"Ven aquí." ordenó Yoona con paciencia por enésima vez en aquella madrugada de martes.

Seohyun iba y venía de un lado para el otro de la sala completamente nerviosa. Sabía lo que le esperaba dentro de unas horas. Se había preparado para eso durante todo el último mes, desde que el señor Harper le había visto en aquel acto escolar y le había propuesto presentarse a la audición para su comedia musical.

Los nervios la acecharon de un momento para el otro desde el momento en que Brody Weston le mandó un mensaje de texto a Yoona avisándole el lugar donde se llevaría a cabo su presentación. Dentro de unas horas estaría pisando el lugar de sus sueños. Debido a la influencia y el prestigio del señor Harper las audiciones se llevarían a cabo en una de las salas del mismísimo teatro Broadway, su lugar en el mundo, el lugar que siempre soñó estar.

Aquello fue un arma de doble filo para ella, por un lado cumpliría su sueño pero por otro lado sentía la presión de hacerlo bien. Se había preparado perfectamente para eso, confiaba en su talento, en su pasión, había hecho miles de presentaciones, pero aun así los nervios la dominaban, más aun cuando centro su mirada en Yoona. Quería hacerlo bien no solo por ella misma, sino también por la pelinegra, para que supiera que su esfuerzo no había sido en vano. La descubrió en el sofá luchando por no dormirse y aquello la hizo sonreír.

"Yoona, vete a la cama." le ordenó pero la pelinegra negó con la cabeza como una niña pequeña.

"Quiero quedarme contigo. Además no tengo sueño." mintió Yoona esbozando una sonrisa poco convincente haciendo derretir de ternura a Seohyun.

Que Yoona hiciera lo imposible por quedarse despierta solo para hacerle compañía era más de lo que podía pedir y de lo que creía merecer. Se acercó a ella recostándose a su lado en el sofá mientras la pelinegra la abrazaba por la cintura con una sonrisa en los labios y los ojos cerrados.

"Solo dormiré si tú duermes." susurró Yoona con los ojos entrecerrados mientras Rachel le dejaba un suave beso en la mejilla haciéndola sonreír. "No me comprarás con ese beso, Ju Hyun."

"Ya lo sé. No fue para comprarte, fue para agradecerte." replicó Seo mientras la pelinegra se giraba para mirarla completamente desorientada. "A pesar de que te estás muriendo de sueño no quieres dormir para no dejarme sola, así que... gracias, Yoongie."

En ese momento no pudo evitar comparar a la pelinegra con Yonghwa y el recuerdo de su última audición vino a su mente. Aun estaba de novia con Jung, fue el día que audicionó para su antigua obra de teatro. Estaba igual o más nerviosa que ahora pero Yonghwa en lugar de apoyarla le había dicho que no debía ser tan dramática, que todo saldría bien y después se fue porque tenía que ensayar para su propia audición. Yoona, en cambio, estaba ahí, a su lado resistiéndose incluso a parpadear porque si lo hacía, se quedaría dormida.

De repente la pelinegra se levantó del sofá arrastrando a la menor con ella quien la miraba expectante a lo que haría. Sin decir palabra alguna la guió hasta su habitación donde se encontraban Crusoe y Aslan durmiendo tranquilamente. Se acostó primero ella y después tiró suavemente de Seo para que hiciera lo mismo.

"No tienes que preocuparte por nada, salvo por disfrutar de ese momento tan importante para ti." susurró Yoona mirándola directamente a los ojos. "Dentro de unas horas los dejarás a todos con la boca abierta y aplaudiendo locamente por ti. Eres puro talento, Seohyun."

"¿Crees que te dejen estar presente?" cuestionó la menor emocionada por las palabras de la pelinegra quien sonrió de lado. "Necesito que estés ahí, es importante."

"Si no me dejan estar ahí, encontraré la forma de hacerlo." respondió Yoona con una sonrisa traviesa. "Estaré allí, a tu lado. No te dejaré sola, lo prometo."

Fue en ese entonces que Seohyun se permitió la posibilidad de dormir. Le molestaba y le alegraba a partes iguales saber que Yoona con unas simples palabras lograba calmar hasta el más incontrolable de sus ataques. Abrazó la cintura de la pelinegra y dejó un tibio beso en la mejilla de ésta antes de cerrar los ojos dispuesta a dormir en compañía de la mujer más espectacular que había conocido en su vida, la misma que le robaba el aliento a cada momento, la que la llevaba al cielo y la bajaba a la tierra en una milésima de segundo con solo un beso.

Con los ojos cerrados y mientras llegaba el sueño, se permitió pensar en todo lo que le había pasado durante el último tiempo. Hace cuatro meses atrás estaba de novia con un chico guapo y talentoso que la engañaba y ahora estaba al lado de la chica que era su mejor amiga y con la cual se besaba de vez en cuando, con un futuro incierto y una audición a cuestas. Audición que la llenaba de nervios y de presión. No quería defraudar a nadie, pero sobre todo a dos personas: el señor Harper y Im Yoona. No quería defraudarlos por el simple hecho de que el primero había ido a verla al acto escolar, le había otorgado la posibilidad de volver a las tablas y le había regalado palabras muy gentiles en las cuales destacaba su talento y todo gracias a Yoona, la misma pelinegra que ahora dormía a su lado. Im había hecho posible todo eso, fue ella quien invitó al señor Harper al acto escolar, quien había preparado ese espectáculo encubierto, quien la había hecho volver a ser ella misma. Yoona se robaba su corazón a cada momento que pasaba, se robaba su aliento en cada beso y ella no hacía nada para impedirlo.

"Deja de pensar e intenta dormir." susurró Yoona abriendo los ojos sorprendiendo a Seo. "¿De verdad pensaste que me dormiría mientras tú fingías hacerlo, Ju Hyun? No me dormiré hasta que lo hagas."

"Gracias." repuso Seo mientras Yoona la miraba con desconcierto. "Por estar conmigo, por haber hecho esto posible, por apoyarme, por mirarme a los ojos haciéndome saber que todo estará bien. Gracias por todo, Yoona."

"Estaré siempre contigo." sentenció la pelinegra aferrándose más a Seo dejándole un tibio beso en los labios. "No tienes nada que agradecerme porque es lo mismo que tú harías por mí. Quiero verte feliz y si está al alcance de mi mano hacerlo posible yo lo haré."

"Te quiero." susurró Seo antes de procesar aquello. Por segunda vez no había nada oculto detrás de eso, solo quería que Yoona supiera que la quería, que lo hacía a cada momento, que era su mejor amiga, su pilar, su puerto seguro.

"Yo también te quiero." repuso la pelinegra acariciando la espalda de Seo de arriba a abajo haciéndola temblar lo cual la llevo a sonreír internamente. Se acercó y robó un tierno beso de los labios de la menor quien se sorprendió por el atrevimiento. "Lo siento, quería hacerlo."

Seohyun no respondió con palabras, lo hizo con acciones. Tomó a Yoona de la nuca y la acercó a ella para fundirse en un beso que necesitaba. Cuando los labios de la pelinegra hicieron contacto con los de ella, se olvidó de la audición, de los nervios, de la hora que era, de todo. Solo pudo concentrarse en los labios de Yoona moviéndose en los de ella. Sintió cómo la pelinegra se hacía dueña de su cintura, por enésima vez en esos días, colocándose encima de ella pero sin llegar a aplastarla. Fue en ese entonces que se dio cuenta de que tener a Yoona entre sus piernas era lo deseaba hacer cada noche antes de dormir.

La pelinegra, por el otro lado podía sentir cómo todo su cuerpo se estremecía con solo sentir cómo las piernas de Seo se aferraban a su cintura. En un impulso que no pudo controlar y metió su mano debajo de la blusa de la menor acariciando su cintura, sintiendo cómo su mano quemaba al tacto y cómo temblaba por esa simple acción. Le mordió levemente el labio haciendo que soltara un suspiro que quedó ahogado en su boca. El beso se estaba volviendo salvaje y pasional, con necesidad de profundizar y volver ese momento más íntimo, pero Yoona, en un momento de cordura, fue pausando poco a poco el beso hasta convertirlo en uno tierno y dulce.

Se moría por hacer el amor con Seohyun, pero no así, no en ese momento, no cuando sabía que en medio del acto no sería capaz de controlarse y le diría un “Te quiero” cargado de sentimientos que aun no debían ser expresados. Recién empezaban, no podía perder el control en menos de una semana. Ni siquiera habían tenido su primera cita y ya estaba pensando en desvestirla. Se sentía culpable aprovechándose de la menor de esa manera, más aun cuando ésta empezó a repartir cortos besos por su rostro y su cuello con ternura mientras ella cerraba los ojos para disfrutar aquello.

"Lo siento." susurró mirándola a los ojos mientras un rubor hacía aparición en las mejillas de Seohyun. "No debo perder el control contigo. Me dejé llevar y no puedo permitir que eso pase... aun no."

"No te preocupes, yo también me dejé llevar." repuso Seo acariciando el rostro de Yoona quien dejó un suave beso en su mano. Sabía que si había detenido el beso era por algo y gracias a dios que lo hizo justo cuando su mano se estaba por posar en el trasero de la pelinegra. "Yoona... no quiero que por lo que acaba de pasar algo cambie entre nosotras." La pelinegra la miró con desconcierto y Seo continuó: "No quiero que el hecho de habernos dejado llevar por un impulso las cosas se enfríen entre tú y yo. No quiero volver a ser simplemente tu... tu amiga."

"Yo tampoco quiero que seas simplemente mi amiga, Seo." murmuró Yoona después de dejar un tibio beso en los labios de la menor. "¿No te das cuenta que desde que te he besado no puedo parar de hacerlo? Eres jodidamente irresistible, maknae."

"Mmm... ¿eso es un halago?" cuestionó Seo riéndose mientras Yoona dejaba un dulce beso en su cuello haciéndola reír más. "Tengo cosquillas en el cuello, Yoongie."

"Es bueno saberlo." indicó Yoona apoderándose del cuello de la menor con sus labios mientras ésta se retorcía de la risa aferrando con más fuerza la cintura de Yoona con sus piernas.

La pelinegra también se contagió de la risa hasta que las manos de Seo se colaron debajo de su pijama haciendo cosquillas directamente en sus costillas. Aquello la debilito y la menor aprovechó para colocarse sobre la pelinegra que cuando se recuperó un poco la abrazó tirándola hacia ella quedando a pocos centímetros de distancia.

"Me gustan tus ojos." repuso la pelinegra apartando el cabello del rostro de Seo quien le robó un beso de los labios. "Y me gusta cuando me robas besos."

"A mí me gustas tú." confesó la menor ruborizándose mientras Yoona sonreí completamente feliz por escuchar eso. La menor prefirió cambiar de conversación antes de decir algo de más: "¿Tú no te estabas durmiendo?"

"No puedo hacerlo cuando tengo a un duende comiéndome a besos cada dos segundos." respondió Yoona con una ceja en alto mientras Seo le robaba otro beso esta vez un poco más prolongado. "¿Ves lo que te digo?"

"Tampoco te resistes mucho, Barbie." replicó Seo con una sonrisa de lado segundos antes de que Yoona se apoderara de sus labios nuevamente entregándole un nuevo beso que le hizo perder la cordura momentáneamente. "¡Dios!"

"No soy dios, soy Yoona." bromeó la pelinegra quitándose de encima de la menor mientras ésta la abrazaba por la cintura apoyando su cabeza en su pecho. "¿Ahora dormirás?"

"Solo si al despertar tú estarás a mi lado." respondió Seo con una sonrisa en los labios al sentir los dedos de Yoona acariciando su cabeza.

"Así será, pequeña." respondió la pelinegra tomándola del rostro para unir sus labios por última vez en aquella madrugada. "No me iré de tu lado bajo ningún concepto. Cierra los ojos y duerme que lo necesitas."

Seo escondió su rostro en el cuello de Yoona y así fue quedándose dormida poco a poco sabiendo que amanecería al lado de la pelinegra y el brazo de ésta en su cintura se lo garantizó. Yoona, por otro lado sonrió de oreja a oreja por el solo hecho de volver a tener a Seohyun entre sus brazos, por haberla besado como lo había hecho durante los últimos días que se estaban convirtiendo en sus favoritos. Acarició el cabello de Seo y ella también fue cediendo al sueño de a poco.

La primera en despertar fue Yoona quien movió su brazo para acercar más a Seo a ella pero no había ninguna cintura que abrazar. Abrió los ojos de golpe buscándola por todos lados con la mirada y se encontró con su maknae durmiendo boca a abajo dándole la espalda. Se acercó suavemente y dejo un suave beso en el hombro de Seo antes de tomar su teléfono móvil y salir de allí.

Quería preparar el desayuno para la menor en ese día tan especial. No estuvo segura de cuantas horas durmió pero eso no importaba cuando pensaba en el hecho de haber dormido abrazada a Seo, aunque el despertar no hubiera sido igual. Leyó los mensajes de texto que tenía encontrándose con uno de Brody Weston deseándole suerte a Seo para la audición, dos de Siwon preguntando cómo iba todo con la menor y que le avisara cuando se despertaran, y por último uno de Jessica que decía que debía levantar su trasero de la cama y preparar un café bien cargado para ella porque estaba yendo para allá.

Aquello hizo reír a Yoona porque Jessica siempre se auto invitaba a todo, incluso a desayunar como lo había hecho unos minutos antes. Ahora no solo tenía que preparar el desayuno para Seo, sino también para su amiga americana. Estaba terminando de preparar todo cuando sintió unos brazos rodeando su cintura y un beso en su hombro.

"Buenos días." saludó Seo mientras Yoona se inclinaba un poco para que la menor le dejara un beso en su mejilla. "¿Todo eso es para mí?"

"Sí, es para ti." respondió Yoona girándose para mirar a Seo mientras se adueñaba de la cintura de la menor que sonrió. "Quería que este día tan importante para ti comenzara siendo especial."

"Gracias." susurró Seo con emoción acercando su rostro al de la pelinegra para besarla en forma de agradecimiento pero el sonido del timbre se lo impidió. "¿Quién molesta tan temprano? Yo iré y sea quien sea, tengo algunas cosas que decirle por interrumpirnos."

Yoona la liberó de sus brazos mientras la menor se dirigía hacia la entrada del departamento pero antes de salir del todo de la cocina, regresó sobre sus pasos y dejó un beso en los labios de la pelinegra quien sonrió completamente atontada. Seo, por otro lado, cuando abrió la puerta se encontró a Jessica con cara de dormida y a Siwon sonriendo de oreja a oreja.

"¿Qué hacen aquí?" fue el saludo de Seo mientras Jessica entraba al departamento seguida de Choi. "¿No podrían haber venido cinco minutos más tarde?"

"Ah, ya entiendo." canturreó Jessica despertándose de golpe mientras acorralaba a Seo contra la pared más cercana. "Interrumpimos algo, ¿cierto?" Seo no respondió y miró para otro lado. "Eso me confirma que sí, ¿dónde está Yoongie?"

"Yoona." enfatizó Seo mientras Jessica se alejaba. "Está en la cocina preparando el desayuno." la americana se fue dejándola junto con Siwon quien la miraba con el ceño fruncido. "Lo siento, Siwon. No fue tu culpa, pasa que..."

Iba a continuar hablando pero el sonido del timbre nuevamente la interrumpió. Intercambio una mirada con su amigo en la cual se reflejaba el mismo desconcierto y abrió la puerta encontrándose con un chico que no conocía con un ramo de aproximadamente seis rosas.

"Hola, con Seo Ju Hyun, por favor." pidió el chico con timidez mientras la menor se señalaba así misma. "¿Es usted?"

"Sí, soy-soy yo." respondió Seo intercambiando otra mirada con Siwon quien se encogió de hombros. Volvió la vista al chico que le sonrió mientras le entregaba el ramo. "¿Es para mí?"

"Sí, es para usted." informó el repartidor. "¿Podría firmarme aquí, por favor?" Seo le firmó la planilla mientras el chico seguía hablando: "Dentro hay una tarjeta. Que tenga buenos días."

Seo cerró la puerta cuando el chico se fue y comenzó a buscar la tarjeta. Cuando la encontró, le paso el ramo a Siwon quien estaba expectante por saber quién l