“Ya vez no me he muerto. No eras tan primordial después de todo.”

-Éste le quedara perfecto- la mujer de la tienda le mostraba diferentes prensas a la rubia, quien miraba a la pelicorta detrás de ella, con su semblante profesional y serió; negó mientras hacia una mueca a la dependienta, quien se retiró, para regresar con un conjunto, de jeans deslavados y una chaqueta de cuero negra, con unos converse sumamente juveniles, dándole un toque rebelde pero sobre todo agresivo al conjunto.

Jessica lo miro, de la derecha, la izquierda, de frente, le dio la vuelta y sonrió, inconscientemente se mordió el labio inferior, imaginando el cuerpo alto y algo marcado de la chica dentro de esas ropas.

Dio un vistazo a Yuri y se acercó a ella, arrastrándola con ella, metiéndola a un probador y dejándole en claro que no saldría de ahí sin no se dignaba a usar mínimo una de las prendas que le había dejado dentro.

-¿Se supone que use esto?- Yuri observo la blusa color azul sin mangas y algo escotada que se encontraba sobre el pequeño mueble del probador. Suspiro y se midió las  diferente ropas, pues lo poco que conocía a la rubia le daba a entender que no le agradaba ser contradicha, pero eso sí, no llevaría más de una prenda escogida por ella.

La rubia se centraba en su móvil, mandando mensajes con la pelirroja  que tenía por amiga, mientras sonreía al ver las cosas que le decía. La puerta del pequeño lugar se abrió, dejando ver a la chica de piel canela parada fuera del cubículo.

Jessica elevo la mirada del móvil y quedo absorta mirando a la agente que mantenía las manos dentro de los bolsillos del pantalón camuflado y la playera negra marcaba perfectamente su abdomen, mientras sus pies eran revestidos por las botas negras, y la parte baja de la chaqueta de cuero negro se mantenía hacia atrás del torso de la morena, al ser empujada por los brazos de Yuri y con el cuello levantado.

Mantenía la mirada gacha, pues no deseaba verse menos profesional en horas de trabajo.

Jessica sonrió de medio lado al ver el cuerpo de la morena, se dio media vuelta y camino hasta llegar a la caja; Yuri apresuradamente llego, arrebatándole la tarjeta de crédito a la rubia, que se quedó estupefacta y con el ceño fruncido.

-Yo pagare- la joven de la caja les miraba esperando a que alguna dirá por hecho la transacción.

-¿Sabes cuánto cuesta eso?- señalo las ropas de la morena y sonrió con burla.

-No, por eso preguntare…-dirigió su mirada a la joven  de la registradora sonriendo galantemente. La cual se quedó embobada mirando a la morena-¿Señorita?

-¿Ah?...sí, son mil dólares- la piel bronceada de la morena palideció, mientras la rubia sonreía victoriosa.

-Bien…-la rubia dio por hecho que la guardaespaldas aceptaría que ella pagara, sonriendo socarrona y orgullosa.-Aquí  tiene- la sonrisa se le borro al momento de ver como Yuri le entregaba un par de billetes de alta denominación a la chica, mientras le sonreía y la otra joven se ruborizaba y torpemente hacia su trabajo.-Aquí tiene- le extendió la tarjeta de crédito a la rubia, mientras esta la tomaba… más bien arrebataba de las manos a la morena.

-Que les vaya bien… por cierto- ambas jóvenes regresaron a ver a la chica- hacen bonita pareja- los colores se le subieron al rostro, la morena por confusión y la rubia por vergüenza.

-No somos pareja-  mascullo la agente.

-Oh…lo siento- se disculpó la chica mientras la veía salir del establecimiento.

-o-

La música retumbaba por todo el lugar, mientras los jóvenes se alcoholizaban por un lado y otros terminaban bailando por el otro, Yuri no despegaba su vista de la rubia, que bailaba sensualmente con Donghae, mientras observ