CAPÍTULO 9

LIBERTINAJE

Aquel día fue uno de los más difíciles para Taeyeon.

El niño al que estaba atendiendo falleció a causa de un tumor cerebral que logro pasar desapercibido en los estudios.

Lloro y lloro hasta no poder más, revelando su temor más grande “Perder a Tiffany”. Imaginarse una vida sin ella es algo que le aterroriza y el no poder hacer nada por ella la terminaría destruyendo.

Perderla o perdernos es a lo que más le teme, piensa que sino pudo salvarla la vida del niño ¿Cómo podrá salvarnos a nosotras en caso de necesitarlo?

Se repetía.

A Krystal y a mí nos costó un poco de trabajo convencerla de que no ha sido culpa suya, que el destino del niño estaba escrito y que hizo hasta lo imposible por salvarlo.

Esa noche recibió el apoyo de todas, pero sobre toda de la persona más importante en su vida, mi mejor amiga Tiffany, quien la abrazo y beso hasta el cansancio.

Los días fueron pasando y Taeyeon poco a poco se fue recuperando de la muerte del niño, todas ayudábamos a que se sintiera mejor. Tiffany por su parte dio la gran noticia de la propuesta de Michelle Lee, que por supuesto Krystal y yo sabíamos, al ver que no me sorprendía pregunto si yo había tenido algo que ver, por lo que negué rápidamente y explique cómo sucedieron las cosas,  por lo que al final grito de emoción y verdadera felicidad.

Al principio no quería aceptar la propuesta, pero Taeyeon la convenció e incluso comento que pediría unos días para poder acompañarla a Paris, por lo que estaré viajando con mis amigas, pero sin mi hermana, quien no obtuvo la autorización de faltar a la escuela debido a la temporada de exámenes que comenzarían dicha semana.

Es sábado en la mañana y en lo que Hyoyeon hace el desayuno, aprovecho para darme una ducha matutina. El calor ha estado un poco insoportable en los últimos días y todo debido a que está por finalizar el verano, además, me he dormido tarde ayer y todo por culpa de un documental que me ha dejado pensando en muchas cosas relacionadas a Yuri.

El documental hablaba sobre un tema que para la sociedad sigue siendo un tabú.

El o.

En el explicaban que el o es algo completamente natural y que requiere el cuerpo, así como el agua y la comida, pero mucha gente lleva una vida ualmente activa monótona, muy pocas veces les gusta fantasear y experimentar por miedo o vergüenza.

 El documental mostró el cambio radical de la vida de tres parejas, una heteroual y dos homouales: lesbianas y gays; al aceptar someterse a una prueba que consistía en cumplir las fantasías de cada uno así como someterse al sadomasoquismo u asistir y participar a fiestas uales.

Mi cerebro hizo clic al momento de escuchar la palabra fiesta y entonces recordé las palabras de Yuri.

“Es que no son ese tipo de fiestas”.

Era claro que Yuri se refería a este tipo de fiestas, por lo que en ese momento toda mi atención se centró en el documental.

Las fiestas se llevan a cabo en casa de la pareja anfitriona y aunque al principio parece ser una fiesta común y corriente, en tan sólo unos instantes cambia a algo sumamente erótico y excitante.

Algunas personas llevaban a cabo orgías, otras tríos, otras permitían que sus parejas tuvieran relaciones uales con otras personas, algunos observando u otros ocupados con la pareja del otro.

Al principio no entendía como la gente era capaz de someterse a ese tipo de cosas, pero entonces, las aparejas que aceptaron el desafío o la prueba, declararon que dentro de ese tipo de juegos uales tienen reglas, así como la misma pareja interpone las suyas para que su relación no se vea afectada.

Después de haber descubierto otro mundo, su relación se fortaleció y actualmente acuden a ese tipo de fiestas con el fin de seguir disfrutando del o.

La verdad es que me he quedado tan, pero tan llena de curiosidad, que cuando termine de desayunar regresare a mi habitación en busca de más información.  

Otra de las cosas en que pensaba era en nuestro viaje a Paris, que es dentro de una semana y ya hemos empezado a empacar algunas cosas, mientras que otras las iremos anexando en la semana, además de comprar otras.

Cuando salí de mi habitación, las chicas se encontraban comiendo, ya que la comida de Hyoyeon  es sumamente deliciosa y no todos los días se atreve a cocinar.

Mis tripas al oler la delicia de comida que ha preparado empiezan a rugir fuertemente, sin embargo, mi caminar hacia la mesa es interrumpido por culpa del timbre.

¿A quién se le ocurre interrumpir un sábado por la mañana?

-Juro que voy a matar a la persona que interrumpió mi camino hacia la deliciosa comida de Hyoyeon.

Mi boca queda abierta y mis palabras quedaron a la mitad de mi boca al descubrir quien llamó a mi puerta.

-Que… ¿Qué haces aquí?- dije sorprendida.

-¿Quién es Sica?- escucho a Taeyeon preguntar.

-He venido por ti.- contesta como si fuese obvio.

Sonríe, pero sonríe con esa superioridad y confianza que la caracteriza y que a mí me causa un poco de miedo, porque cuando quiere algo lo consigue.

-Cómo… ¿Cómo me encontraste?

-Pero si es la señorita Kwon.- pronuncia Krystal.

-¡Que!- escuche que grita el resto.

Pe…pero que… ¿Qué está haciendo aquí?

Cómo… ¿Cómo me encontró?

Ella conoce mi viejo departamento ¿Cómo supo donde vivo actualmente?

-Jessie no seas descortés, hazla pasar.- me reprende Tiffany.

Pero sencillamente no hago caso, estoy lo suficientemente sorprendida para moverme y hablar.

-Muchas gracias,- pronuncia.- pero no hace falta, solo he venido por Jess.

-¿Cómo?

-¿Qué?

-¿Jess?

Kwon Yuri definitivamente sabe cómo dejarme en un estado de total petrificación con su intromisión.

¿Es que mi voz no cuenta?

-¿Por qué no nos has dicho que saldrías Sica?- pregunta divertida Hyoyeon.- No hubiera hecho tanta comida.

-No… no sabía.

-No la culpen, la verdad es que he venido de improviso, Jess no estaba enterada.- responde.- Espero que no haya ningún problema que me la lleve un rato.

-Oh no, no, no, para nada.- responde las cuatro a la vez.- Por nosotras llévatela todo lo que quieras, solo tráela sana y salva.

Hyoyeon me regresa a ver y cierra un ojo con tremenda sonrisa.

¿Acaso a alguien le interesa lo que opine?

¿Por qué toman decisiones por mí?

¿Quién les hace creer que quiero salir con la de ojos marrones?

-Anda Jessie,- Tiffany me empuja.

No sé en qué momento llego a mi lado.

-Corre a cambiarte, no la hagas esperar.

-Pero…- intente protestar.

-Pero nada Jessie.- se dirige a ella.- Ahorita regresa, no tarda.

-Pero yo…

-¿Cómo tiene que vestir?- se regresa.

-Con que esta cómoda es más que suficiente

-Muy bien.- se regresa a mi.- Jessie apúrate.

Soy empujada por mi mejor amiga hasta mi habitación.

Sé que ha decidido acompañarme solo para interrogarme algo que no sé, conozco perfectamente a Tiffany y por más que le busque, no tengo respuesta para sus preguntas.

-¿Por qué no nos dijiste que saldrías con la bellísima de Kwon Yuri?- me reprocha al mismo tiempo que se cruza de brazos.

-Porque no lo sabía.

-Oh por favor, Jessie, somos mejores amigas, pudiste habérmelo dicho.

-Te hubiese dicho si tan siquiera hubiese sabido.- me defendí.- Mi plan era quedarme en casa haber una serie en nextflix o bien salir algún lado con Krys…

Claro después de haber investigado más sobre las malditas fiestas uales y todo ese sucio, pero excitante erotismo.

-Jamás me imagine que llegaría la estrella del rock Kwon Yuri, a tocar mi puerta para invitarme a salir o lo que sea a lo que haya venido por mí.

Su postura cambia.

-¿Realmente no sabías?

-No.- reafirmo.

-¿O sea, que lo ha planeado en el momento?

-Supongo.

-¿Con que fin?

-¿Y yo que voy a saber?- me encojo de hombros.- La verdad es que no me apetece salir con ella.

-¿Cómo que no quieres salir con ella?- me mira incrédula.- Ha venido por ti sin planearlo con anterioridad.

-¿Y eso qué?

-No nos hagamos, está interesada en ti.

-¿Y si así fuera?- me dirijo a mi ropero.- ¿Quién no asegura que no me quiere para o casual?- se queda callada.- Lo has dicho no nos hagamos, por algo Hara ha estado insistiendo en que no me interese por ella.

-¿Y quién nos asegura que lo que Hara dice es cierto?- me quedo callada.- Está interesada en ti, por eso te lo dice.

-No se… no sé qué pensar.- confieso.

-¿Y si Yuri está interesada también en ti?- me mira fijamente.- ¿Qué harás?

-¿Y si no lo está?- contraataque.

-Nunca lo sabremos si no le das la oportunidad de conocerla.

-Tengo miedo Fany, lo que hizo Seolhyun…

-Lo que hizo Seolhyun se llama idiotez total, la estúpida no se dio cuenta de lo que tenía hasta que te perdió.

-No son tan distintas Fany, ambas me necesitan para llegar a un fin… bueno, en el caso de Yuri porque Seolhyun ya lo logro.

-Entiendo tu miedo, yo lo tendría.- se levanta de la cama.- Inventare algo para…

-No,- dije rápidamente.- descubriré porque todos me advierte sobre ella.- me voltee hacia ella.

-¿Te interesa?

-Me gusta Tiff…- suspire.- lamentablemente me gusta.

-Solo… solo inténtalo Jessie,- me anima.- si vez que en verdad no encajas con ella, habrá alguien con quien si lo harás y mientras esa persona llegue, me tendrás a mí y a las chicas a tu lado.

-Gracias Tiff.- la abrazo.

Esta es por una de las miles de razones por la que jamás cambiaria a mis amigas y por la que Tiffany es mi mejor amiga, amiga en la que puedo confiar siempre.

No tarde más de la cuenta, tome lo primero que encontré, un pantalón strech blanco con aberturas en las rodillas, blusa ombliguera del mismo color, saco azul marino y zapatillas beige. Tarde menos de aproximadamente quince minutos en estar lista, un tiempo que ni en mis mejores sueños pudiese haber alcanzado.

-Ya estoy lista.

Pude ver como sus ojos me escanearon discretamente de arriba hacia abajo y viceversa, por lo que me tome la molestia de observarla de igual forma.

Luce un pantalón negro strech con una blusa negra, que en medio se mira el logotipo de una banda de rock muy conocida “Nirvana”, una chaqueta de cuero, botas negras y lentes oscuros, en su mano izquierda carga un casco de moto.

Condenada mujer, la maldita sabe lo buena que esta y lo hace relucir con su estilo roquero.

-¿Nos vamos?- asiente.- Nos vemos después chicas. Pórtate bien Krystal.

-Ya no soy una bebe Unnie.

-Para mí siempre lo serás.

-Diviértete Sica.

Escuche a todas decir al momento en que cerré la puerta de nuestro departamento.

¿Divertirme?

No sé a qué me estoy adentrando con Kwon Yuri y sinceramente temo estamparme contra el muro de contención.

Sigo a la roquera por el largo pasillo hasta llegar al elevador en total silencio.

¡Joder!… detesto los elevadores por su culpa.

Durante el poco tiempo que estuvimos esperando al elevador, el silencio continuo, y di gracias por no dirigirme la palabra cuando íbamos dentro y bajando hasta el primer piso.

Una vez saliendo, su gruesa voz llamo mi atención.

-¿No piensas preguntarme como he averiguado dónde vives?

-Esperaba que me lo dijeras por voluntad propia.- conteste.

-Al igual que esperaba que me dijeras que te pasa,- me quede callada.- pero viendo que no lo harás, no me quedo más remedio que venir por ti y averiguarlo.

-No hay nada que averiguar.

-Claro que lo hay, tenemos mucho de qué hablar Jess, pero no este no es el lugar para hacerlo.

-¿Qué es lo que quieres de mí, Yuri?- la encaro irritada.- Si ya obtuviste lo que quisiste, por qué estas a…

-Este no es el lugar indicado para hablar Jess.

Su voz suena tan suave y su manera de mirarme, es como si me viera con… amor.

Guía un mechón de mi cabello hasta la parte posterior de mi oreja, mientras me regala una sonrisa, pero una sincera, una que le nació desde su interior.

-¿A dónde vamos?- pregunte sonrojada.

-A un lugar donde podamos hablar. Póntelo.- me extendió el casco.

-Espera, espera ¿Tu esperas que me vaya contigo en esa cosa?- señalo al transporte del mal.

-Sí ¿Por qué? ¿No te gusta? ¿Quieres otro modelo?

-No, no, no, no me estas entendiendo, no iré contigo en esa cosa del mal.

-¿Cosa del mal?- levanta una ceja.

-Jamás me he subido a una motocicleta y no pienso hacerlo contigo, así que toma tu casco- se lo extiendo.- y cuando decidas traer un transporte normal regresa por mí. 

-¿Le temes a las motocicletas?

-No es miedo, es respeto.

-Jess, súbete.

-No Yuri, no lo hare.

-Prometo no ir rápido.

-No lo hare.

-Llevaras el casco y si en algún momento tienes miedo solo cierra los ojos y abrázame con todas tus fuerzas.- suspire derrotada.

-Más te vale no ir rápido Kwon o me las pagaras

-Sí, sí, lo que digas.

Volví a tomar el casco, pero esta vez de mala gana y como dios me dio a entender me lo coloque en la cabeza.

Ella se montó en el transporte del mal como la experta que es y se colocó otro casco que dios sabe de dónde lo saco. Yo me monte con su ayuda y de inmediato me aferre a su perfecta cintura.

¡Diablos!

-Tranquila nena, no hay porque temer, te aseguro que te encantara.

-Tan solo hazlo y deja de torturarme.

Aquellas palabras me hicieron recordar nuestro encuentro en la oficina de Xian e inevitablemente me sonroje.

Daba gracias a dios que no me podía ver si no hubiese sabido con tan solo mirarme lo que recordé.

En cuestión de nada, mi cabello vuela al ritmo en el que la moto sale disparada y mi grito queda en el olvido.

Abro los ojos tras haberlos cerrado en el arranque, giro la cabeza para visualizar por donde vamos y lo que veo me deja asombrada.

La siluetas de las personas y los edificios queda hasta tras por la velocidad, esquivamos los autos con agilidad, el viento choca contra mi cuerpo, mientras siento la adrenalina apoderarse de mi cuerpo. 

¡Maldita Kwon!… bien que supo que iba a gustarme.

Jamás me había subido a una motocicleta por temor a sufrir un accidente, y es que, me ha taco presenciar en múltiples ocasiones esos lamentables hechos, donde algunos conductores han salido ilesos y donde otros han muerto.

Es increíble que Kwon me haya convencido de subirme a una sin insistir tanto como Tyler ha llevado insistiéndome desde hace bastante tiempo.

El emocionante recorrido por la gran ciudad llega a su fin en el estacionamiento de un gigantesco edificio en una de las zonas residenciales de Seúl.

Una variedad de automóviles y motocicletas se encuentran estacionados en una zona seguramente exclusiva para ella.

¿Cómo puede estar tan tranquila teniendo todos sus automóviles y motocicletas en el estacionamiento de este edificio?

-Tranquila los de seguridad son ex militares y de los mejores.- me responde sin siquiera preguntarle.

¿Lee la mente?

No digo nada, pues no sé qué decir realmente.

Espero que baje de la motocicleta después de apagarla y asegurarla para posteriormente seguirla hasta el interior del elevador.

En verdad estoy enfadada de los elevadores, la tentación que se siente no es desagradable, todo lo contrario, es algo excitante y me da miedo.

-¿A dónde vamos?

-Ya lo veras.

Suelto un suspiro porque no sé qué me espera al final del edificio, no se a lo que voy a enfrentarme, pero estando con Yuri gano o perdió, cual sea de las dos, pero nunca las dos.

El elevador anuncia nuestra llegada al piso cincuenta y cuando las p