“¿Tippany?...”

“Taetae...lo siento, me...me he quedado dormida, perdóname.”

“Más te vale no haber estado llorando toda la--”

“Taeyeonaaah, ¡¿te parece bonito llegar a casa e irte directamente a tu habitación?!”

“Un momento Phany-ah.”

Tapé el móvil para que omma no asustase a Ppany con sus gritos de ahjumma. La verdad es que estuve en el aeropuerto varias horas, aguantando y aguantando, porque desde el segundo día que empecé a hablar con ella sufrí un flechazo mortal en el corazón, enamorándome más y más de su personalidad, alimentándome de mi necesidad de protegerla de todo, pensando en cómo sonaría su voz día y noche.

Fuí tan feliz.

El día que decidió llamarme por teléfono por primera vez y la escuché tartamudear después de colgarme la primera vez, caí en la conclusión de que todo en ella era especial.

Y fuí más feliz aún.

El día en que se enfadó conmigo, porque tenía celos aunque no lo admitiese, y yo tampoco admitía estar hechizada por ella, ni si quiera delante de Jessica.

Y al día siguiente me envió su primera foto.

El suspiro que salió de lo más profundo de mi ser cuando vi a una chica morena, de pómulos pronunciados, ojos profundos, labios carnosos, pelo suave, peinado como toda una profesional en el arte de la peluquería, observé ese ángel día y noche, hora tras hora como una loca profundamente enamorada de cada partícula de su rostro.

Supe que no podía escapar de esto, necesitaba su presencia más cada segundo que pasabamos comunicándonos, y de alguna manera empecé a pensar que ella se sentía igual.

“¡Omma! ¡estoy avisando a mi...estoy avisando de que ya he llegado a casa!”

“¡Cuando acabes baja aquí para cenar!”

“¡Dae!”

Destapé el auricular del móvil y volví a dirigir mi atención a esa voz rasposa, cansada y grave que me hace sentir escalofríos. “¿Phany?”

“Sweetie...”

Tragué saliva. Por muchas veces que me llame así jamás me acostumbrare, y tampoco podré aceptar el hecho de que ella fuese quien me besó la primera, segunda y tercera vez.

“Yah, ¿qué te he dicho de llorar?” Imaginé su cara. Estaría en su cama hecha una bolita envuelta en un pijama rosa, probablemente abrazando el oso gigante que le regalé, con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, y eso no me gustaba en absoluto.

“No me gusta tu voz a través del teléfono...” La oí resoplar.

“Gracias, ahora me ofenderé y no te hablaré más.~” Intenté animar el ambiente, incluso cuando seguramente yo estaba aún peor que ella, habiendo aceptado mis sentimientos desde prácticamente el día que nos conocimos.

“No me gusta porque no puedo ver tus expresiones cada vez que dices algo...se siente muy vacío y extraño, Taeyeon...” Volvió a resoplar aguantando no llorar, lo podía notar en su voz.

“Phany-ah...pwease no llores~, nos veremos en las vacaciones de navidad, ¿vale?. No falta tanto, verás como se pasa rápido y antes de que te des cuenta me tendrás otra vez olfateando tu ropa interior.~”

Soltó una de sus risitas infantiles, esas que hacen temblar hasta la última fibra de mi cuerpo. “Eres demasiado buena intentando convencerme en todo, señorita Kim.”

“¿Desde cuando soy señorita Kim?, señorita Miyoung.~”

“¡Yah!. Me voy a dormir antes de que me hagas más bullying, ajhumma. Buenas noches y...y...te echo de menos...y-yo...t-te...¡te quiero!” Piiip piiip piiiip...

Oh...m-me acaba de...de...

“¡KIM TAEYEON!”

“Daeeeeee, ya voooy...” Me ha dicho te quiero...

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Hachazo.

22 robles acabo de cortar.~

Hachazo.

23 robles acabo de cortar.~

Hachazo.

24 robles acabo de co--

“Taeyeonie hija, bebe un poco de agua y descansa, que hoy el sol es asesino.”

Cogí el vaso con agua helada de la mano de omma, y le dediqué una sonrisa cansada.

Desde que volví de Seoul no había parado de trabajar, me despertaba a las 7 de la mañana, me ponía la camisa roja de leñador, desgastada por usarla cada día, botas con punta de hierro por si me cae algo en los pies, me recogía todo el pelo como podía, y pasaba las horas cortando madera, recogiéndola, llevándola al almacén, y cuando por fin daban las 9 de la noche podía descansar.

Todo eso sin contar con una Tiffany deprimida, necesitando mi atención y mis cuidados en los pocos minutos que tenía para poder respirar.

El verano se estaba marchando, ya estabamos a finales de octubre, pero el frío se negaba a aparecer, y el aura alrededor de mi casa era confusa. La naturaleza no sabía si debía morir, para regresar en primavera, o seguir viviendo unos meses más.

Qué trágico, yo me sentía igual, no sabía si conseguiría sobrevivir con tanto trabajo hasta que mi appa se recuperase y pudiese volver a trabajar conmigo.

Piiip...piiip...

“¡¿Taetae?!”

“Wow, enhorabuena, acabas de dejarme sorda.”

“Aw, lo siento sweetie, es que hoy has llamado más temprano y me he emocionado...”

“Deberías controlar más tu voz, Tiffany...” Resoplé. Estaba cansada, no había hueso que no me doliese, no había musculo en el que no tuviese agujetas, las piernas y los brazos los tenía llenos de moretones y arañazos por culpa de las ramas y las astillas de los árboles, y la voz de la persona a la que quiero no me estaba ayudando, sólo lo empeora gritándome de esa manera.

“Taetae...lo siento mucho...no quería gritarte, ya sabes que cuando me emociono suelo gritar más...no te enfades conmigo, perdón...”

Volví a resoplar, esta vez un poco más relajada. “Por favor intenta hablar bajito, porque estoy agotada física y mentalmente, de arriba abajo en cada músculo y hueso de mi cuerpo, y sólo...quiero relajarme oyendo tu voz, no alterarme más...”

“P-perdón...soy un...desastre...” La oí sollozar, aunque intentase ocultarlo hablando despacio. Suspiré, sintiéndome fatal por hablarle así, no es su culpa que yo tenga que trabajar para mantener a mi familia.

“Pink baby...no llores, prométemelo, ¿pwease?. Tengo muchísimas ganas de estar contigo para que dejes de llorar por todo, ¿por qué estás tan sentimental últimamente?.

“El amor te hace estar así, Taetae...”

Sentí cómo se me estrujó el corazón, dejando una placentera sensación en mi cuerpo al oír eso. Es como si de pronto ya no estuviese cansada, me sentía capaz de cortar otros 50 troncos ahora mismo. “Eres una cursi, Tippany Hwang.~” Reí feliz, y ella también.

Pensé que sería mucho más duro.

“Hija...¿tienes algo que contarme? Últimamente pareces tener mucha más energía de la normal.”

Appa había vuelto a casa por fin, y aunque su pierna aún no se había recuperado del todo, podría ayudarme a transportar la madera a las casas que ya están preparándose para el invierno.

Es tradición de los Kim que cuando por fin podemos estar todos juntos lo celebremos con una barbacoa en el patio trasero de mi casa.

Aunque no tiene nada de patio trasero, porque en realidad sólo es una parte más del bosque.

“No, en realidad no hay nada nuevo...” Observé a omma llevándose un trozo de salchicha a la boca, mirándome escéptica.

“¿Estás segura?. Todas las noches te vas a tu habitación en cuanto terminas de trabajar, cuando normalmente lo que hacías era sentarte con las piernas en el respaldo del sofá a jugar con tus consolas. ¿Nos ocultas algo?, ¿estás viendo a alguien?.

Un trozo de champiñón se me fué por el lugar incorrecto. “Y-yo...¿ver a a..alguien? Para nada, ¿a quien voy a ver yo? Sólo tengo una amiga y ya la conocéis...”

“¿Entonces, estás saliendo con Jessica?.”

“¡¿QUÉ?! ¡Claro que no!” Sé que estaban viendo el pánico en mis ojos, y eso sólo podía significar una cosa. Creen que estoy saliendo con Jung Jessica.

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¿Como se lo digo?

...Tippany, mis padres creen que estoy saliendo con la chica de la que estás completamente celosa.

...No.

Tippany, antes de que te alarmes, ha sido todo un malentendido y no pretendía que pensasen así, pero no he sido capaz de--

Oh...no. El teléfono, será ella, qué digo, qué digo, qué--

“Casa de los Kim, ¿dígame?...¿Tiffany? Hmm...ah sí, tú eres la amiga de Taeyeon, la que vive en Seoul. Al parecer mi hija se ha quedado congelada en el sitio, dame un momento.”

“O...omma, e-ella es...es...”

“Sólo es tu amiga, Tiffany. ¿No quieres hablar con ella?...¿o es que me ocultas algo que tenga que ver con esa chica?, ¿estás saliendo con ella?.”

“Y-yo...” Taeyeon, sé valiente, díselo. “...AÚN no estoy saliendo con ella, omma...” De pronto todo parecía estar más en silencio de lo normal. Los pajarillos no cantaban, las hojas de los árboles no se movían con el viento, y creo que yo había dejado de respirar.

“¿Taetae?, ¡¿Taetae?!”

“P-perdona hija, ya te la paso...un placer conocerte.”

“¿Taetae, eres tú?.”

“Uhm...s-sí, sí, soy...soy yo.”

“¿Estás bien? Tu madre parecía nerviosa.”

“T-tengo algo que decirte...y estoy un poco nerviosa.”

La pude oír acomodarse, probablemente en su cama, como todos los días a esta hora, y su respiración se aceleró. Y entonces yo me sentí peor aún porque sé lo que estaba esperando que dijese, y resulta que será todo lo contrario.

“Dímelo...”

Inspiré todo el aire que pude, intentando limpiarme por dentro de ser un culo de pato torpe. “M-mis padres...creen que...J-j-jessica...y-yo...”

Se aclaró la garganta, su voz ya no sonaba igual de tranquila que antes. “Suéltalo de una vez.”

Suspiré. “Mis padres piensan que Jessica y yo estamos saliendo, pero...”

Piiiiiiiip...piiip... piiip...

“¿Tippany...?”

“Hija mía, no tienes tacto con las mujeres, definitivamente, culo de pato torpe.”

Cuack. “Voy a casa de Jessica.”

“¡Taeyeonie! ¡Que son las diez de la noche!”

“¡Me llevo la camioneta appa!”

Marqué su número una y otra vez con el manos libres puesto, mientras conducía la camioneta a toda velocidad por los caminos embarrados del bosque para llegar a casa de mi única amiga.

Mi absurdo plan era que si no me cogía mi teléfono, llamaría desde casa de Jessica, porque no puedo dejar que se piense nada así, la quiero, sólo a ella.

Jessica vivía sola, no muy lejos de mi casa, justo al empezar la ciudad, y eso casi siempre era bueno para mi. “¿Taengoo? ¿qué haces aquí tan tarde?.” Jessica abrió la puerta frotándose los ojos, con un camisón color oliva horrible puesto a modo de pijama.

“N-necesito...tu teléfono.”

Jessica subió una ceja, no necesitaba decir más para saber exáctamente lo que mi torpeza había provocado. “¿De qué se ha puesto celosa esta vez?. Pasa, anda.”

Me tiré al sofá y robé su teléfono rápidamente. “Uhm...digamos que mis padres creen que tú y yo estamos saliendo, sólo por un tonto malentendido.”

Creo, que es la primera vez en mi vida que consigo sonrojar a Jessica Jung. Debería estar orgullosa. “N-nosotras...¿juntas? Qué ridículo...ll-llama a esa celosa tuya, estaré arriba durmiendo.”

“Cógelo...cógelo...”

“¿S-s-s-sí...?”

Mierda, está llorando porque soy una torpe incapaz de comunicarse como una persona adulta.

“Pink baby, soy Taetae...”

“D-d-déjame en paz...”

“Phany-ah...ha sido un malentendido, además ya se lo he aclarado a omma...” De pronto me puse muy nerviosa, sentí que el corazón estaba atorándome la garganta.

“¿Q-qué le has...aclarado?”

“Que Jessica no es mi novia...y...que tú...pronto lo serás.”

Hola mis amados pink monsters.~

Por fin he tenido tiempo suficiente para actualizar algo decente, siento mucho la tardanza pero un amigo mío ha venido de vacaciones y probablemente vuelva a tardar en actualizar.

Bueno, Taeyeon ha vuelto a casa y está dejándose la piel en el trabajo para poder tener dinero que gastar en su pink baby~ lo malo es que su pink baby es demasiado celosa (?)

Y bueno, Taeyeon ha admitido sus intenciones, ¿lo malo? hasta el próximo capítulo no sabréis como reaccionará Tiffany.~

Nada más que añadir, comentadme odios quejas, amoríos ocultos y otras cosas como siempre, y nos vemos cuando pueda.~

Espero que os haya gustado, porque teneis que pensar que gasto mucho tiempo en pensar, escribir, corregir este fanfic para que podáis seguir leyendolo, y me anima mucho que comentéis.

Nos vemos~ MjPinkGangsta.