Encuentro fatal.
Black&White; ¿Love?
Yo lo escribi escuchando espectrum de Zeep, no se si gusten escucharla mientras leen.
Se las dejo por aquí: https://www.youtube.com/watch?v=jdQrYWfu5hY
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Encuentro fatal
“¿Por qué no solo te vas, como lo hicieron tantos otros?”
-Pues ese es tu problema-salió de su habitación, seguida de la agente, mientras sacaba las llaves de su auto, siendo arrebatadas de sus manos sutilmente por los largos dedos de la morena.
En un intento de protesta observo a la morena del lado del conductor, esperando que se adentrara en el vehículo.-Ni loca te dejo conducir mi auto…devuélveme las llaves.
-Usted decide, yo conduzco o iremos en taxi- la seriedad en la voz de la morena le dio a entender que no está jugando, bufo y se metió en el auto, la morena miro para todos los alrededores verificando que no hubiera algo sospechoso. Metiéndose al fin al auto y arrancando el motor.
-¿A dónde la llevare?
-Hasta chofer eres…impresionante… ¿Qué más sabes hacer? A ver dame la patita- el tono de sarcasmo e ironía en la rubia no pasaron desapercibidos por la morena que se limitó a acelerar con destino a la calle principal.
Estaciono el Aston Martin negro y bajo a abrir la puerta del copiloto, dejando que Jessica saliera del vehículo. La rubia camino hasta quedar frente al elevador, esperando que la morena llegara a su lado, la cual se mantuvo a sus espaldas.
-No piensas llamar el elevador…espera tu no piensas, sigues ordenes…hazlo- el brazo derecho de la morena se estiro, pasando por el costado izquierdo de la rubia, estiro sus dedo índice y presiono el botón de la planta alta, esperando que las puertas del ascensor se abrieran.
El caminar elegante y digno de la rubia logro cautivar a más de uno en aquel estacionamiento, siendo cortado su campo visual con el cuerpo de la morena frente a la rubia una vez dentro del elevador; su porte serió y fornido lograron que la rubia fijara su mirada en la menuda pero sin duda fuerte espalda de Yuri.
“¿Cómo será su espalda? ¿Será cálida? Pero que cosas piensas Jessica”, se regañó mentalmente por sus pensamientos, escucho como la campanilla del elevador sonaba indicando que se había detenido, estaba por salir cuando el agarre sobre su brazo izquierdo le interrumpió su camino, observo la mano que le detenía, observando la pulsera de oro sobre la muñeca de la chica, recorriendo la vista por su brazo, topándose con el rostro sereno de la morena.
Verifico el tablero numérico del elevador y comprobó que faltaban dos pisos para llegar a su oficina, regreso a su posición anterior, quedando a espaldas de la morena, mientras a su costado una mujer de edad estaba de pie, con un montón de carpetas entre sus manos, en el siguiente piso se detuvo de nueva cuenta el elevador, dejando que otras cinco personas entraran en él, ocasionando que la morena se recorriera y quedara más cerca de la rubia.
Jessica coloco sus manos sobre la espalda de la chica, pues temía que en cualquier momento le aplastara. Toco su cuerpo por encima de la ropa. “Es cálida”, fue su único pensamiento al sentir la calidez que desprendía la morena aun por encima de la gruesa chaqueta camuflada.
Yuri al sentir el toque de la rubia, se sobre salto un poco, giro con un poco de dificultad; quedando de frente a Jessica, colocó ambos brazos sobre el frío material del ascensor y fijo su vista por un momento en el rostro de la chica frente a ella. Para después ambas desviarla en sentidos contrarios. Ejerció un poco de fuerza para no tener contacto alguno con el cuerpo de la rubia, el piso faltante se volvió un camino interminable.
Todas las personas se dirigían al piso número diez de aquel edificio, la agente espero que todos bajaran para después retirar sus manos de la pared metálica y separarse un poco de la rubia. Pudiendo observar las mejillas ligeramente tintadas de color carmesí. Se giró sobre sus talones, logro meter una de sus manos entre las puertas del ascensor, ocasionando que estas se volvieran a abrir.
La rubia bajo la mirada, ocultando el ardor de sus mejillas y el color rojo de su piel son su cabello, de la atenta y profunda mirada de la morena.
Entro a su oficina, dejando en claro con el estruendoso portazo que no deseaba ver a nadie, dejando a la joven agente fuera del lugar, custodiando la puerta. Hizo una llamada y dio un par de firmas en los papeles que tenía sobre el escritorio, giro la silla y observo por el ventanal, como los edificios se alzaban a lo largo de la ciudad.
-¿Puedes venir, necesito hablar con alguien?
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