El almuerzo con la otra familia de Yoona se estaba llevando las mejores sonrisas de Seo, sobre todo cuando descubría a la pelinegra sonreír completamente feliz por estar rodeada de esas personas que eran importantes para ella. Yoona estaba mostrando un lado familiar e infantil, este último potenciado por Yuri y Tiffany, que Seo ya conocía, pero que aún así no podía dejar de sorprenderse.

Muchas fueron las miradas y las sonrisas que se regalaron entre las dos y muchas fueron las veces que Seo intentó controlar los latidos de su corazón, sobre todo después de lo que había hablado con Yoona, las dos sentadas en aquel viejo sofá de ese galpón abandonado. La pelinegra sin proponérselo le había dejado caer un gran peso sobre sus hombros: Conquistar a la gran Im Yoona. Entonces, ¿qué debía hacer al respecto? Yoona no era la tradicional chica a la cual conquistas con un ramo de flores o una cena a la luz de las velas, era más que eso, por esa razón debía pensar mucho en que forma podría conquistarla.

No pudo evitar soltar una carcajada cuando descubrió a Jessica con la boca abierta completamente hipnotizada por las chicas que tenía a su lado, sobre todo por la morena de pelo negro. Seo estaba completamente segura que aquellas dos chicas eran conscientes de lo que generaban en el resto, ambas eran sensuales pero con un toque inocente sobre todo cuando hablaban de unicornios y arco iris, sabían cómo moverse y que hacer todo el tiempo, que decir para llevar a alguien hasta el borde de la locura. Nadie más parecía notar eso, salvo ella, para el resto parecía ser normal el comportamiento de Yuri y Tiffany, sobre todo para Taecyeon, Nichkhun y Yoona.

Dejó que su mirada se perdieran varias veces en el cuerpo de las chicas mirando de vez en cuando el de ella e intentando encontrar alguna similitud entre sí, pero lo único que logró fue sentirse más insegura. Yuri tenía el cuerpo completamente marcado, ya sea por el baile o por otra cosa, su cabello negro, que antes estaba recogido, ahora estaba suelto a los costados. Seo sonrió con ternura cuando Jessica con cuidado le coloco un mechón de pelo detrás de la oreja con una dulzura que jamás pensó que presenciaría. Tiffany, en cambio se había recogido su cabello castaño en una cola en alto remarcando aún más sus ojos marrones, que le regaló a Seo una mirada cálida acompañada de una sonrisa que hubiese sido perfecta sino fuese porque la menor ya tenía su sonrisa favorita y perfecta en su mente y que pertenecía a la hermosa pelinegra de ojos marrones sentada a su lado.

Se detuvo a mirar nuevamente a Yoona, intentando descubrir cuándo fue que aquella chica empezó a generar todo ese debate interno en ella. Le decía cosas bonitas, hacía que su corazón latiera desbocado, la desarmaba con solo mirarla pero no podía evitar preguntarse si Yoona sentía todas esas cosas que ella también sentía.

"Yah, Seo. Está sonando tu teléfono." susurró Yoona en su oído causando un escalofrío en todo el cuerpo de la menor que se alejó lo más rápido posible, completamente nerviosa.

"Hola, primita adorada. Estoy por llegar al aeropuerto, ¿me vienes a buscar o me tomo un taxi a tu departamento? Si es así, pásame la dirección. (SN)" aquel mensaje por parte de Sunny hizo sonreír a Seo. Por fin tendría a su prima con ella. La necesitaba tanto.

"¡Sunny! No te preocupes, yo iré a buscarte. Ya salgo para allá. Te veo un rato. Te extraño. (S)"

"¡Dios! hasta por mensajes eres igual de intensa :P Nos vemos en un rato. (SN)"

"Mmm... ¿Qué quiere mi prima preferida?" cuestionó Yoona abrazando a Seo por la espalda viendo la contestación de la menor hacia su prima.

"¿Tu prima? Querrás decir MI prima." replicó Seo ocultando la sonrisa que apareció en su rostro por el solo hecho de sentir a Yoona allí con ella, comportándose como si fueran una pareja.

"Perdón, señora celosa." respondió la pelinegra rodando los ojos y una sonrisa traviesa. "Aún así no has respondido mi pregunta."

"Sunny está llegando y me preguntó si podía ir a esperarla al aeropuerto. Estaba a punto de ir a buscarte para avisarte, pero llegaste con todo tu encanto y..." bromeó Seo girándose hacia Yoona.

"Y mi presencia te distrae." interrumpió la pelinegra con una sonrisa de lado haciendo reír a Seo a causa de su ego. "No te rías. Ya es hora de que reconozcas que te mueres por mí."

"Sí, lo que digas." murmuró Seo sabiendo que aquello era verdad, por esa razón para no hacer una estupidez se alejó de Yoona. "Escúchame, pelinegra egocéntrica. Debo irme, ¿Me prestas las llaves de tu auto para ir a buscar a mi prima?"

"No." negó Yoona con seriedad y Seo frunció el ceño por la negativa. "No puedo, no traje el auto, ¿olvidas que Taec nos trajo en su camioneta?"

"¡Demonios! Tendré que tomarme un taxi" susurró Seo para sí misma, pero la pelinegra la escuchó.

"Yah, Fany." llamó Yoona agitando la mano mientras la chica de pelo castaño se acercaba hacia donde estaban ellas.

"Hey, ¿qué quieres de mi pelinegra y?" cuestionó Tiffany abrazando a Yoona por la cintura mientras ésta sonreía. "Espero que no sea o estando tu..."

"Amiga." aclaró Seo con seriedad cuando Tiffany dejó la frase en el aire. "Y no quiere o. Ella quiere... ¿Qué quieres con ella, Yoongie?"

"Necesito que me prestes tu auto, morocha." indicó Yoona mientras Tiffany buscaba la llave en el bolsillo trasero de su pantalón que Seo consideró demasiado ajustado y revelador para su gusto. "Con Seo tenemos que ir hasta el aeropuerto y como Taec nos trajo en su camioneta, no tenemos cómo ir hasta allí."

"Te lo presto, pero lo cuidas, Im." ordenó Tiffany con seriedad tendiéndole las llaves a la pelinegra al mismo tiempo que se acercaba a Seo y la abrazaba por los hombros. "Escúchame, maknae. No dejes que Yoongie le haga daño a mi bebé. Ahora también es tu sobrino y debes cuidar de él, ¿ok?"

"Lo cuidaré, lo prometo. No dejaré que esta pelinegra le haga algo a mi sobrino." bromeó Seo mientras Tiffany le regalaba una sonrisa y posteriormente un beso en la mejilla antes de irse.

"¿Nos vamos?" preguntó Yoona con una sonrisa en los labios mientras le tendía la mano a Seo que acepto gustosa entrelazando sus dedos haciendo que miles de sensaciones las recorrieran a ambas.

Durante todo el camino, Seo se dedicó a observar a Yoona que iba con las manos en el volante mientras cantaba por lo bajo al ritmo de la canción que sonaba en el auto de Tiffany. Era increíble como aquella pelinegra de ojos marrones, que hasta hace unas horas atrás era su mejor amiga, ahora se había convertido en mucho más que eso, era su próxima conquista. Por mucho que intentaba no podía dejar de darle vueltas al asunto. Sabía que Yoona bromeaba con todo eso, pero la pelinegra sin pensarlo había instalado en ella aquella pequeña luz de esperanza. Esperanzas que había perdido años atrás cuando pensó que no podía ser más que la mejor amiga de Im Yoona y que ahora volvían a surgir. Solo la voz de la pelinegra logró sacarla de su mente.

"Hey, maknae. Te está sonando el teléfono." apuntó Yoona mirándola momentáneamente, mientras Seo soltaba un suspiro dejando salir todas las sensaciones de su cuerpo.

"Hola, Eunhyuk Oppa." saludó Seo con voz alegre por recibir la llamada del chico. "¿A qué debo el honor de tu agradable llamada, lindo?"

"Me entere que ahora trabajas de paseadora de perros y me preguntaba si tenías un hueco en tu agenda para pasear el mío. Es chiquito igual que tú, así que no tendrás problemas con él." respondió el chico haciendo reír a Seo y llamando la atención de Yoona.

"Mmm... te lo dijo tu mamá, ¿cierto?" cuestionó la menor mientras Eunhyuk respondía afirmativamente. "Si tu perro es como el dueño, estoy completamente segura que podré controlarlo. Pásame tu dirección en un mensaje de texto más tarde, ¿ok?"

"Claro, preciosa." respondió Eunhyuk haciendo sonrojar a Seo. Un sonrojo que no pasó desapercibido para Yoona que fingía estar atenta al camino cuando en realidad lo único que hacía era estar atenta a la conversación de Seo con aquel chico que ella no conocía.

"El precioso eres tú." replicó Seo haciendo reír al chico y fruncir el ceño a Yoona. "¿Qué? No, no tengo nada que hacer el lunes. Está bien, acepto tu invitación a desayunar. Claro, te veo el lunes. Si también te quiero, tonto. Adiós."

Seo cortó la llamada justo cuando llegaron al aeropuerto. Yoona se bajó del auto sin decir nada. No le gustó para nada aquella conversación de Seo con aquel chico desconocido, pero tampoco daría muestras de eso. Seohyun era libre de hacer lo que quisiera y ella no podía decir nada porque no eran nada. Aun así no podía evitar sentir celos.

"Yah, espera." pidió Seo justo antes de que Yoona entrara al aeropuerto en busca de Sunny. La pelinegra se detuvo, pero no miró a la menor, sino que se dedicó a mirar el suelo. "¿Estás bien?"

"No, no estoy bien. Estoy muriendo de celos por ese tal Eunhyuk que ni siquiera sé quién es." respondió Yoona en su mente, pero la respuesta que salió de su boca fue completamente distinta. "Sí, estoy bien. ¿Sunny no te dijo en qué vuelo venía?"

"No, mi prima ni siquiera me pregunto eso." respondió la voz de la chica en cuestión acercándose a ella con su equipaje en la mano. "Hola, familia."

"¡Sunny!" exclamaron Yoona y Seo al unísono, pero la pelinegra dejó que solo la menor fuera a saludar a su prima. Sabía que Seo necesitaba ese momento de intimidad.

No pudo evitar que una sonrisa dulce apareciera en sus labios cuando vio a las primas Ju Hyun y Lee saltando en el lugar mientras se abrazaban completamente felices de verse de nuevo. Sabía lo importante que era para Seo aquella chica de ojos marrones, era casi parecida a la relación que tenía ella con Jessica.

"¿Tú no piensas saludarme, pelinegra perfecta?" cuestionó Sunny abriendo sus brazos al tiempo que esbozaba una sonrisa tímida.

"Hola, Sunny." saludo la pelinegra abrazándola con ternura generando miles de emociones en Seo. "¿Qué tal estuvo el viaje?" Sunny iba a responder, pero el teléfono de Yoona comenzó a sonar interrumpiéndola. "Discúlpame."

"Contesta mientras nosotras subimos el equipaje de Sunny al auto." sugirió Seo con una sonrisa, mientras Yoona contestaba el teléfono.

"¿Dónde estás, Im? Se supone que tienes que venir a buscarnos." fue el saludo de Wendy haciendo que Yoona rodara los ojos.

"Hola, Wendy. Yo estoy bien, ¿y tú?" ironizó Yoona escuchando cómo su sobrina soltada un gruñido. "En cinco minutos paso por ustedes. ¿Tienen todo listo?"

"Sí, ¿Yoong... el tarzán de maceta viene contigo?" cuestionó Wendy con diversión haciendo reír a su tía.

"Se llama Seohyun." enfatizó Yoona haciendo reír a su sobrina. "Y sí, sí irá conmigo. Sunny vino de visita y pasara unos días con nosotros. Te pido por favor que la trates bien mientras estamos todos en casa."

"¡Qué bien! Fin de semana familiar." ironizó Wendy, mientras Yoona se ruborizaba. "Descuida, me portaré bien. Te dejo, así pasas a buscarnos lo más rápido posible. Te veo en un rato, Im."

"Soy tía Yoona, Wendy." replicó Yoona justo antes de que su sobrina cortara la llamada. "Soy tía Yoona."

La pelinegra se acercó hacia donde estaban Seo y Sunny riéndose de algo que había dicho la primera. Como la menor estaba de espaldas a ella, se acercó silenciosamente y la abrazo por la cintura mientras que Sunny esbozaba una sonrisa cómplice.

"¿Nos vamos?" preguntó la pelinegra dejando un beso en el hombro de Seo antes de separarse de ella y entrar al auto.

"No es lo que tú piensas." le susurró Seo a Sunny cuando ésta la miró con una sonrisa traviesa y las cejas en alto.

"No sé de lo que hablas. Vámonos, no hagamos a esperar a la pelinegra y." respondió la chica entrando al auto dejando a Seo parada.

Una vez que la menor entró al vehículo, Yoona emprendió el viaje en busca de sus sobrinos y posteriormente hacia su departamento. Seo sin pensarlo se apoyó en el hombro de la pelinegra. Le importó muy poco la mirada que le lanzó Sunny por el retrovisor, lo que quería y necesitaba era sentir a Yoona. El hecho de que la haya abrazado momentos antes, y después de todo lo que la pelinegra había dicho en el galpón abandonado, le había generado una especie de necesidad de estar cerca de ella a cada momento y si tenía que ser sincera aquello le daba miedo, temía perder el control estando cerca de Yoona, no podía realizar un movimiento en falso porque si eso sucedía, no solo perdería su posibilidad de conquistar a la pelinegra, sino también su amistad y eso era algo que no estaba dispuesta a dejar que pasara. Escuchaba cómo Yoona hablaba con Sunny, pero no le dio demasiada importancia a eso, ya que poco a poco estaba quedándose dormida en el hombro de la pelinegra, embriagándose con su aroma.

Yoona aprovecho la parada obligatoria que tuvieron que hacer gracias al semáforo en rojo y observó a Seo quien dormía en su hombro. Una sonrisa enamorada hizo acto de presencia en sus labios mientras con cuidado quitaba a la menor de allí y la recostaba mejor en el asiento de copiloto, dejando un tímido beso en la mejilla de ésta sin importarle que Sunny estaba observando cada uno de sus movimientos.

"¿Ella está bien?" cuestionó de la nada la chica de cabello castaño una vez que Yoona emprendió el viaje. La pelinegra le regalo una mirada rápida y confundida po