¿Vivir o sobrevivir?
Black&White; ¿Love?
“Supongo que no puedo reclamar, si es feliz no puedo impedírselo.”
-¿Cómo yo? ¿Qué quieres decir?- la sarcástica sonrisa de la azabache se abrió paso antes de cualquier palabra.
-Así… mimadas, egocéntricas… pedantes, insufribles…estúpidas, y lo peor de todo- se tomó un momento, como suavizando la situación- Zorras y fáciles…- arrastro las palabras, como quien no quiere; el sonido de la palma de la rubia contra la mejilla de Yuri, retumbo por toda la habitación. Los dedos de la chica quedaron marcados en toda la mejilla de la azabache, mientras un pequeño corte se asomaba por la comisura de sus labios, dejando el pómulo rojo he hinchándose.
Sonrió con sorna, limpiándose el hito de sangre que se formó en sus labios, observando el color amarronado de la sustancia. Observo a la rubia con lástima, porque sabía perfectamente que esa mirada de furia que le otorgaba era porque sentía la verdad, le dolía que le dijeran lo que era verídico.
-Tengo varios impactos de bala en el cuerpo, un corte de daga en el abdomen…una bofetada tuya es como una caricia para mí- la rubia la miro estupefacta, no comprendía como después de todo, la morena aún seguía siendo una persona fuerte y tenaz.
-Lo siento- susurro la rubia mientras bajaba la mirada, su expresión había cambiado en segundos; sin poderlo creer del todo, le era imposible hacerse a la idea que la morena había pasado por todo eso.
-No debe disculparse con un simple empleado-. El tono crudo y frio de la morena helo los huesos de la rubia, dejándola estupefacta y sin palabras. Pues recordaba bien que una vez le dijo esas mismas palabras a la morena.
-o-
Los días siguieron, y así la fecha de la boda se acercaba, mientras el señor Jung se preparaba con un gran festín y la mujer de edad preparaba los accesorios de su hija, los empleados se movilizaban en todo, y ella simplemente veía cada día como una tortura. Ya ni la pequeña azabache con sus travesuras la alegraba, y la vio desistir de hacerla reír cuando termino gritándole, pues estaba molesta al ver la “familia perfecta” en cada reunión o cena “familiar”.
Se debatía mentalmente si debía o no seguir sus impulsos, pero al final el dolor le pudo y ya no le interesaba en lo más mínimo si Krystal se quedaba con la rubia, al final tendría una familia cuando la rubia se casara y no le faltaría nada económicamente hablando, en cambio ella que podía ofrecerle, una vida igual a la suya… eso no, nunca.
“Seguir un camino es fácil.
La verdaderamente difícil es saber cuál es el correcto”
-Me voy- susurro mientras le daba la espalda a la rubia para seguir acomodando sus pertenencias en la maleta.
-¡¿Kwon Yuri te estas escuchando?!
-¡Sí! y usted también escúcheme, porque no lo repetiré…- suspiro mientras hacia una pausa y respiro profundamente- No quiero… no necesito y no deseo nada que venga de usted, ¿entiende?- su rostro temblaba de la furia y el dolor que sentía al decirle eso a la rubia.
-o-
Yuri observó a su lado izquierdo, Jessi ya estaba en su lugar sobre el altar, su trabajo está terminado, no había más nada que decir, sus miradas se cruzaron por unos instantes, una suplicaba perdón, mientras otra no mostraba sentimiento aparente alguno. Regreso la vista al frente y se acomodó los lentes oscuros cubriendo su vista de cualquier curioso.
Camina con paso seguro hasta la puerta de la iglesia, escuchando el “Si, acepto” de Donghae, sabía que las próximas palabras que escuche le robaran todo lo que había perdido una vez, por segunda vez moriría, pero no lo permitiría. Cerró la puerta antes de escuchar aquella voz que algún día la reclamo como suya, ahora aceptando a otro quien no es ella.
Arrancó su Bugatty Beyron y salió a toda velocidad del lugar, en el maletero llevaba las pocas cosas que aún le pertenecían, así como el casco y el panda que Krystal le regalo para que no la extrañe, y eso sabía que será imposible. Las lágrimas se acumularon en sus ojos, pero no les permitió salir, las retuvo lo más que pudo.
Terminó por orillarse en la carretera, el sentimiento le ha ganado esta vez. Vira el auto y arranca en sentido contrario a su destino, no piensa permitir quedarse abandonada de nuevo, no esta vez.
El Bugatty estaba abandonado a la orilla de la carretera, la playa queda de fondo, mientras los zapatos y chaqueta militar están sobre la arena, la rubia corre lo más rápido que su vestido le permite, temiendo que la azabache haya cometido una locura.
La encuentra tirada cerca de la orilla, empapada y llorando, mientras ella hace lo mismo, su maquillaje se ha corrido por toda su cara pero eso no le importa, abraza el cuerpo de la morena desde los hombros y le susurra un “lo siento”, un lo siento que Yuri no logra comprender del todo. Se pone de pie y la aleja de su cuerpo, observándola enternecida pero decidida.
-Tu estas casada…y yo me voy- la morena no deja que la rubia se defienda, simplemente se aleja, subiendo al auto y arrancando en éste, dejando a Jessi llorar desconsoladamente. Mientras dos pares de ojos cafés la observan desde la camioneta. La castaña baja y camina hasta su amiga, la envuelve en un abrazo y la bajita solo suspira.
“No soy tan egoísta como para tenerte atada a mi lado”
La morena regreso ese mismo fin de semana, quería despedirse correctamente de los empleados y de su hija, sí, porque eso era, aunque ahora tuviera que compartirla con la rubia, le dolía pero era lo mejor. Tomo algunas imágenes mentales de las personas que había conocido en esa casa y se las llevo en la memoria. Luego partió hacia la calle, llevando como destino el cementerio.
-La hubieras amado… lástima que no la conociste antes…era tan linda… tierna- observo como la morena hablaba sobre la chica difunta, en su rostro y sus palabras podía ver la ternura con la cual aún guardaba el recuerdo de Yoona, la vio acariciar la lápida, donde se mostraba el nombre de la chica y bajo éste unas cuantas letras, que acaricio con la yema de los dedos, rozando la línea de la delicadeza.
Como si aquello se fuera a borrarse al simple toque de su piel…
-¿Sabes?…la extraño, con ella mis días eran interminables; le pedí a Dios jamás alejarla de mi lado, pero la vida es tan caprichosa, que me la arrebato de la peor manera.- Jessi, observo el cuerpo de la agente, estaba de rodillas frente a la tumba, mientras dejaba que sus lágrimas fluyeran. –Ese día, desprecie a Dios, me negué a creer de nueva cuenta en Él… era la segunda vez que me arrebataba lo que más quería…- los puños de la morena ejercieron
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