Señorita arrogante.
Black&White; ¿Love?
“No me creo nada, porque lo soy todo.”
La mañana les golpeo, la morena se encontraba en la ducha, mientras el agua fría caía por su cuerpo y la memoria la remontaba hasta viejos días de cadete. La rubia se estiro por décima vez sobre la cama, abrazando la almohada de su costado derecho. Sonriendo al descubrir un aroma fresco y nuevo. Se acurruco y presiono la mata contra su cuerpo, enredando una de sus piernas por fuera de la frazada.
Sobre el velador de la habitación el reloj marcaba las cinco treinta de la mañana, el pequeño cuerpo de la rubia descansaba sobre el colchón, con los cabellos revoloteados y el rostro sereno, mientras de fondo se escuchaba el suave golpe del agua contra la fría loza del cuarto de baño.
Los ojos de Yuri se mantenían cerrados, al igual que sus puños, mientras las imágenes de aquel día le atormentaban, sollozo y apretó la mandíbula, mientras el agua bañaba su cuerpo y los labios le temblaban, los espasmos de su cuerpo se hicieron incontrolables. Más no permitió que una sola lágrima saliera de sus ojos. Cerró la regadera, abriendo la cortina de baño mientras se envolvía en la blanca tolla de algodón. Se miró al espejo, los ojos estaban un poco irritados, culparía al shampoo; dejo caer la tolla y se colocó lentamente sus ropas. El bóxer, las bermudas camufladas, su top deportivo y una playera blanca, excelente para sus actividades.
Abrió la puerta del baño, mientras acomodaba con sus dedos su cabello corto, retirando el poco exceso de agua que aún había en él; observo a la rubia que aún se removía sobre su cama. Suspiro y negó silenciosamente; salió de la habitación… necesitaba meditar un poco.
-Buenos días muchacha- saludo Boa mientras se dirigía a la cocina, espantando suavemente a la morena.
-Buenos días- contesto el saludo, mientras hacia una pequeña reverencia con la cabeza a la mujer, de marcadas arrugas y facciones maduras.
-¿Ira al jardín?-
-Sí, si me necesitan…me llama por favor- la mujer asintió y observo como la morena se perdía por el largo pasillo que conectaba el patio trasero y la puerta principal.
-o-
El cuestionamiento de la mujer le parecía de lo más normal, pero algo en su interior le molestaba; más bien le preocupaba, había reportado el ataque que sufrieron al Sr. Jung, mientras trataba de comprender cuál era el motivo del ataque. Necesitaba estar informada.
Tomó posición sobre el césped, húmedo aun por el rocío de la noche. Respiro profundo y cerró los ojos, despejando su mente de cualquier cosa que le perturbara, la noche anterior había sido extraña, por primera vez la imagen de la castaña no se le revelaba entre sueños, por primera vez en mucho tiempo dejo de sentir ese miedo a perderse entre la realidad y los sueños.
-Señorita… ¿Señorita?- el hombre de cabello canoso y botas de plástico le llamo, la morena abrió sus ojos mientras observa al señor frente a ella, dándole una mirada de disculpa al ponerse de pie, observando como el hombre había detenido sus actividades por su culpa.
-Perdón…Sr. Jae joong - le sonrió infantilmente y se hizo a un lado para que el hombre continuara con el riego del césped y las plantas.
-¿A pasado mala noche?-pregunto el hombre mientras le dirigía una mirada rápida a la morena.
-Todo lo contrario, Sr. Jae joong… ¿Puedo quedarme a ver?
-Claro…a esta hora no tengo mucha compañía- ambos soltaron unas cuantas risas y continuaron con lo anterior, una observando y otro intentando descifrar la mirada perdida de la morena.
-o-
Los cabellos alborotados de la rubia se le pegan a la almohada y parte de su rostro, abrió los ojos y observó el sitio, cerrándolos nuevamente…instantes después los abrió y se levantó estrepitosamente, verificando que aun lleva la pijama puesta, mientras en el velador se encontró una bandeja con un vaso de jugo, una taza de café y pan tostado junto al bote con mermelada, junto a una nota.
-Le dejo el desayuno, no la encontré en su habitación, supuse se encontraría con la joven Yuri…disfrute de su desayuno, mi niña- la perfecta caligrafía de Boa se atoró
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