Capítulo 2: Don't Stop Believin' (Parte I)

Fix You
Please Subscribe to read the full chapter

Tres meses habían pasado desde aquella noche en la cual Seo descubrió la infidelidad de Yonghwa. Tres meses en los cuales pasó de vivir en un departamento con su novio de hacía dos años a vivir con su mejor amiga. Tres meses en los cuales había dejado la obra de teatro la cual protagonizaba por el simple hecho de no tener que ver de nuevo a Jung Yong Hwa, su compañero de teatro y ex novio.

El chico se había hecho merecedor de ese título una semana después de lo sucedido. Si fuera por Seo, jamás le hubiese hecho frente a esa situación que cuánto más tardará en afrontarlo más doloroso sería. Por esa razón, aquel primer jueves de agosto Seo se armó de valor y fue directamente a hablar con Yonghwa.

Al principio el chico se rehusó al inminente rompimiento, negó haber hecho tal atrocidad y culpó de todo a Yoona, alegando que la pelinegra le había mentido a Seo, que era una maldita perra envidiosa, pero todo su teatro se desmoronó cuando Seo le dio vuelta la cara de una bofetada. Lo hizo por dos razones: la primera, el chico no podía ser tan caradura. Lo había visto con sus propios ojos y aun así le negaba en la cara el hecho de haberla engañado; y la segunda, nadie, absolutamente nadie, insultaba a Im Yoon Ah en su presencia. Daba igual quien fuera, sea un amigo, ex novio o el mismísimo presidente, nadie osaba insultar a Yoona y se libraba de aquello.

Después de salir del departamento que compartía con Yonghwa, tras varios ruegos y más negaciones por parte del chico, Seo salió de allí diciéndole que la única razón por la que volvería a ese lugar sería para recoger sus cosas. Escuchó cómo Yonghwa soltaba improperios pero no le dio importancia.

No estuvo segura de cuántas cuadras u horas caminó después de eso. De hecho no recuerda casi nada de lo sucedido en las siguientes semanas. Era como si su mente no recordara nada después del rompimiento con Yonghwa. Nunca nada la había afectado tanto como el hecho de saberse engañada, de sentirse usada, traicionada. Estaba rota, quebrada… sin ganas de nada, ni siquiera de respirar.

Había abandonado su lugar en el teatro, había abandonado lo que más amaba en este planeta y todo por culpa de Jung Yong Hwa. Hacía tres meses que estaba instalada en el departamento de Yoona. Una parte de ella se sentía culpable porque la pelinegra hacía todo para que volviera a sonreír como lo hacía siempre.

Al principio Yoona pasaba la mayoría del tiempo con ella, había dejado de lado algunas de sus obligaciones solo para acompañarla y no dejarla sola. La había llevado a miles de lugares con la intención de que la menor se distrajera y despejara su mente, pero ésta no parecía responder a los estímulos y regalos constantes que Yoona se encargaba de obsequiarle cada día.

De repente, los regalos dejaron de aparecer en su habitación, las horas compartidas comenzaron a disminuir, Yoona dejó de insistir con las salidas, la chica solo se limitó a responder monosílabas y no entablar conversación alguna con Seo y la menor lo notó. Notó cómo Yoona comenzaba a ignorarla, como las gardenias que aparecían “misteriosamente” en su escritorio cada mañana acompañando un rico y saludable desayuno, empezaron a disminuir llegando al punto de ya no haber ninguna gardenia por la mañana ni por la tarde ni por la noche… y eso le dolió, le dolió más de lo que había hecho Yonghwa, le dolió más de lo que quisiera admitir. Sentía que con esa actitud estaba defraudando a Yoona, su mejor amiga, la chica que cuando creía que ella dormía le susurraba un “Te quiero” tan dulce y pausado que Seo sentía que podía morir en ese mismo instante, la misma que la miraba con sus atrapantes ojos marrones cargados de preocupación y tristeza. La misma que sentía que estaba perdiendo a cada segundo que pasaba tirada en aquella cama, llorando por un chico que sabía que no valía la pena. La misma Im Yoon Ah que escuchó llorar en silencio varias noches llevándola a la conclusión de que era por su culpa. Sabía que Yoona sufría viéndola mal a ella y aun así no hacía nada para impedirlo.

"Levántate." ordenó Yoona entrando a la habitación que se había convertido en la de Seo desde hacía ya varios meses. "Te darás una ducha si quieres y luego bajarás a desayunar."

Había tanta autoridad en cada palabra que Yoona decía que Seo se levantó de su cama pero no hizo el resto de las cosas que la pelinegra le ordenó, sino que se dedicó a observarla detenidamente. La pelinegra presentaba ojeras adornando sus ojos, no había ni rastro de su hermosa sonrisa y cuando sus miradas se cruzaron fugazmente, Seo pudo ver que en los ojos de Yoona no solo también había preocupación y tristeza sino que también había dolor y eso fue lo peor que pudo haber presenciado en su vida. Sabía que la pelinegra estaba en ese estado por su culpa, sabía que no la estaba tratando como una amiga, sabía que Yoona tenía el corazón roto y la causante de eso era ella misma. Sintió cómo su pecho se encogía y se rompía, el dolor que sintió en ese momento no fue nada comparable con el que sintió cuando descubrió a Yonghwa. Este era mucho peor, estaba lastimando a Yoona, la estaba decepcionando y la pelinegra no se merecía eso, no después de lo bien que se comportó con ella a lo largo de aquellos años y lo bien que se seguía comportando.

"Yoona…" intentó decir Seo. Tenía la voz un poco ronca consecuencia de pasar varios días sin hablar. Tenía la esperanza de que la pelinegra la mirase un segundo siquiera pero no consiguió eso, sino todo lo contrario.

"Bajarás a desayunar. Luego podrás regresar a aquí y seguir llorando por alguien que no vale la pena." espetó Yoona dirigiéndose a la salida, sintiendo cómo las lágrimas se hacían presente en sus ojos, pero antes de salir completamente, susurró. "Jimin está abajo y quiere verte. Si al menos no bajas a desayunar ni por mí ni por ti, hazlo por él. Disimula que sí desayunas. No tiene idea de lo que te pasó y no quiero que se preocupe. Solo serán unos minutos."

La pelinegra abandonó la habitación dejando a una Seohyun completamente consternada. Yoona jamás le había hablado con tanta frialdad en la voz ni siquiera en sus años de instituto. Que ahora lo hiciera significaba una sola cosa: La estaba perdiendo.

Por otro lado, Yoona, tras cerrar la puerta de la habitación de Seo, se dirigió hacia la cocina donde la esperaban sus sobrinos. En el camino se limpió las lágrimas que ya empezaban a rodar por sus mejillas y maldijo a Jung Yong Hwa por lastimar a Seo, a ésta última por seguir amando a alguien que no lo merecía y por último a ella misma por no poder hacer nada para que la menor saliera de tal estado de depresión.

Bueno, nada no. Había hecho varias cosas solo para que Seo volviera a sonreír. La había sacado a pasear por Seoul Forest cientos de veces, había estado pendiente de ella durante todo el tiempo para asegurarse que la menor estuviera bien. Le había llevado todas las mañanas el desayuno a la cama acompañado de una gardenia, le había susurrado miles de veces lo mucho que la quería y lo indispensable que era en su vida, pero Seohyun parecía no darse cuenta de eso, sino que seguía llorando por el idiota de Jung a pesar de que el infeliz seguía con su vida. No fue él quien abandonó el teatro, no era él quien estaba tirado en una cama llorando, no era él quien tenía el corazón roto.

"Maldito infeliz…" susurró Yoona completamente indignada.

"¿Has dicho algo, tía Yoona?" cuestionó su sobrino mirándola atentamente cuando entró a la cocina.

"No, no he dicho nada, Jimin. Se-Seo…" ¡Demonios! Hasta decir su nombre le costaba ahora. Respiró profundamente antes de continuar. "Seohyun baja en un momento. Creo que iba a ducharse para quitarse un poco la fiebre debido a la gripe que tiene."

"Qué curioso." intervino Wendy con sarcasmo. "Seo es la única persona que conozco a la cual la gripe le dura tres meses… ni que fuera las estaciones del año."

"Lo curioso es que tú digas mi nombre en lugar de decirme “pequeña” o “baby”." espetó Seo entrando a la cocina siendo testigo directo de cómo una sonrisa aparecía en los labios de Yoona lo cual hizo que su cuerpo se sintiera energético de golpe. "Buenos días, Wendy. Buenos días, Jimin."

"¡Tía Seo!" exclamó el chico con inocencia yendo a abrazar a la chica que le correspondió el abrazo como pudo.

Para Jimin, Seohyun siempre fue su tía. Le decía así por respeto y a la chica le parecía no molestarle, de hecho le gustaba ser portadora de ese título. Era aquella tía con la que podía debatir de música, la que le contaba historias de teatro, con la que podía montar pequeñas obras de teatro improvisado en la sala del departamento de Yoona, la misma Seohyun que lo dejaba boquiabierto cada vez que la escuchaba cantar, la misma que ahora le sonreía con dulzura.

"Jimin, deja que tu tía respire un poco." pidió Yoona en voz baja mientras servía la taza de café que le ofreció a Seo pero sin mirarla.

Seo sintió cómo se formaba un nudo en la garganta y los ojos comenzaban a picarle en clara señal de que se aproximaba un llanto que no podría controlar. Yoona ni siquiera decía su nombre ya, no la miraba en ningún momento y eso fue peor que cualquier infidelidad por parte de su ex novio. Con desesperación buscó la mirada de la pelinegra, pero ésta no la miraba, ni siquiera lo hizo cuando Seo tomó la taza de café que le ofrecía tocando más de la cuenta su mano.

Después de eso, la menor dejó que las cosas siguieran su curso. No podía enfrentar a Yoona con sus sobrinos presentes. Esperaría a que ellos no estén y si tenía que ser necesario, obligaría a Yoona a que la mirara. La siguiente hora, la menor pasó hablando con Jimin que parecía entusiasmado por volver a hablar con ella de nuevo, también soportó las indirectas de Wendy. Aquella chica que parecía una versión más joven de Jessica pero con cabello rubio y ojos marrones. Lo cierto es que Seo no entendía el por qué de la actitud de Wendy presentaba con ella. No importaba lo que Seo dijera o hiciera, la sobrina de Yoona siempre estaba a la defensiva en cuanto a ella se tratase.

"Vayan a buscar sus cosas. En un rato salimos." indicó Yoona a sus sobrinos. Jimin esbozó una sonrisa y Wendy simplemente rodó los ojos pero aun así hizo lo que su tía le ordenó.

"Hey, Jimin. ¿Qué tal tu partido de fútbol en la consola de la tía Yoona antes de irnos?" escuchó la pelinegra que Wendy le decía a su hermano con dulzura y esbozó una sonrisa al darse cuenta de que su sobrina no era tan fría como aparentaba.

Seo fue testigo nuevamente de cómo Yoona volvía a sonreír y sin siquiera notarlo ella también lo hizo. La pelinegra se dio cuenta de la situación, borró completamente la sonrisa y se dispuso a lavar lo que habían ensuciado durante el desayuno.

"Yoona…" susurró Seo con un hilo de voz cuando logró calmar un poco la tensión que sentía. Yoona, al escuchar su nombre salir de los labios de la menor sintió cómo un escalofrío recorría por su columna vertebral pero aun así se esforzó por no llorar en ese momento.

"Jimin tiene una obra de teatro en la escuela para recaudar fondos para el programa de teatro y para una nueva sala de baile y canto. Espera a que nos vayamos, despídete de él con la mejor de las sonrisas y luego podrás volver a tu habitación." repuso Yoona sin dignarse a mirarla. "O por el contrario, puedes acompañarnos. A Jimin le-le gustará verte allí viéndolo cantar."

Seo no dijo nada, reunió las fuerzas necesarias y se acercó a Yoona agradeciendo que la pelinegra seguía a espaldas a ella. Aun sin mirarla sabía que Yoona estaba tensa con esa situación.

"¿Puedes mirarme siquiera, Yoona?" cuestionó la menor tragando saliva mientras sentía cómo sus ojos se llenaban de lágrimas, pero como Yoona no dijo nada, ella continuó. "Necesito que me mires…" Vio cómo la pelinegra bajaba la cabeza y esa fue la señal que necesitó para acercarse más a su amiga tomándola de los hombros y girándola hacia. "Mírame, Yoong… por favor."

Y Yoona así lo hizo. Por primera vez después de semanas ambos marrones volvían a hacer contacto visual reflejando el mismo aspecto lastimoso, como si se reflejaran en un espejo. Seo vio lágrimas en los ojos de Yoona y Yoona vio lágrimas en los de Seo.

"Lo siento." susurró la menor abrazando a Yoona con todas sus fuerzas mientras rogaba que la pelinegra le correspondiera el abrazo. Necesitaba que así fuera. Ver el dolor, la tristeza y la decepción en los ojos de Yoona fue demasiado para ella.

Se asustó un poco cuando pasaron los segundos y Yoona no correspondía a su abrazo. Justo cuando iba a alejarse, la pelinegra la abrazó fuertemente pero Seo, en lugar de sentirlo cálido y tierno, lo sintió frío, sin vida.

"Yoona, abrázame como solo tú sabes hacerlo." pidió Seo alejándose de la mayor con la mirada en el suelo. "Hazme creer que no te he perdido… que aun sigues siendo mi amiga, por favor."

"Hace tres meses que vengo luchando para recuperarte. Hice de todo porque así sea." susurró Yoona limpiando con rabia las lágrimas que no pudo retener. "Dime solo una cosa… ¿te he perdido yo a ti o aun sigue dentro de ti la Seo Ju Hyun de la cual me he… me he hecho amiga?" se corrigió rápidamente antes de decir algo más.

"Yoona, abrázame." suplicó Seo llorando mientras miraba a la mayor. "Necesito saber que no te perdí, necesito que me digas que todo saldrá bien, que me sonrías… te necesito."

"¿Crees que yo no te necesito a ti también, Seo?" cuestionó la pelinegra articulando apenas con los labios. Había tanto dolor en sus palabras que eso terminó de destrozar a la menor. "Te he necesitado cada maldito día, desde hace tres meses. Tres meses en los cuales no volví a ver tu sonrisa, en los cuales no escuché tu voz, no encontré ese brillo tan especial en tu mirada. Sé que te duele lo que te hizo Yonghwa, pero a mí me duele mucho más lo que tú me estás haciendo a mí. ¿Sabes lo feo que se siente que hagas de todo para ayudar a tu amiga y que ésta no se dé cuenta de nada?" Seo bajó la mirada y Yoona acortó la distancia entre ambas. "Extraño a mi mejor amiga, ¿sabes? Aquella chica de ojos marrones que cantaba a todas horas y a cada momento, aquella que conoce el punto exacto donde se desatan mis cosquillas, la misma que me pedía que le cantara cada noche, la misma a la que le dije cada noche lo mucho que la quiero…"

"Te escuché cada vez que me lo decías. También me di cuenta del desayuno y las gardenias." indicó Seo reuniendo valor y enfrentándose a los ojos de Yoona. "Hazme volver, Yoona. Hazme ser yo nuevamente."

"Lo siento, no puedo." negó Yoona tensando la mandíbula. "No puedo hacerte volver si tú no me dejas hacerlo. Te entierras en ti misma. ¿Recuerdas la última conversación que tuvimos hace tres meses atrás? Yo sí. Me dijiste que estabas mal y yo te prometí que te ayudaría a superarlo. Desde entonces he tratado de mantener mi promesa, pero tú no me dejas ni siquiera acercarme a ti."

Seo rompió a llorar nuevamente y eso logró derribar todas las murallas que Yoona había levantado a su alrededor. Debía tener un poco de dignidad y no ceder tan fácilmente, pero la culpa por las duras palabras que estaba teniendo con Seo la hizo flaquear.

"Ven aquí." susurró la mayor tomando la mano a Seo que tembló ligeramente al sentir el contacto. La menor volvió abrazarla con fuerza y esta vez sí sintió cálido y tierno aquél abrazo. "Te extraño, Seo. Quiero que vuelva la Seo Ju Hyun de siempre, la bebé odiosa e insoportable del instituto, aquella que peleaba con Heechul y Hyoyeon por los solos, la que decía que el Sr. Schue la castigaba… la que nos bautizó a mí y a Junho como Ken y Barbie." Seo soltó una risita alejándose del pecho de la pelinegra extrañando escuchar en sus oídos los constantes latidos de éste. "No hablaré más de Yonghwa si eso te hace mal, pero déjame decirte que hay personas que sí te valoran, que te quieren de verdad, que te aman por el conjunto de cuerpo, espíritu y alma que eres."

"¿Tú me quieres?" cuestionó Seohyun con nervios mirando los ojos de Yoona mientras estaba esbozada una sonrisa nerviosa que llamó su atención.

"Demasiado, preciosa… te quiero demasiado." respondió la pelinegra abrazando nuevamente a la menor para hacerle saber que todo está bien. "Pero el hecho de que ahora te esté abrazando y no te esté gritando no significa que me haya olvidado de mi enojo contigo. Tres meses fueron, tres meses en los que perdí a mi mejor amiga."

"Haré lo que sea para compensártelo y para recuperar tu confianza, lo juro." prometió la menos empezando a sentir una leve mejoría en ella con solo mirar a Yoona, con solo sentirla cerca.

"Límpiate las lágrimas, no combinan con tus ojos." indicó Yoona en un susurró haciendo sonreír a Seo. La pelinegra siempre tenía ese tipo de frases. Frases que a ella le gustaban.

"¡Tía Yoona! Wendy dice que Batman es más rico que Iron Man ¿podrías decirle que…?" Pero sea lo que sea que iba a decir Jimin, quedó en la nada cuando el chico vio la cara de su tía donde las lágrimas habían dejado huellas en sus mejillas. "¿Estás bien, tía?"

"Sí, mi vida." Lo tranquilizó Yoona con una sonrisa improvisada que captó la atención de Seo, hasta ella le creyó. Definitivamente Yoona tenía que ser actriz. "Pasa que tu tía Seo, aquí presente, me contagió la gripe, pero no te preocupes. ¿Tienes todo listo? En quince minutos nos vamos para el colegio a organizar todo. El profesor Weston no da abasto con los preparativos."

"¿El profesor Weston?" cuestionó Seo frunciendo el ceño mirando a Yoona mientras Jimin salía de la cocina nuevamente. "Pensé que no te llevabas bien con él."

"Muchas cosas han cambiado, Seo."

Aquella respuesta por parte de Yoona la incomodó. Sentía cómo los nervios se hacían presente en su cuerpo y cómo esa contestación causaba molestia en ella.

"¿Sales con él?" cuestionó sin rodeos y Yoona soltó una carcajada que desconcertó a Seo.

"Me alegra comprobar que está volviendo la antigua Seo Ju Hyun." respondió Yoona con una sonrisa acercándose a la diva pero ésta siguió con el ceño fruncido.

"No has respondido a mi pregunta, Yoona… ¿sales con él?" volvió a repetir la menor olvidándose de fruncir el ceño ya que la pelinegra la miraba con una sonrisa capaz de derretir de ternura a cualquiera.

"No, no salgo con él, Seo." respondió Yoona mirándola atentamente siendo testigo de cómo su amiga intentaba ocultar una sonrisa. "Puedes mantener tus celos al margen porque solo tengo ojos para ti, señora Celosa."

"Eres una idiota, Im Yoon Ah." replicó Seo mientras su amiga se reía a carcajadas abrazándola por la cintura mientras ésta forcejeaba fingiendo querer apartarse de la pelinegra, aunque en realidad quería todo lo contrario.

"Repito, me alegra comprobar que está volviendo la antigua Seo Ju Hyun." susurró Yoona en el oído de la joven actriz, haciéndola estremecer. "¿Qué tienes que hacer hoy eso de las cinco de la tarde?"

"Mmm… nada, creo. Ahora que estoy dispuesta a abandonar mi estado de depresión, me gustaría retomar el contacto con las personas. Pensaba llamar a Heechul, en caso de que siga queriendo ser mi amigo." respondió Seo rodando los ojos de forma graciosa causando una sonrisa tierna en Yoona.

"Créeme que está ansioso por hablar contigo. Ha venido cada día a verte y cuando no podía, llamaba por teléfono para saber cómo estabas." informó Yoona quitando el cabello del rostro de la menor. "Jessica también te extraña, aunque no lo diga. Se quedó sin la víctima principal de sus bromas." Seo soltó una pequeña risa en compañía de la pelinegra. "Pero te sugiero que no hagas planes para esta tarde. Tú vienes conmigo."

"¿Una cita, Yoona?" bromeó la menor, mientras Yoona bajaba la vista con un rubor en sus mejillas, pero sin abandonar su sonrisa. "Te recuerdo que acabo de salir de una relación el a cual pasé tres meses en la cama llorando. Mi ex novio me engañó, por ende, en este momento no creo en el amor."

"En primera, no es cita." aclaró Yoona. "En segunda, no hablemos de tu ex novio y en tercera, yo haré que vuelvas a creer en el amor."

"Lo que faltaba… confesiones en la cocina." intervino Wendy entrando a escena, interrumpiendo a su tía y a su amiga que la miraron con idénticas sonrisas. "Ya que a la hija no reconocida de Willow se le pasó el “resfrío” y tú vuelves a recuperar tu sonrisa, tía Yoona, ¿podemos irnos ya? Jimin está listo y yo debo pasar por casa de papá a cambiarme de ropa."

"Definitivamente es tu sobrina, pero pasar tiempo con Jessica, la convierte en una versión más joven de ella misma." repuso Seo mirando por la puerta donde había salido Wendy.

Yoona la miró con el ceño fruncido fingiendo molestia pero toda la puesta en escena, se le cayó cuando descubrió una sonrisa dulce en los labios de Seo.

"Ya extrañaba esa sonrisa." se dijo mentalmente Yoona mientras la menor esperaba una réplica por su parte.

"¡Vámonos ya, Yoona!" gritó Wendy desde la sala haciendo reír a Seo.

"Ya escuchaste a mi adorada sobrina." ironizó Yoona rodando los ojos captando la atención de Seo. "Ahora debo irme, pero prometo volver por ti. Te dejaré para que tengas una mañana para ti misma ahora que… ¿has regresado?" cuestionó la pelinegra p

Please Subscribe to read the full chapter
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Skyth06
#1
Chapter 18: Ya regresa uwu
love45 #2
Chapter 12: Sube pronto el siguiente :)
Skyth06
#3
Chapter 18: Awww fue tan hermoso
Luhana2005 #4
Chapter 18: nueva lectora... me encanta la historia... pero si, ya de una vez que se ponga valiente Tae .. mas Taeny y Yulsic xfa
love45 #5
Chapter 18: yaya muy buen cap, espero que en el próximo pongas algo mas de taeny :)
love45 #6
Chapter 17: yassss las parejas se van formado :D gracias x actualizar!!!
Skyth06
#7
Chapter 17: Que hermoso cap que venga más love yay
andy95
#8
Estaria bueno k les des un Pov a las demas parejas y no solo te centres en el yoonseo =) solo es una sugerencia nd mas, de ahi la historia es super linda
love45 #9
Chapter 16: Gracias x la actualización y sube pronto el siguiente esta muy buena la historia :), y porfavor apoyen el comeback de gg?