Los rayos del sol se filtraban por la ventana de la habitación de Yoona la mañana del lunes, impidiendo que Seo continuara con su sueño. Intentó levantarse para correr las cortinas y oscurecer todo el lugar con intenciones de seguir durmiendo pero un brazo cubriendo su cintura se lo impidió. Con cuidado se giró para ver de quién se trataba, aunque el aroma a vainillas ya le había dado una pista. Y no se equivocaba, a su lado estaba, nada más y nada menos que, Im Yoon Ah, durmiendo pacíficamente con una pequeña sonrisa en los labios.

Despacio fue quitándose de los brazos de la pelinegra para cerrar las malditas cortinas y que éstas no perturbaran también el sueño de su amiga. Cuando todo estuvo oscuro volvió a su antiguo sitio. Era increíble lo bien que se sentía estar allí, era como si hubiera nacido para estar en los brazos de Yoona. Ninguno de los despertares que había compartido con Yonghwa podría compararse con el que estaba viviendo en ese momento, este era mejor... mucho mejor.

Se giró para poder ver el rostro de Yoona directamente y se encontró con algunos mechones obstaculizando su vista. Pudo apreciar cómo, a pesar de estar dormida, la piel de Yoona se erizaba a su mínimo contacto y eso le llamo la atención, por esa razón volvió a repetir la acción obteniendo el mismo resultado. Aquello la hizo sonreír y lo asoció a que quizás se debía a que tenía los dedos fríos, ese pensamiento encendió su lado infantil y vengativo, lo cual significaba seguir divirtiéndose un poco más. Esta vez paso sus dedos por la mandíbula bajando por el cuello de Yoona dejando un camino de piel erizada que la estaba volviendo loca. Cuando ya se cansó de eso, se acercó más al rostro de la pelinegra y así se quedó dormida nuevamente, en aquel lugar que se estaba convirtiendo en su favorito.

Había llegado el domingo eso de las siete de la tarde de su viaje de Miami, pero al llevar a sus sobrinos al departamento de su ex cuñado, éste le pidió que se quedaran a cenar. Un intercambio de miradas con Taecyeon fue suficiente para saber que el chico se moría de hambre, por esa razón accedió a la petición de Dongun. Le mandó mensajes a Jessica para avisarle que llegaba tarde a su departamento y que le avisara a Seo. Cerca de la medianoche y en compañía de Taecyeon, volvió a su hogar, hubiera vuelto mucho más antes, pero hablar con su ex cuñado era algo que le gustaba, por ende, las horas se le pasaron entre conversación y conversación.

Taecyeon ni siquiera se cambió de ropa, así como llegó se tiró en el sofá quedándose automáticamente dormido. Yoona buscó una cobija con lo cual taparlo y después se dirigió a la cocina por un vaso de agua encontrándose con una nota de Jessica que decía: “Ya me lo agradecerás mañana. Ahora disfrútalo, pelinegra”. Aquello la desconcertó y la llenó de intriga, ¿Qué tenía que agradecerle a la americana? ¿Qué era lo que tenía que disfrutar? Con esas preguntas en su mente se dirigió a su habitación para un buen merecido descanso. Se llevó una sorpresa cuando al entrar se encontró con Seo durmiendo en su cama, abrazando su almohada con Crusoe y Aslan a sus pies, fue en ese entonces que comprendió las palabras de Jessica.

"Maldita hija de perra." susurró con una sonrisa de oreja a oreja mientras se colocaba el pijama. "Te odio, Sica."

Con cuidado se acostó al lado de Seo, reemplazando la almohada con su propio cuerpo. Lo más adecuado hubiera sido que se fuera de su habitación y dejara a la menor sola mientras ella se iba a dormir con Jessica, pero lo cierto era que se moría por amanecer en los brazos de Seo, acurrucarla en su pecho, sentir ese perfume con aroma a chocolate que la menor usaba y que la llevaba al borde de la locura. Quería que cada despertar suyo sea al lado de esa mujer de veintitrés años que son su intensidad, pasión y dulzura le había robado el corazón como nadie más lo había hecho.

Se dedicó a observarla detenidamente sintiendo los brazos de Seo aferrarse más a su cintura mientras que a los pies de la cama Crusoe, su shiba inu, y Aslan, su gato siamés, la miraban como si supieran las intenciones que tenía su dueña con la mujer que tenía en brazos.

"No digan nada." le ordenó Yoona a sus mascotas en un susurro mientras Seo se alejaba de su cintura y le daba la espalda. "Le guardarán el secreto a mamá."

Después de eso se aferró a la cintura de Seo y así fue quedándose dormida, justo en el lugar donde pertenecía y esperaba amanecer. Por eso se llevó una sorpresa cuando al abrir los ojos por la mañana se encontró con el rostro de Seo muy cerca del de ella. Se moría por besar, aunque sea un roce, los carnosos labios de la menor y lo hubiera hecho si no hubiera sido por el sonido de la alarma del teléfono móvil de ésta.

"Dale, Sunny, apúrate, toma la pala y el balde y vamos a la playa." murmuró la menor despertándose completamente desorientada porque el lugar en el que se encontraba no era con el que estaba soñando. Mientras tanto Yoona la miraba con una sonrisa tierna en los labios.

Si no supiera quién era Sunny, seguramente se pondría celosa, pero lo cierto era que aquella chica de cabello castaño y ojos azules no representaba peligro alguno para ella. Era la prima de Seo por parte de Hiram, la morena pasaba algunos veranos con aquella chica, fueron a algunas competencias juntas y Yoona sabía lo cercanas que eran a pesar de no pasar mucho tiempo juntas.

"¿Soñando con Sunny?" cuestionó Yoona mientras Seo le daba la espalda pero le tomaba las manos para que la abrazara.

"Sí, hace tiempo que no la veo y me gustaría... ¡Yoona!" exclamó la menor cuando reparó en la presencia de su amiga al lado de ella. Se dio vuelta para enfrentarse a la pelinegra y la descubrió con los ojos cerrados y una sonrisa en los labios. Sin poder contenerse la abrazó rodeándola con una pierna por la cintura, apretándola más hacia ella. "¿Qué-qué haces aquí?"

"Mmm... se supone que vivo aquí y que duermo aquí." bromeó Yoona mientras Seo le regalaba un suave beso en su mejilla.

"Sabes que no era eso a lo que me refería." replicó la menor alejándose de Yoona, de lo contrario haría algo estúpido y se arrepentiría el resto de su vida. Le dio la espalda a la pelinegra pero sin dejar de sentir uno de los brazos de Yoona alrededor de su cintura y el otro debajo de su cuello. "¿Cuándo llegaste?"

"A la medianoche. No quería despertarte y tampoco quería sufrir las patadas de Jessica." explicó Yoona sin entrar en demasiados detalles porque sabía que esto último no era cierto. "Por eso me acosté contigo, no te molestó, ¿cierto?"

"¿Así que te acostaste conmigo? Interesante." bromeó Seo con doble sentido que hizo sonreír a Yoona. "¿Por qué no lo recuerdo?"

"Será porque no hicimos nada de lo que tu mente depravada piensa, Ju Hyun." respondió Yoona haciéndole cosquillas a la menor que se retorció de una y mil maneras para zafarse pero no lo logró.

Escucharla reír era como gasolina para el corazón de Yoona, pero decidió olvidarse de los constantes latidos de éste, apartar todo sentimiento más allá de la amistad y concentrarse en jugar un rato con su mejor amiga. Extrañaba eso de bromear con Seo. Ésta casi siempre decía algo para molestarla, ella se vengaba corriéndola por todo su departamento y cuando por fin la atrapaba le hacía cosquillas hasta que la menor suplicaba que parara. Después Seo se mudó con Yonghwa y ya no lo volvieron a hacer, durante esos dos años se limitaban simplemente a hablar de la relación de la diva con Jung, lo cual causaba molestia en Yoona, pero lo disimulaba porque no tenía derecho a nada, solamente a escucharla como la mejor amiga que era.

"Ya-Ya... tregua, Yoongie." pidió Seo mientras Yoona aminoraba las cosquillas, pero no las eliminaba.

"No es lo que quiero escuchar. Debes decir las palabras mágicas si quieres liberarte de mis cosquillas de koala." replicó Yoona mientras Seo se reía más debido a lo último dicho por la pelinegra.

"¿Cos-cosquillas de koala? ¿En-en serio, unnie?" cuestionó Seo, pero las cosquillas en su cuerpo aumentaron. "Ok...Ok ¡Me rindo! Por favor, Yoona. Tú ganas... sigues siendo la mejor."

"¿Ves? Hablando se entiende la gente." repuso la pelinegra deteniendo sus manos y recostándose encima del cuerpo de Seo, mientras ésta recuperaba la respiración mirando hacia el techo con los ojos cerrados lo cual enterneció a Yoona, que sin dudarlo dejó un beso en la mejilla de Seo antes de levantarse de la cama alejándose de la tentación que le producía estar cerca de la menor.

"¿A dónde vas?" cuestionó Seo abrazando a Crusoe que se acurrucó en su pecho. En ese momento necesitaba algo a lo que sujetarse para no saltar a los brazos de Yoona y besarla como lo deseaba.

"A preparar el desayuno, ¿dónde más?" respondió Yoona saliendo de su habitación, mientras que Seo soltaba un largo suspiro.

"Tu dueña va a matarme, Crusoe." susurró la menor mientras que Aslan se acercaba a ella y se recostaba a su lado. "¿Qué pasa, Aslan? ¿Tienen hambre?"

Yoona, mientras tanto estaba en la cocina preparando el desayuno con una sonrisa en los labios mientras que Taecyeon entraba al lugar sorprendiéndola y haciendo que diera un salto en el lugar lanzando todos y cada uno de los insultos que se le ocurría.

"Wow, Yoona. ¿Dónde aprendiste todos esos insultos? ¿Están en la biblia?" bromeó el chico y Yoona se encogió de hombros.

"Sí, en la biblia escrita por Jessica Jung." respondió Yoona antes de regalarle un beso en la mejilla a Taec sorprendiéndolo. "Buenos días, Ok."

"¿A qué se debe el buen humor que tienes esta mañana, Im?" cuestionó Taecyeon frotándose los ojos mientras se sentaba a esperar el desayuno.

"Siempre me despierto de buen humor, Taec." replicó Yoona pasándole el café a su amigo que la tomó de la mano y la obligó a que mirara su expresión escéptica por esa respuesta. "Está bien... primero tienes que saber que te odio por hacerme hablar sobre esto pero lo cierto es que..." se acercó más al chico y bajó un poco la voz para que solo él la escuchara. "No te pienso decir nada, Ok Taecyeon. Deja de ser tan chismoso."

"Oh, Taec. No conocía ese lado tuyo." intervino la voz de Seo entrando a la cocina con Aslan en los brazos seguida de Crusoe. "Creo que tienen hambre, Yoona."

"Y no son los únicos." repuso Jessica apareciendo a escena abrazando a Seo por los hombros. "¿Qué tal te despertaste, Ju Hyun?"

"Muy bien." respondió Seo intercambiando una mirada cómplice con Yoona que no pasó desapercibida para Taecyeon. "Gracias por preguntar, Sica."

"¡Oh, por dios!" fue lo único que dijo Taecyeon, pero un golpe de Jessica en la cabeza lo hizo callar. "¿Por qué me golpeas, Jess?"

"No te golpeé, es ese mi saludo de buenos días." respondió Jessica sentándose al lado del chico para susurrarle en el oído: "Con estas dos debes ir lento, Ok. Son como dos niñas de preescolar."

"¿Qué tanto susurran ustedes dos?" preguntó Yoona con el ceño fruncido que se acentuó cuando ambos chicos esbozaron idénticas sonrisas diabólicas.

"Necesito ayuda con un paso de baile y Ok me ayudará. Tranquila, Yoongie." repuso la americana mientras que el chico, en complicidad con ella, asentía. "No siempre eres el centro de nuestro universo. Cambiemos de tema mejor, ¿no tienes nada que agradecerme?"

"Mmm... no lo creo." respondió Yoona con desafío pero la americana se cruzó de brazos y señaló con la cabeza a Seo que en ese momento se encontraba untando una tostada con una sonrisa en los labios. "Está bien, está bien. Gracias, Jessica Jung. Por cierto... ¡te odio!"

"Eso es mentira. Tú me amas, pelinegra." replicó Jessica con una sonrisa de superioridad causando risas en sus amigos incluida Seo, que seguía con la tostada en la mano. "Cómete de una maldita vez esa tostada, Ju Hyun. Es alimento no una pintura de Picasso."

Seo la miró con una ceja levantada y se metió mitad de tostada en la boca lo cual hizo sonreír pícaramente a Jessica.

"Mmm... wow. Acabamos de comprobar que a Ju Hyun y le entran grandes cosas en su boca." repuso la americana con doble sentido haciendo escupir el café a Taecyeon, atragantar a Yoona y toser a Seo. "¿Qué? No me miren así. Pitufo tontín me dio el pie para decir eso. No es tan inocente como pensamos, ¿verdad, Seo?"

"Mejor desayunemos, ¿sí?" sugirió Seo completamente ruborizada, mientras que Jessica compartía una mirada cómplice con Yoona, que se encogió de hombros.

"Hey, pelinegra, ¿tú no tendrías que estar trabajando en este momento?" preguntó la americana rompiendo el silencio. "Si mal no recuerdo y mis cálculos no fallan, las tres semanas que le pediste a Dongun terminaron ya."

"Es cierto, pero ser la ex cuñada del dueño del lugar donde trabajas tiene que tener sus beneficios, ¿no?" respondió Yoona como si nada. "Tengo tres semanas más de descanso, Jessica."

"Tiempo suficiente para que podamos asistir al cumpleaños de Yul y a la competencia de baile." intervino Taecyeon, llamando la atención de Seo, que no dijo nada pero estaba atenta a la conversación.

"Hablan mucho de esa tal Yul, ¿quién diablos es?" cuestionó Jessica cruzándose de brazos.

"Es una amiga nuestra, ¿cierto, Ta