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FLASHBACK

-Me gustas-dijo la chica frente a mí, sonrojándose a más no poder-y mucho…-tomo mis manos-… ¿quieres… ser mi…?-la interrumpí abrazándola.

-¿Quieres ser mi novia?-complete su pregunta sosteniéndola fuerte entre mis brazos y acercándola más a mí, recargue su cabeza en mi hombro.

-Sí-dijo suavemente mientras me sujetaba del vestido

FIN DEL FLASHBACK.

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-Buenos días Seúl, son las 9 a.m. y tenemos un lindo día despejado, será estupendo para la desarrollar cualquier actividad al aire libre…-eso fue lo primero que escuché esta mañana levantándome del suelo de mi casa, el sonido provenía de la tele que se había quedado encendida toda la noche.

Trate de levantarme, pero mi cuerpo estaba tan pesado y la cabeza me dolía tanto, que ni mis esfuerzos sirvieron de algo, era verdad que estaba así de mal y no era la primera vez que me pasaba esto, ya era normal para mí que la cabeza me diera tantas vueltas y que me sintiera así, normal, así se pone cualquiera después de una noche de fiesta, lo bueno de la fiesta fue que la organicé en mi casa, así que no tuve que esforzarme por escoger donde dormir… si es que de verdad me había ido a dormir.

Giré la cabeza a ambos lados tan lento como pude, mi casa era un desastre, las mesitas de la sala estaban fuera de su lugar y algunas estaban volteadas, las paredes sucias (no sé cómo había pisadas y manchas de manos en la pared), la decoración en todas partes menos en sus lugares y estaba sepultada hasta el cuello por latas de cerveza, puedo asegurar que no todas eran mías, pero como es normal el desastre lo tenía que recoger yo… o más bien la sirvienta.

De pronto mi sueño vino a mi mente… ¿por qué soñaba con esa chica? ¿por qué recordaba esos momentos? ¿qué no ya tenía suficiente con saber que ella era mi ex prometida? No tenía muy clara la respuesta a todas esas preguntas, tal vez porque no me esforcé en pensar en las respuestas o porque me dolía mucho la cabeza como para pensar claramente, el punto era que mis ideas estaban en blanco.

Me quede minutos o quizás horas tumbada viendo hacia al techo, esperando que así se me pasaba el dolor de cabeza, me daba mucha gracia pensar que mientras estaba tumbada en el suelo, muchas latas de cerveza me cubrían el cuerpo, pero también me daba risa de que el hecho de que hubiera varias botellas de otras bebidas y más que nada alcohólicas estuvieran cerca de mí, pero no al alcance de mi mano como para darles el último trago.

Me quede sin saber qué hacer por mucho tiempo en el suelo, cuando sentí que la jaqueca ya se había ido trate de incorporarme, pero sólo conseguí perder el control y caer sobre las latas de cerveza y algunas se quedaron marcadas en mi piel del golpe.

Me sobe el golpe y con eso trate de volver a pararme, pero seguía sin conseguirlo.

El sonido del timbre llegó hasta mí, alguien tocaba a la puerta y yo sin saber qué era de mi vida y del espacio trate de ponerme en pie, pero seguía sin conseguirlo, hasta que el insistente timbre termino haciéndome enojar y así fue como me levante, trate de caminar pero me costaba trabajo, a mi lado vi una lata de cerveza medio vacía (ignoraba quien había sido su dueño) y la agarré y la fui bebiendo hasta llegar a la puerta.

Seguramente eran periodistas o fans míos esperando que diera alguna explicación de la decadente apariencia que mi casa había conseguido en una sola noche, yo era el centro de atención de los medios desde que comencé mi carrera como cantante (más que nada interprete en varios idiomas) pero me parecía raro que los toques del timbre fueran tan constantes, ni los medios de comunicación eran así de insistentes o al menos no cuando querían sobreexponerme.

-Ya voy, ya voy-dije arrastrando los pies hacia la puerta, solo traía puesto un top blanco y unos jeans rotos-que va voy-volví a decir cansándome de los timbrazos, si la jaqueca no acababa conmigo seguramente lo harían los timbrazos.

Recargue mi brazo en la orilla de la puerta y con mi mano libre la abrí.

-Les advierto que esto podría causarles una demanda a ustedes y a sus trabajos-dije advirtiendo a quienes yo esperaba que estuvieran a fuera.

Tiré la lata de la impresión al ver a la persona que estaba en mi puerta, la cerveza restante se derramo sobre mi alfombra y mis pies, podía sentir que aún estaba fría, pero eso no importaba, sino la persona que estaba frente a mí, de la sorpresa tenía mi boca bien abierta, creí que estaba soñando, otro poco y me golpeo para recuperarme de la sorpresa.

-¿Eh?... ¿Phany?-trate de articular su nombre, pero seguía realmente impresionada.

-¿Y así es como me saludas?-dijo la chica frente a mí… bueno ni tan chica, tenía mi edad, 24 años.

-¿Eh? ¿Eh? ¿Qué haces aquí?-le pregunte tratando de calmarme.

-Necesitamos hablar-me dijo tranquilamente-¿puedo pasar?

No puse alguna resistencia y la deje entrar, aunque a mi parecer ella llegaba 3 años tarde como para querer hablar conmigo, aunque ignoraba realmente el propósito del que ella viniera a mi casa… después de “lo ocurrido”. Aunque para cuando entró ya me había recuperado de la impresión, aunque aún me quedaba el enojo por la jaqueca.

-Tienes un desastre en tu casa-dijo mirando de piso a techo mi casa.

-Lo sé-dije cerrando la puerta y después la vi levantando el desastre.

-Yo no soy tu sirvienta-dijo recogiendo las cosas.

-Lo sé, a ellos se les paga-le dije con el tono más sarcástico y enojado que pude darle, pero al instante una lata azoto contra mi cara, me lo tenía bien merecido.

-No vuelvas a decir algo así-dijo Phany soltando las latas en el suelo.

-Ya entendí-le dije sobándome la cabeza-¿y a que has venido Phany…

-No me vuelvas a decir así-otra lata azoto contra mi cara-no tienes derecho de llamarme así-me miro muy enojada.

-Está bien-por alguna razón me estaba portando condescendiente con ella y no sabía por qué-¿qué haces en mi casa?

-Tenemos que hablar seriamente-me miro esta vez bastante seria, no tenía una expresión de lo que me fuera a decir iba a ser algo bueno.

-Ok, déjame limpiar un poco el sillón-quite algunas latas y botellas del sillón y nos sentamos, al parecer Phany siempre había detestado mis desastres y no la culpo-supongo que esto debe de ser realmente serio como para que hayas venido hasta aquí sólo para verme ¿no tienes que trabajar hoy?-ella era maestra de preparatoria y el día de hoy era viernes por la mañana, por supuesto que tenía que trabajar.

-Tenía que trabajar pero esto es muy importante y necesito hablar contigo tan pronto como sea posible.

-Está bien, me estás asustando-dije bastante confundida.

-Uhm bueno… por dónde empiezo…

Phany era sin duda una mujer brillante y a pesar de todo era muy hermosa, sin duda me seguía gustando después de que nos dejamos de hablar, aunque la de la culpa del problema fue mía, pero eso ya era cosa del pasado. Phany se veía realmente linda, con un traje para mujer azul marino para ir a trabajar, blusa blanca y corbata (para mujer) azul y nos zapatos negros, su cabello un poco alborotado (por la prisa que tenía de verme) y  es de piel blanca y realmente amable aunque cuando me ve cambia a una persona regañona y terca, no la culpo.

-Te estás tardando-le dije cruzando mis pies y recargándome en el sillón-y tengo una firma de autógrafos al rato y…

-Tenemos una hija…-dijo Phany apartando su vista de mí.

-Ah… ok…-al principio no capte-… … … haber… espera… ¡¿QUÉ?!-por fin reaccione-disculpa… ¿cómo está eso de que TENEMOS una hija?-hice énfasis en “tenemos”-mira yo no te he visto en años, además somos mujeres… es imposible que tú y yo…-otra lata se estrello contra mi cara.

-Tonta-dijo Phany lanzándome otra botella-¡por supuesto que sé eso! Pero no biológicamente, es adoptada.

-Está bien, entiendo, pero no tenías que lazarme latas ¿sabías?

-¿Recuerdas cuando tú y yo… bueno... tú sabes…?- Phany se calmo y se empezó a poner nerviosa.

-¿Nos íbamos a casar?-complete su frase.

-Sí-su cabello le cubría el rostro-tú y yo teníamos planes de adoptar e hicimos los trámites, pero cuando rompimos nuestro compromiso… ambas pensamos que todo lo que habíamos arreglado para nosotras había quedad disuelto y en el olvido.

-Así es-le dije tratando de entender la situación.

-Bueno… los trámites de adopción siguieron su curso, se suponía que nada iba a suceder si tú y yo no éramos pareja… pero los trámites continuaron sin nuestros permisos y ahora tenemos una hija.

-¿Y cuándo te enteraste de eso? Porque yo no he sido notificada de nada.

-Esta mañana, cuando me iba a trabajar, había un auto frente a mi departamento y en cuanto salí una señora bajo del auto y fue a hablar conmigo, era una trabajadora de servicio social, dijo que venía a dejarme a mi hija, al principio le dije que se había equivocado de lugar y que yo no era, pero saco los papeles de adopción, con tu nombre y el mío en el cómo las madres de la niña, me quede helada y no pude reaccionar, en eso la señora le abrió la puerta a la niña y ella fue directo a abrazarme mientras yo seguía sin creer nada. Después se fue la señora dejándome con ella agarrándome la mano, ella me ayudo a reaccionar y dijo que estaba feliz de tener una familia al fin… pregunto por ti… pero le dije la verdad, que tú y yo ya no éramos pareja, se decepciono bastante y después de ello la lleve a la escuela, ya que la trabajadora me dijo que era día de clases y su escuela no estaba lejos de mi departamento, así que fui a dejarla y después me vine directo a tu casa.

-Toda una aventura para una mañana ¿eh?-le sonreí burlonamente.

-¡Taeyeon!-me dijo levantándose del sillón-¡pon atención al menos en lo que te digo! ¡Tú también eres madre de esa niña!-se sentó otra vez-al menos ayúdame en esto, no puedo dejar a la niña sola, no sin tu ayuda.

Phany se veía  realmente desesperada pero yo no tenía ninguna intención de aceptar lo que me proponía, era simplemente imposible, aunque para el año ya no era raro ver a parejas homouales teniendo hijos adoptivos, pero… ¿Qué acaso el mundo estaba tan loco como para que a mí me ocurriera esto?, definitivamente no estaba de acuerdo, tal vez cuando estaba con Phany me dieron ganas de tener una familia, pero ahora era lo último que quería.

-Lo siento Phany, pero no puedo aceptar, tengo un trabajo y una vida, no puedo dejar todo así como así.

-¡Pero yo ya lo acabo de hacer!-me grito desesperada levantándose.

-Pero esa es tu vida, tú decides qué hacer con ella, yo no voy a aceptar a esa niña como mi hija, no lo haré-también me levanté.

-¡Seohyun nos necesita!-me grito.

-“Así que el nombre de la niña es Seohyun”-pensé-lo siento Phany, pero yo no dejare mi vida por una mocosa que llego en el momento menos indicado, tú y yo ya no somos pareja y no tengo intenciones de dejar mi trabajo, ni mis sueños por la niña, lo siento pero en esto estás sola.

-Taeyeon-dijo más tranquila pero al borde del llanto-es tú hija.

-Lo siento-le dije-yo a ella no la conozco, no es mi hija y no lo será.

-Pero en el registro nosotras somos…

-En el registro seremos para ella lo que tengamos que ser-dije muy enojada-pero eso no significa que me haga cargo, si acaso te daré un poco de dinero para su sustento y nada más, de mí no se va a obtener nada.

-Nunca debí de haberte conocido-dijo ella alejándose de mí-yo también concuerdo en que Seohyun llego en el momento menos indicado, pero es mi hija y no la dejaré sola, tal vez me cueste mucho trabajo criarla sin tu ayuda, pero lo haré y definitivamente no será como tú, ella es mi hija y como su madre la cuidaré de todo y de todos, aún si tengo que alejarla de ti.

-Bien, haz lo que quieras-le abrí la puerta de mi casa-si va a ser así entonces no vuelvas, toma-le extendí la mano y le di una de mis tarjetas de crédito-te la regalo, para que tengas con que mantenerla.

-No la quiero-me dijo Phany con la cara llena de lágrimas y de dolor-puedes vivir tu vida como quieras, pero por favor no te nos acerques, ya no eres la Taeyeon que yo solía amar.

-La Taeyeon que conociste murió-le dije acercándola a la salida-y no volverá, adiós Tiffany-le cerré la puerta.

Me quede unos segundos parada escuchando como Phany corría a su auto, se subía y se alejaba de mi casa lo más rápido posible, al instante me desplome en el suelo, pensando en todo lo que acababa de pasar, me sentía muy enfadada, ahora tenía una hija la cual no era reconocida por mí y eso me traía sin cuidado, pero por alguna razón… comencé a llorar… la razón la ignoraba, pero estaba llorando, avergonzada cubrí mi rostro sin dejar de llora, por primera vez después de dos años estaba llorando. Quizás…

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Hola!!

Espero que les gustes, dígame que tal les pareció el primer capítulo.

gracias por leer

nos vemos ñ_ñ