—le dijo Lay.

—Demasiado cariño aquí—se mofó LuHan.

—¡Hyung! —SeHun se quejó.

—Por supuesto que eso no te incluye a ti, SeHun—dijo LuHan—. Pienso que lo que dijiste fue sinceramente lindo.

—¿En serio? —preguntó SeHun.

—Que alguien calle a esos dos—gruñó D.O.

—Secundo la moción—aprobó XiuMin.

El almuerzo se resume en lo siguiente: demasiado ruidoso, demasiado animado, caos total. Sacudiste la cabeza mientras reías de ellos.

¿Ardientes, eh? Yo diría más bebés.

——————

Kai sonrió, mirándote disfrutar del almuerzo con ellos, cuando unos minutos antes estabas jugando duro para conseguir alejarte de él.

LuHan, por otro lado, te miraba reír con diversión con ellos, mientras él miraba hacia SeHun. Él se sorprendió al darse cuenta que tenía una sonrisa.

—Hyung, ¿qué está mal? —preguntó SeHun al darse cuenta de la expresión confusa de LuHan.

—Nada, solo estaba pensando en algo—contestó.

—¿Qué? —preguntó SeHun.

—Nada importante—se encogió de hombros, indiferente, aunque en su mente se preguntaba porque se había encontrado sonriendo al verte reir.

Extraño, pensó, y decidió solo dejarlo así.