Thud.

El suelo de madera crujió por toda la casa ante la caída de alguien.

La familia entera se levantó de la mesa, encontrando a un muchacho no mucho mayor que Taeyeon desmayado justo frente a la entrada del hogar.

“Omo, ¡oppa!” La dork corrió hacia el y lo levantó del suelo, dándole ligeras palmaditas en las mejillas para tratar de reanimarlo.

Tiffany trataba de analizar la situación sin pudrirse de celos por dentro. Su novia estaba abrazando contra su pecho a un chico (bastante atractivo por cierto) con esos ojitos de preocupación que se suponía que sólo debía ver ella, y no sabía si pensar que es una mentirosa y está saliendo con el o...

“Hijo, omo, por fin te has despertado. ¿Estás bien?, ¿qué te ha pasado?” La madre de Taeyeon interrumpió sus pensamientos.

¿Hijo? O sea que es el...hermano de Taetae. Pensó la pelirroja, sonrojándose como una loca al darse cuenta de que estaba frente a su cuñado.

“Ugh...Taengoo...¿taengoo?” El muchacho abrió los ojos poco a poco, sobándose la nuca mientras arrugaba la nariz por el pequeño dolor que sentía.

“Aigoo, siempre tan exagerado, me recuerdas a tu abuela.” Contestó el padre de la dork, recibiendo un capón en la nuca por parte de la anciana diabólica después.

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Un amenazante aire incómodo soplaba en el salón de la casa de madera; se habían sentado a ver la televisión en familia como cada noche. La dork permanecía con la espalda erguida y las manos apoyadas en sus muslos, sin parpadear una sola vez. Estaba más tensa que nunca.

Lo cierto es que estaba empezando a echar humo por las miraditas que le daba su hermano a Tiffany, y lo peor es que ella agachaba la cabeza con una sonrisa avergonzada en el rostro. ¿Quién no se sentiría celoso? Después de todo su hermano es un hombre y ella no.

“Ehem, así que esta bella señorita es tu novia, ¿no? Dios, menuda bienvenida Taengoo, te parecerá adecuado y bonito recibir a tu hermano con una noticia tan `agradable´.” Eso último lo dijo escaneando con los ojos a la pelirroja, quien escondió el rostro tras el hombro de la dork. “No me esperaba que encontraras pareja nunca, con lo tímida que eres...pero me alegro por ti.”

“Oppa...no vuelv-”

“Taeyeon, hija...” Sus padres miraron a la pareja con una leve sonrisa, asustando a la dork hasta lo más profundo de su pobre culo de pato. “No hemos podido responderte antes por culpa de tu querido y apasionado hermano, así que te daremos nuestra respuesta ahora.”

La pelirroja agarró inmediatamente su mano, mordiéndose el labio inferior con los nervios al límite. “Taetae...tengo miedo” Lo susurró para que sólo ella lo escuchase, ya que se sentía algo incómoda y extraña por las miradas de su hermano.

“Hija, no nos impor-”

“Esperad. No voy a dejar de ver a Tiffany aunque eso sea lo que vosotros queréis, sé que soy cobarde, pequeña, torpe y comilona, y muy infantil, pero estoy segura de que quiero estar con ella, y de que la amo, y de que quiero pasar el resto de mi vi-”

“Taeyeon. ¿Quieres tranquilizarte?, lo que queríamos era decirte que no nos importa en absoluto que estés con ella, es una persona como otra cualquiera, y no pretendo dejarla por los suelos, lo que pretendo decir es que es lo mismo mujer que hombre, es un ser humano y te hace feliz, y tú a ella también por lo que veo, así que no tenemos ningún problema, ni tu madre, ni yo.”

La dork descargó la tensión de sus hombros, pasando a acariciar los nudillos de su novia con los dedos, asegurándole que todo estaba bien ahora. “¿Ajhumma?” Miró a la anciana, que al contrario de lo normal había permanecido callada en todo momento.

“Pst. Aigoo, esta niña no aprenderá nada nunca, no necesitas el consentimiento de esta anciana...además ya os vi devorandoos la boca esta tarde.” Lo dijo tranquilamente, cruzando las piernas como si fuese una jovencita con una sensualidad intacta. Obviamente no lo era. Recibió gruñidos de desaprobación de parte de toda la familia.

Todos, menos Tiffany, que se quedó con los ojos como platos al escuchar a la anciana decir eso delante de la familia, tan indiferente y tan normal como si no fuese la gran cosa. Enrojeció más que nunca en su vida, apretando la mano de su novia como señal de que quería salir de ahí cuanto antes.

Su hermano soltó una carcajada, dando palmas en el aire al escuchar a la anciana. Se secó una lagrimita falsa antes de añadir la guinda del pastel. “Woah abuela, ¿Taengoo es buena besando?”

La rubia enrrojeció tanto como la contraria, y sin esperar nada más se la llevó a su habitación y la aseguró echando el pestillo a la puerta. Soltó el aire que tenía retenido en sus pulmones y cuando se dió la vuelta, la persona más adorable existente en todo el universo, que por cierto solo le pertenecía a ella estaba mirándola con una tímida sonrisa, jugueteando con el borde de su suéter, costumbre que tenía cuando estaba nerviosa o algo le daba vergüenza.

“Taetae...”

Su voz levantó todo el vello de su cuerpo al instante, y no pudo evitar atacar sus labios en un lento y romántico beso en el que ella también participó. Abrazó su cintura con miedo de que se rompiese, y los de la contraria se enredaron en su cuello; sus labios se mecían entre ellos como expertos, no había batalla, sólo tregua.

“¿Si, Phany?.” Contestó al separarse de sus labios, dejando la frente apoyada en la de ella mientras la miraba con la mirada repleta de amor.

La pelirroja la miró a los ojos en todo momento, sintiéndose presa del embrujo de su mirada cada vez más profundo. “¿Me han...aceptado?, ¿estaremos bien? Es que aun no me lo creo...”

“Todo está bien Phany-ah, aunque siento haber sido tan cobarde antes, estaba muy nerviosa.” Suspiró, algo que no pasó desapercibido por la pelirroja. Besó el puente de su nariz, mirándola con un eyesmile.

“Entonces es perfecto, todo es perfecto ahora.”

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La mañana siguiente llegó.

Hacía tanto frío en esa casa poco resguardada del gélido invierno, que Tiffany acabó tumbándose encima de la dork, estrujándola entre sus brazos como si fuese un pequeño peluche de ardilla. Atrajo otra sábana sobre sus cuerpos, acomodando la mejilla justo encima de donde latía su corazón, sonriendo al notar lo tranquilo que bombeaba ese órgano.

Taeyeon gruñó un poco, rodeando con los brazos el ligero peso que tenía encima, acariciando su espalda de manera inconsciente mientras trataba de despertarse. Y cuando lo hizo tenía a una despeinada y desmaquillada pelirroja apoyada en su pecho, sirviendo de mantita contra el gélido invierno.

“Good morning Taetae.”

Su voz sonaba algo reseca, quizás por el frío seco que había allí cerca de las montañas. “Buenos días princesa.”

La pelirroja no pudo evitar volver a sonrojarse, eso no se lo había dicho jamás y sonaba mejor de lo que se esperaba. “¿Dormiste bien? Yo he pasado un poco de frío esta noche.”

A la dork le resultaba extraño e irónico mantener una conversación tan normal y rutinaria con Tiffany, era casi como si estuviesen acostumbradas a vivir la una junto a la otra, a estar en la presencia de la contraria en todo momento.

“Aigoo, esta noche le pediré a la ajhumma otra colcha ¿hm? Vamos a desayunar princesa.~”

Tiffany asintió, dejándose guiar por la dork hasta la cocina, donde por desgracia su hermano ya estaba, preparando unas tostadas y algo de sopa picante para entrar en calor. La rubia le miró con odio, abrazando su “posesión” desde la espalda cuando entraron finalmente a la cocina junto al muchacho.

“Uh, buenos días chicas, ¿tostadas?”

“A Tiffany solo le gustan las que yo hago, saca tu gordo trasero de aquí.” Le dio pataditas en el culo hasta que salió del lugar, refunfuñando de forma infantil.

“Taetae...solo pretendía ser amable, no ha hecho nada malo.” Miró a la rubia con desaprobación, removiendo la sopa de vez en cuando para que no se fastidiase. El pobre chico es también parte de su familia así que su plan era mantener una buena relación con todos y cada uno de los integrantes de esta.

“¡Eso es! Taengoo, eres afortunada de tener a esta bella señorita como pareja.” Pasó un brazo por los hombros de la “bella señorita”, recibiendo miradas asesinas por parte de su hermana y un colorado rostro de parte de la pelirroja.

“¡Yah! Deja de tocarla, ¿no ves que le molesta?” Abultó los labios de manera infantil, taconeando en el suelo con un pie para evitar lanzarse al cuello de su hermano.

El chico miró a la pelirroja con una sonrisa encantadora antes de responder. “Aw, pues yo creo que no, ¿si no por qué se sonrojaría?” Su sonrisa se amplió antes de salir volando de la cocina para huír de los golpes de su hermana entre risas infantiles.

La rubia miró con desgana a su novia, negando con la cabeza para mostrar cuánto detestaba que su hermano las tratase así. “Hmp.” Giró su rostro con los morritos hacia afuera para no mirarla.

“Taetae...” Se acercó y la atrapó contra la mesa de la cocina, sonriendo de forma coqueta con un malvado plan en su ingenioso cerebro. “...Me ha gustado mucho sentirme protegida por ti esta noche, nunca había dormido tan bien, y adoro lo relajantes que suenan los latidos de tu corazón, lo tranquila que es tu respiración y lo acogedores que son tus brazos...” Acabó por sonrojarse, esa era una gran confesión.

A la dork le temblaba el labio inferior al tratar de no sonreír y mantener sus morritos hacia afuera, todo eso con el rostro rojo y encendido. “P-phany...” Acabó por sonreír ampliamente, dejando que su hoyuelo viese la luz del día junto a ella para mostrar su felicidad.

Las manos de la pelirroja recorrieron su cintura hacia arriba, hasta rodear su cuello con los brazos. Antes de ser un modelo de adolescente irresponsable, miró a su alrededor y una vez confirmó que todo estaba claro como el agua, cerró la distancia de sus labios con los de la dork.

Sus manos apretaron la cintura de Tiffany con fuerza. Giró el rostro un poco para profundizar el beso, acercándola a ella todo lo posible mientras los dedos de ella enredaban el pelo de la rubia, acelerando algo el acalorado beso que sólo pretendía ser un piquito en los labios.

“Eheeeem.” Una rasposa voz que ambas conocían demasiado bien y una chancla que fue directa a la cabeza de la dork las hizo separarse. “Omo Taengoo, no esperaba ver cómo os devorábais los labios de nuevo.” La anciana puso una expresión oscura, y la dork se escondió detrás de su novia como un cachorro amenazado de muerte.

“¡Ajhumma! ¿por qué nunca haces ruido antes de aparecer?”

La pelirroja agachó la cabeza y se tapó la cara antes de salir corriendo de la cocina, dejando a la dork a merced de su maligna abuela. “Bueno bueno, parece que te has quedado sola, hija.” Sonrió de lado, oscureciendo su malvada mirada.

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Después de recibir lo que calculó que fueron unas cuarenta normas sobre lo que se debe o no debe hacer en esta casa, la dork salió cual zombie de la cocina, buscando con la mirada a su novia.

Primero fue a la habitación, pero estaba vacía, algo que le pareció extraño ya que Tiffany era demasiado tímida para andar por ahí ella sola.

Correteó, bajando las escaleras mientras movía su culo de pato hasta el salón.

Y lo que vió no le gustó en absoluto.

Su hermano aparentemente estaba sobre Tiffany en el sillón.

Besándola.

Uhm...¿hola? no se si aun tengo lectores, espero que si :(  uf, ya se que he vuelto a retrasarme un montón, pero vuelvo a estar algo bloqueada con esta historia y por eso tardo más en actualizar.

Bueno, como veis la familia ha aceptado bien a la parejita de enamoradas ~ ah, no odieis a la abuela, ya sabéis como son (?) protectoras hasta el punto de la exageración :3

Y el final, os habréis quedado un poco así: O_O pero no os preocupéis, paciencia que todo se resolverá :D

Asi que nada, siento el corto capítulo pero prefería esto a escribir algo malo y sin sentido (?) 

Como siempre, comentad quejas, odio, amoríos secretos y un >upvote< nunca viene nada mal :D

Nos vemos~ MjPinkGangsta