Era de mañana cuando Tiffany  se fue de viaje, quizás las 8 o 9 de la mañana, no recuerdo bien, quizás porque no me fije en la hora y me guiaba por instinto; en fin, ella se fue en la mañana, el taxi vino a recogerla a casa, era fin de semana así que Seohyun no tenía que ir a clases y por eso se espero a que Tiffany se fuera.

 

 

 

-Prométeme…-Tiffany  beso a Seohyun  en la mejilla-que…-otro beso-te vas a portar bien-la volvió a besar-¿sí, cariño?

 

-Sí mami-dijo Seo  abrazando fuerte a su peluche Kerokero.

 

-Te quiero-volvió a darle un beso-te quiero, te adoro hija-la volvió a besar y a abrazar fuerte.

 

-Jajajaja, me haces cosquillas-decía Seohyun  mientras Tiffany la levantaba por el aire.

 

-Tardaré en volver Seo-la regreso al suelo-pero volveré-beso su frente-¿de acuerdo?

 

-Sí-sonrió Seohyun.

 

-Mi pequeña-beso su mejilla-te extrañaré-la abrazo por última vez antes de levantarse.

 

-Suerte-le dije cruzándome de brazos mientras la veía irse.

 

-Gracias-me dijo secamente y mirando a cualquier parte menos a mí-en la sala te he dejado una lista, son cosas que Seohyun necesita, cómpralas por favor-se acerco al taxi.

 

-Lo haré-le abrí la puerta del taxi y espere a que se subiera.

 

-Gracias-se acomodo el cabello y me sonroje un poco, ella no me miro.

 

-Cuídate mami-dijo Seo sujetándose fuerte de mi pantalón.

 

-Nos vemos en un mes-nos miro a las dos, mayormente a Seohyun-las llamo al rato-el taxi arranco.

 

 

 

Seohyun y yo vimos alejarse el taxi hasta que se perdió en la calle, me sentí triste con su partida, pero de inmediato salí de mis pensamientos porque Seohyun  me estaba jalando para entrar en la casa.

 

 

 

-¿Quieres desayunar?-le pregunte.

 

-Sí-me respondió antes de que yo cerrara la puerta.

 

-Bien, espera unos minutos, si quieres pon la mesa, por favor-le dije dirigiéndome a la cocina.

 

 

 

Es curioso, pero podría decirse que hoy es la primera vez en la que Seo y yo comemos en la misma mesa, como antes me la pasaba encerrada o fuera de casa, la verdad ni por vista me daban en desayuno, comida y cena, pero sin Tiffany  cerca, me siento más tranquila y sin tanta culpa alrededor, claro, sin contar que Seo está justo frente a mí, no puedo pedir perdón por lo que hice, pero sí puedo ir poco a poco remediándolo, creo.

 

 

 

-¿Qué cubiertos vamos a ocupar?-me pregunta Seo terminando de poner los manteles.

 

-Los tres por favor-termino de hacer hotcakes-además de servilletas y vasos.

 

-Ya los puse.

 

-Wow, qué rápida-le sonrió, mientras llevo los hotcakes a la mesa.

 

-Jejejeje-me sonríe y toma su lugar en la mesa.

 

-Uhm ¿es éste el papel del que hablaba Tiffany?-le pregunto a Seo sosteniendo un papel.

 

-Sí, es ese-me dice poniendo a su peluche en uno de los asientos de la mesa.

 

-Provecho-decimos las dos juntas.

 

 

 

Seo puso muy rápido la mesa para desayunar y muy bien he de confesar, todo lo que necesitábamos para prepararnos nuestros hotcakes estaba a la mano, algo que intuí que aprendió de Tiffany, ella tiene la costumbre de colocar la mesa igual que Seo la puso, tantos años y aún recuerdo sus costumbres. Sonreí ante el simple hecho de ver esa costumbre en Seohyun.

 

 

 

-Los codos no van sobre la mesa-me dijo.

 

-¿Eh?-me tomo desprevenida.

 

-Los codos no van sobre la mesa-me dijo señalando mis codos-mami Tiffany dice que eso es de poca educación.

 

-De acuerdo-sonreí y baje mis codos-“otra cosa más de Tiffany en Seo”-pensé.

 

 

 

Admito que me sentí un poco mal de que una niña me corrigiera siendo yo una adulta, pero tenía razón, así que mientras la que tuviera un error fuera yo, estaría bien que me corrigieran, Seohyun  sólo se río estrepitosamente como toda niña y siguió comiendo, procurando no hacer ruido con los cubiertos ni con la boca, además de cuidar su postura en la mesa, modales que aprendió de Pany, encantada la observe todo el desayuno. Finalmente al terminar de desayunar, Seo me ayudo a limpiar la mesa y mientras ella veía la tele abrazando a su peluche yo lavaba los trastes.

 

 

 

Pude escuchar que mientras veía la tele, pasaban un video musical de mí en uno de mis conciertos, cantaba la canción de “Hakuna matata” la cual interprete en un concierto a un hospital infantil hace unas semanas, escuche a Seo cantar muy divertida y tanto así, que hasta yo ya estaba cantando.

 

 

 

Al terminar de lavar los trastes, Ella me ayudo a secarlos y a colocarlos en sus lugares, para tener 10 años era muy hábil en las cosas de la casa. Después volvimos a sentarnos y mientras ella terminaba de ver la tele, yo me puse a leer la nota de Tiffany.

 

 

 

Seohyun  necesita:

 

Cepillo de dientes.

 

Pantalones.

 

Shorts.

 

Calcetines.

 

Tennis.

 

Una bata de baño y toalla.

 

Mochila nueva.

 

           

 

Hay que comprar:

 

Fruta.

 

Cereales.

 

Dulces, aunque no demasiados (raciónaselos)

 

            Agua y jugos para la escuela.

 

            Pan y jamón para sus sándwiches.

 

            Yogurt bebible.

 

            Si se le antoja algo más, cómpraselo.

 

 

 

Tiffany.

 

 

 

-Uhm… mínimo un “por favor” escrito no hubiera estado mal-digo viendo mejor la nota-Seo, vamos de compras.

 

-¿Eh?-se voltea Seo inocentemente-sí-me sonríe.

 

-Agarra un suéter y vámonos-abro la puerta esperando que salga de la casa.

 

-Vamos-dice corriendo al auto.

 

-No corras, te puedes caer-digo sin que me hiciera caso.

 

 

 

Rápido Seohyun  llego hasta a el auto, le abrí la puerta y se sentó en el asiento trasero (en el asiento del copiloto está prohibido que viajen los niños), me aseguro de que se ponga bien el cinturón y coloco el seguro para niños, cierro la puerta y me dispongo a subir al auto. Al subir me hecho de reversa, algo que le pareció muy curioso a Seohyun.

 

 

 

-¿Por qué te estás echando de reversa?-me pregunta curiosa, creyendo que detrás de nosotras había una pared.

 

-Seo-ajusto bien mi retrovisor-soy una cantante que es muy buscada por los medios de comunicación, para mí, salir por la entrada de mi casa es como suicidarse, por eso, hace algunos años instale una entrada trasera secreta, que sale a un callejón y de ahí a la calle, por eso nadie me busca por ahí.

 

-Pero cuando mami y yo salimos no veo a ningún camión de televisión ni nada.

 

-Eso es porque para entrar a la casa primero hay que pasar por el portón de la colonia y es ahí donde están los medios, tienen prohibido estar en mi casa, así que seguro me esperan ahí y como el auto de Tiffany  nadie lo conoce, por eso salen sin ser notadas, pero yo sí.

 

-Wow.

 

-Así es, además de que no soy la única estrella que sale por aquí, la mayoría de los vecinos salimos de este lado, y como está oculto nadie se ha dado cuenta aún de que por aquí salimos.

 

-Eres famosa.

 

-Debo de admitir que sí, no esperaba tener tal éxito, esto es lo malo de ser famosa, tener que esconderte.

 

-Eso es cruel.

 

 

 

Fue la última palabra que le escuche decir hasta llegar al centro comercial, que estaba a diez minutos de casa, antes de bajar del auto, abrí la guantera y saque una gorra, lentes de sol, me ate el cabello en una coleta y baje a abrirle la puerta a Seo.

 

 

 

-No pareces tú-sonrió.

 

-No me gusta usar estas cosas, pero sólo así puedo salir segura-le sonrió.

 

Estaba dispuesta a comenzar a caminar cuando Seohyun  me detuvo de la ropa.

 

-Es más seguro si vamos de la mano-dice agarrando con suavidad mi mano.

 

-“¿Para quién?”-me pregunto y después sonrió.

 

 

 

Así, tomadas de la mano entramos al centro comercial, lo primero sería ir al súper y comprar todos los víveres, yo misma agregue algunas cosas a la lista para la casa, como artículos de limpieza y demás.

 

 

 

En más de una ocasión casi se me pierde Seohyun, por andar yo buscando todo lo que había en la lista, claro que regañe  por desaparecer de mi vista tan fácilmente pero no había mucho que hacer, la culpa era mía por no estar al pendiente de ella.

 

 

 

-Seo, no vuelvas a hacer esto, no puedes separarte de mí ¿entendido?

 

-Sí-me dijo muy asustada de tantas veces de haberse perdido.

 

-Ven-la abrace y lloro encima de mí, realice el resto de las compras cargándola con un brazo y con el otro jalando el carrito-“Tiffany  seguro me mata”-pensé abrazando a Seo que se había quedado un rato dormida.

 

 

 

Al final de las compras, fuimos a dejar las cosas al auto y al final quedaba por comprar la ropa, así que nos dirigimos a comprarla a una tienda enorme de ropa, esta vez me asegure de llevar todo el tiempo a Seohyun  de la mano, entramos a la tienda y preguntamos por la sección infantil (no había ido a esa sección en años), al estar en esa sección me sentí completamente fuera de lugar, veía a padres e hijos probarse y comprar ropa, y al ver a Seo y a mí paradas sin saber qué hacer, me hizo sentir mal, pero Ella tomo fuerte mi mano y me sonrió.

 

 

 

-Vamos-me dijo jalándome a uno de los aparadores.

 

-Bien, pero no te pierdas.

 

-No me perderé si me llevas de la mano.

 

-De acuerdo-le dije sosteniendo su mano más fuerte sin hacerle daño.

 

 

 

Pronto Seohyun  comenzó a mirar la ropa y a escoger algunas, pero pronto se arrepentía y jugando con sus dedos se iba a otro lugar a ver más ropa, de daba la impresión de que le gustaba todo lo que veía, pero… si le gustaba… ¿por qué lo dejaba? Tan intrigada estaba por su comportamiento, que mejor me acerque a ella e investigar.

 

 

 

-¿Seo, te gusta toda esa ropa?

 

-Sí…-dijo casi inaudiblemente.

 

-¿La quieres?

 

-Sí…-dijo quedito.

 

-Pues tómala-le sonreí.

 

-Pero… cuesta mucho.

 

Mire con atención una de las etiquetas de una prenda que quería, 200 won, nada caro para una sudadera.

 

-Pero si el precio es razonable-dije.

 

 

 

En ese momento entendí su comentario, ella no quería hacerme gastar dinero, pensando que podía ocuparse para otra cosa, igual que yo cuando mis hermanas mayores me querían comprar ropa y no la aceptaba pensando que ese dinero podía ocuparse para otra cosa, como el agua o el gas. Enternecida por su comportamiento, la abrace y le di un beso en la mejilla.

 

 

 

-Si las quieres sólo agárralas.

 

-Pero…

 

-Si crees que voy a necesitar ese dinero, créeme que prefiero gastarlo en ti.

 

Esas palabras me las decían mis hermanas y yo seguía sin creerles y me di cuenta que ahora pasaba lo mismo con Seohyun.

 

-Está bien, te diré que haremos, tú escogerás la ropa que quieras y yo te diré hasta dónde puedo pagara para no quedarnos sin dinero ¿de acuerdo?-esa propuesta siempre la hacían mis hermanas y yo aceptaba.

 

-Bueno-dijo Seo más contenta.

 

-Vamos-le di la mano y comenzamos a ver ropa por ropa.

 

 

 

Seohyun  escogía ropa que ella creía barata, sin embargo, para alguien como yo, el dinero no era problema, así que acepte que ella escogiera la ropa que quisiera y como no había límite de momento, nunca le dije hasta donde parar de escoger ropa y hasta que ella dijo ya basta, yo entendí y fuimos a pagar la ropa, no fue mucho lo que se compro, un poco más de lo necesario sí, sin embargo justo para lo que Tiffany  dejo encargado y al menos, hasta ahora iba bien, no estaba consintiendo de más a Seohyun  y procuraba que nada le faltara.

 

 

 

Pero hubo un problema, antes de pagar, Seo quería probarse un sombrerito en uno de los aparadores de la tienda, pero no sabía cómo ponérselo, así que le ayude, pero sin querer se atoro con mis lentes de sol, sin darme cuenta me los quite para desatorarlos, pero… al jalar el sombrerito choque con un niño por detrás, me vio, y como era de esperarse se emociono, me había descubierto.

 

 

 

-¡Mami, mami, BoA está en la tienda!-grito el niño una y otra vez.

 

 

 

No era la primera vez que me descubrían, siempre llevo conmigo mi identificación verdadera, no la de artista, así que siempre digo “te equivocaste de persona” pero estaba tan distraída y nerviosa, que no supe qué decir, creí que el niño tendría trabajo en reconocerme, pero otra cosa que se me olvido es que yo traía puesta mi clásica pulsera negra con “BoA” grabada, suficientes pruebas para decir que  BoA estaba en la tienda.

 

 

 

Sin perder ni un segundo más, tome a Seohyun y a las cosas entre mis brazos (o al menos a las que pude agarrar) y salí corriendo, termine escondida en los probadores, de pura suerte no había nadie en la entrada así que no me reconocieron.

 

 

 

-Estuvo… cerca… ah…-intentaba tomar aire.

 

-¿Por qué corriste?-me pregunto Seo.

 

-Por… fans… por fans… esa es… la razón…-seguía recobrándome.

 

-Debe ser difícil ser famoso-se río Seo  mientras recogía la ropa del suelo.

 

-Bastante…-sonreí.

 

 

 

Nos quedamos algunos minutos más todavía en los probadores, nada agradable en mi opinión, Seohyun  volvió a probarse la ropa sólo para matar el tiempo y yo la veía, podía sentir que entre ella y yo había una especie de…. Poca confianza por decirlo así, algo que por supuesto era culpa mía, mi propia hija no confiaba en mí y eso era… feo, podía sentir cómo Seo mantenía cierta distancia conmigo, pero no era una distancia como la de “no quiero ser su hija” lo sabía perfecto, sino como de “quiero que me quiera”.

 

 

 

No sabía qué hacer, ya me había dado cuenta de su actitud bastante insegura conmigo, era… difícil para mí verla así, pero… ¿qué hacer en casos como éste? ¿por qué no venden manuales para padres en casos como éste? ¡Y más cuando no tengo ni idea de qué hacer!

 

 

 

-Rayos-dije muy quedito, Seo no me oyó.

 

 

 

Algo que también he notado y en donde me puedo recargar para afirmar que Seo está insegura, es que a mí no me ha llamado mami o mamá, siempre que lo intenta hacer… se queda… quieta o piensa mejor las cosas y se va, creo que es por qué siente que la rechazaré o algo parecido, sé que todo se resuelve preguntándole, pero… ni estoy completamente segura de ello, ni tengo la confianza como para preguntarle lo que le ocurre, soy un fracaso completo.

 

 

 

-Creo que ya se fueron-dijo Seo asomándose por la puerta.

 

-Bueno-dije-¿quieres ir a comer algo?

 

-¡Sí!-me sonrió y me dio la mano.

 

 

 

Después de ello, compramos la ropa y fuimos a guardarla al auto, después fuimos al área de comida, Seo al principio quería comer en una tienda de comida rápida, pero yo nunca estuve familiarizada con ese tipo de comida, y pensando en que Tiffany  podría matarme si llevo a mi hija a comer a un lugar de comida chatarra, además que no me preocupe por su nutrición, fueron buenas razones para convencer a Seohyun de llevarla a un restaurante que conozco en la plaza, ahí fue donde comimos.

 

 

 

Seo al principio no sabía qué ordenar y yo no sabía qué hacer con una niña conmigo, siempre había ido a restaurantes sola o con personas de mi edad, no menores, así que voltee a todas partes, observando a los padres que había en el lugar, la mayoría tenían a sus hijos en periqueras, pero voltee a ver a Seohyun e imaginármela en una periquera a sus 10 años, me dio miedo y pena, así que lo más adulto que se me ocurrió fue que se sentara a mi lado en lugar de que estuviera frente mío, nadie digo que ser padre sería fácil.

 

 

 

Para mí fortuna Seo sabía comer sola y no era necesario que le preparara algo, salvo servir agua y esas cosas pesadas, me daba mucha ternura verla intentar partir su carne sola y cuando iba a ayudarla siempre me decía que no, que ella podía sola y con un puchero seguía intentando cortarla, me daba mucho gusto verla esforzarse aunque el que no pidiera mi ayuda me hacía sentir mal en parte, irónico, lo sé. En aquel restaurante, está prohibido que la gente entre con sombreros o gorras en mi caso, pero como fui a un restaurante bastante visitado por famosos, no había periodistas cerca y si los había podían echarlos del lugar, así que sin ninguna preocupación, comí junto a Seohyun.

 

 

 

Tal vez sea raro, para quienes me conozcan que el que yo sea una de las cantantes más famosas de mi país, se oculte de sus fans y periodistas, pero créanme que no lo hago por temor a que descubran que tengo una hija, creo que esa sería la menor de mis preocupaciones, sino por el simple hecho que a mí no me gustas eso.

 

 

 

Al terminar de comer, deje que Seo visitara tiendas de juguetes y le compre algunos que quería, teniéndome a mí como su mamá, no había problema en que le comprara algo, Seo una vez más no volvió a dejarse llevar por cosas caras, pero para mí, con tal de verla feliz, no importaba el precio, así que se los compraba y Seo me agradecía abrazándome o dándome la mano para ir a ver los juguetes, me daba mucho gusto verla feliz, ¿qué madre no estaría feliz de ver así a su hija? Desde hace mucho tiempo admití que es mi hija y que como tal debo de responder… pero… aún tengo ciertos problemas que no me permiten responder como debiera y es por ello que me siento culpable y dudo mucho que algún día deje de sentirme así.

 

 

 

-“Creo que empecé a beber desde que deje a Tiffany ”-pensé-“vil mentira que el alcohol quita las penas”-me reí sarcásticamente, Seo se me quedo viendo raro.

 

 

 

Ahora, con mi papel de madre a medias, aun quedaba algo pendiente con Ella y era ver… ¿por qué no me decía madre? Si ella no quería decirme así, pues está bien, pero sólo si así lo quiere, pero cómo sé que no es así, necesito saber, debo de hacer algo por ella, tengo que hacer algo.

 

 

 

Le abrí la puerta trasera del auto y le ayude a abrocharse el cinturón, me cerciore de que estuviera segura, me subí al auto y arranque. Durante el camino podía escuchar cómo Seohyun  jugaba con sus manos y cantaba en el auto muy alegre y en mi cabeza, además de fijarme bien al conducir, pensaba en qué preguntarle… o más bien… cómo preguntarle. Tanto pensaba en ello, que me harté y odio pensar mucho las cosas, así que mejor decidí hablar, saliera lo que saliera de mi boca, al fin y al cabo serán mis pensamientos.

 

 

 

-Seo, te preguntaré una cosa-dije conduciendo.

 

-Sí-me dijo mirándome con sus ojitos tiernos.

 

-¿Por qué no me llamas mamá?

 

En ese momento, sentí como su alegre sonrisa y sus ojitos se apagaban de alegría, me sentí culpable, pero para que ella me diera una respuesta y yo pudiera hacer algo, era necesario.

 

-Seo-dije su nombre sin ser severa, pero sí seria-dime, por favor-detuve el auto-no puedo saber lo que te ocurre si no me dices.

 

Ella sólo me miraba muy triste, quería llorar, yo sólo guarde silencio esperando su respuesta.

 

-Yo… yo…-intentaba hablar pero las lágrimas no la dejaban-¡yo quiero que me quieras!

 

En ese momento me sentí devastada, Seo pensaba que yo no la quería y eso estaba más que peor.

 

-Seohyun… ¿de dónde has sacado eso?-le pregunte-yo…-iba a volver a hablar, pero me interrumpió.

 

-¡Siempre que me levanto al baño te escucho llorar en las noches en tu cuarto, y sé que es por mi culpa!

 

Ahora recordaba mejor, yo lloraba en las noches, pero por borracha,  creo que cuando uno está borracho hace estupidez y media, y Seo me oyo.

 

-Cariño… yo no lloro por qué no te quiera…

 

-¡Y no quiero que me dejes!

 

-Seo…

 

-¡No quiero que tú ni mami Tiffany  me dejen!

 

-Seo…

 

-¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero que me dejes!-chillaba, pataleaba y prácticamente lanzaba alaridos por donde quiera que fuera.

 

 

 

Al instante recordé que esas eran mis palabras cuando mi hermana murió, el día se su funeral yo estaba más que devastada, mi querida hermana y mi única razón de mi existencia y la de mis hermanos, ahora estaba muerta “¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero que me dejes!” era lo que gritaba yo una y otra vez a lado de su ataúd, pero ahora la que lloraba no era yo, sino mi hija,  quien me necesitaba y yo estaba viva, viva para cuidarla y protegerla.

 

 

 

--¡No quiero! ¡No quiero!-seguía gritando.

 

 

 

Trate de abrazarla, pero ella no me dejaba, de tantos gritos y golpes que lanzaba al aire, ni acercarme podía, así que sólo la mire, hasta que se calmo y de tanto llorar se quedo dormida. Una vez que se durmió, seguí conduciendo a casa, al llegar ya era de tarde y mi vecino, el señor Valencia, estaba limpiando su jardín.

 

 

 

-Buenas tardes-me dijo saludando con euforia la mano-buenas tardes, señorita Taeyeon .

 

-Buenas tardes señor Valencia-dije cargando a Seohyun entre mis brazos.

 

-Viene de comprar con su hija ¿eh?-me sonrió el señor.

 

 

 

Él ya sabía que  era mi hija, Tiffany  se lo dijo, no me moleste por ello, el señor Valencia era muy amable y a veces él y su hijo venían a mi casa a comer, pero yo nunca lo había visto con Seo a mi lado como ahora.

 

 

 

-Así es-dije cerrando la puerta.

 

-Tenga cuidado al entrar, señorita.

 

-¿Por qué? ¿Qué sucede?

 

-Se ha ido la luz, hace unas horas alguien choco contra un poste de luz y nos quito la energía a toda la colonia, tenga cuidado al entrar a su casa.

 

-“Rayos” “maldición, justo ahora tenía que irse la luz”-pensé-Gracias señor Valencia-dije asintiendo-que pase linda tarde.

 

-Igualmente-agito la mano-dígale a su hija, que mi pequeño está deseoso de volver a jugar con ella.

 

-Se lo diré-traté de hablar quedito para no despertar a Seohyun.

 

 

 

Abrí la puerta de mi casa y efectivamente, no había luz, deje las cosas en  el sillón y subí a Seo  a su cuarto, le puse el pijama y la deje dormir un rato. Aún estaba impactada por el comportamiento, pero yo nunca había estado en una situación así, sí había sido yo la que en muchas ocasiones había hehco pucheros de esa clase por mi hermana fallecida, pero… ¿qué hacían mis hermanas para calmarme? Tratando de encontrar una respuesta, saque mi celular para hablarle a una de mis hermanas, el teléfono de la casa funcionaba con luz, para colmo, mi celular tenía poca batería y la que le sobraba, lo utilice para llamar a mi hermana Yoona, la única disponible a esas horas de su trabajo.

 

 

 

Después de charlar unos breves segundos, ya que mi preocupación era mi hija, le hable del problema y de inmediato me lleve una regañiza por no saber qué hacer en esos momentos, no importaba excusa que usara yo, mi hermana estaba de parte de Seohyun  (y así las cosas debían de ser, la adulta “responsable” era yo), le di la razón a mi hermana y sólo la escuche darme consejos de toda clase para hablar mejor con mi hija, hasta que finalmente me dijo algo que me hizo abrir los ojos.

 

 

 

-¿Y no se te ocurrió pensar en que si los niños ven a un adulto de mal humor o en un estado de ánimo por los suelos, los niños piensan que es por su culpa?

 

Yo no respondí a su pregunta, pues la respuesta era más que clara.

 

-Taeyeon, tú te ponías así de triste siempre que veías a BoA deprimida o a nuestros padres peleando, creías que era por tu culpa y no salías de esa convicción por semanas, hasta que BoA hablaba directamente contigo, utilizando cualquier medio y te hacia entender tu error y encima ella te pedía disculpas.

 

-Lo recuerdo, hermana.

 

-Bueno, ahora eres madre, tienes que ver por tu hija antes que por ti, reacciona y piensa en ello ¿quieres?

 

-Lo haré.

 

-Taeyeon, sé que esto es difícil, pero ella es mi sobrina ahora y aunque tú seas mi hermana menor, si la que está en un error eres tú, mi deber es corregirte. Ahora ve, y habla con Seo, seguramente ya está más tranquila, te recomiendo que la bañes y hables con ella estando así, eso hacía yo cuando quería calmarte a ti.

 

Sonreí recordando que así era como mi hermana Yoona  me tranquilizaba cuando estaba triste.

 

-Gracias por los consejos hermana, siento que puedo hacer un mejor trabajo ahora.

 

-Para eso soy tu hermana… hey… lo que te dije puede ser una buena trama para un libro ¿no lo crees?

 

-Como digas Yoona-sonreí-nos vemos pronto.

 

-Salúdame a mi niña-se refería a su sobrina -dile que si tía la ama con todo el corazón a pesar de que su madre Taeyeon  sea una irresponsable.

 

-Hermana… ya entendí la indirecta-dije sarcásticamente.

 

-No fue indirecta, fue la verdad mi querida hermanita, bueno, me voy, aún tengo que organizar una firma de autógrafos para mañana y aún no pienso en nada, cuídate.

 

-Claro hermana.

 

-Taeyeon… no hagas las cosas mal-sonreí ante sus palabras-te quiero hermanita.

 

-Yo igual, gracias.

 

 

 

En ese momento colgué y en ese momento se acabo la pila de mi celular, ahora lo que me conectaba con las demás personas se había muerto… hasta que volviera la luz, claro está.

 

 

 

Con una sonrisa y mayor confianza en mí misma, subí al cuarto de Seohyun, ella ya estaba despierta y sentadita viendo a la ventana, podía ver su espalada, era la de una niña triste y era por mi culpa, ahora era mi deber solucionar eso, nadie quiere ver a su hija así.

 

 

 

-Seo…-me acerque a ella-te preparé la tina de agua calientita para que te des un baño-le hable en tono infantil y consentidor.

 

-Mami Tiffany  dice que sólo debo bañarme por las tardes cuando esté enferma-dijo sin verme.

 

-Anda-la tome por los hombros con suavidad-ven conmigo, necesitas tomar un baño, además de que quiero hablar contigo.

 

 

 

Seo se dejo cargar y aún sin verme acepto estar entre mis brazos, como ya tenía su ropita lista en el baño, sólo quedaba llevarla a ella hasta la tina. Y así lo hice, la lleve gentilmente hasta el baño, ya era de noche y lo único que los alumbraba eran las velas que yo había colocado para ver mejor, le quite con cuidado la ropa, probé la temperatura del agua y al notarla tibia, la  metí con cuidado , dejándola recostadita y viéndome.

 

 

 

En cuanto entro en el agua, su rostro se mostro calmado y relajado, por un momento vi su sonrisita, la que tanto me gustaba ver, pero después volvió a ponerse triste, ahora era como volver en el pasado, sólo que ahora yo no estaba en la tina.

 

 

 

-Es gracioso ¿sabes?-le dije jugando con el agua-antes, cuando estaba triste, así me calmaban tus tías, en baños tibios por las tardes.

 

 no me respondía.

 

-Seohyun, estas equivocada si crees que yo voy a abandonarte, créeme que jamás tuve ni tendré las intenciones de hacerlo, tú eres mi hija y aceptándote en mi casa, he aceptado tenerte a mi lado… igual con tu mamá Tiffany … sólo que aún tengo muchas cosas que arreglar, pero créeme que no pienso abandonarlas a ninguna de las dos-le di un beso en la mejilla- además de que nunca me avergonzaré de ti frente a nadie, hoy me dio de la impresión de que creías que huía de los medios por ti, pero no es así, yo huyo de ellos porque no me agradan y la razón por la que estado llorando por las noces… bueno… aún no te lo puedo decir, te lo diré cuando crezcas-le sonreí, mis anteriores palabras las había dicho en un tono un poco infantil, pero al hablar con Seo tenía que ser seria y firme, así que basta de juegos-Seohyun , perdóname por haber sido una egoísta, no te volveré a tratar así ni hacerte volver a sentir mal de nuevo-la abrace, no pude más y lloré-perdóname, por favor, lo mejor de mi vida, no fue volverme artistas o tener todos los lujos que poseo, sino el poder estar contigo y sería mi mayor felicidad si me dejaras estar contigo para siempre, te quiero, hija-era la primera vez que la llamaba hija.

 

 

 

Pude sentir como poco a poco levantaba sus bracitos y me abrazaba con fuerza, estaba mojada y mi ropa se estaba mojando (cosa que en algún pasado me pudo haber molestado si alguien más me hacia eso) pero si esta mi hija quien me abrazaba así y más cuando me necesitaba, entonces podía empaparme todo lo que ella quisiera. Pensé que no podía sentirme más feliz, pero me equivoque.

 

 

 

-Mami-dijo Seo  llorando sobre mi cuello.

 

Me sentí realizada y no pude evitar abrazarla más fuerte y llorar con ella.

 

-Te quiero, hija-le dije tratando de que mis palabras se entendieran.

 

-Y yo a ti también te quiero mami-se aferro más fuerte a mi cuello.

 

 

 

No sé bien el tiempo que pasé dentro del baño con  Seo , sólo sé que después de ello, ya no nos hablamos, pero no por incomodidad, sino que nuestras acciones decían más palabras que nuestras propias frases. Yo estaba encantada con Seo, mientras la bañaba y le enjabonada su cabello y después la mojaba para quitárselo, ella hacia uno que otro puchero porque se le metía el jabón a la boca, pero después se calmo. Me encantaba la escena de la luz de la Luna sobre Seo y la luz de las velas iluminándonos, mientras nos veíamos la una a la otra.

 

 

 

-¿Me cantas una canción, mami?-me pregunto una vez que ya la había terminado de bañar, pero aún seguía ella jugando en el agua con algunos de sus juguetes.

 

-Por supuesto-le dije acariciando su mejilla-yo estaba en cuclillas y aún en esa posición, le cante-está te la dedico a ti, Seobaby-le sonreí-te amo, hija.

 

Ella se sonrió y comenzó a reír de alegría, yo sólo la observaba y comencé a cantar.

 

 

 

 

 

-Te quiero mami-dijo  abrazándome.

 

-Yo también te quiero hija-le di un beso en la frente-no sólo te quiero-le di un beso en la mejilla-te adoro y te amo-le sonreí-tendrás que aprender a soportarme a ser una pésima madre primeriza-hice una broma y amabas nos reímos.

 

-Yo te enseño a ser mami-se río.

 

-Por favor-unimos frentes.

 

-Por cierto, ¿mami Tiffany no dijo que iba a llamar hoy?-me miro confusa.

 

-Rayos-dije en voz alta y algo asustada.

 

 

 

Sin luz, Tiffany no iba a poder llamarnos y seguro que me iba a meter en muchos problemas con ella. Bueno… pero todos saben que la vida no es siempre un paraíso.