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Si escuchan  The Ghost Of Wind no me enojo XD

“Me cuesta una noche redactarte mis sentimientos, pero me alegra el alma ver tu sonrisa al leerlos.”

Los elementos de seguridad se colocaron fuera de aquella casa de dos plantas y paredes azules oscuras como la noche, esperaron pacientes a que la chica de dedos agiles rastreara el paradero exacto de la agente y el chip que la rubia llevaba sobre su muslo derecho.

-Están dentro-anuncio la agente Lee, observando el monitor y esperando que la señal de audio abriera el canal y dejara libre la conversación que ocurría al interior. Los otros dos prepararon sus armas e intentaron bajar, siendo detenidos por la astuta chica.-Esperen… tengo audio…- se colocaron cerca del aparato escuchando la conversación al interior.

-Yo en su lugar…- susurro la agente mientras miraba rabiosa al par de hombres frente a ella.

-¿Qué has dicho?- el hombre de saco negro y mirada oscura, observó detenidamente a la agente frente a él. Dando una señal al muchacho de que parara.

-Me quedo yo en su lugar…solo déjala ir.

-Tentadora oferte agente… ¿pero crees que así de fácil la dejare ir?- la miro y rio de costado-…está bien…suéltenla- otro de los hombres se acercó a la rubia desatándola de la silla, dejando libre sus muñecas y piernas. Jessica corrió al encuentro de Yuri, que le sonría débilmente, más fue interceptada por el joven de mirada oscura.

-No tan rápido, rubia linda… ¿no piensas despedirte?- la aprisionó contra su cuerpo, mirándola socarronamente, mientras la morena se mantenía inerte, sabiendo que cualquier movimiento en falso, podría cobrarle la vida a la rubia y también a ella.-Tienes una guardaespaldas muy valiente…y muy linda, debo decir.

La rubia se zafó del agarre de aquel hombre y soltó una sonora bofetada, volteándole la cabeza hacia un lado, observando como sonreía con altanería, y burla. Liberándola, mientras la morena era llevada al lugar donde minutos antes ella estaba amarrada.

-La agente Choi…la esperara a fuera y la llevara a la base- la chica de cabellos rubios asintió a las órdenes de Yuri y camino hacia la salida de aquel lugar lúgubre y húmedo.

La rubia se giró y regresó hasta quedar frente a la morena; le abofeteó y después le beso -Eres una idiota- espeto dejando que las lágrimas bajaran por sus mejillas. Con esas palabras el chico de cabellos azules la llevó por el brazo, sacándola del lugar.

El hombre de saco negro se acercó hasta quedar frente a la morena, quien lo miraba retadoramente y sin miedo en su mirada.-Si que eres idiota…creíste que de verdad la dejaría ir así de fácil- la morena amplío sus ojos, casi saliéndose de sus orbitas-Regla número uno de la mafia…no confíes en nadie- seguido de esas palabras, dos hombres vestidos de negro entraron con los cuerpos inconscientes de la agente Choi y la rubia.

-¡Suéltame maldito!- la morena forcejeo con las ataduras de sus manos y sus piernas-¡Infeliz, te arrepentirás de esto… tenlo por seguro!- la morena no dejaba de forcejear, mientras observaba los cuerpos de las dos jóvenes frente a ella.

-Y que harás…me vas a ¿golpear?- la risa del hombre inundo todo el lugar-Ya saben que hacer- la morena lo miro con furia, sintiendo un pequeño pinchazo sobre su cuello, mientras la vista se le difuminaba rápida y aceleradamente.

-Jessi - susurro para después perder la conciencia y el dominio de su cuerpo.

-o-

Las horas pasaron lentamente para la rubia, que seguía en el piso, atada de manos, mientras sollozaba al ver el cuerpo de la morena. El sudor de esta empapando sus cabellos y su piel estaba pálida.

-¡Déjala ya!- el hombre que sostenía el bisturí termino de cerrar la herida de la morena, encendiendo y sincronizando el micro chip que ahora poseía la morena con la computadora del hombre de saco negro; sus ojos mostraron un brillo nuevo, mientras sus blancos dientes se asomaron por entre la máscara negra que lleva. Ocultando su rostro.

La rubia sollozaba incontrolablemente mientras observaba como la morena era limpiada de la muñeca izquierda, retirando la sangre que se acumuló sobre su piel. Dejando ver la fina línea que acaba de ser suturada.

-Yoona ¿Eres tú?- una alta morena abrazaba con euforia a una castaña de más o menos su altura, mientras le llenaba de besos las mejillas y la apretaba contra su cuerpo.

-Yuri…Yuri escúchame.

-No te vas a ir verdad…no me vas a dejar de nuevo ¿verdad?... ¿verdad? Yoona.

-Yuri, yo me fui hace mucho…debes dejarme ir, ahora hay alguien que te necesita más que yo…nos veremos después mi amada Yuri- y con esas simples palabras la imagen de la castaña se difumino de la mirada de la morena.

Lentamente el anestésico se disolvió de su sistema y la dejó abrir los ojos, observando el lugar, se sobre saltó al verse sobre la cama de aquella habitación, las paredes del mismo color, el mismo aroma, y por la puerta entro la rubia tonta que le había robado el corazón.

-¡Yuri!- se lanzó a abrazarla fuertemente, dejando que la respiración d